Vlad III de Valaquia, el Empalador |
Vlad III fue un voivoda (es decir, príncipe gobernante) del reino de Valaquia en el siglo XV, la era que presenció la transición del medioevo a la modernidad. Famoso por la crueldad extraordinaria que mostraba contra súbditos y enemigos por igual, recibía el apodo de 'El Empalador' o Tsepes (pronúnciese Tsepesh), pues éste era su método de ejecución favorito. Terror de los turcos otomanos, héroe de su natal Rumania, se le conoce más en Occidente por el nombre que heredó de su padre y que significa, ominosamente, 'El hijo del Dragón': Drácula.
Así es, si es que queda alguien por ahí que no lo sepa, éste es el verdadero Drácula, el histórico, el que inspiró al inmortal vampiro de Bram Stoker, a cuya imagen ha quedado inseparablemente unido por siempre.
Vlad nació en Transilvania en 1432. Su padre, Vlad II de Valaquia había sido ungido en la Orden del Dragón para proteger la cristiandad en Europa Oriental, y de ahí vino el patronímico Drácula. Vlad tenía dos medios hermanos mayores y uno menor.
El principado de Valaquia, tal como los Drácula lo heredaron de su fundador Mircea el Viejo |
Los Drácula tenían una familia enemiga con la que estuvieron disputándose el poder durante generaciones, los Basarab. Esta rivalidad fue aprovechada por los turcos del Imperio Otomano y los Habsburgo del Reino de Hungría, como parte de sus juegos de ajedrez político por el control de los Balcanes y la región de los Cárpatos. Los húngaros apoyaron a los Basarab, mientras que los turcos le dieron su apoyo a los Drácula. Como parte del trato, Vlad II envió a sus dos hijos menores, Vlad y Radu, como rehenes a la corte del sultán de Turquía. Se dice que fue allí donde el joven Drácula aprendió exóticas técnicas de tortura.
En 1447, los boyardos (nobles y señores feudales) se rebelaron contra el reinado de Vlad II, con ayuda de los húngaros. El voivoda y sus dos hijos mayores fueron asesinados. En respuesta, los otomanos instalaron a Vlad III en el trono de Valaquia, pero su reinado no duró mucho tiempo, pues los húngaros, al mando de Janos Hunyadi, invadieron el reino e instalaron a su propio títere, Vladislav II. Vlad Drácula huyó hacia Moldavia, donde vivió bajo la protección de su tío Bogdan II. Cuando el tío fue asesinado en 1451, huyó en esta ocasión a Hungría.
Tiegoviste, capital de Valaquia en el siglo XV |
Allí entabló relaciones con su antiguo enemigo, Janos Hunyadi. Vlad demostró lo mucho que conocía de los turcos, sus costumbres y su organización, además de que hablaba la lengua turca a la perfección y había estudiado el Corán durante su etapa de rehén. Hunyadi quedó impresionado con la inteligencia del joven valaco, así como del odio que sentía por el nuevo sultán, Mehmed II. Con 20 años de edad, Vlad se convirtió en consejero del regente húngaro.
En 1453 los turcos de Mehmed II tomaron Constantinopla y destruyeron el Imperio Bizantino, evento que se considera el fin de la Edad Media. La Media Luna islámica se erigía sobre la antigua Basílica de Santa Sofía. Los turcos parecían imparables, invencibles en su rápido ascenso por los Balcanes, y amenazaban a toda Europa. Pero la cristiandad ahora tenía una nueva arma: Drácula. En 1456 Vlad dirigió sus contingentes hacia Valaquia y tomó por asalto el reino. Se enfrentó y mató a Vladislav en combate singular y recuperó el trono, declarando a Valaquia independiente de dominio otomano. A la edad de 25 años había iniciado su reinado de terror.
Éste fue una colección de atrocidades. Hablemos, por ejemplo, de eso de empalar. No es nada más clavar a una persona a una estaca. La estaca afilada por lo general era introducida por el ano; después se ponía en posición vertical y se dejaba que la víctima fuera resbalando por su propio peso mientras la estaca se abría paso entre sus vísceras. Era una muerte muy lenta y dolorosa, pues las heridas eran internas y la presión de la estaca impedía que las víctimas se desangraran demasiado rápido.
Las anécdotas de sus crueldades son numerosas. Es bien sabido que cuando los emisarios del sultán fueron a pedirle tributo, Drácula les ordenó que se quitaran los turbantes y se descubrieran la cabeza ante él. Como bien sabía Vlad, los emisarios no podían hacerlo por su religión y se negaron, de modo que él les dijo algo así como "Pues no podéis quitaros vuestros turbantes, ¿eh? ¡Bien, no os los quitaréis jamás!" Y los mató haciendo que les clavaran los turbantes a la cabeza.
Se cuenta que una ocasión decidió acabar con todos los pobres y mendigos de su reino. Los invitó a celebrar un gran banquete. Luego le prendió fuego al salón con todos adentro. Ninguno sobrevivió. Otra historia cuenta que tras sofocar una rebelión de los boyardos, sin importarles que sus prisioneros fueran de familias nobles, los esclavizó y obligó a construir su castillo. Fueron muriendo de uno en uno por los trabajos extenuantes y sus cuerpos fueron enterrados bajo los cimientos.
Una anécdota cuenta que un día, cabalgando por sus tierras, Drácula vio a un campesino que labraba vestido con una camisa sin mangas. Le preguntó al labriego si no tenía frío y por qué su camisa no tenía mangas. El pobre hombre contestó que sí tenía frío, pero que su esposa le había cosido esa camisa sin mangas. Ni tardo ni perezoso, Vlad mandó empalar a la esposa y le regaló al campesino otra mujer. Qué considerado.
También se dice que Drácula había logrado erradicar el crimen en sus tierras. Nadie se atrevía a romper la ley, pues su búsqueda de los culpables era impacable. La siguiente anécdota lo ilustra muy bien: en su capital de Tirgoviste Drácula había hecho construir una fuente de agua fresca para que todos los pueblerinos pudieran beber de ella. También dejó una copa de oro incrustada de joyas para que quien quisiera pudiera usarla. La copa se dejaba a la orilla de la fuente, sin ataduras de ningún tipo. Pero todos sabían que si alguien la robaba, el Empalador encontraría al culpable y lo sometería a suplicios horribles. El día en que la copa desapareció, los súbditos supieron que Drácula había sido derrotado.
La caída de Constantinopla |
Éste fue una colección de atrocidades. Hablemos, por ejemplo, de eso de empalar. No es nada más clavar a una persona a una estaca. La estaca afilada por lo general era introducida por el ano; después se ponía en posición vertical y se dejaba que la víctima fuera resbalando por su propio peso mientras la estaca se abría paso entre sus vísceras. Era una muerte muy lenta y dolorosa, pues las heridas eran internas y la presión de la estaca impedía que las víctimas se desangraran demasiado rápido.
Las anécdotas de sus crueldades son numerosas. Es bien sabido que cuando los emisarios del sultán fueron a pedirle tributo, Drácula les ordenó que se quitaran los turbantes y se descubrieran la cabeza ante él. Como bien sabía Vlad, los emisarios no podían hacerlo por su religión y se negaron, de modo que él les dijo algo así como "Pues no podéis quitaros vuestros turbantes, ¿eh? ¡Bien, no os los quitaréis jamás!" Y los mató haciendo que les clavaran los turbantes a la cabeza.
Vlad y los emisarios turcos |
Se cuenta que una ocasión decidió acabar con todos los pobres y mendigos de su reino. Los invitó a celebrar un gran banquete. Luego le prendió fuego al salón con todos adentro. Ninguno sobrevivió. Otra historia cuenta que tras sofocar una rebelión de los boyardos, sin importarles que sus prisioneros fueran de familias nobles, los esclavizó y obligó a construir su castillo. Fueron muriendo de uno en uno por los trabajos extenuantes y sus cuerpos fueron enterrados bajo los cimientos.
Una anécdota cuenta que un día, cabalgando por sus tierras, Drácula vio a un campesino que labraba vestido con una camisa sin mangas. Le preguntó al labriego si no tenía frío y por qué su camisa no tenía mangas. El pobre hombre contestó que sí tenía frío, pero que su esposa le había cosido esa camisa sin mangas. Ni tardo ni perezoso, Vlad mandó empalar a la esposa y le regaló al campesino otra mujer. Qué considerado.
También se dice que Drácula había logrado erradicar el crimen en sus tierras. Nadie se atrevía a romper la ley, pues su búsqueda de los culpables era impacable. La siguiente anécdota lo ilustra muy bien: en su capital de Tirgoviste Drácula había hecho construir una fuente de agua fresca para que todos los pueblerinos pudieran beber de ella. También dejó una copa de oro incrustada de joyas para que quien quisiera pudiera usarla. La copa se dejaba a la orilla de la fuente, sin ataduras de ningún tipo. Pero todos sabían que si alguien la robaba, el Empalador encontraría al culpable y lo sometería a suplicios horribles. El día en que la copa desapareció, los súbditos supieron que Drácula había sido derrotado.
Vlad, almorzando junto a un campo de empalados. |
Entre 1459 y 1462 Drácula estuvo en guerra con el Imperio Otomano y se convirtió en el terror de los turcos. Brillante estratega, logró derrotar los inmensos ejércitos del sultán con tácticas guerrilleras y emboscadas. Vlad cruzó el Danubio y venció a los turcos en sus propias tierras, haciéndolos batirse en retirada. Tampoco ignoraba el poder del miedo: campos de enemigos empalados eran dejados como testimonios de su crueldad. La gente murmuraba que las huestes de Vlad no estaban compuestas por hombres sino por licántropos.
Pero tras su retirada, los turcos habían dejado su propia arma en tierras valacas: a Radu Drácula, el hermano menor de Vlad, quien se había convertido al Islam y puesto al servicio del sultán. Con recursos, armas y guerreros otomanos, Radu levantó una rebelión en contra de Vlad, apoyado por la nobleza local que resentía la política absolutista del voivoda.
La rebelión de Radu prosperó hasta convertirse en una verdadera amenaza. En 1462, Radu tomó el famoso castillo de Poenari, y Vlad tuvo que huir a toda prisa. Para no ser tomada presa por los turcos, su esposa se arrojó desde una torre y murió al caer contra los acantilados. En la huida, el hijo de ambos cayó de su montura y fue arrollado hasta morir por los caballos turcos que lo perseguían. Vlad viajó una vez más a Hungría a pedir ayuda a Matthias Corvinus, entonces rey de Hungría y sucesor de Janos Hunyadi. Corvinus tenía intenciones de negociar la paz con los turcos, así que arrestó a Vlad y lo mantuvo prisionero durante más de 10 años en Buda.
El auténtico Castillo Drácula |
Tras la muerte de Radu en 1475, Vlad intentó de nuevo conquistar su reino. Pero fue asesinado a los dos meses, y los turcos restablecieron a los Basarab en el trono... ¿O no fue así? Ni la fecha de su muerte ni el lugar de su entierro son conocidos. ¿Dónde pues, está la tumba de Drácula, si es que la hay? ¿Fue por la traición de los húngaros que abjuró de su fe? ¿Fue por la negativa de la Iglesia a sepultar a su suicida esposa en suelo cristiano lo que lo llevó a vender su alma al diablo y hacer de la sangre su alimento? ¿El que sólo se le pueda matar con una estaca es porque su método favorito de tortura era estacar gente? Si no se sabe dónde ni cuándo murió, y no hay tumba suya, ¿fue porque entonces inició su vida como un vampiro? ¿Será que Stoker escribió su novela a sabiendas de que Vlad se había convertido en un nosferatu?
...
...
Nah, lo mataron y enviaron su cabeza a Estambul, y su cuerpo fue enterrado sin ceremonias por sus enemigos en Comana. A menos que...
...
Cuatrocientos cincuenta años más tarde, un escritor y productor de teatro poco notable llamado Bram Stoker, andaba buscando inspiración para una novela de vampiros. En realidad ya tenía armada la trama general, una historia sobre un malvado Conde Vampyr, un nombre que habría sido tan estúpido como ponerle a un supervillano Mr. Bad Guy. Afortunadamente para él, su amigo húngaro Ármin Vámbéry le habló acerca de Vlad Drácula, lo que motivó a Stoker a investigar su historia. La figura del Empalador cautivó la imaginación de Stoker, quien lo usó como modelo para la creación de uno de los personajes más memorables de la literatura. Un clásico había nacido y el resto es historia.
Algunos críticos sostienen que Bram Stoker tomó de Vlad Tepes poco más que su nombre. Otros piensan que la intención de Stoker era hacer del Empalador el vampiro de su libro y que su elección no es casual. Habiendo leído la biografía de Tepes y la novela de Stoker, me inclino por la segunda opinión.
Drácula es un héroe nacional en Rumania. De hecho, para proteger su imagen, durante la dictadura de Nicolae Ceausescu, tanto la novela de Stoker como sus adaptaciones fílmicas estuvieron prohibidas en Rumania. Hoy en día, sucede lo contrario: Rumania, a sabiendas de que los occidentales sólo conocen al encapotado conde versión Bela Lugosi, han explotado la historia con fines turísticos. Parafernalia vampírica puede encontrarse por todo el país, así como varios castillos que aseguran ser el auténtico Castillo Drácula y diversos sitios que juran ser su lugar de descanso. Todo por un personaje de ficción creado por un extranjero. Es como si México basara su industria turística en la imagen de Speedy González.
Pero la creación de Stoker, aunque sea tan comerciable, si lo pensamos bien, resulta sólo una sombra del verdadero Drácula, en cuanto a malignidad se refiere. Sí, el Drácula literario se ha convertido en un arquetipo, y es una figura satánica e inifinitamente malvada. Pero el Drácula histórico tiene un conteo de víctimas reales que alcanza los cientos de miles. Más aún, vivió en un mundo en el que podía hacerlo con toda impunidad, y en el que gobernantes contemporáneos eran solo ligeramente menos crueles y creativos para aplicar el terror. Esa mezcla de crueldad y poder puede ser superlativa en el caso de Vlad, pero no excepcional en la historia humana. Piensen en todos los Dráculas reales que ha dado la historia, incluso recientemente, como Hitler y Stalin; u hoy mismo, las horribles formas de ejecución y tortura de los narcotraficantes. Finalmente, el Drácula histórico nos enseña que los monstruos existen: son de carne y hueso.
...
Cuatrocientos cincuenta años más tarde, un escritor y productor de teatro poco notable llamado Bram Stoker, andaba buscando inspiración para una novela de vampiros. En realidad ya tenía armada la trama general, una historia sobre un malvado Conde Vampyr, un nombre que habría sido tan estúpido como ponerle a un supervillano Mr. Bad Guy. Afortunadamente para él, su amigo húngaro Ármin Vámbéry le habló acerca de Vlad Drácula, lo que motivó a Stoker a investigar su historia. La figura del Empalador cautivó la imaginación de Stoker, quien lo usó como modelo para la creación de uno de los personajes más memorables de la literatura. Un clásico había nacido y el resto es historia.
Algunos críticos sostienen que Bram Stoker tomó de Vlad Tepes poco más que su nombre. Otros piensan que la intención de Stoker era hacer del Empalador el vampiro de su libro y que su elección no es casual. Habiendo leído la biografía de Tepes y la novela de Stoker, me inclino por la segunda opinión.
Drácula es un héroe nacional en Rumania. De hecho, para proteger su imagen, durante la dictadura de Nicolae Ceausescu, tanto la novela de Stoker como sus adaptaciones fílmicas estuvieron prohibidas en Rumania. Hoy en día, sucede lo contrario: Rumania, a sabiendas de que los occidentales sólo conocen al encapotado conde versión Bela Lugosi, han explotado la historia con fines turísticos. Parafernalia vampírica puede encontrarse por todo el país, así como varios castillos que aseguran ser el auténtico Castillo Drácula y diversos sitios que juran ser su lugar de descanso. Todo por un personaje de ficción creado por un extranjero. Es como si México basara su industria turística en la imagen de Speedy González.
Pero la creación de Stoker, aunque sea tan comerciable, si lo pensamos bien, resulta sólo una sombra del verdadero Drácula, en cuanto a malignidad se refiere. Sí, el Drácula literario se ha convertido en un arquetipo, y es una figura satánica e inifinitamente malvada. Pero el Drácula histórico tiene un conteo de víctimas reales que alcanza los cientos de miles. Más aún, vivió en un mundo en el que podía hacerlo con toda impunidad, y en el que gobernantes contemporáneos eran solo ligeramente menos crueles y creativos para aplicar el terror. Esa mezcla de crueldad y poder puede ser superlativa en el caso de Vlad, pero no excepcional en la historia humana. Piensen en todos los Dráculas reales que ha dado la historia, incluso recientemente, como Hitler y Stalin; u hoy mismo, las horribles formas de ejecución y tortura de los narcotraficantes. Finalmente, el Drácula histórico nos enseña que los monstruos existen: son de carne y hueso.
______________________________
POSDATA: Drácula, tanto el literario como el histórico, es uno de mis personajes favoritos. La mayoría de la información que usé para escribir esta entrada fue tomada de un maravilloso libro que me impactó en mi adolescencia y que se titula Tras los pasos de Drácula de Fernando Martínez Laínez, en el que el autor viaja por Rumania y visita los sitios históricos más importante al tiempo que nos narra la historia de Vlad el Empalador.
También les recomiendo este relato que descubrí hace poco, Much at Stake de Kevin J. Anderson, quien imagina un encuentro entre Bela Lugosi y Tepes.
Más artículos de temas relacionados:
8 comentarios:
El emperador empalador. :)
ya viste Hellsing ultimate? para mí hellsing es tambien el autentico vampiro. Por algo se llama Alucard.
saludos maik.
Una pelicula del Dacrula historico seria muy interesante.
Lee La Historiadora, es una mezcla interesante de historia y ficcion bastante creible!
Lauri
Yo también recomiendo Hellsing Ultimate.
"logró derrotar los inmensos ejércitos del sultán con tácticas guerrilleras y emboscadas"
Oye pero que no se suponía que:
en las paleoguerras (o sea, la guerra como se ha hecho desde el inicio de los tiempos hasta la Segunda Guerra Mundial) los dos bandos se enfrentaban directamente.
y que no eso de guerrilla es algo propio de:
las neoguerras(o sea, la guerra como sucede después de la Guerra Fría y hasta ahora) en la neoguerra no se sabe dónde está el enemigo: no está en un territorio definido, separado del nuestro por una frontera, sino que está en todas partes y en ninguna, e incluso detrás de nuestras filas.
;-)
Tss, tas tergiversándolo todo. Guerrillas, espías y saboteadors siempre ha habido, pero no puedes compararlas con organizaciones criminales o terroristas internacionales que infiltran la estructura misma de los Estados que buscan combatirlas.
Guerrillas, espías y saboteadors siempre ha habido,
Pero es que ese es precisamente mi punto, los elementos mencionados como característicos de las neoguerras son puntos que ya existen desde hace mucho, dejando de lado la guerra (tanto regular como irregular) el terrorismo internacional tiene antecedentes en la oleada de anarquismo de finales del siglo XIX, que es cuando se usa por primera vez la frase "Guerra contra el terror" y sobre el crimen organizado (aunque de los tres temas es con el que estoy menos familiarizado) hasta donde se también tiene orígenes a finales del siglo XIX y principios del XX.
Igual y sí, pero no con las complicaciones que incluyen las nuevas tecnologías de la comunicación, los transportes tan rápidos y las poblaciones tan diversas, que permiten que estos grupos sean de extensión verdaderamente internacional, a diferencia de las antiguas organizaciones terroristas o criminales.
Publicar un comentario