"En los Elseworlds, los héroes se salen de su escenario acostumbrado, para ubicarse en épocas y lugares pasados, o bien, que podrían o no existir, o que no deberían existir. Las historias resultantes logran que los personajes que son conocidos de siempre, se perciban tan frescos como el mañana..."
Así rezaba una leyenda que servía de prólogo o explicación de una de las líneas editoriales más interesantes publicadas por DC Comics. Los Elseworlds (otros mundos) eran historias alternas, es decir, fuera de la continuidad del universo DC regular; partían de la premisa "¿Qué pasaría si....?", y por lo general eran autoconclusivas.
Uno de los ejemplos más interesantes, y el primero que tuve la oportunidad de leer, fue el cómic Speeding Bullets, de JM DeMatteis y Eduardo Barreto (1993), que resulta perfecto para ejemplificar qué es un Elseworld: La nave de Kal-El cae en la Tierra, pero no en una granja de Kansas, sino en las afueras de Ciudad Gótica y es hallada por ¡los Wayne! Ellos adoptan al pequeño bebé kryptoniano y lo bautizan con el nombre de Bruce. La historia continúa desarrollándose: Los Wayne son asesinados frente al pequeño Bruce, y entonces él jura combatir el crimen... como Batman. Entonces, en este mundo, tenemos a un Batman con los poderes de Superman.
Éste es el tipo de historias que se pueden encontrar en los Elseworlds. Algunas parten de un simple cambio en las tramas que conocemos sobre nuestros héroes. Otras se sitúan en mundos por completo distintos, en otras eras, o en extraños universos paralelos. DC solía hacer este tipo de historias desde la década de los 60. Las presentaba en los títulos ordinarios de los superhéroes, advirtiendo a los lectores que la historia que estaban a punto de ver era una Historia imaginaria... Hasta que Alan Moore les dijo "No sean pendejos, todas estas historias son imaginarias"... Después se creó el sello de Elseworlds.
A continuación compartiré algunos de los Elseworlds más notables que he leído. Hay de todo en esta fantástica colección. Como en los Elseworlds los creativos no estaba limitados para mantenerse dentro del canon, podía crear nuevas y muy interesantes historias, dejando volar su imaginación. No todas son buenas, sin embargo; una vez que los primeros escritores probaron suerte en territorios inexplorados, muchos de los que les siguieron sólo propusieron obviedades. Algunos son desperdicios de buenas ideas que le quedaron demasiado grandes a quienes las concibieron en primer lugar. Otros son sólo muy extraños. En fin, aquí les van:
Batman: Gotham by Gaslight de Bryan Augustin y Mike Mignola (1989): Fue, de hecho, el primer Elseworld de cuantos se publicaron, aunque para entonces no se había creado el sello. Traslada a Batman a la Era Victoriana para enfrentarse a Jack el Destripador. Parecería que Batman pertenece muy naturalmente a esa época, pues es uno de los escenarios más recurrentes en los Elsweworlds. En efecto, Batman es un personaje gótico, y una ciudad decimonónica es el escenario gótico por excelencia. Por ser una obra seminal, muy creativa y novedosa para sus tiempos, vale la pena checarla, además de que el arte de Mike Mignola siempre es una cosa hermosa de mirar.
Batman: Holy Terror de Alan Brennert y Norm Breyfogle (1991): El Reverendo Bruce Wayne vive en una teocracia puritana gobernada por fanáticos religiosos. Yep, así como lo leen. Al parecer así habría sido el mundo si Oliver Cromwell hubiera vivido lo suficiente para establecer una dinastía. El escenario es un poco absurdo, pero se olvida muy rápido en una historia llena de misterio, suspenso y feroz crítica contra el fanatismo religioso y el fascismo. Investigando la muerte de sus padres, Bruce descubre que fueron asesinados porque protegían a homosexuales, razas inferiores, disidentes y otros enemigos de la fe. La Inquisición también guarda un terrible secreto para mantenerse en el poder y en control de la población. Este cómic, claramente influido por la clásica V for Vendetta, es una joya. Lo único malo es que sea tan breve.
Batman: In Darkest Knight de Mike W Barr y Jerry Bingham (1994): Es el tipo de "obviedad" a la que me refiero. Siguiendo una premisa parecida a la de Speeding Bullets, en este cómic un joven Bruce Wayne está tratando de hallar la mejor forma de vengar la muerte de sus padres cuando de pronto ¡le llega un Anillo de Poder de Linterna Verde! Podría haber sido una buena historia, hasta que el escritor, sin saber qué hacer, empieza a fusionar a villanos de Linterna Verde con villanos de Batman, incluyendo un híbrido Joker-Sinestro, que no tiene sentido. En fin, una historia de la que no se explotó su potencial.
Superman: Kal de Dave Gibbons y José Luis García-López (1995): Como muchos otras historias que le seguirían, ésta parte de modificar el destino del cohete de Kal-El. En este caso, el bebé kryptoniano cae en Inglaterra... ¡en la Edad Media! Es criado en una granja y en su juventud viaja por primera vez a una aldea que es tiranizada por el malvado Barón Luthor, quien tiene cautiva a la bella Lady Loisse. En esta versión, Kal es menos poderoso (para hacerlo más interesante) y además tiene un tono romántico y trágico que lo hacen una pequeña joya de colección. Fue, junto con Speeding Bullets, mi primer Elseworld, pues la hoy extinta editorial Vid los publicó juntos en un flip-book. Es una de mis historias favoritas del Azulote.
Kingdom Come de Mark Waid y Alex Ross (1996): Una de las mejores novelas gráficas jamás hechas en toda la historia del cómic de superhéroes, y merece un lugar justo abajito de Watchmen y Dark Knight Returns, y de la que ya me he expresado con prolijidad. Con el arte de Alex Ross, el Miguel Ángel de los cómics, esta obra maestra nos lleva a un futuro cercano, en el que los héroes clásicos han envejecido, muerto o se han retirado y en el que centenas de superhumanos rebeldes e irresponsables dominan las calles. Magnífico por la complejidad que alcanzan a desarrollar sus personajes, los dilemas filosóficos y morales que plantea y la reinterpretación del mito superheroico a la luz de símbolos y valores religiosos, al mismo tiempo que contrasta al superhéroe clásico con el antihéroe ultraviolento de los noventa y hace una crítica del medio superheroico mismo. Una joya para incluso aquéllos a quienes no les gusta leer cómics.
Superman: Distant Fires de Howard Chaykin, Gil Kane y Kevin Nowlan (1997): Es un cómic jodidamente bizarro. Empieza en un mundo post-apocalíptico, destruido por una guerra nuclear. La mayor parte de la humanidad ha muerto; sólo sobrevivieron los superhéroes, que ahora carecen de poderes. Surgió una nueva raza de mutantes caníbales, mientras que ratas, palomas y gatos se convirtieron en animales gigantes... En cosa de como dos años o algo así, porque ninguno de nuestros personajes familiares parece haber envejecido. En fin, Superman, la Mujer Maravilla y otros comienzan a reconstruir la civilización, pero el Capitán Marvel se vuelve malo e invoca el poder de Shazam, lo que poco a poco va devolviendo sus habilidades a los otros superhéroes... Eso desencadena una guerra de superhumanos y muchas otras cosas que no tienen sentido en un escenario bastante sombrío y violento, tipo Thundarr el Bárbaro o incluso algo sacado de Heavy Metal, pero con menos tetas. No es realmente un cómic que digamos bueno, pero es tan extraño que resulta un tesoro coleccionable.
Superman: War of the Worlds de Roy Thomas y Michael Lark (1998): Se ubica a finales de la década de 1930 (es decir, cuando empezaron a publicarse los cómics de Superman), justo antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial. En esta historia un Superman, con los poderes limitados de su primera encarnación, combate una invasión de los marcianos de HG Wells. No resulta nada fácil para el Hombre de Acero. Es un excelente cómic en estilo retro, que homenajea tanto la novela y película original como las aventuras de la Edad Dorada de Superman. Además, presenta una historia conmovedora y entrañable, en la que Kal-El se ve reflejado en los marcianos invasores... ¿acaso no es él como ellos, un extraño en otro planeta?
Supergirl and Batgirl: Elseworld's Finest de Barbara Kesel y Mat Haley (1998): En este mundo nunca existieron ni Superman ni Batman. Los padres de Bruce no fueron asesinados, sí en cambio los de Barbara Gordon, que se convierte en Batgirl, mientras que la nave de Kara llega a la Tierra, pero el paradero de Kal-El es un misterio. Aquí Batgirl gobierna Gotham con puño de hierro, casi a un grado fascista. Mientras, Supergirl tiene una visión ingenua del mundo y confía plenamente en su protector (¡y amante!) Lex Luthor. Juntas, estas dos heroínas enfrentan una aventura singular. La historia no es muy buena, pero el arte está genial, y con eso quiero decir que da al público mucho fanservice muy sepsi.
JLA: The Nail de Alan Davis y Mark Farmer (1998): Otra de esas sagas imperdibles. Un clavo, un simple clavo, cambia para siempre la historia del Universo DC, pues aquí no existe Superman. Los demás héroes carecen de liderazgo y la Liga de la Justicia tiene problemas para existir en un mundo en el que los superhumanos son temidos y perseguidos, además de que hay un complot para apoderarse del mundo orquestado por un enemigo desconocido que tiene acceso a tecnología alienígena. Vean a la Liga de la Justicia tratando de adaptarse a este extraño mundo, tan familiar y sin embargo tan distinto del que todos conocemos. Explora y desarrolla las personalidades de nuestros superhéroes como pocas veces en la continuidad tradicional. Es uno de los mejores Elseworlds, simplemente genial.
Batman and Dracula de Doug Moench y Kelley Jones: Es una brillante trilogía compuesta por los títulos Red Rain (1991), Bloodstorm (1994) y Crimson Mist (1998). En el primero, Batman se enfrenta al mismísimo Drácula y logra vencerlo pero al precio de convertirse él mismo en vampiro. El segundo cómic es el mejor de todos, como suele suceder en una trilogía, pues trata del dolor y desesperación que sufre Batman por ser un vampiro, mientras trata de resolver una nueva epidemia vampírica desatada por el Joker. El tercer título es el menos bueno, pero también tiene lo suyo, pues en él Batman se va totalmente al "lado oscuro" y abraza el vampirismo más violento y cruel para castigar el crimen. En todos, el arte de Kelley Jones es invaluable.
Superman and Batman: Generations de John Byrne (1999): Una imperdible serie de 4 números, que tuvo además otras secuelas. El gran artista y escritor John Byrne crea esta entrañable saga de los dos superhéroes más geniales del mundo. Batman y Superman se conocen en 1939 (el año de publicación del primer cómic de Batman, Detective Comics #27) y a partir de entonces nos cuentan la historia de sus vidas, y de sus familias cada década: 1949, 1959, 1969, 1979... Lo interesante es que Byrne le da a cada historia el tono que tenían los cómics de Superhéroes en la época en que fueran publicados: en 1939 encontramos a unos héroes bastante rudos; en 1959 tenemos una historia bastante alegre e infantiloide y entre 1979 y 1989 nos encontramos con los episodos más trágicos y oscuros. En fin, una verdadera obra maestra, y una de las mejores historias tanto de Bats como de Supes.
JLA: Act of God de Doug Moench y Dave Ross (2000): Éste resulta un cómic muy interesante y singular porque parte del Universo DC tal cual era al momento de publicar esta historia. Los héroes están haciendo su trabajo cierto día cuando de pronto cae un relámpago púrpura del cielo y los deja a todos sin superpoderes. Sólo los héroes y villanos que usan tecnología quedan sin ser afectados. Todos los demás, cualesquiera que sea el origen de su poder (mutantes, extraterrestres, magia, etc), se convierten en personas normales. Esto deja a Lex Luthor y un nuevo equipo de supervillanos, sin obstáculos, a menos que una nueva liga de antiguos metahumanos lo enfrente con un poco de ayuda y entrenamiento de Batman.
Superman: Red Son de Mark Millar y Dave Johnson (2003): Esta historia ya clásica parte de una premisa mucho muy interesantes: ¿qué habría pasado si Superman, en vez de crecer en los Estados Unidos lo hubiera hecho en la Unión Soviética? Al principio la historia va muy bien, pero yo creo que le quedó muy grande a Mark Millar. Como ya lo he dicho, este escritor no me agrada mucho (me caga, de hecho), porque recurre ad nauseam a los mismos efectismos, además de que no es muy culto que digamos y por lo tanto las deliciosas posibilidades de tener a un Superman comunista se diluyen en sus manos y ésta se convierte en una historieta homenaje a la Edad de Plata de los cómics.
Batman: Detective No. 27 de Michael Uslan y Peter Snejbjet (2004): Es una maravilla de cómic. El título hace homenaje al primer cómic en el que apareció el Caballero Nocturno y tiene una de las tramas más ricas, ingeniosas y elaboradas que se hayan puesto en una historia de Batman. De hecho, éste no sale, sino que el protagonista es Bruce Wayne, que en el año de 1939 pasa a ser el número 27 en una organización secreta de detectives, junto a la que debe investigar una complicada conspiración cuyos orígenes se remontan a mediados del siglo XIX. Se adereza con apariciones de personajes históricos y literarios, creativas versiones de los personajes regulares del cómic y muchas referencias y homenajes a la cultura pop de las épocas que cubre. ¡Una chulada!
Bien, con eso tienen un probadita de estos extraños mundos. Hay muchas más historias. Una en la que Superman es creado por Victor Luthor a la manera de Frankenstein; una trilogía cuyas historias se ubican en un mundo inspirado en el cine expresionista alemán; un cómic en el que Batman es un capitán pirata, otro en el que es algo así como el Llanero Solitario y otro más en el que es un caballero medieval; uno de la Liga de la Justicia en el Viejo Oeste; otro de la Mujer Maravilla en la Era Victoriana; una historia en la que Superman es criado por Darkseid... Y un largo etcétera, del que quizá hablaremos en otra ocasión.
Los Elseworlds se publicaron entre 1989 y 2010, aunque en realidad pocos aparecieron después del año 2000; fue definitivamente un fenómeno noventero. Algunas historias fueron buenas, otras no tanto, pero quedan como ejemplos de la casi infinita maleabilidad de las historias de superhéroes y de la creatividad de quienes trabajan en ellas.
NOTA DE 2024: Después de 14 años de abandono, ¡DC ha anunciado el regreso del sello Elseworlds! Esto me motivó a darle una revisada al presente texto y a preparar una nueva serie en la que estaré leyendo y reseñando los mejores o más llamativos. ¡Empezamos pronto!
Más curiosidades sobre cómics y cultura pop:
- ¡Qué difícil era ser superhéroe en los 90!
- Crossing over / Encuentros extraños
- Canon vs Leyendas: La Guerra de los Clones
GALERÍA
Batman se enfrenta al Destripador en Gotham by Gaslight |
Batman descubre un terrible secreto en Holy Terror |
El kryptoniano medieval en Superman: Kal |
Una muestra del arte de Alex Ross en Kingdom Come |
Creo que Kara nunca había estado tan mamada (ni tan tetona) como en Supergirl and Batgirl |
Bruce es un vampiro y Selina es una mujer-gato literal en Bloodstorm |
Un Batman anarquista contra un Superman comunista en Red Son |
6 comentarios:
Una muy buena entrada, ya me había leido algunas novelas y agradezco que mencionaras otras que desconocía.
Solo como nota quiero rescatar el significado original de bizarro (valiente, lucido) que se nos ha dado últimamente en usarlo como sinónimo de torcido o extraño.
Saludos desde la bizarra capital de mi estado, Zacatecas que es un cielo cruel y una tierra colorada.
Maik, Maik, Maik... cada tanto tiempo me das razones para acabarme mi quincena (Esos comics si merecen tenerlos en papel bien guardaditos)... :D
Saludos.
Qué sería de algunos personajes de los cómics sin los elseworlds. Los elseworlds son la oportunidad de contar historias que no aparecerían en un canon regular y eso beneficia a Supermán más que a otros, pues al ser el bueno y por la reticencia del público lector a los cambios es una buena forma de dejar salir relatos sin necesidad de inventar otras tierras ni macuarreces así.
Red Son es mi favorito, tanto que el escudo de Supermán con la hoz y el martillo es parte de mi colección de avatares y lo saco de vez en cuando.
Su premisa es más simple aún: ¿qué habría pasado si la nave de Kal-El hubiera llegado a la Tierra con 12 horas de diferencia? Y Millar será lo que sea, pero sí retrató bien a un Supermán no comunista, sino stalinista.
Mención aparte merecen otros dos: uno es Superman: el lado oscuro. La premisa es simple: la nave de Kal-El cae en Apokolips y él es criado por Darkseid. El otro es Legado, donde un kriptoniano adulto llega a Inglaterra en el s. XVII, conviertiendo al Imperio británico en un poder mundial e invencible y del cual Kal-El es descendiente.
En lo personal disfruto más esas historias que las «canónicas».
Lo único que lamento en este momento es que no mencionen uno de mis favoritos "Batman Nosferatu"
Lo mencioné muy de pasadita: "una trilogía cuyas historias se ubican en un mundo inspirado en el cine expresionista alemán"
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