Una de las cosas más curiosas de esta era digital es la forma en la que la gente se construye sus criterios de veracidad. Ya hemos visto en una entrada anterior que las personas tienden a creer casi cualquier cosa que les aparezca en Facebook, incluso cuando a estas alturas todos deberíamos saber que es sumamente fácil poner cualquier texto en cualquier imagen y decir que es cualquier cosa. En otra entrada reciente hablamos de cómo la gente se entusiasma mucho con lo que parecen argumentaciones que apoyan sus posturas, pero que en realidad son balbuceos sin sentido que suenan bonito. Pues hoy quiero llamar la atención hacia la curiosa relación que existe entre los usuarios de Internet y sus links...
No, estoy hablando de los enlaces, ligas o hipervínculos que constantemente compartimos y a los que damos "like" o "retuiteamos". Es que parece que somos demasiado perezosos como para abrir los enlaces que nos pega alguien, y en vez de verificar qué es lo que dicen, respondemos confiazuda o suspicazmente a lo que nos describen que dice el enlace.
Es decir, nunca falta la persona que en vez de abrir la liga que se le comparte, responde al encabezado en cuestión para rebatirlo. Por ejemplo, si alguien pega un enlace a un artículo titulado Estudio indica que la gente adinerada tiende a ser menos generosa, no faltará aquel defensor de los pobrecitos y satanizados millonarios que empiece a rebatir la tesis implícita en el título sin haber leído el contenido.
No es que uno deba confiar plenamente en cualquier texto que le rolan por Internet. De hecho, muy a menudo se da el fenómeno opuesto; o sea, cuando alguien da "like" o comparte un enlace sin haberlo leído. Por ejemplo, como Peña Nieto nos caga de la puta verga, entonces si vemos un enlace que dice Psicólogos demuestran que Peña Nieto es estúpido, probablemente nos emocionemos y lo compartamos antes de saber siquiera qué dice. Un reporte estadístico de Twitter reveló que la mayoría de las personas retuitea enlaces sin haberlos abierto (y Twitter sabe bien estas cosas).
Lo correcto es ser escépticos al respecto de encabezados que dan sentencias sensacionalistas y extraordinarias. Notas así por lo general provienen de fuentes no especializadas que ponen carnadas para recibir clicks. Por eso es mejor siempre ir al texto original, o por lo menos contrastar la información con alguna fuente seria y confiable, reconocida por tratar asuntos afines.
No es que uno deba confiar plenamente en cualquier texto que le rolan por Internet. De hecho, muy a menudo se da el fenómeno opuesto; o sea, cuando alguien da "like" o comparte un enlace sin haberlo leído. Por ejemplo, como Peña Nieto nos caga de la puta verga, entonces si vemos un enlace que dice Psicólogos demuestran que Peña Nieto es estúpido, probablemente nos emocionemos y lo compartamos antes de saber siquiera qué dice. Un reporte estadístico de Twitter reveló que la mayoría de las personas retuitea enlaces sin haberlos abierto (y Twitter sabe bien estas cosas).
Lo correcto es ser escépticos al respecto de encabezados que dan sentencias sensacionalistas y extraordinarias. Notas así por lo general provienen de fuentes no especializadas que ponen carnadas para recibir clicks. Por eso es mejor siempre ir al texto original, o por lo menos contrastar la información con alguna fuente seria y confiable, reconocida por tratar asuntos afines.
Pero para saber eso hay que entrar a leer el enlace primero, y el problema es que la gente nada más ve encabezados y piensa "esto está en contra de lo que yo pienso, ahora verán" o "sí, a huevo, esto es algo que respalda lo que creo". Y a darle. El problema es que al hacer eso, la persona está "rebatiendo" o "apoyando" a tontas y a locas, y quizá se pierde de la oportunidad de encontrar algo que le haga pensar un poco o ver las cosas de diferente manera.
Por ejemplo, cuando publiqué mi taquillera entrada sobre el sexismo en los cómics, titulada El culo de la Mujer Araña, en un grupo de comiqueros de Facebook, muchos se apresuraron a decir "¡son mamadas!" y a soltar una retahíla de argumentos manidos y gastados, que yo mismo ya había considerado y a los que ya había respondido en esa misma entrada. Y así pasa todo el tiempo.
Por ejemplo, cuando publiqué mi taquillera entrada sobre el sexismo en los cómics, titulada El culo de la Mujer Araña, en un grupo de comiqueros de Facebook, muchos se apresuraron a decir "¡son mamadas!" y a soltar una retahíla de argumentos manidos y gastados, que yo mismo ya había considerado y a los que ya había respondido en esa misma entrada. Y así pasa todo el tiempo.
Es cierto, el tiempo es corto y uno no puede darse el lujo de revisar cada enlace que te ponen en Internet. Además, hay cosas que a estas alturas de la vida podemos descartar como tonterías. Por ejemplo, si alguien pone un enlace a una cura milagrosa, o a nuevas evidencias sobre el fraude del Apollo 11, o a prácticamente cualquier cosa de Pijamasurf, sé que no tengo ni qué molestarme en revisarlo porque son las mismas maguferías de siempre, de los mismos sitios conspiranoicos de siempre.
Pero a veces es necesario revisar. Por ejemplo, yo hace unos tres años me aficioné al sitio de humor y curiosidades Cracked, que por cierto ha ido decayendo bastante. En especial sus entradas sobre historia son muy poco confiables, porque en su afán de ser muy iconoclastas y mostrar que "todo lo que pensabas está mal" terminan defendiendo versiones exageradas de los hechos históricos, pero diametralmente opuestas a las versiones simplistas que suele tener el vulgo. En fin, el caso es que un día me leí uno de esos artículos sobre cómo todo lo que pensamos sobre prehistoria está equivocado. En él se afirmaba que la vida de los humanos paleolíticos era más segura y cómoda que la de los pueblos agricultores que vinieron después. Pues vaya, eso en efecto contradecía mis conocimientos al respecto.
Para sustentar sus afirmaciones, el texto de Cracked contenía un enlace a un artículo de una revista de divulgación seria. Pues hice lo sensato: ir a ver directamente ese texto. ¡Sorpresa! Resulta que aunque al principio del artículo se tomaba en consideración la tesis de que los paleolíticos vivían mejor que los agricultores, en su desarrollo presentaba las evidencias que la contradecían y al final llegaba a la conclusión totalmente opuesta.
Voy a suponer que el autor del texto de Cracked no tenía malicia al engañar y desinformar a su posible público, que simplemente era medio menso y medio perezoso, que no entendió y/o no leyó completo el artículo que estaba citando. Pero esto por desgracia sucede muy a menudo con los textos de Internet, en especial de páginas poco serias y sitios en los que cualquier pelagatos puede escribir (como un blog), pero también pasa en medios bastante mainstream y reconocidos.
Una vez compartí una nota de Sin Embargo en la que se decía que los índices de bullying en México son de los más altos del mundo. Un amigo me hizo notar que el texto era tendencioso, y que revisando el artículo original (cuyo enlace se incluía en Sin Embargo) estaba claro que no se podía llegar a tales conclusiones. Y pues ahí tenemos a la otrora irreprochable Proceso, que se fusiló una noticia falsa sobre que Snowden había dicho que Bin Laden seguía vivo, porque a algún editorcillo se le olvidó checar si la fuente de la que estaba fusilando era confiable.
Mira, los enlaces en los artículos de Internet son como la bibliografía de tu tesis: cuentas con que te den cierta legitimidad y respaldo, pero confías en que nadie se va a poner a revisarlos para desmentirte. En efecto, uno como lector ve que si un texto tiene muchos enlaces, es porque éstos llevan a información que respalda lo que dice el autor, que de otra forma no se atrevería a ponerlos. Confiamos en que no nos engañarían.
Confiar es natural y en muchos casos es lo más sensato, porque no podemos pasarnos la vida verificando por nosotros mismos todo lo que nos llega como información. Pero a veces sí tenemos que hacerlo y tal es la importante lección de escepticismo que les presento hoy: revisen los enlaces siempre que puedan, especialmente cuando se trata de temas polémicos, afirmaciones extraordinarias o asuntos que desafían el sentido común. Y si no me creen, revisen todos y cada uno de los enlaces que les puse en este post. Eso probará mi punto.
Una vez compartí una nota de Sin Embargo en la que se decía que los índices de bullying en México son de los más altos del mundo. Un amigo me hizo notar que el texto era tendencioso, y que revisando el artículo original (cuyo enlace se incluía en Sin Embargo) estaba claro que no se podía llegar a tales conclusiones. Y pues ahí tenemos a la otrora irreprochable Proceso, que se fusiló una noticia falsa sobre que Snowden había dicho que Bin Laden seguía vivo, porque a algún editorcillo se le olvidó checar si la fuente de la que estaba fusilando era confiable.
Mira, los enlaces en los artículos de Internet son como la bibliografía de tu tesis: cuentas con que te den cierta legitimidad y respaldo, pero confías en que nadie se va a poner a revisarlos para desmentirte. En efecto, uno como lector ve que si un texto tiene muchos enlaces, es porque éstos llevan a información que respalda lo que dice el autor, que de otra forma no se atrevería a ponerlos. Confiamos en que no nos engañarían.
Confiar es natural y en muchos casos es lo más sensato, porque no podemos pasarnos la vida verificando por nosotros mismos todo lo que nos llega como información. Pero a veces sí tenemos que hacerlo y tal es la importante lección de escepticismo que les presento hoy: revisen los enlaces siempre que puedan, especialmente cuando se trata de temas polémicos, afirmaciones extraordinarias o asuntos que desafían el sentido común. Y si no me creen, revisen todos y cada uno de los enlaces que les puse en este post. Eso probará mi punto.
Enlaces que sí sirven para aprender a no creer en cualquier cosa:
9 comentarios:
Jajaja. Debo confesar que me di cuenta cuando sentí ganas de volverle a ver el culo a la mujer araña.
Que curioso atrás deje dos comentarios y no están ni siquiera el comentario donde le respondo a Thor. Es bastante patético que tengas que borrar incluso el comentario de Thor para que no quede huella del mio. Y así defiendes el "escepticismo" que pontificas contra los "magufos", a base de censura?
Pensé que este sitio tuyo era el único que no hacia eso pero doy cuenta que te pones a criticar a medio mundo y no aguantas vara. Debí percatarme de que alojas a los viejos conocidos Antonio y G. Plascencia.
Y ya que hablas de leerte las fuentes originales antes de soltar sandeces explica por qué los líderes del "escepticismo" son capaces de inventarse cosas que no dicen las fuentes. Para ejemplo tienes al físico Daniel Manzano o a tu compañero Daño Zepeda:
http://explicandoalexplicador.blogspot.mx/2015/07/el-sacerdocio-de-la-ciencia-xxxii_21.html?m=1
http://explicandoalexplicador.blogspot.mx/2015/08/la-feligresia-de-la-ciencia-xx-antes.html?m=1
Lo que sí es raro es eso de rechazar lo que son afirmaciones "extraordinarias" y que contradicen el "sentido común". Ningún escéptico ni del eschuarcismo o del randianismo ha podido demostrar esa linea entre lo ordinario y lo extraordinario. Y eso de rechazar las afirmaciones porque contradicen el sentido de común entonces aplicate el cuento y elimina na mecánica cuántica o las teorías de la complejidad y el caos. Este "escepticismo" es tan invalido porque reproduce las viejas tesis del inductivismo unas veces y otras del falsacionismo ingenuo. Parece que se quedaron en la epistemología de los años 30.
Me acabo de dar cuenta de mi imbecilidad. Este comentario no es para este blog. Me voy a Taringa lince y mil disculpas el baneo fue allá y no acá.
Que vergüenza la mía.
Este comentario sí es legitimo. Eso me pasa por comentar en varios lados a la vez y confundi las discusiones. No vuelvo a molestar.
Continuaba abriendo los links porque esperaba que alguno fuese verdadero ¿Cuál es la revista de divulgación seria? ¿En verdad existe un estudio sobre los links de twitter? ¿Lo qué dices sobre Sin Embargo y el Proceso en verdad sucedió? jaja
Jorge: Jajaja, pues ésa es la moraleja de la historia: tendrás que averiguarlo por ti mismo ;) Pero no te preocupes, tú ponlo en Google y aparece a la primera.
Te odio. Te odio, te odio, te odio. No me podré quitar nunca esa cancion de la cabeza que ya me atormento en los 80s.
Y un enorme problema es cómo en artículos de fuentes conocidas a veces se coló ya la basura de noticias falsas, de esas páginas fake que emiten noticias que luego todos comparten sin pensar: "Peña Nieto ordenará arrestar a todo el que comparta un meme de él, y mandará al ejército" y cosas por el estilo. Por eso tienen que entender que hay dos cosas que deben corroborar con cada cosa que vean compartida: fuentes, y coherencia.
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