¿Y ahora por qué se ofendieron? - Ego Sum Qui Sum

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PROFESOR MAIK CIVEIRA & LA ALIANZA FRIKI ANTIFASCISTA

viernes, 3 de julio de 2020

¿Y ahora por qué se ofendieron?


Güey, ¿pueden creerlo? ¡Hay gente ofendida por el título de Civil War! Ya saben, esa película de los Vengadores que pasaron como si fuera del Capitán América. Hay un movimiento, ahora mismo, exigiendo que se le cambie el título a esa cinta, que porque la Guerra Civil de Estados Unidos fue contra la esclavitud, y entonces resulta ofensivo que le pongan así a una peli de superhéroes. 

¡Qué idiotez! ¡Puta generación de cristal que por todo se ofende! Sólo están buscando por qué mamar. ¿Pueden creer que ahora se molesten por eso? Yo no.

Digo, literalmente no lo creí. Me metí a Twitter, donde supuestamente estaba este "movimiento" con el hashtag #CivilWar, y no vi ni una sola publicación pedía el cambio de título. Oh, sé que el hecho de que no haya visto ninguna no quiere decir que no existiesen. Pero si alguien de verdad estaba protestando por el título de una peli que salió hace 5 años, debió haber sido una postura tan minoritaria que fue ahogada por todos los otros tuits. Y es que absolutamente todos eran de vatos quejándose y de cuentas clickbaiteras gritando con pavor que les estaban queriendo cancelar su película de superhéroes. 


La única publicación que citaba los mentados tuits pidiendo que se cambie el título o se cancele la película era "Tomatazos" (Rotten Tomatoes en español). Al parecer todo empezó porque unos equipos de fútbol americano universitario del estado de Oregón dejaron de referirse a su clásica rivalidad como "guerra civil", por considerarla insensible. Lo cual, cabe decirlo, es una imbecilidad. Digo, sé que los gringos tienen la cabeza metida en el culo, pero hasta ellos deberían saber que el concepto de "guerra civil" no se refiere únicamente a SU guerra civil. 

El caso es que esa noticia salió en Twitter y un usuario comentó "Pues que le cambien el título a la película de Marvel". Pero este usuario no lo decía en serio, sino como sarcasmo, burlándose de la hipersensibilidad demostrada con el cambio de nombre. ¿Cómo lo sé? Entré al perfil de esta persona y todas sus publicaciones eran retuits de medios conservadores pro-Trump; puro tirarle mierda a Black Lives Matter, a Antifa y al Partido Demócrata.

Me metí a los perfiles de los otros dos tuiteros citados en ese artículo de "Tomatazos". También eran trolls jodiendo. O sea, ninguna persona estaba pidiendo sinceramente que le cambiaran el título a Civil War.  


Recapitulando: Un medio de noticias sobre el mundo del espectáculo tomó TRES tuits de trolls de derecha y los presentó como si fueran un "movimiento" para cancelar una película. Otros medios y cuentas de Twitter y otras redes, empezaron a reproducir la noticia sin proveer fuentes. Y un montón de gente se lo creyó, porque a pesar de que Internet ya tiene casi 30 años siendo de uso común para una persona promedio, y que seguramente todos hemos descubierto alguna vez que nos hemos creído alguna información falsa, la gente sigue creyéndose cualquier cosa porque, bueno, la humanidad es pendeja. Y como dice el dicho, "cuando la verdad se está poniendo los zapatos, la mentira ya le dio la vuelta al mundo", así que esta refutación no va a tener ni de lejos tanto alcance como la desinformación a la que responde.

Pero el problema no es sólo que se lo hayan creído. Es que se creyeron y se ofendieron. Porque no hay banda más snowflake, más piel sensible, más fácilmente triggereable, que la de los vatos ofendidos con los ofendidos. Esa banda que dice "si no te gusta, no lo veas", y que debería aplicar su misma fórmula. Si alguien opina que algo que te gusta es ofensivo, y a ti te parece una opinión equivocada, o hasta estúpida, simplemente ignórala y sigue disfrutando de lo tuyo. Pero nooooo, en cambio, la reacción es más o menos así:

"¡¿QUÉ?! ¡¿A ALGUIEN LE OFENDE ESTO?! ¡¿CÓMO SE ATREVEN A OFENDERSE?! ¡PUTOS PROGRES! ¡ÉSTE ES EL FIN DEL MUNDO! ¡LO ESTÁN DESTRUYENDO TODO! ¡ARMARÉ UN ESCÁNDALO POR ESTO!  ¡TODOS ESCUCHARÁN MI FURIA! ¡MANIÁTICOS ESTÚPIDOS! ¡LO ARRUINARON TODO! ¡MALDITOS SEAN! ¡¡¡MALDITOS SEAN TODOS!!!"


La cosa es que este caso no es singular, sino ejemplar. No muchos días antes, en las redes hubo una tremenda indignación porque supuestamente había gente indignada con el regreso a la TV del querido clásico de Warner Animaniacs. Una vez más, los supuestos indignados originales brillaban por su ausencia, y la marejada de tuits y publicaciones de Facebook era de gente indignada por los indignados. 

Chucho Calderón (el man de La Zona Cero) se tomó la molestia de investigar y resulta que la nota original que reportó la supuesta "indignación masiva", sólo citaba un comentario, de mínimo alcance, de una señora que sólo conocen en su casa, y en el que decía que preferiría el regreso de otras caricaturas ochenteras o de Odisea Burbujas, que el de Animaniacs. Eso. Era. Todo. Pero las redes sociales se llenaron de comentarios escandalizados. ¡Otro caso de progres ofendidos, generación de mazapán, queriendo cancelarlo todo! 

¿Qué está pasando? Bueno, que nos quieren ver la cara de imbécil, eso mismo. Porque saben que la rabia genera más clicks que ninguna otra reacción en Internet. Y no se trata de informar, sino de generar clicks para poder vender publicidad. Así que, antes de emputarnos y compartir, procuremos revisar si de verdad hay tal escándalo. 

Y mira, entiendo. No es TAN descabellado pensar que pudo haber gente indignándose por tonterías como el título de una película o alguna caricatura noventera. Sí hay gente quejándose de cosas muy pendejas, y hasta parece que dan premios en Twitter por ser el primero en encontrar lo "problemático" en alguna obra de hace décadas de la que nadie estaba hablando. 

Por ejemplo, está esa morra que tuiteó que no soportó ver El Señor de los Anillos porque todos los personajes son onvres blancos. Que vaya, si eso te impide apreciar la enormidad de esa portentosa saga, no eres precisamente una persona de amplio criterio, especialmente para alguien que presume de ser Ph.D. en su nombre de Twitter. Pero bueno, tienes derecho a ver y no ver lo que te dé la gana y a opinar al respecto. 


Pero si bien me pareció una opinión... poco sofisticada..., la reacción que desencadenó fue atroz. Su post se llenó de comentarios insultándola. Estaban ofendidísimos de que una muchacha hubiera opinado que algo era ofensivo. Los medios digitales no tardaron en tomar nota y empezar a sacar encabezados con "Acusan a Tolkien de ser racista", como si hubiera todo un movimiento por cancelar a Tolkien. Que, por otro lado, descubrir los sesgos y prejuicios de un sudafricano católico que nació en el siglo XIX tampoco es una gran hazaña intelectual, válgame Cthulhu.

Por eso no sólo es importante preguntarnos si la supuesta indignación es real, sino si en verdad es relevante, si tenía sentido convertirla en noticia. Si una persona a la que ni conocemos ni tiene influencia alguna en nuestras vidas opina que algo que a nosotros nos gusta es ofensivo, ¿qué más da? ¿Para qué rabiar por ello? Puedes tratar de persuadir a la persona de que su opinión está equivocada, o hasta puedes escribir un ensayo rafutándola (aunque quizá resulte un esfuerzo inútil y nadie está obligado a hacerte caso), pero esa reacción escandalizada, ¿no te parece tan irracional como eso mismo que criticas?

Internet es tan amplio y diverso que puedes encontrar las opiniones más inverosímiles sobre los tópicos más insospechados. O sea que, si buscas lo suficiente, encontrarás a alguien diciendo que, no sé, el videojuego Pong! es racista o algo así. Entonces, no es difícil para un medio digital mediocre, incapaz de crear contenidos valiosos, tomar una comentario completamente intrascendente y plantearlo como "¡gente ofendida por esto!", que a su vez se provocará que ola tras ola de ofendiditos hagan un escándalo. 


Esto es lo que se conoce como fake outrage: cuando se presenta una supuesta indignación masiva como una noticia de gran importancia, que en realidad, o es inexistente, o es tan mínima que resulta insignificante. Es una estrategia para conseguir clicks fáciles, nada más. Y esta es la parte en la que hablo de Noam Chomsky, porque soy profesor de filosofía, y en algún momento tenía que meter contenido educativo en este mame. Pues Noam nos dice que tampoco es que los medios estén conspirando para mentirnos y hacernos pendejos adrede, sino que la mayoría de las veces comunican basura sin valor porque los mueve el deseo de lucro, no de servir al público. Las redes sociales nos manipulan para conseguir más clicks y vistas para sus anunciantes; y no les interesa hacer contenidos de calidad, sino mantenernos enganchados a como dé lugar; si para eso tienen que hacernos enojar a cada rato, que así sea.

Necesitamos desarrollar el pensamiento crítico para no ser presas tan fáciles de esas máquinas que explotan nuestra ira por lucro. Porque además hay peligros más graves aquí que sólo la psobilidad de una úlcera estomacal. Con algoritmos que favorecen las reacciones negativas, las redes sociales están contribuyendo a crear un ambiente de eterna indignación y furia, emocionalmente agotador, que daña nuestra salud mental y enrarece nuestra atmósfera política.

Peor aún, el fake outrage no sólo es monetizado. Puede ser politizado. De hecho, los grupos de ultraderecha han usado a menudo falsas narrativas de indignaciones colectivas para impulsar la idea de que vivimos en un mundo lleno de Social Justice Warriors cancelándolo todo, que las personas luchando contra el racismo, la homofobia o la misoginia en realidad son un montón de histéricos pateando fantasmas imaginarios, y que representan el verdadero peligro aquí, porque quieren acabar con la libertad de expresión, destruir la cultura pop o provocar el declive de la civilización occidental.


¿Y no es así? te preguntarás. Pues mira, yo soy el primero en admitir que entre los movimientos pro justicia social hay gente... no muy perspicaz..., no del tipo de persona que se detiene a pensar las cosas, y que a menudo se quejan de cosas absurdas o hacen exigencias sin sentido. Otras pueden ser muy sensatas en la mayoría de los temas, pero tener actitudes algo extravagantes en otros. Y sí, a mí también me exasperan. Pero eso pasa en cualquier grupo humano. Nadie es perfecto, errare humanum est, y no todas las personas hemos sido entrenadas para usar el pensamiento crítico, y más aún, no todas estamos en la posición para darnos el lujo de ejercitarlo.

También recuerda que SIEMPRE han existido turbas indignadas que sacan antorchas y tridentes, gente pidiendo que se censuren, cancelen o boicoteen cosas, y personas persignadas encontrando mensajes perversos en todas partes. Sólo que si antes lo hacían por miedo a ofender a un dios inexistente, ahora lo hacen con el afán de hacer retroceder a la discriminación, así que por lo menos algo hemos avanzado. Nada de eso significa que todo lo que hacen los SJW esté bien, sólo subrayo que sus tonterías ni son exclusivas de estas tribus, ni representan una amenaza existencial, y sobre todo, que no puedes reducir una multitud de movimientos formados por miles de personas a sólo sus ejemplos más estrafalarios.

Más importante, eso del peligro de los SJW volviéndose locos y queriendo destruirlo todo, es una narrativa manufacturada, que se ha construido haciendo representaciones deformadas de lo que realmente sucede, o tomando a propósito los casos más ridículos, cuando no de plano difundiendo falsedades. Todo para que creas que el problema son los SJW, no el racismo sistémico que sufren los afroamericanos, no la violencia de género que sufren las mujeres mexicanas, no la discriminación que siguen sufriendo en todas partes las personas LGBTQ+. Que no puedas ver las enormes injusticias contra las que protestan los manifestantes, ni el enorme trabajo que los activistas por la justicia social llevan a cabo para tratar de hacer el mundo menos hostil hacia los grupos más vulnerables. Si quieres aprender qué hay en estos movimientos más allá de las caticaturizaciones que probablemente has conocido, este video es un buen lugar para comenzar.


Varios analistas han observado cómo las falsas indignaciones y las narrativas anti-SJW sirven para arrastrar gente común hacia la ultraderecha. Primero empiezan con publicaciones sobre videojuegos, cómics, series u otros pasatiempos con muchos fans, en los que alguien denuncia cómo la corrección política está arruinando las cosas que te gustan. Luego, como los algoritmos están hechos para comportarse así, aparecerán en tu feed y tus recomendaciones contenidos que van todavía más lejos, críticas de los movimientos por la justicia social, en los que se les caracteriza como irracionales y autoritarios. Probablemente no te quedes ahí y al poco te topes con la derecha light, o con PragerU, o con Jordan Peterson; de ahí puedes saltar a Agustín Laje o Gloria Álvarez. Recomendación tras recomendación, te llevarán hacia videos en los que te digan que te debes "tomar la píldora roja" y darte cuenta de que "el gran reemplazo" está sucediendo. Puede ser que termines negando que ocurrió el Holocausto.

Ésta no es una simple falacia de cuesta resbalosa. Estudios se han hecho para comprobar cómo una cosa suele llevar a la otra. Puedes leer por ejemplo, este artículo que muestra cómo algunos vatos (porque suelen ser vatos) iniciaron su viaje a la extrema derecha con los contenidos quejumbrosos, o este otro en el que se muestra cómo sujetos que empezaron viendo a Jordan Peterson terminaron consumiendo canales de YouTube de la alt-right. También les recomiendo mucho estos videos, uno de Three Arrows en el que se nos advierte sobre el "agujero anti-SJW", y otro de Innnuendo Studios, que nos explica cómo un geek común y corriente puede ser radicalizado. Para rematar, les dejo con Shaun, quien ha cubierto dos historias de fake outrage y cómo han sido politizadas, una vez sobre Doom y otra sobre Cuphead. Estos tres están entre mis YouTubers favoritos, y ellos sí utilizan verdaderos hechos, lógica y datos que matan relatos.

¡OJO! No estoy diciendo que quejarte de los mamalones que encuentran discriminación donde el gato tiene cuatro pies vaya a convertirte en un neonazi. No todas las personas que se compran la narrativa anti-SJW van a acabar negando el Holocausto; ni siquiera creo que sean la mayoría. Pero no le hace, porque para los neofascistas no es imprescindible que te unas a su secta, sólo que sumes esfuerzos contra las feministas, los activistas antirracismo, las personas de la diversidad sexual, etc. A los alraiters les es suficientemente útil que contribuyas a deslegitimar a esos movimientos, a minimizar sus causas y condenar sus acciones, y a quitar la atención de los grupos que, estos sí, están llamando a privar a seres humanos de sus derechos, su dignidad y, en ocasiones, su existencia.


Tampoco estoy diciendo que el propósito de todos los contenidos anti-SWJ sea volverte nazi; muchos de sus creadores sólo son personas hartas de lo que perciben como una omnipresencia de la corrección política, pero pintan claramente su raya antes de pasar a posturas más radicales. Pero los ultraderechistas sí aprovechan los espacios anti-SJW para ir a reclutar gente, y los algoritmos de las redes sociales, en su afán de tenerte conectado, sí te exponen a contenidos cada vez más extremistas si te dejas llevar por la inercia.

Tampoco estoy diciendo que nunca puedas criticar a los SJW; todo puede y debe ser analizado críticamente, y esos movimientos tienen mucho que puede mejorarse. Hago estas aclaraciones con todas sus letras porque ya puedo ver a los hecécticos vriyantes sacando las interpretaciones menos caritativas de todo lo que estoy diciendo. Lo que estoy diciendo es: fíjate que no estés basando tus críticas en una narrativa adulterada a propósito para jalar gente a un extremismo realmente peligroso, en oposición al que, en el peor de los casos, es sólo irritante. Sobre todo, no vayas a hacer tus críticas de forma que parezca que estás queriendo contribuir a esa narrativa de odio.

Piensa que toda esa gente que supuestamente quiere destruir y censurarlo todo, en realidad no ha podido (ni es razonable pensar que llegue a hacerlo) quitarte absolutamente nada de lo que tú disfrutas; amén de las críticas absurdas o de los refritos insulsos, las piezas de arte y entretenimiento que disfrutas siguen ahí, tan cerca de tu mano como siempre. En cambio, los grupos que trafican con discursos discriminatorios y de odio han violentado gente, incluso hasta el asesinato, y en algunas ocasiones han llevado a puestos de poder a individuos que aplican políticas que vulneran aún más a los vulnerables.

En pocas palabras: no dejes que te manipulen con tu indignación; no dejes que se trafiquen y lucren con tu ira.


FIN

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5 comentarios:

alexmansiz dijo...

me haces pensar en un imbecil que tengo agregado en mis redes: supuesto ateo, pero muy provida el pendejote, antifeminista, etc. y segun el es muy inteligente, no mames

ser7620 dijo...

Aprovechando, ¿merece ser JK Rowling acusada de trasfóbica y su obra, retirada de algunas librerías, sólo por comentarios desacertados y aclaraciones mal fundamentadas?

Sexto Empirico dijo...

Maik, estoy de acuerdo con tu entrada que se ofende con los que se ofenden porque otros se ofenden. Ahora solo contribuiré a hacer del unInternet un peor lugar descargando aquí mi enojo. A mi también me desespera este trauma gringo con la corrección política, muchas veces porque también se polítiza en cosas no necesariamente progres. Pienso en la polémica de la semana pasada que resultó en que HBO cancelará su programa con Chumel. Ahora bien, no voy a defender todo lo que él ha dicho o hace porque hay varias cosas que no me parecen fel todo acertadas. Pero creo que tenía unos videos sobre prostitución, trabajo doméstico y racismo en la publicidad que eran en realidad bastante educativos. Pero ya no te los puedo compartir porque los bajó la empresa de su canal de Youtube. (Facepalm).


Mi otro conflicto con la corrección es que le van a cambiar el nombre a los Pielrsrojas de Washignton. Equipo al que le voy desde que empecé a ver El americano en la secundaria porque me gustaba su logo y su nombre (pues desde que nací no han ganado ni un rábano). Eso me frustra, pero creo que ahora tendré que irle a Greenbay o algo así.

Finalmente, los que más me molestan son los ofendiditos de la derecha. Me encabrona que se ofendan cuando los jugadores de americano se arrodillan ante el himno en protesta por el racismo. No hay actitud más infantil y snowflake por excelencia que ofenderse por ese acto completamente responsable y respetable de protesta civil. Pinches altright.

Pero el mayor problema que veo a que la derecha se haya apropiado de nuestro derecho a ofendernos por los ofendidos es que ahora parece que ofenderse por los ofendidos lo convierte a uno en neocon ¿me explico? Creo que las izquierdas necesitan espacio para la autocritica dentro de sí mismas. Conjeturo que sí esas Fakenews de las que hablas se multiplican tan bien en el Internet, es porque hay en general amplios sectores moderados de la sociedad que no están muy de acuerdo con la cultura de lo políticamente correcto a los grados que ha llegado en algunos momentos. Eso debería llevarnos a replantear sí ciertas posturas de buenas intenciones en realidad estarán llevando a la gente a alejarse de las buena causas.

O quizá son solo mis temores infundados. ¿Qué opinas?

Maik Civeira dijo...

Hola, Jorge. Perdón por no responder antes, es que he estado ocupado con el cambio de aspecto del blog. Creo que tienes varios puntos ahí. A mí también me exaspera la gente de Twitter descubriendo que las series de hace 40 años tienen una sensibilidad distinta a la actual. Pero bueno, tampoco hacen daño a final de cuentas.

Con Chumel dudo que su imagen como tuitero ayudara mucho a la gente a acercarse a su programa. Digo, si se la pasa tuiteando humor básico de mirrey, yo te aseguro que lo que pudiera tener en HBO no me interesaría en lo absoluto. Si resulta que de verdad tenía contenido valioso, hasta dudo que hubiera sido gracias a él, sino a algún grupo de escritores. Por lo menos ésa es mi sospecha, porque en Twitter se ve como alguien de poca agudeza intelectual. Entonces, entiendo que HBO lo considerara tóxico para sus intereses.

" hay en general amplios sectores moderados de la sociedad que no están muy de acuerdo con la cultura de lo políticamente correcto a los grados que ha llegado en algunos momentos"

No lo sé, quizá sí, pero quizá la percepción de que ha llegado a grados fuera de control está artificialmente construida, ¿me explico? Digo, mira este artículo:

https://www.theguardian.com/us-news/2016/nov/30/political-correctness-how-the-right-invented-phantom-enemy-donald-trump

¡Saludotes!

Maik Civeira dijo...

Para ser7620: Todavía sigo en Tiwtter a Rowling, y te puedo decir que es tránsfoba. Ya no son algunos malos entendidos o errores honestos. Ha hecho de la lucha contra los derechos de la gente trans su causa. Yo creo que es correcta la etiqueta, aunque nos duela (bueno, yo que soy Potterhead).

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