Hemos llegado, ahora sí, al final de lo que ha resultado ser un recorrido inesperadamente largo por las ideas políticas implícitas en la saga de Star Wars. Nos queda un tema más por ver, uno que, aunque en apariencia no se relaciona con la política, en realidad está en sus fundamentos.
Como base de toda postura política hay una postura ética. Si decimos que un estado debe garantizar a sus ciudadanos un mínimo de servicios para tener una vida digna, pues a ningún ser humano se le debería dejar en la miseria, estamos no solamente haciendo una declaración sobre política, sino que enunciamos un principio ético en el que creemos. Si decimos que lo más importante es la libertad individual y que por lo tanto no se debería arrebatar a una persona exitosa parte del fruto de su trabajo para beneficiar a dependientes que no pueden ayudarse a sí mismos, estamos haciendo un juicio de valor ético. Incluso en la realpolitik más cínica está implícita un principio ético: que está bien que los estados y sus gobernantes atiendan a los intereses prácticos y necesidades inmediatas y concretas en vez de dejarse guiar por las teorías políticas o el idealismo moralista.
Asimismo, detrás de las ideas políticas de Star Wars, expuestas en las cuatro entradas anteriores, subyace un conjunto de ideas sobre el bien y el mal, sobre la Luz y la Oscuridad, y es de lo que trataremos en esta entrega final
JEDI VS SITH
Algo que tiene Star Wars, de lo que carecen otras obras de fantasía épica, es un concepto un poco más complejo sobre el bien y el mal. Es cierto que en la Trilogía Original se deja claro quiénes son los buenos y quiénes son los malos, pero aun hay cierto margen para los tonos de grises. Han Solo es un pirata cínico y egoísta que le dispara a la gente en las cantinas (Han shot first!), pero se convierte en un héroe. Lando es un traidor y un tipo poco confiable, pero en un momento dado cambia de bando y ayuda a los buenos a escapar. Hasta Vader, el malo más malo al que todos aman odiar a lo largo de tres películas, encuentra la redención.
En el universo de Star Wars ser maligno no es cuestión de nacimiento, a diferencia, por ejemplo, de El Señor de los Anillos, donde los orcos son malos porque sí, porque son orcos. En Star Wars el mal es en parte una cuestión de elección: los malvados (la Federación de Comercio, el Imperio, los Sith) actúan como tales porque buscan llevar a cabo sus propios fines egoístas. También es, en parte, una cuestión de experiencia vital: una serie de eventos trágicos pueden endurecer a una persona, llenarla de rencor y miedo, y empujarla hacia la malignidad, como en el caso de Anakin Skywalker o del General Grievous.
Pero, ¿cuáles son las características del ser malvado y del ser bondadoso? ¿Qué hace que los Jedi sean "los buenos" y los Sith sean "los malos"? Hay que empezar por algún lado.
Ya habíamos visto en las entradas anteriores que en el universo de Star Wars se considera como algo positivo la búsqueda del bien común y como algo negativo la búsqueda del bien personal a costa de los demás. Pero si nos dice que lo importante es el bien común, está lejos de asumir posiciones de igualitarismo total, según las cuales todos los individuos son iguales en sus capacidades y aptitudes. En efecto, en esta saga existen individuos extraordinarios, personas que tienen habilidades superiores a las de los demás. Esto es bastante obvio en el caso de los Jedi y los Sith, que literalmente tienen poderes sobrenaturales, los cuales, si bien se desarrollan mediante el entrenamiento y el esfuerzo, lo hacen sobre la base de una condición congénita y mayormente hereditaria: son "superiores" a los demás de nacimiento.
Pero no sólo los seres que son sensibles a la Fuerza son excepcionales. Padmé, sin tener el poder de la Fuerza, es una mujer extraordinariamente inteligente, con habilidades de liderazgo y estrategia que la ponen por encima del común. Además, es una mujer con virtudes morales sobresalientes: honestidad, valentía, compasión, responsabilidad y compromiso con las causas en las que ella cree. Es decir, en Star Wars existen líderes y existen héroes. Más aún, estas figuras son necesarias. La valentía y otras virtudes de los rebeldes no se ponen en duda, pero requieren del liderazgo de los gemelos Skywalker, con sus capacidades extraordinarias, para lograr la victoria final.
Más allá de todo esto, lo que hace héroes a los héroes de Star Wars es que, teniendo todas esas habilidades y características sobresalientes, no las utilizan para su propio beneficio, sino que optan ponerlas al servicio del bien común. Los Jedi tienen poderes extraordinarios, pero no gobiernan, sino que los usan para, idealmente, servir a la colectividad. Como le dice Yoda a Luke "un Jedi no busca aventuras ni emociones". Su abnegación es tal que voluntariamente renuncian a tener familias y propiedades. Veamos el juramento de los Jedi:
No hay emoción, sólo paz.
No hay ignorancia, sólo conocimiento.
No hay pasión, sólo serenidad.
No existe la muerte, sólo la Fuerza.
Entonces, podemos concluir que ésta es otra de las grandes lecciones de Star Wars: cada uno de nosotros tiene aptitudes y habilidades distintas, unos más sobresalientes que otros, y lo correcto es utilizarlas en beneficio de todos. Siguiendo este precepto, todos podemos ser héroes a nuestra manera.
¿Y los Sith, qué hay de ellos? Lo que pierde a los Sith, lo que los hace malignos son dos cosas: su increíble egoísmo y su búsqueda insaciable de poder. Veamos qué dice su código:
La paz es una mentira, sólo existe la pasión.
A través de la pasión, gano fuerza.
A través de la fuerza, gano poder.
A través del poder, obtengo la victoria.
A través de la victoria, rompo mis cadenas.
La Fuerza me hará libre.
Bien, lo primero que podemos notar es que, mientras que el código Jedi es impersonal, el código Sith está conjugado en primera persona: YO. Las enseñanzas de la Maestra Sith Yuthura Ban explican y expanden lo que dice el código: La "paz" de los Jedi es para los Sith una mentira repugnante, una forma de mansedumbre borreguil que sólo lleva a la servidumbre. El conflicto, para ellos, es algo positivo porque obliga a los Sith a superarse, a tratar de ser más poderosos... y quienes no pueden lograrlo, son derrotados y mueren. El Sith está en busca de su libertad individual, lo único que le importa es sí mismo (y, desde su punto de vista, eso está bien), y esa libertad la obtiene a través de adquirir siempre más y más poder para derrotar a sus rivales y enemigos.
Esta filosofía nos hace pensar en una suerte de versión corrompida y simplificada de la filosofía nietzscheniana del súper hombre, que a su vez se encuentra corrompida y simplificada en las posturas éticas egotistas de Ayn Rand, las cuales han tenido mucha influencia en las bases morales del capitalismo libertariano (y en la cultura pop gringa): lo correcto es la búsqueda de la libertad individual y del provecho personal; la competencia es buena porque lleva a los individuos a superarse y quienes no pueden resistir esa competencia deben hacerse un lado; el discurso del "bien común" es sólo una mentira de la masa que pretende hacer que el súper hombre, el individuo extraordinario, renuncie su libertad individual y se convierta en un "Atlas encogido de hombros".
Hasta ahora hemos hablado de la búsqueda del beneficio propio, cueste lo que cueste. El otro problema con los Sith es la búsqueda insaciable de poder. Los Sith quieren ser más y más poderosos, nunca es suficiente. El mismo Anakin Skywalker cae al Lado Oscuro en parte porque quiere tener más poder. Él mismo lo dice en el Episodio III: "quiero más, pero no debería". Anakin desea ese poder no por maldad, sino para hacer el bien, para salvar a sus seres queridos y para traer orden y justicia en la Galaxia.
Pero es que ese anhelo de poderío es maligno en sí mismo, pues en la búsqueda de más y mayores facultades, se olvida la razón por la cual se deseaba en primer lugar y ya sólo queda la sed de poder por el poder mismo. Pregúntenle a su líder revolucionario después convertido en dictador favorito: primero se persigue el poder para llevar a cabo los cambios radicales que el pueblo necesita; después se trata de mantener el poder a toda costa. Así, en su viaje al Lado Oscuro, en el momento en que sus nuevos poderes están en su máximo nivel, Anakin provoca la muerte de su amada Padmé, ¡oh ironía! El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente, diría Lord Acton junto a George Lucas.
Además, son ese individualismo irrestricto y esa sed de poder absoluto las mismas debilidades de los Sith. Al no tener más lealtades que a sí mismos, los Sith se traicionaban y asesinaban constantemente unos a otros, hasta que Darth Bane estableció la Regla de Dos: "un solo maestro, un solo aprendiz". Un Sith entrenaba a un aprendiz, y éste tarde o temprano se rebelaba contra su maestro y lo mataba o era muerto por él. Así los Sith se aseguraban de que cada uno fuera sustituido sólo por alguien más fuerte que el anterior, en una suerte de proceso darwiniano. Esto favorecía que sólo los Sith más poderosos sobrevivieran para entrenar a la siguiente generación, y que así con el tiempo cada Señor Oscuro tuviera más poder que el anterior. Pero ni esa regla los salvó de la derrota: no pudieron ver, ni siquiera concebir que uno de ellos, Darth Vader, se sacrificaría para acabar con la opresión de los Sith de una vez por todas (hasta que Disney dicidió arruinarlo con su Trilogía de Precuelas).
En oposición al egoísmo de los Sith está la abnegación de los Jedi. Pero ésta significa también un problema, pues establece un estándar tan alto que no puede ser cumplido por todos y lleva a los Jedi a ser demasiado fríos e inhumanos.
Cuando Anakin comienza a tener las visiones sobre la muerte de Padmé, va a buscar consejo con el Maestro Yoda, pero él no le da ningún consuelo, sólo le dice que se regocije por los que se hacen uno con la Fuerza y que se entrene para dejar ir aquello que teme perder. Quizá si los Jedi le hubieran ofrecido ayuda a Anakin en vez de instarlo a renunciar a lo que más amaba, Anakin no se habría ido con el primer Sith que le prometiera salvar a su esposa. La caída de Anakin (y de la República) es también en parte responsabilidad de los Jedi.
Lo mismo le dice Yoda a Luke, años más tarde, cuando el joven tiene visiones sobre Han y Leia en peligro: está bien sacrificarlos "si valoras la causa por la que han luchado". Naturalmente, Luke no está dispuesto a hacer ese sacrificio y ya sabemos cómo acaba eso.
El peor error de juicio que cometen Obi-Wan Kenobi y Yoda es no dar nada de crédito a Vader. Luke está convencido de que puede ayudar a su padre a volver del Lado Oscuro, pero sus maestros Jedi no lo creen así. En su visión, Luke debe renunciar a su deseo personal de salvar a su padre y concentrarse en derrotar al mal. Cuando Luke le dice a Ben "No puedo matar a mi propio padre", él responde "Entonces el Emperador ha vencido", con mucha seguridad. Obi-Wan y Yoda están convencidos de que el de la abnegación total es el único camino para el triunfo del bien y por eso quisieron manipular a Luke al mentirle sobre la identidad de Vader.
Ambos maestros Jedi se equivocan, por supuesto, pues es precisamente ese amor de un padre por los hijos (a los que nunca conoció y que son lo único que le queda de su difunta esposa), ese sentimiento de apego que tanto habían rechazado los Jedi por considerarlo peligroso, lo que finalmente lleva a Vader a dar la vida para derrotar a Darth Sidious (y, por extensión, al mal).
Lo cual nos lleva a otro punto súper importante: los Jedi a lo mejor son "los buenos" en oposición a sus enemigos, pero están lejos de ser perfectos o infalibles. Tras su extinción eran recordados como personajes de leyenda, pero en la Trilogía de Precuelas vemos que no estaban a la altura del mito. Los Jedi se habían acomodado al statu quo, preferían obedecer las reglas de la politiquería que romperlas para hacer justicia, aceptaron utilizar a lo que prácticamente era un ejército de esclavos para luchar una guerra y, como lo dice Luke en el Episodio VIII, estaban tan ciegos por su propia soberbia que permitieron que Darth Sidious los aniquilara.
En la novelización del Episodio III se nos dice que Yoda, durante su pelea con Sidious, se da cuenta de que los Jedi habían perdido mucho antes de saber que estaban luchando. Ellos habían dejado de evolucionar y aprender, contentos con el estatus que tenían en el orden de la República, mientras los Sith llevaban un milenio preparándose para este momento. Su abnegación y su desapego del mundo los había hecho vulnerables, no fuertes.
De ahí la necesidad de algunos Jedi de caminos distintos, manifiesta en la rebeldía de Qui-Gon Jinn, en la odisea de Ahsoka Tano, o en lo que se sugiere sería el destino de Rey en The Last Jedi (pero que no se concreta en The Rise of Skywalker porque J.J. Abrams es un pusilánime). Por ello quizá es que, en el viejo canon, cuando Luke funda su propia Orden Jedi, adopta un código más laxo, que permite también el amor y el matrimonio (él se casa con Mara Jade, como ustedes saben).
En conclusión, la búsqueda del provecho personal a costa de los demás es reprobable y en casos extremos, francamente malvado. Las buenas personas procuran el bien común, pero demandar total abnegación y renuncia a todo lo que se ama es irreal y puede llegar a ser peligroso.
Ésas son las características morales de los Sith y de los Jedi, pero son también la base y fundamento de las diversas formas de política que hemos analizado a lo largo de esta serie. La búsqueda del provecho personal y de la acumulación de poder son la marca de la Confederación, del Imperio y de la parte de la República que se había corrompido. La lucha por el bien común, incluso poniendo en riesgo la propia vida y libertad, caracterizan tanto a la Alianza Rebelde como a los líderes honestos de la República.
Autoritarismo, codicia, conflicto, opresión, demagogia son los antivalores; libertad, generosidad, cooperación, servicio e igualdad son los valores positivos. Lo son tanto a pequeña escala, en la historia de ascenso, caída y redención que es la saga de la familia Skywalker, como a gran escala en la historia de decadencia, tiranía y revolución que es la saga de la República Galáctica. Al final de Star Wars no sólo se redime su protagonista, Anakin Skywalker, sino que se reforma una sociedad completa. Valores personales y valores colectivos son en esencia los mismos, pero a diferente escala.
Es difícil encontrar una forma adecuada para terminar esta larga serie. Hemos tratado de dilucidar las ideas políticas implícitas en ella. Espero que todo esto haya tenido sentido. Ahora, sólo me queda despedirme y decirles:
MAY THE FORCE BE WITH YOU ALL
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11 comentarios:
Si se presta atención a la trama y lo expuesto a lo largo de la saga, se puede ver que los jedi distan mucho de ser los "buenos". Son una facción idealista y disciplinada que hace buenas acciones. Pero llegamos ahí al planteamiento ya antes dicho por muchos: "¿El hacer cosas comunmente etiquetadas como buenas, te hace bueno, sin más?"
La parte en que la ideología jedi termina de fracturarse y quedar expuesta como lo inexacta que es, es cuando Obi-Wan encara a Anakin mientras Padme yace en el suelo. El diálogo es más o menos como sigue:
Anakin: si no estás conmigo, entonces eres mi enemigo.
Obi-Wan: SÓLO UN SITH se maneja en absolutos, haré lo que vine a hacer...
El maestro Kenobi usa un argumento generalizado y absoluto, para criticar lo generalizada y absoluta que es la forma de pensar de los sith, sus opositores. Lados de una misma moneda, a fin de cuentas.
Y qué absurdo decir que solo los sith pensaban así; no creo que entre los politicos del senado no hubiera también alguien de igual cerrazón de mente. No obstante, para el buen Obi resaltaba ese defecto solo en sus opositores. Como partidos politicos, apuntando con el dedo al otro y evitando verse al espejo.
La frase "Sólo los Sith piensan en absolutos" causó muchas discusiones en los foros de Star Wars en ese momento, ya que el pensamiento Jedi incluía cosas bastante absolutas como "Hazlo, o no lo hagas. No hay intentos". Aunque por otro lado, Obi Wan tiene un filosofía relativista tipo "La mayoría de las verdades a las que nos aferramos depende de nuestros puntos de vista".
Pero recierda ue Obi Wan le estaba respondiendo a un Anakin que le acababa de decir "Si no estás conmigo, entonces eres mi enemigo". A mí, esta frase me parece una alusión a la de Bush "Si no están con nosotros, están con los terroristas".
También hay que tene en cuenta que si Obi Wan dice "Haré lo que tengo que hacer", también trató de dialogar con Anakin desde el principio y en distintos momentos del duelo, hasta el final.
De cualquier forma, el punto es que, independientemente de lo que cada uno de nosotros pueda considerar bueno o malvado, Star Wars deja en claro que, desde el punto de vista de este universo ficticio, los Jedi son los buenos.
Cierto, los Jedi eran más generosos que los sith, pero tampoco porque fueran Jedis estaban siempre en lo correcto. De hecho asi como la Republica se caía a pedazos a causa de la corrupcion, Joda señalaba que los jedis tambian habian caído en la arrogancia. Los jedis podian conservar sus valores pero su aplicación tampoco era infalible. Hay que señalar también que mientras el consejo Jedi estaba conformado por maestros más tradicionalistas, también existian dentro de la comunidad otros maestros más rebeldes como Qui-Gon Jin usados para misiones que requerian más autonomia. Asi que si bien los jedi tenian otra forma de ver el mundo fria y desapasionada, también eran lo suficientemente flexibles para permitir una variedad de opiniones diversas dentro de su seno. Mientras que en los Sith operaba el secretismo, la sumisión absoluta e incuestionable al maestro y la conspiración y traición. Y aunque la regla de un maestro y un discipulo tampoco se cumplia entre comillas (porque a su vez, el discipulo tenia otro discipulo, mientras preparaba su ascensión, pero el maestro a su vez preparaba a otro discipulo), la disidencia no era tolerada.
Ooooh buenazo! Sabes! Habia dado por sentado lo del sacrificio de Vader al final, que porque era un “ex jedi” pero es en realidad por el amor de padre! Claro! Salvaba a lo único que le quedaba de Padme! Uuuf genial esta entrada!! Aquí entre nos me divierten mas los Sith que los Jedis!!
Antes que nada excelentes entradas con buen análisis y argumentos.
Lo que siempre me ha causado ruido es la búsqueda de los Jedi por un elegido para "Traer balance a la fuerza", visto únicamente del punto de vista numérico al principio del episodio 1 hay 2 Sith y decenas si no cientos de Jedi. Quieren balancear la fuerza? lo lograron despues de la purga donde solo quedan 2 Jedi y 2 Sith, jajaja ahi tienen el buscado balance estúpidos Jedi.
Darth Vader solo se sacrifico para salvar a luke
Para mi los sith y los jedi son iguales como dice Palpatine ambos tienen temor de perder su poder ya que en un capitulo de clone wars los jedi dicen no podemos apoyar a una rebelion si el gobierno es legitimo ah pero eso si cuando el imperio y los sith gobiernan la galaxia apoyan a la rebelion y hasta se enfrentan a el donde quedaron sus principios jedi los jedi tambien quieren tomar para mi los sith son mejor porque los jedi se me hacen hipocritas en cvambio un sith expresa lo que piensa y cree abiertamente
La cosa con los que quieren a un "hombre fuerte" que detente el poder absoluto es que se imaginan del lado de los ganadores. Nunca se imaginan que ese mismo poder que es usado para eliminar a los que le caen mal puede ser usado de forma completamente arbitraria en su contra, que puede aplastar sus derechos, sus libertades y quitarle la vida, y que entonces no tendrá defensa contra ese poder. No se ponen al pensar que el gobernante absoluto puede tomar decisiones que lleven a su nación al desastre, y que nadie puede impedirlo porque al Emperador no se le puede llevar la contraria. Tu vida y tu libertad corren tanto o más peligro bajo un gobierno absolutista de la que correría en la anarquía absoluta.
Buenisimo este analisis loco, te felicito. Esta excelnte!
Excelente y claro análisis. Orwel, Nietszche y Julio Cesar. La cíclica historia de la política, con el increíble marco de referencia del universo Sw.Pedagogicamente, impecable.
Excelente y claro análisis. Orwel, Nietszche y Julio Cesar. La cíclica historia de la política, con el increíble marco de referencia del universo Sw.Pedagogicamente, impecable.
Muy interesante
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