“…Y a su lado hay un muchachito que la rodea con el brazo, mientras ella señala hacia el cielo, en dirección al planeta Tierra.”
Hola habitantes de la Tierra, hoy quiero hablarles de John Carter, personaje literario relativamente poco conocido en el
mundo de habla hispana (hasta antes de la cinta de Disney no había muchas ediciones de sus novelas en castellano), sobre todo porque no quiero que se
vayan a quedar con una idea errónea, que seguramente será la que les deje la
casa productora del Ratón Miguelito.
En 1912 la revista All-Story Magazine
inició la publicación serializada de la novela Under the Moons of Mars de un autor desconocido que firmaba con el
pseudónimo de Norman Bean. Dicho autor resultó ser Edgar Rice Burroughs
(1875-1950)… síp, el mismísimo creador de Tarzán y de otros famosos héroes del pulp. En 1917 la novela se publicó en
forma de libro, corregida y aumentada, bajo el título con el que pasaría a la
historia: Una princesa de Marte (A Princess of Mars). Esta novela tuvo
además 10 secuelas, la mayoría de ellas por completo innecesarias.
La anécdota es la siguiente: John Carter, un soldado
confederado que busca oro en las minas de Arizona a finales del siglo XIX y que
de pronto se ve transportado de forma inexplicable a Marte. Allí es capturado
por los marcianos verdes, monstruos gigantes de cuatro brazos, largos colmillos
y rostros reptiloides. Poco a poco se gana el respeto de estos fieros
guerreros, pero decide escapar de ellos cuando conoce a Dejah Thoris, una
hermosa princesa de los marcianos rojos, raza casi en todo similar a los humanos
de la Tierra… excepto que ponen huevos (!!!) John Carter pasa por muchas
aventuras, peligros y batallas (que él mismo narra en primera persona) para
reunirse con su amada princesa.
Estamos ya en la era pulp,
y la novela tiene las características más populares de los trabajos publicados
en esos años: un ritmo trepidante, carácter episódico, violencia, aventura,
escenarios exóticos, poco contenido científico y amores imposibles… y tetas, no
olvidemos las tetas. No, lo digo en serio. De estas novelas destaca la exaltación
que hace Burroughs del cuerpo humano, en los dos aspectos del vigor masculino y
la voluptuosidad femenina, resaltados por el hecho de que todos los personajes
andan prácticamente desnudos a lo largo de la novela.
Esto no es de gratis: Burroughs era un tipo muy físico,
un hombre de campo, nacido en las planicies de Illinois, acostumbrado a la vida
ruda de los ranchos, a arrear vacas y a enfrentarse a los indios (a los que
admiraba por su valor y tezón). No era el típico ratón de biblioteca que uno
esperaría de un escritor de ciencia ficción. De hecho, empezó a escribir de
pura chiripa mientras trabajaba como vendedor viajante y pensó que podría ganar
unos dólares más contando historias de aventuras.
Por ello es muy importante el tema de la exaltación del físico en la obra de
Burroughs y especialmente en las novelas de John Carter: él sabía muy bien cómo
es un cuerpo fuerte, cómo se sienten los músculos al tensarse para el ataque,
cómo se experimente el frío y el sol al aire libre, cómo son las líneas,
colores, sombras y aromas de un cuerpo femenino. Es por eso que cuando me
enteré de que Disney produciría la adaptación de la primera novela, supe que no
habría desnudos innecesarios y perdí el interés.
Burroughs nos muestra un Marte (o Barsoom, nombre que los
nativos dan al planeta) moribundo, con océanos secos, grandes extensiones de
desiertos, ciudades en ruinas y tribus semibárbaras en constante conflicto. En
el primer libro se presentan dos razas, los marcianos verdes, que son
prácticamente nómadas y no conocen más profesión que la guerra, y los marcianos
rojos, más civilizados, con ciertos adelantos tecnológicos y organizados en
ciudades-Estado en constante conflicto entre sí y con los marcianos verdes.
Los marcianos rojos son en apariencia iguales a los
hombres de la Tierra, aunque con piel rojiza, pero sus órganos internos están
dispuestos de forma distinta. Además, son ovíparos, y el tiempo de incubación
de sus huevos es de más o menos cinco años. Su apariencia rojiza es el
resultado de la mezcla de las tres razas originales de Marte: la blanca, la
negra y la amarilla, todas equivalentes a las respectivas razas humanas de la
Tierra. Carter se encontraría con las últimas poblaciones de las tres razas
originales en las primeras dos secuelas.
Burroughs describe los canales de Marte, usados por los
habitantes de dicho planeta para llevar agua desde los polos hacia las regiones
ecuatoriales. La idea de que Marte es un mundo más antiguo que la Tierra y, por
tanto, más cercano a su final, forma parte de la teoría de la formación
planetaria de que la que ya había hablado Wells en La guerra de los mundos. También se menciona la tecnología que
utilizan los marcianos rojos para hacer levitar sus naves flotantes y regenerar
la débil atmósfera del planeta. En The
Gods of Mars, la segunda novela, Burroughs recurre a la teoría de la
“tierra hueca” para ubicar el hogar de los Primogénitos, los hombres negros de
Marte. Tales son todos los puntos científicos o cuasi científicos de la novela,
que se centra más en aspectos de aventura, que recuerdan al género de la
fantasía heroica, o incluso al western.
John Carter es un personaje extraordinario. Es valiente,
poderoso, inteligente, honesto e infalible, prototipo del héroe norteamericano
que siempre triunfa. En Marte, debido a la poca gravedad del planeta, está
dotado de fuerza y agilidad superhumanas que le permiten realizar hazañas
sorprendentes. Firme creyente del mito americano, Burroughs nos presenta un
héroe superior que tiene maravillados a los miembros de culturas distintas, se
gana su respeto y les enseña los valores antes mencionados.
Por cierto, que he escuchado mucho acerca del racismo en la obra de Burroughs y en especial en la saga de John Carter. Tengo que decir que, aunque hay muchas ideas arcaicas sobre las "razas humanas", encuentro más bien una postura conciliadora. Burroughs describe la hermosa raza de Dejah Thoris
como el resultado del mestizaje entre las tres razas originales, y el mismo Carter
tiene un gallardo hijo con la bella princesa, por lo que no parece que Buroughs
esté en lo absoluto en contra del mestizaje, como lo estaría un racista virulento (por cierto, el hecho de que hayan escogido una actriz blanca para el papel de Dejah Thoris es otra cosa que me desanimó de ir a ver la peli).
Además, en la saga de John Carter el mal no es una cuestión de raza. Carter encuentra enemigos
y aliados en casi todas las razas que habitan Marte, y muchas veces los
enemigos no son más que individuos a quienes el azar ha puesto en el bando
contrario y de quienes el protagonista se expresa favorablemente, y muchas
veces esos antiguos enemigos se convierten en sus más leales aliados. Incluso
los monstruosos marcianos verdes saben ser leales y justos, y cumplen sus
propias leyes al pie de la letra.
Curiosamente, la única raza entre la que Carter no encuentra más que enemigos son los Therns,
los marcianos de raza blanca que se creen dioses y depredan a las otras razas.
Ellos a su vez son depredados por los Primogénitos (first born), la raza negra de Barsoom, con los que Carter sí traba
amistad y a quienes sí logra convencer de abandonar sus actitudes
depredatorias, mientras que los Therns se aferran demencialmente a su creencia
de ser superiores. Es como si Burroughs quisiera denunciar la creencia de
superioridad de la que de vez en cuando se ven afectados los blancos, y al
mismo tiempo darles una lección de humildad, poniéndolos bajo del yugo de la
raza negra.
Es cierto que el héroe de esta saga es un hombre blanco, y no cualquier blanco
sino un gringo, y no cualquier gringo sino un capitán del Ejército Confederado,
pero dotar a un héroe de la raza y nacionalidad propia es lo menos que se puede
esperar de un autor de pulp. Y es
cierto que Tarzán es el hijo de un Lord inglés que triunfa sobre todas las
bestias de la selva y se convierte en campeón y protector de los negros
africanos. Pero también es cierto que Tarzán renuncia a la corrupta
civilización occidental, y que prefiere a los africanos sobre los europeos. ¿Condescendiente? Seh, pero no
un racista violento.
Irónicamente, lo menos interesante de estas historias es el mismo John Carter, que resulta un
personaje con muy poco carisma. No sólo por el hecho de ser perfecto e
infalible, sino porque, siendo él mismo el narrador de sus aventuras, tanto
alardeo sobre su perfección e infalibilidad lo hacen arrogante hasta la
pedantería. No sé ustedes, pero cuando leo una historia de héroes de acción, me
gusta verlos triunfar sobre la adversidad, sentir que están al borde de ser
derrotados por el mal, que tienen que luchar casi hasta consumir sus fuerzas
para vencer a su enemigo… John Carter (y en general los héroes de Burroughs)
siempre tiene la carta ganadora, siempre derrota a sus enemigos con facilidad y
no hay nadie que pueda rivalizar con él.
La mayor virtud de la obra es que se trata de una gran saga de aventuras.
Burroughs sabe despertar en el lector la emoción y el suspenso, e incluso logra
momentos conmovedores. El autor hace gala de su poderosa e inagotable
imaginación para crear mundos de ensueño y de su capacidad para tener el lector
al filo de la página en todo momento.
Recomiendo leer A Princess of Mars junto con sus
dos primeras secuelas, The Gods of Mars
y Warlord of Mars, pues forman una
trilogía con una línea argumental principal que las relaciona y porque son
novelitas encantadoramente pulp, que,
gracias a sus virtudes, han influido en grandes escritores de ciencia-ficción,
como Arthur C Clarke, Ray Bradbury y Michael Moorcock, así como en el astrónomo
Carl Sagan, que incluso la cita en su famosa Cosmos. Además, Burroughs inventó con esta serie el subgénero de Sword & Planet, que mezcla ciencia ficción con fantasía.
Así que si ven la peli y les gusta, les gustarán más los libros. Y si no les
gustó, los libros sí que les van a gustar. Y si estada entrada les llamó la atención, chequen la de Literatura Marciana, con más libros sobe viajeros perdidos en el Planeta Rojo.
12 comentarios:
Dentro de poco haré un viaje un poco largo... así que creo que ya tengo una lectura para el camino :D
¿Los pediste en Amazon o conseguiste las ediciones en español?
Pregunto lo mismo que Raúl.¿Existen ediciones en español? Y en caso de que existan ¿De qué año?
Esto para saber donde buscar en esta ciudad norteña olvidada de Dios.
Excelente entrada!
Experimenté exactamente lo mismo que tú al ver el trailer y darme cuenta que había sido producida por Disney... frustración. Y coincido con la elección de la actriz y el guardarropa. Absurdo. Será una simpática exposición de animación CGI y nada más.
Te recomiendo los cómics, son fieles al argumento original de las novelas. (Y también a la "ambientación").
Un abrazo!
G.
Los conseguí en Amazon. No he visto ediciones en español, pero de seguro las habrá con la nueva película, así como salieron ediciones en español de Conan el año en que salió ese bodrio...
Yo me leí el primer libro y no me gustó. La trama es sumamente lineal, sencilla; los protagonistas son huecos y lo único que me intereso fueron los marcianos verdes (la historia de Tars Tarkas y Sola...)
Francamente, no creo que la disney lo haga tan mal, me muero de ganas de ver los paisajes marcianos, ademas supongo que le agregaran mas dialogos, que a la historia le falta.
Y vale,no lo hicieron tan mal con Tarzan!!
Léete el segundo, es el mejor de la trilogía (como es usual)... De todos modos, ten en cuenta que es una novela de aventuras y lo que cuenta son las peripecias por las que va pasando el héroe. De todos modos, quizá no es tu estilo.
Yo recuerdo que cuando leí el primer libro (hace como dos o tres años), deseé haberlo leído cuando tenía 12.
Pero es eso, que no hay muchas peripecias por las que pasa el héroe, toda la trama es muy predecible, no hay giros, y como tu dices, al protagonista todo le sale bien y es muy... Perfecto. No es un libro complejo.
Pero te voy a hacer caso, le voy a dar una segunda oportunidad.
Y es verdad, debe ser mas disfrutable leerlo en la niñez (e ilustrado...Uff!!)
Eres muy grande gran explicacion gracias
Te suplicare colocar los títulos y nombres del autor de las increíbles ilustraciones que has usado en tu excelente entrada, saludos desde Jasoon, Andes peruanos! ;)
Cómo no, Jorge. La primera, la segunda y la cuarta son de Frank Frazetta (los títulos, me tengo, no los tengo). La tercera es de Boris Vallejo, según Google.
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