Una reflexión sobre el estado actual de Marvel

¡Ojo! El siguiente texto es continuación de este otro: Una valoración de la fase 4 de Marvel

Bueeenos días, personas bonitas. La semana pasada estuve muy enfermo y con mucho trabajo extra. De hecho, creo que me enfermé por todo el trabajo extra. El caso es que por eso no pude bloguear y con eso rompí mi racha casi perfecta de poner una entrada nueva cada semana. Ni modo, y de cualquier forma seguro que muchos ni se dieron cuenta.

 

Pero basta de mis dramas personales, continuemos con nuestro recorrido por la Fase 4 del Universo Cinemático de Marvel, para saber si es cierto que esta magna franquicia está en decadencia y, si es así, por qué.

 

MS. MARVEL (2022)

Esta serie fue una sorpresa para mí porque no esperaba nada de ella. Ni siquiera había habido spoilers al respecto, excepto cuando se insinuó por primera vez la existencia de los X-Men en el MCU, y eso fue como medio segundo en el episodio final.

 

Además, la serie fue objeto de mucho mame; por un lado están los ñoños neofachos que se dedican a tirarle mierda a todo lo que tenga a una mujer o persona racializada como protagonista. Por el otro, y no estoy queriendo decir que sean equivalentes, hubo banda clamando que si la serie no estaba teniendo altísimos ratings era por culpa de tu racismo y misoginia que no la quieres ver. Eso lo sentí como chantaje y me quitó las ganas de echarle un vistazo.

 

Bueno, pues la serie está bien simpática. Es cierto que no ofrece muchas cosas nuevas, ni siquiera como serie de superhéroes adolescentes, pues la mayoría de las situaciones las hemos visto antes: niño nerd que de repente se ve con superpoderes, problemas en sus relaciones familiares, el amigo fiel que le ayuda con su nueva misión, la amiga que se ofende porque le ocultaron el secreto, el crush todo sensual… Incluso esta estética de superponer dibujitos de cuaderno de prepa está ya muy visto en todo tipo de contenido mediático adolescente.

 

De hecho, lo más interesante de la serie es todo este asunto de la identidad pakistaní de Kamala Khan: la dura historia de su familia y las crisis que tuvo que atravesar al momento de la partición de la India en dos estados, y las dificultades que enfrenta actualmente la comunidad pakistaní en un país islamófobo como lo es Estados Unidos.

 

La serie, en fin, es lo suficientemente entretenida, e imagino que chavitos que no han visto todo esto antes podrían encontrarla muy atractiva. Además, la protagonista es súper carismática, y sí me dan ganas de verla continuar sus aventuras en la película de Marvels.

 

SHE-HULK: ATTORNEY AT LAW (2022)

Ésta es otra de la que no esperaba nada y que resultó una agradable sorpresa. Es un muy divertida y es la única, además de WandaVision, que aprovecha el formato de serie televisiva, en vez de ser una película de seis horas, como las otras. Me gustó que cada capítulo tuviera su propia línea argumental, con un arco que abarcara la temporada completa. Me encantaron los cameos de otros personajes de Marvel y esta dinámica de ser “abogada en un mundo de superhéroes”.

 

En general me gustó el humor de “romper la cuarta pared”, tan fiel a los clásicos cómics de John Byrne, aunque sí pienso que se pasaron de la raya en el último episodio. No es una crítica al modelo de Marvel/Disney, si aparece en uno de sus productos: es controlar el discurso. Meh, tampoco es que estuviera tan mal.

 

Ah, pero como dije en el capítulo anterior, en vez de hacer análisis pormenorizados de cada cosa, me voy a centrar en algún aspecto para hacer nitpicking. Lo que no me gustó de la serie fue su representación del machismo. Me explico: en esta serie hay unos cuantos hombres que son personas decentes (Bruce, Matt, Pug, Wong) y un titipuchal de hombres machistas y patanes. No es eso de lo que me quejo, ni tampoco que sean los machitrolls de Internet de los principales antagonistas de la serie, que eso se me hizo un comentario muy ingenioso.

 

No, lo que no me gustó es que cada hombre machista es caricaturescamente machista, un patán hecho y derecho sin ningún tipo de autoconciencia ni cualidades redimibles. Mientras, los hombres “buenos”, son perfectamente buenos, y no tienen ni una pisca de malignidad en todo su ser. Y es que la realidad no es así; el mundo no se divide solamente en tíos buenos y tíos malos. Algunos vatos pueden ser perfectamente decentes en muchos aspectos de su vida y de pronto sorprenderte con ideas o actitudes misóginas. O algunos que tienen rasgos sexistas normalizados nunca llegarían tan lejos como otros misóginos ideológicamente comprometidos. Pero bueno, no creo que todavía se pueda esperar esas complejidades por estos lares.

 

WEREWOLF BY NIGHT (2022)

Iba a brincarme los especiales de TV porque me daban flojera. De no ser porque me quedé en mi casa una mañana moqueando ni lo habría visto. Me alegra haberlo hecho.

 

Si han pasado por este blog antes, sabrán que soy muy fan del cine de terror clásico, en especial del ciclo gótico de Universal Pictures, que es la estética a la que este opúsculo homenajea. En especial me gustó que el maquillaje del protagonista se inspirara en el aspecto clásico de estas películas. En oposición, no me encantó el diseño ni la animación de Man-Thing, que parece sacado de una película de Pixar; ojalá lo hubieran hecho también con efectos especiales prácticos.

 

Obviamente, como mexicano y como adolescente de la generación de Y tu mamá también, me dio mucho gusto ver a Gael García, y me dará más gusto cuando haga mancuerna con otros personajes de Marvel (mi apuesta es por Moon Knight). En fin, es una pieza simpaticona que, sin embargo, tampoco resulta imprescindible.

 

BLACK PANTHER: WAKANDA FOREVER (2022)

¿Qué puedo decir? Se me hizo muy buena. Funciona muy bien como historia de fantasía sobre una guerra entre dos reinos imaginarios, cada uno basado en una cultura que en nuestro mundo fue colonizada y destruida, pero que en esta ficción aparecen reimaginadas en toda su gloria mesopunk y afropunk. Es una historia emocionante y conmovedora, protagonizada casi enteramente por mujeres fuertes.

 

Además del Multiverso, hay dos ejes temáticos que conectan esta cuarta fase de Marvel: la necesidad de superar el trauma y la pérdida, por un lado, y el llamado a convertirse en héroe en un mundo lleno de héroes. Estos dos ejes se conjugan en el arco de Shuri, una joven que ha perdido a toda su familia y que tiene que encargarse de un legado y una tradición de las que había estado alienada por mucho tiempo.

 

Me encanta que ella no sea una simplemente una versión femenina del héroe que fue su hermano, sino que ha seguido su propio camino de autodescubrimiento, y tiene sus propias cualidades y fortalezas que aportar. Me encanta que se le haya aparecido su primo Killmonger, y que la cinta haya reconocido que, a pesar de sus afanes destructivos, el antihéroe tenía razón en muchas cosas.

 

Hablando de lo cual, es cierto la aparición de Everett Ross medio sobra, y el que se use a Riri Williams como un macguffin humano le hace flaco favor al personaje. Pero por otro lado esa línea argumental sirve para enfatizar el mensaje anticolonialista de la película. Una escena nos muestra a tropas francesas atacando un centro wakandiano en Malí, y es una realidad que Francia está llevando a cabo ahora mismo una guerra neocolonial en ese país africano. Y tampoco se ahorra críticas al mismo imperialismo yanqui, en especial cuando deja en claro que si los Estados Unidos hubieran tenido los mismos recursos que Wakanda (en especial el acceso al vibranio), los habrían usado para agredir y dominar a otros países.

 

Nunca me agradó la idea de un agente de la CIA bonachón y que ayudara a una nación africana a restaurar un gobierno legítimo, porque la realidad siempre ha sido lo opuesto. En casi todas las películas de Marvel se muestra que, si hay algo malo con las instituciones de gobierno, esto se debe a que hay algunos individuos corruptos en ellas. En esta película, al contrario, se nos revela que Ross es, de hecho, un solo tipo decente en una organización fundamentalmente criminal e imperialista. Esto pasa medio por debajo del radar, pues se trata de una trama muy secundaria, pero me encantó que el director Ryan Coogler haya tenido el valor de añadirlo.

 

THE GUARDIANS OF THE GALAXY HOLLYDAY SPECIAL (2022)

Otro especial para televisión, y la última entrega de la cuarta fase. Bueno, como sabrán si han estado antes por aquí, a mí nunca me han hecho gracia los Guardianes de la Galaxia, pero entiendo por qué mucha gente los aprecia. Así que no digo que sus películas sean malas, sólo que no son mi estilo.

 

Vi esta pieza nomás por no dejar y pensando que cualquier cosa que no me fuera chocante la tomaría como algo bueno. Y pues meh, supongo que también está simpática, con esa mezcla de humor boboncio y sensiblería entrañable que caracteriza a las películas de los Guardianes, así que no dudo de que será el gusto de los normis básicos sus fans más entusiastas.

 

En realidad, es la misma fórmula de James Gunn para todo, incluidas sus incursiones en el universo DC, que ahora él controlará, como despotriqué recientemente al respecto. De hecho, ver esto me hizo darme cuenta de otro recurso del que Gunn echa mano cada vez que escribe o dirige algo: que al principio todos los personajes se tratan unos a otros bien culero, como si se odiaran, para al final hacer algunos gestos cariñosos para que el público diga “awww, sí tiene su corazoncito”. Jajaja, Gunn, eres una perra básica.

 

LA FASE 4: ¿QUÉ SALIÓ MAL?

Es una opinión casi universal que la fase 4 del Universo Cinematográfico de Marvel fue decepcionante, que no estuvo a la altura de las expectativas ni de las fases anteriores. Muchos opinan incluso que el MCU ya se encuentra en decadencia. Pero, curiosamente, existen opiniones encontradas acerca de qué es lo que hace mala a esta fase. Por ejemplo, una buena parte de la nerdósfera piensa que las películas debieron tener una mayor interconexión, mientras que otra opina que se debió dejar que cada obra fuera independiente sin necesidad de cameos ni fan service. Es como si cada mitad hubiera visto un UCM diametralmente opuesto, vaya.

 

Por otro lado, están los neofachos que piensan que lo que pasa es que el UCM se volvió demasiado inclusivo. Éstas son patrañas y la gente que opina así no merece ser considerada digna de una conversación entre adultos. Si piensas que las premisas o la realización de estas películas son malas, pues entonces lo pensarías aunque no hubiera habido ninguna “inclusión”. Y si piensas que poner mujeres y personas racializadas en las películas o series vuelve todo automáticamente malo, pues eres un racista reaccionario y mereces que te golpeen en la cara.

 

Los únicos que opinan que todo va bien son los ultrañoños del fandom tóxico que se ha creado alrededor del MCU; éstos nomás le aplauden a cualquier cosa que sea de Marvel y se dedican a hacer memes sobre cómo los chads no se fijan en cosas como malos efectos especiales o contradicciones argumentales. Su opinión tampoco importa.

 

Bueno, ¿y qué pienso yo? Yo sí siento que la fase 4 fue decepcionante, pero tomando cada trabajo individual me doy cuenta de que, fuera de Thor: Love and Thunder, ninguno me pareció malo o insufrible. Más bien, ésta fue una etapa de pelis y series palomeras y entretenidas, pero olvidables. ¿Mediocre? Sí, pero no mala. He estado dándole vueltas al respecto y creo que he llegado a una conclusión: el MCU siempre ha sido mediocre.

 

Es la verdad, en cada fase tenemos un puñado de películas dos-dos, divertidas, simpáticas, para pasar el rato, pero nada fuera de lo común. Si hay interés en ver estas pelis, es porque forman parte de un todo más interesante que cada pieza individual, y en el que las expectativas del público son recompensadas por ocasionales entregas verdaderamente excepcionales y espectaculares.

 

O sea, si la primera fase no se hubiera sostenido por un inicio de tanta altura como lo fue la primera Iron Man y no hubiera culminado con un espectáculo inédito en la pantalla grande como lo fue The Avengers, todas las demás pelis habrían sido del montón. Si entre la fase dos y la tres no estuviera esa trilogía no oficial formada por The Winter Soldier, Age of Ultron y Civil War no creo que se hubiera mantenido el interés necesario durante tantos años de películas regularsonas hasta llegar a Infinity War.

 

¿Y qué pasó en la cuarta fase? Bueno, pues que creo que hubo demasiados productos dos-dos y muy pocas entregas extraordinarias. Esto se siente sobre todo viniendo tras una culminación tan gloriosa como lo fueron Infinity War y Endgame (soy muy fan de esta dupla). Pero, además, las mejores entregas de esta fase ocurrieron muy al principio, dejando un montón de cosillas divertidijillas pero intrascendentes en el medio.

 

Hablando del arco argumental que debería unir a esta fase, algunos fans se quejan de que la mayoría de las entregas no tiene nada que ver con la Saga del Multiverso. Esto es cierto, pero ése no es un defecto en sí mismo. Muchas de las películas de las primeras tres etapas no tenían nada que ver con Thanos o las Gemas del Infinito, y eso incluye algunas de las mejores, como The Winter Soldier y Civil War. Algunas sólo deben introducir o hacer crecer a algún personaje.

 

Creo más bien que el problema es que las que sí tenían que ver con el multiverso estuvieron todas al principio: Loki, What if…?, No Way Home, Multiverse of Madness… Dos películas y dos series seguidas que presentaban el Multiverso, sus posibilidades y peligros, y hasta el que será el villano principal de esta saga, Kang el Conquistador… Y luego, un montón de películas y series que no sólo ni tocaban el tema, sino que no tenían nada que ver la una con la otra. Aunque la fase cierra con la estupenda Wakanda Forever, ésta nos presenta una historia independiente que no se siente como la culminación de nada; no es como cuando una fase concluía con una película de los Vengadores.

 

Pero no es sólo que la mayor parte de estas pelis y series sean regulares, no es sólo que contribuyan poco o nada al arco argumental general, ¡es que además fueron un chingo! El otro día vi el dato de que, si sumamos las horas de duración de todas las series y películas de esta cuarta etapa, en tiempo ya ha superado a la primera y segunda juntas. Lejos ha quedado la época en la que veíamos dos o tres películas de Marvel al año; ahora hay alguna cosa del MCU (o si no, de Star Wars) casi cada mes. Es como si Disney estuviera decidido a no dejarnos espacio para ver nada que no sea de su propiedad. Y no sólo satura nuestro tiempo y espacio, sino que acapara el talento de actores, directores y escritores que podrían estar creando otras cosas.

 

Seamos sinceros. Si estas películas y series no fueran del MCU, ¿las habríamos visto? Creo que yo no. Entonces, ¿por qué las vi? Pues porque soy un ñoño completista y no quería perderme nada de este universo. Es decir, he caído presa del FOMO, fear of missing out, o el miedo a que mi experiencia de algo quede incompleta, a perderme aquello de lo que todo el mundo está hablando y gozando. Y creo que es así como Marvel se las arregla para que acabemos viendo sus productos, sin importar cuán mediocres sean.

 

El otro truco es el maldito hype, la emoción de lo que está por venir. Las películas y series ya no llaman la atención en sí mismas sino por los cameos rumorados y las escenas postcréditos. Antes de ver Hawkeye lo único que escuché de ella en redes fue “¡odiosmio, sale Kingpin!”. Y pasaron semanas sin que me topara ni por accidente con comentarios sobre Ms. Marvel, pero después de su capítulo final Internet explotó con un “¡odiosmio la musiquita de los Hombres X!”. De She-Hulk supe tres cosas: la escena del perreo, la aparición de Daredevil y que Hulk se sacó un hijo horrible del culo. Nunca los comentarios son “qué cosa tan genial”, sino la emoción de que un cameo anuncie que algún día llegará algo que sí va a estar genial. Y ese algo no llegó, y a juzgar por la recepción de Quantumania (por fin la vi; igual está chafona) no va a llegar pronto. Depender del fomo y el hype no iba a funcionar por siempre.

 

Entonces, ¿qué creo que debía haber hecho Marvel? Sólo soy un maestro de prepa con el don de la retrospectiva, no el productor de cine más exitoso del siglo XXI, pero creo que Kevin Feige, de entrada, debió haber sacado menos cosas en esta fase. Dar tiempo entre estreno y estreno, permitir que se volviera a sentir cada obra como un evento especial. Algunos personajes pudieron esperar a la siguiente fase para hacer su debut. Otros, como los Eternals, pudieron simplemente no aparecer en lo absoluto.

 

Para culminar la fase yo habría escogido una película que tuviera que ver con el Multiverso, y en la que se abordara, aunque fuera de pasada, los hechos y personajes presentados en las otras obras. Como Marvel no quiere otra película de los Vengadores sino hasta dentro de unos años, la opción obvia era la película del Doctor Strange.

 

Imaginen que Multiverse of Madness hubiera sido la entrega final de la fase 4. Creo que la película se habría beneficiado de tener un poco más de tiempo para su producción y postproducción, teniendo en cuenta lo que sabemos acerca de lo accidentado y correteado que fue todo el proceso. La peli podría haber sido más larga, más grande, con más cameos y visitas a multiversos alocados, y con algo que sugiriera la inminente llegada de Kang. Por lo menos habría sido bueno que el director y los escritores hubieran tenido tiempo para ver WandaVision y así crear algo que no traicionase el desarrollo de Wanda como personaje. Bueno, qué se yo, no soy 100tifico, pero no me equivoqué con lo de la película del Spider-Verse.

Pero todo lo arruinó la codicia, el verdadero motor de esta nueva fase. Después de haber hecho la película más taquillera de la historia, los ejecutivos podrían haberse dado por satisfechos. Pero no: querían más, mucho más, y por eso nos inundaron con series, películas y especiales de TV. Además, ese afán por producir un chingo provocó que muchas cosas quedaran hechas al vapor.

 

En especial se ha notado mucho un declive en la calidad de los efectos especiales en las producciones de Marvel, y eso está directamente relacionado con la sobreexplotación de los artistas, a quienes se les paga poco y se les exige terminar proyectos en chinga. Otras voces acusan que Marvel no permite a sus realizadores salirse de la fórmula y limitan sus visiones personales. ¿Cómo no iba a decaer la calidad así?

 

Los meses en los decidí darme un descanso de todo lo relacionado con Disney me dediqué a ver y rever películas de ciencia ficción, terror y fantasía de altísima calidad. Me recordaron las alturas artísticas que el cine fantástico es capaz de alcanzar. Luego regresé a Marvel con sus producciones visualmente desangeladas, cuando no de plano feas, y el contraste se sintió cabrón. Aunque no fue mi favorita, me da gusto que Everything, Everywhere,All at Once ganara el Oscar de este año; fue una mejor historia multiversal que cualquiera de las Marvel, y su éxito bien podría inspirar a que aparezcan más películas de fantasía originales, fuera de las franquicias que dominan la cultura contemporánea.

 

Creo que ésta ha sido la última fase en la que me chute todo lo que salga de Marvel. De ahora en adelante sólo veré las que de verdad me llamen la atención. Al fin y al cabo, ya existe Te lo resumo para lo demás.

 

Sólo un despotrique más. Una de las cosas que me parecen más frustrantes de los cómics de superhéroes es que, después de cualquier maxisaga de ésas que casi destruyen al universo, las cosas siempre vuelven a la normalidad. Esto es inevitable porque es un medio diseñado a continuar indefinidamente mientras siga siendo rentable, sin un final a la vista. Hubiera esperado un poco más de osadía del MCU, que construyera a partir de la Saga del Infinito y se permitiera evolucionar, caminar hacia alguna conclusión. Pero el blip ya ni siquiera es algo que se discuta demasiado, y aunque debió ser un evento que arruinara las vidas de millones de personas, a estas alturas estamos haciendo de cuenta que todo simplemente volvió a la normalidad.

 

Pero bueno, quizá eso no es tan irreal. Veamos nuestro propio mundo post-Covid: parecería que no ocurrió un evento traumático a nivel mundial que trastornó nuestras vidas, y nomás regresamos a nuestras viejas dinámicas, como si nada hubiera pasado ni siguiera pasando, como si hubiera sido una interrupción momentánea de nuestra rutina en vez de una crisis civilizatoria. Quizá la actual estasis del MCU no sea más que un reflejo de nuestra propia incapacidad para concebir y crear un nuevo mundo después del desastre.

¡Gracias por leer! Si te gustan estas ñoñadas, me puedes encontrar en YouTube, Spotify y TikTok. También puedes ayudarme a seguir creando con una subscripción en Patreon, o a hacer un donativo en PayPal. Mientras, te dejo con otros textos que he escrito en este blog:

• Loki: Glorioso propósito
• Los héroes antes de los superhéroes
• Ciencia ficción para tiempos rebeldes