-¿Cuáles son los otros tres?
-El rey, la nobleza y los plebeyos. ¡Aprende historia de Francia!
Drederick Tatum, sobre la libertad de prensa
Creo que ésta es la parte en la que empiezo mi entrada con algún cliché tipo "en nuestros tiempos los medios de comunicación se han vuelto tan fundamentales para la sociedad que con justa razón se les llama el Cuarto Poder", pero eso es algo que ustedes y yo sabemos muy bien y que realmente no tiene mucho caso recalcar. Sabemos del enorme potencial de los medios como herramientas de la verdad y la democracia, pero también como armas del autoritarismo y la enajenación.
Pensando en lo anterior, me decidí a armar un ciclo de cine cuyo tema fueran los medios de comunicación. El propósito de esta selección es reflexionar acerca de su alcance e importancia en nuestra sociedad. Valientes periodistas que se enfrentan al poder para desenmascarar la verdad, empresarios sin escrúpulos que usan los medios para manipular al público a su favor, cadenas de televisión que lo transforman todo, incluyendo la vida misma, en un espectáculo... en estas películas podrán encontrar desde historias reales hasta farsas surrealistas y fábulas de ciencia ficción; en fin, de todo un poco para iniciarnos en algunos de los temas más relevantes que atañen a los medios y su relación con nuestras vidas.
8
Shattered Glass
(2003)
Con: Hayden Christensen, Peter Sarsgaard, Chloë Sevigny, Rosario Dawson y Hank Azaria
Antes de que Hayden Christensen saltara a la infamia por perpetrar a Anakin Skywalker, hizo esta peliculita que le ganó muchos elogios y buenas críticas. Esta cinta, que en México se conoció como "El precio de la verdad", trata del joven y prometedor periodista Stephen Glass, quien tuvo una fugaz y brillante carrera en la prestigiosa revista estadounidense The New Republic. (Ésta es una revista buenísima, por cierto, les recomiendo que la sigan en Twitter para checar sus fabulosos artículos de diferentes temas.)
Para mantenerse en una revista tan genial, el joven Glass empezó a falsificar notas espectaculares, que se publicaron atrayendo mucho éxito para el chaval. La película va de cómo el castillo de naipes construido por Glas comienza a desmoronarse y la verdad poco a poco sale a la luz. Su caso nos muestra cómo hasta un medio de mucho prestigio puede caer en falsedades y lo fácil que es dejarnos enganchar por una historia fascinante aunque no sea verdad. Es también una importante lección sobre ética periodística, a través de los diferentes personajes que conocemos en la redacción de la revista.
7
Wag the Dog
(1997)
Con: Dustin Hoffman, Robert De Niro, Anne Heche, Woody Harrelson y Kirsten Dunst
En México tuvo el poco afortunado título de "Escándalo en la casa blanca", que pierde totalmente el sentido del epígrafe que da nombre a esta cinta en inglés: "¿Por qué el perro mueve la cola? Porque el perro es más inteligente que la cola. Si la cola fuera más inteligente, la cola movería al perro." Pues de esto se trata esta deliciosa y genial sátira surrealista: de cómo todo un país es manipulado como si la cola moviera al perro (wag the dog).
La anécdota es ésta: poco antes de las elecciones el presidente de los Estados Unidos es descubierto haciendo insinuaciones inapropiadas a una niña exploradora que visitaba la Casa Blanca. Con el objetivo de desviar la atención del escándalo mediático, el apagafuegos oficial, interpretado por Robert De Niro, contrata a un productor de Hollywood, interpretado por Dustin Hoffman. Su plan: producir una guerra internacional ficticia contra un país de los Balcanes.
El resto es una delicia. Este par de pillos logran despertar la indignación del público y su deseo de intervención con imágenes filmadas en estudios, y crean de la nada un héroe americano festejado por el patriotero pueblo que celebra las victorias y se conduele con las bajas. Además, sólo por ver a De Niro y Hoffman juntos vale la pena checar este título.
El problema de esta peli, y la razón por la que no la puse en un lugar más alto, es que los conspiranoicos tienden a tomársela demasiado en serio y creer que es un documental de cómo funciona la política exterior gringa. No, las guerras intervencionistas sí existen, y se dan por causas bastante más complejas que sólo tapar los escándalos sexuales de los presidentes. Hay que verla con sentido crítico, como una parodia de la manipulación de la opinión pública mediante la sensiblería, y como una joya del humor más inteligente y, en ocasiones, muy negro.
6
The Truman Show
(1998)
Con: Jim Carrey, Laura Linney, Ed Harris y Natascha McElhone
Una de las mejores películas de ciencia ficción de los 90, dentro de esa tendencia de hacer historias que cuestionaran la naturaleza de la realidad y de la ilusión, "El show de Truman" es también una fábula sobre cómo la vida y la dignidad humanas son convertidas en espectáculo para un público siempre ávido de entretenimiento.
Truman (Jim Carrey) vive cautivo, sin saberlo, en un estudio de televisión. Sus familiares, vecinos y amigos son actores. Su vida es una mentira. Jamás ha salido del suburbio en el que habita. Parece feliz, trata de adaptarse a esa única realidad que conoce, pero algo lo llama para ir más allá. Mientras, afuera, el público estadounidense mira abobado la vida de Truman, que es más bien ordinaria y anodina. ¿Qué pasará cuando el velo de la ficción comience a rasgarse?
Esta cinta ha sido analizada a múltiples niveles, como relato existencial o alegoría religiosa, pero a nosotros ahora nos interesa por la forma en que satiriza a una televisión que todo lo devora y lo convierte en espectáculo, incluyendo las vidas de los seres humanos, y que nos hace olvidarnos de la realidad para sumergirnos en un mundo de ficción.
Esta cinta salió pocos años antes de que el boom de los reality show comenzara y lo que anunciaba parecía en ese entonces inverosímil. Pero con el cambio de milenio llegó esa horripilancia que fue Big Brother y la televisión se sumergió en un hoyo negro de realities del que apenas ha comenzado a recuperarse (gracias, Netflix). La realidad supera a la ficción.
5
Good Night, and Good Luck
(2005)
Con: David Strathairn, Robert Downey Jr, Patricia Clarkson, Frank Langella y Jeff Daniels
La década de 1950. El senador paranoico anticomunista Joseph McArthy encabezaba una cacería de brujas por todo el país en contra de cualquier persona que pareciera sospechosa de comunismo. Bastaba escribir o decir en público cualquier cosa que sonara demasiado liberal, cualquier defensa de los derechos laborales, cualquier queja en contra del gobierno en turno. En esos días, un periodista valiente, Edward R Murrow se atrevió a presentar oposición.
La película narra este duelo de voluntades entre Murrow y MacArthy, la forma en la que este último usa su poder político para perseguir y castigar a sus enemigos, la manera en la que el periodista combate al senador sólo armado con la verdad y el foro que tiene a su disposición. Las acusaciones falsas, las amenazas de despidos, el retiro del patrocinio... nada de eso logra quebrantar la voluntad de Murrow para hacer justicia en un país dominado por el miedo.
Esta historia nos habla de la necesidad de que existan medios críticos que se opongan abiertamente al poder, nos recuerda que la lucha de estos comunicadores valientes puede terminar en la victoria. El discurso histórico que Murrow dio en 1958 habla de la importancia de hacer de la televisión y la radio algo más que cajas idiotas: pueden herramientas con potencial para informar y educar al público. Advierte que si los historiadores del futuro pudieran tomar una semana de transmisiones de televisión encontrarían decadencia y escapismo. Para que no todo sea así, debemos tener en la memoria ejemplos de comunicadores valerosos como él.
Les dejo con el discurso:
4
The Insider
(1999)
Con: Al Pacino, Rossel Crowe, Christopher Plummer y Michael Gambon
Seguimos con historias de comunicadores valientes. La verdad tuve dudas sobre si poner ésta o la anterior en un lugar más alto. Consíderenlas empatadas, y si al final opté por colocar "El informante" en un puesto superior es porque, aunque el asunto del que trata es menos importante, como película me parece un poco mejor, y es que si algo hace bien Michael Mann es meterle mucho suspenso e intensidad emocional a sus filmes.
En "El informate" nos cuentan la historia real de Jeffrey Wigand (Crowe), un científico que, tras trabajar durante años para las industrias tabacaleras, fue despedido por presentar a sus empleadores un reporte sobre los riesgos de salud que implica el consumo de cigarro. Wigand es poco después contactado por Lowell Bergman (Pacino), productor del programa de entrevistas 60 minutos.
A partir de aquí comienza un verdadero thriller. Bergman lucha por sacar a la luz verdades sobre las que las tabacaleras se hacen tontas: la nicotina es adictiva y fumar produce cáncer. Las corporaciones tienen la información científica, pero la niegan, la niegan y la niegan. Mientras abogados y matones acosan y amenazan a Wigand y a su familia, la televisora presiona a Bergman para que no saque la historia o que presente una versión censurada.
Ya habíamos hablado de la importancia del compromiso ético de los periodistas, que deberían perseguir la verdad aunque ésta afecte los intereses de los poderosos (en este caso, las corporaciones), pero aprovecho para mencionar la importancia de la ética en la actividad científica. Un científico también tiene un compromiso con la sociedad, y si sus investigaciones dan con un hecho que compromete el bienestar de la comunidad, es su responsabilidad darlo a conocer. Científicos y comunicadores valientes, hay que honrarlos.
3
Network
Dir: Sidney Lumet
Con: Faye Dunaway, Peter Finch, William Holden, Robert Duvall y Marlene Warfield
Hasta ahora nuestro ciclo ha consistido de puras películas recientes. Vamos a revisar un poco de cine más clásico para los primeros lugares, y empecemos por la multipremiada y obligatoria "Poder que mata" (chale, los títulos de estas películas recibieron muy malas traducciones en México...). Esta cinta nos cuenta la historia de Howard Beale (Peter Finch), un veterano presentador de noticias que está a punto de ser despedido porque sus ratings son demasiado bajos. Aprovechando sus últimas transmisiones, Beale se deschaveta en vivo y suelta netas sobre la podredumbre del orden político y social de su tiempo. Sorprendentemente, estas transmisiones logran un rating altísimo y la cadena le da a Beale su propio programa para que lace sus alocados despotriques libremente.
Ahora, lo delicioso de esta película es cómo es una sátira dentro de otra sátira. Mientras que algunos (los productores del pseudodocumental Zeitgeist, por ejemplo) se alucinan con los dislates del personaje de Finch y gritan "sí, a huevo, así funciona el mundo, esto es la neta", en la película se muestra cómo ese ranteo en apariencia subversivo es convertido a su vez en espectáculo borreguizador, en parte de la idiotización misma de la caja idiota. Beale está predicando como cualquier evangelista de la tele y su público lo admira como a un profeta. Su mensaje es que la gente apague la puta televisión, que piensa por sí misma y que salga a vivir su vida; pero el público lo sigue con devoción acrítica y fanática, obedece sus mandatos, repite sus mantras, lo sigue a través de la televisión y además, se cree que se está rebelando contra el sistema. ¿No es absolutamente exquisito?
En su afán de repetir el éxito del programa de Beale, la joven y ambiciosa productora Diana Christensen (Faye Dunaway) incluso contacta con una célula radical de guerrilleros negros, a los que seduce ofreciéndoles una serie de docudrama. El viejo productor y amigo de Beale, Max Schumacher, ve el mundo que conoce desmoronarse en una nueva dinámica sin alma en la que hasta las ideologías tienen precio. Grandilocuente y melodramática, "Poder que mata" nos muestra cómo la televisión es capaz de absorberlo todo, y que incluso la rebeldía puede convertirse en el más barato producto de consumo.
Ahora, lo delicioso de esta película es cómo es una sátira dentro de otra sátira. Mientras que algunos (los productores del pseudodocumental Zeitgeist, por ejemplo) se alucinan con los dislates del personaje de Finch y gritan "sí, a huevo, así funciona el mundo, esto es la neta", en la película se muestra cómo ese ranteo en apariencia subversivo es convertido a su vez en espectáculo borreguizador, en parte de la idiotización misma de la caja idiota. Beale está predicando como cualquier evangelista de la tele y su público lo admira como a un profeta. Su mensaje es que la gente apague la puta televisión, que piensa por sí misma y que salga a vivir su vida; pero el público lo sigue con devoción acrítica y fanática, obedece sus mandatos, repite sus mantras, lo sigue a través de la televisión y además, se cree que se está rebelando contra el sistema. ¿No es absolutamente exquisito?
En su afán de repetir el éxito del programa de Beale, la joven y ambiciosa productora Diana Christensen (Faye Dunaway) incluso contacta con una célula radical de guerrilleros negros, a los que seduce ofreciéndoles una serie de docudrama. El viejo productor y amigo de Beale, Max Schumacher, ve el mundo que conoce desmoronarse en una nueva dinámica sin alma en la que hasta las ideologías tienen precio. Grandilocuente y melodramática, "Poder que mata" nos muestra cómo la televisión es capaz de absorberlo todo, y que incluso la rebeldía puede convertirse en el más barato producto de consumo.
2
All the President's Men
(1976)
Con: Robert Redford, Dustin Hoffman, Jack Warden y Jason Robards
Grandísimo año para el cine, aquél de 1976, como pueden ver. No sólo estuvieron "Todos los hombres del presidente" y "Poder que mata", sino también "Taxi Driver". Aún así la Academia le dio el Oscar a "Rocky", pues porque son un montón de mecos, por eso.
Si hay una historia sobre la importancia del periodismo de investigación comprometido con la ética profesional y cambio social, así sea que haya que enfrentarse con el poder más poderoso de la poderosidad, es ésta. Es la historia de Woodward y Bernstein (Redford y Hoffman) los periodistas que sacaron al sol los trapitos sucios del mismísimo presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon.
Es sobre el escándalo de Watergate (la razón por la cual a todos los escándalos políticos les agregan un -gate en el nombre), en el que se descubre que el mismo gobierno de Nixon había ordenado espiar a sus rivales políticos (usando cubanos de Miami, nada más). Son Woodward y Bernstein los que destapan toda la coladera, pero no es nada fácil, pues tienen que seguir una serie de pistas que parecen no llevar a ninguna parte, hablar con Garganta Profunda (no es una actriz porno), eludir perseguidores, convencer a testigos que temen por sus vidas y, por supuesto "seguir el dinero".
Además de la valentía de los reporteros, un aspecto importante que retrata esta película es el papel del editor Ben Bradlee (Robards), quien es el que los alienta a seguir la historia hasta sus últimas consecuencias, pues detecta que hay algo más ahí de lo que aparece a simple vista, a la vez que les exige rigor periodístico y fuentes fidedignas de todo lo que presenta. Esta película deberían ponerla en todas las escuelas de comunicación y periodismo, caray.
El reportaje, tras ser publicado, desencadenó una tormenta política que terminó con la renuncia del presidente. Déjenme repetirlo: en Estados Unidos, un par de reporteros pusieron al descubierto la corrupción del presidente y éste a final de cuentas se vio obligado a renunciar. En México, pasa justo lo contrario. ¿No aman este país? :D
1
Citizen Kane
(1941)
Con: Orson Welles, Dorothy Comingore, Joseph Cotten, Everett Sloane y Ruth Warrick
Es difícil hablar de algo tan enorme como "Ciudadano Kane" sin parecer un idiota. Se trata de una de las mejores películas de la historia del cine mundial, si es que no LA mejor. Es una cinta que cambió para siempre la forma de hacer cine y revolucionó el lenguaje de la narrativa cinematográfica; es un monumento de belleza sobrecogedora, en su fotografía, en sus actuaciones, en su guión, en su impresionante dirección de cámara...
Pero lo que nos importa aquí es hablar de esta película en relación a los medios de comunicación. Y es que el personaje principal de esta película, Charles Foster Kane (Welles) está basado en el magnate de los medios de comunicación William Randolph Hearst. Este señor fue algo así como el Rupert Murdoch de principios de siglo XX: igual de reaccionario, amarillista y demagogo, cualidades gracias a las cuales se hizo asquerosamente rico.
A nivel personal "Ciudadano Kane" explora la psicología de este hombre extremadamente ambicioso, enérgico y hábil, pero absolutamente incapaz de mantener relaciones sanas con sus familia y seres queridos, a todos los cuales termina alejando de su vida. A nivel social, la cinta aborda las relaciones entre el poder de los medios de comunicación y el poder de la política; Kane utiliza sus diarios para influir en la opinión pública, atacar a sus enemigos políticos, combatir medidas públicas que pudieran afectar sus intereses, e incluso tiene un papel decisivo en el involucramiento de los Estados Unidos en una guerra con otro país.
Aunque "Ciudadano Kane" como obra de arte puede apreciarse perfectamente bien por sí misma, para captarle mejor a su contexto histórico les recomiendo enfáticamente el excelente documental "La batalla por 'Ciudadano Kane'", que viene con las ediciones en DVD y blu-ray de la película. En esta excelente pieza se narran las vidas paralelas de Orson Welles, William Randolph Hearst y todo lo que ocurrió alrededor de la producción de la película, incluyendo la historia de cómo el magnate trató de sabotearla de muchas maneras y cómo influyó en Hollywood para que tras su estreno no recibiera los reconocimientos que se merece.
Vistas en dupla (ustedes elijan el orden) "Ciudadano Kane" y el documental que la acompaña brindan un panorama del poder de los medios de comunicación en un momento crucial en la historia del mundo moderno, en el que se puede hallar el origen de muchos de los fenómenos que se abordan en las cintas anteriores. Por eso me parece la película óptima para terminar con nuestro ciclo sobre el Cuarto Poder.
Antes de despedirme quiero añadir algo más. Siendo de un país como México, en el que históricamente una buena parte de los medios ha estado controlada por una empresa casi omnipotente y siempre afín a los gobiernos, en el que la inmensa mayoría de la programación audiovisual ha sido de un nivel cultural ínfimo, en el que el periodismo investigativo, crítico y de denuncia ha sido y es castigado por regímenes autoritarios, me parece importante tener muy en cuenta los temas de los que tratan los títulos seleccionados. Hoy es de suma importancia, como ciudadanos que esperan construir una democracia, que dejemos de ser un público pasivo ante los medios de comunicación y nos convirtamos en interlocutores críticos y analistas de nuestra realidad y de lo que nos presentan como tal.
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5 comentarios:
chingona la lista Maik, The Truman Show se volvió una de mis películas favoritas desde la primera vez que la vi, las otras se ven prometedoras (yo incluiría a Videodrome en la lista, no se tu que pienses)
"Pero con el cambio de milenio llegó esa horripilancia que fue Big Brother y la televisión se sumergió en un hoyo negro de realities del que apenas ha comenzado a recuperarse"
pues....tomando en consideración que se estrenará otro Big Brother en septiembre no creo que pueda empeorar más la situación de lo que ya está, pero ya ves que siempre es posible ir más lejos aunque sea para mal D:
saludos :D
Rosebund!!!!
Sorprendentemente he visto de esta lista la mayoria de las películas (de una de ellas incluso leí el guión). Creo que la completaré viendo las que me faltan, partiendo por Truman Show.
a todo esto, ¿crees que podrías hablar alguna vez de las animaciones no gringas, como la Rusa o las europeas? es un tema que da mucho para hablar...
Creo que faltó "Frost Nixon"
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