"Ser o no ser. ¡He ahí el dilema!" |
Para comprender la falacia del falso dilema debemos primero recordar uno de los principios fundamentales de la lógica: el principio del tercero excluido. Básicamente, este principio nos dice:
O es A, o es no-A. No hay una tercera opción.
Éste es, como les dije, un principio básico de la lógica y la fórmula antes mencionada resulta verdadera al grado de axioma. El falso dilema, por otro lado, se expresa de la siguiente manera:
O es A o es B. No hay una tercera opción.
Esta fórmula es falsa porque no necesariamente es así. En algunos casos puede ser correcta, pero en muchos otros pueden existir C, D, E, F, G, H, I y hasta Z, además de A y B. Por lo tanto, no puede constituir una ley ni un principio, sino solamente la descripción de algunos casos particulares.
¿Confundidos? Que no panda el cúnico, en realidad es muy sencillo: Una pared puede ser Blanca o puede ser no-Blanca. No hay otra opción. ¿No me creen? Es que, en lógica, el "no-Blanca" incluye negra, azul, roja, verde, gris, blanca con manchas negras, negra con rayas blancas y lo que a ustedes se les ocurra, que no sea completamente blanca. De esta forma podemos ver que el principio del tercero excluido es totalmente válido, aunque tan obvio que parecería no valer la pena mencionarlo.
Caer en la falacia del falso dilema sería pretender que la pared es Blanca o es Negra (A ó B) y que no hay tercera opción. Esto sería, desde luego, falso.
Otro ejemplo: Todos los hombres del mundo son Franceses o son no-Franceses. ¿Es cierto esto? ¡Desde luego! Pues "no-Franceses" incluye a los alemanes, a los ingleses, a los chinos, a los argentinos, a los congoleses, etcétera. Un falso dilema sería afirmar que en este mundo los hombres son o Franceses o Alemanes, sin admitir una tercera o cuarta opciones.
Lo que no es posible, según el principio de no contradicción, es que algo sea A y no-A al mismo tiempo y en el mismo sentido, y según el principio del tercero excluido, que exista una tercera opción que no sea ni A ni no-A (lo cual es lógicamente inconcebible). Por lo demás, el principio del tercero excluido es enteramente válido y no hay que confundirlo con el falso dilema.
Desde luego que hay verdaderos casos en los que algo o es A o es B: un interruptor está prendido o está apagado, un animal está vivo o muerto [excepto el gato de Schrödinger, pero ése es otro rollo], y así por el estilo.
Pero el falso dilema es un ardid retórico que tiene como objetivo condicionar a la víctima a elegir una opción en particular. ¿Cómo? Fácil: haciendo parecer que sólo existen dos opciones y que una de ellas es tan absurda y/o aborrecible que se debe escoger la otra opción por default. Siempre que se quiera plantear que sólo existen dos opciones (A ó B) cuando en realidad no es así, se emplea la trampa del falso dilema, o se cae en ella.
La falacia del falso dilema puede usarse con malicia para confundir al oyente. O puede ser que el mismo que la enuncia de verdad se la crea, ya fuere porque ignora la existencia de otras opciones, o porque de plano es un bobalicón sin mucha capacidad crítica que ve el mundo de forma maniquea. El falso dilema es propio de fundamentalistas y simplones que dividen el mundo en "nosotros y los malvados".
Uno de mis ejemplos favoritos del falso dilema me lo planteó en una ocasión mi ex-jefe, mejor conocido como el tipo religioso que se volvió loco. Cuestionándome sobre la educación que le doy a mi hijo, me preguntó si ya le había hablado del Diablo, a lo que yo contesté que no creía en el Diablo. "¡Ah! ¿Entonces no existen el bien y el mal?" Es decir, este honorable miembro del Opus Dei planteó el siguiente falso dilema:
A) O aceptas la existencia del Ángel Caído esperando por tu alma en el Infierno,
B) O no existe ninguna referencia moral para juzgar los actos humanos.
B) O no existe ninguna referencia moral para juzgar los actos humanos.
El señor aquél no podía concebir más opciones, como que es posible la existencia de la moral sin necesidad de recurrir a entes sobrenaturales, o que existen otros entes sobrenaturales relacionados con la moral, que no son ni el Dios ni el Diablo judeocristianos (¿Cthulhu, tal vez?), o alguna otra opción que ni nos imaginamos.
Los infomerciales de la tele suelen hacer uso de la falacia del falso dilema. Supongamos que el producto que se vende es un trapeador. Las escenas en las que hay personas que no tienen el trapeador muestran gente desesperada, infeliz, desaliñada, cuya vida es un desastre y que además está en blanco y negro. Las escenas de los clientes que ya tienen el trapeador muestran a gente sonriente, apuesta, bien vestida, en casas de ensueño y con mucho colorido. El falso dilema se expresa de esta manera:
A) O tienes el nuevo trapeador marca Tal,
B) O vivirás la vida miserable de un desaliñado mal vestido en blanco y negro.
Ni siquiera tengo que señalar lo absurdo de este falso dilema, ¿verdad? Es común que la publicidad recurra a este ardid, y como apela más a lo emocional que a lo racional, muchas veces ni nos damos cuenta.
También en la política se aplica la falacia del falso dilema. Cuando en los 60 y 70 una buena parte de la población estadounidense se manifestaba a favor de la paz y en contra de la Guerra de Vietnam, a ello el gobierno y los gringos conservadores respondían: "Ama a tu país o déjalo". Es decir, se les planteaba el siguiente dilema:
A) O amas a tu país, y amar a tu país incluye considerar como bueno todo lo que hace el gobierno, así sea matar niños vietnamitas con napalm,
B) O no amas a tu país, y entonces mejor te largas, maldito hippie comunista.
Por supuesto, era difícil explicarles a quienes sostenían esta postura que uno puede amar a su país, pero que ello no implica aprobar todo lo que haga un gobierno ni que hay que permitir que la propia nación cometa injusticias en contra de otros pueblos.
La falacia del falso dilema está relacionada con el argumento Ad ignorantiam, o apelación a la ignorancia. La apelación a la ignorancia funciona haciendo creer al oyente que si no se puede explicar un fenómeno, existe sólo una opción a elegir. Por ejemplo:
A) O puedes explicar con lujo de detalle qué fue esa luz que vimos en el cielo anoche,
B) O admites que era una nave espacial tripulada por seres extraterrestres.
A quien plantea este falso dilema (Jaime Maussán, digamos) no se le ocurre que aunque no podamos explicar nunca qué diablos eran esas luces en el cielo, ello no significa que se trataba de una nave espacial tripulada por aliens.
Otro ejemplo de Ad ignorantiam es utilizado por los creacionistas:
A) O demuestras con una sola prueba contundente que la evolución es un hecho,
B) O aceptas que el mundo y la vida fueron creados por el Dios judeocristiano patriarcal hace 6 mil años, tal y como lo dice la Biblia.
Como ven, entre A y B hay mucho trecho y pueden existir otras opciones, como por ejemplo, que para probar la evolución es necesaria toda una colección de evidencias interrelacionadas y bien estudiadas, no solamente una; o que el origen de las especies puede seguir siendo un misterio por siempre, o que el verdadero relato de la creación es el del Popol-Vuh, o cualquier otra explicación que quizá no seamos capaces ni de concebir.
El falso dilema también está, y sobre todo, relacionado con la falacia del hombre de paja. Deriva su nombre de los monigotes que los soldados usaban para entrenarse en combate, sin necesidad de correr riesgo alguno. Se trata de un ardid retórico malintencionado que consiste en tomar los argumentos del oponente, reducirlos a una absurda caricatura de tal forma que nadie sensato los quiera admitir, y después plantear la propia postura como la única alternativa existente. Si el oponente trata de explicar que no había sido eso lo que quería decir, la reacción más común del otro será negarle esa oportunidad, ignorar cualquier intento de aclaración e insistir una y otra vez en el mismo punto.
Por ejemplo, veamos el siguiente "diálogo" entre un evolucionista y un creacionista:
-El origen de las especies puede explicarse perfectamente por medios naturales y materiales.
-¡Ah! ¿O sea que venimos de las piedras?
-No, yo no dije eso...
-¿Oyeron? ¡Dice que venimos de las piedras! ¡Piedras!
-Si me permites explicar...
-¡PIEEEEEDRAAAAAS!
Nananananananana ¡PIEDRAS! |
Pero este tipo de actitudes no son exclusivas de fundamentalistas religiosos. Veamos el siguiente ejemplo:
-El sistema socioeconómico imperante es injusto.
-¡Ah! ¿Entonces quieres que vivamos como en Cuba?
-No, yo no dije eso...
-¿Oyeron? ¡Quiere que vivamos jodidos como en Cuba!
-Si me permites explicar...
-¡CUUUUUUUBAAAAAA!
Nananananananana ¡CUBA! |
Algunos otros ejemplos del falso dilema son:
- "El que no está con nosotros está con los terroristas" (George W. Bush dixit).
- "El que no está con Chávez está contra Chávez" (Hugo Chávez dixit).
- "Si no eres parte de la solución, eres parte del problema".
- "Si no eres mi amigo, eres mi enemigo".
- "Si la medicina moderna no puede explicar cómo se curó el señor Pérez de esta enfermedad, debe tratarse de un milagro".
- "En este mundo hay dos clases de personas: los que mandan y los que siguen".
- "En esta vida si no pisoteas te pisotean".
- "Si no te casas, vestirás santos".
- "Si una mujer no llega virgen al altar es que es una puta".
- "Si estas protestas no son socialistas, entonces no pueden ser populares ni legítimas".
- "Sólo el pueblo puede salvar al pueblo" (sea lo que sea que eso signifique).
Pero no crean que todos los falsos dilemas son igualmente fáciles de identificar y contrarrestar. Veamos un falso dilema que se nos ha estado planteando desde hace mucho, tanto por derechistas como por izquierdistas de vieja escuela (hagan click en las imágenes para agrandarlas):
TIENES QUE ESCOGER
O
¡Y NO HAY OTRA OPCIÓN!
Sucede que muchas personas conciben la existencia de A y B como bloques monolíticos e inamovibles y como las únicas opciones posibles. Los defensores de cada opción consideran a la otra demasiado absurda, inconveniente o inmoral como para siquiera tomarla en cuenta.
¿Notaron que cada una tiene su número de círculos y tachas? (Admito que los cuadros están algo simplificados, pero se entiende el punto). Los defensores de cada opción se concentrarán en los círculos propios y en las tachas ajenas. Si alguien señala las tachas de una de la opciones, sus defensores se pondrán al brinco y despotricarán sobre las tachas de la opción contraria. ¿Por qué? Porque para ellos sólo existirán siempre A y B, y en sus mentes criticar las tachas de A significa ignorar las de B, ya sea para defender o atacar a cualquiera de las dos.
En cuanto a las tachas de la propia opción, sus defensores argumentarán que no son tan malas (sobre todo teniendo en cuenta las de la opción contraria), que son males necesarios para poder gozar de los círculos o, peor aún, que las tachas en realidad son buenas y deseables en sí mismas. Así, he escuchado o leído a gente expresar que para qué quieren los cubanos libertad de expresión y democracia si tienen todo para vivir, o que las muertes de inocentes en las guerras imperialistas son detalles que deben tenernos sin cuidado porque nos permiten a los demás vivir bien y al fin y al cabo siempre ha habido guerras y muertes.
Las personas que han caído en este falso dilema no pueden concebir una tercera, cuarta o quinta posibilidades, como si en la larga historia de las civilizaciones humanas no hubieran existido muchas y muy variadas formas de organización social. En cuanto escuchan algo que no se adecúa a la opción defendida, consideran ipso facto que pertenece a la opción contraria, y la atacan como si así fuera, cayendo entonces en la falacia del hombre de paja. Así, los marxistas-leninistas pueden considerar que todo lo que no sea comunismo al estilo soviético, desde la socialdemocracia hasta el anarquismo, debe ser una trampa para caer el el capitalismo imperialista de siempre. Es decir, al notar que algo no es exactamente lo mismo que la opción clásica que ellos defienden, la consideran parte de la (única) opción contraria y la atacan como si así fuera.
Lo mismo sucede cuando los fans del neoliberalismo escuchan cualquier propuesta que no encaje con la opción que defienden: empiezan a gritar alarmados "¡Cuba! ¡Castro! ¡Venezuela! ¡Chávez! ¡Mao! ¡Stalin! ¡Chairos!", sin siquiera detenerse a escuchar y analizar los argumentos.
En este caso lo que habría que hacer sería estudiar cada círculo y cada tacha de cada opción, analizar las relaciones que tengan entre sí para ver si son categóricas o accidentales, considerar otros círculos que podamos desear y otras tachas con las que podríamos toparnos. Y así surgirán las opciones C, D, E, F, G, H, etcétera. Claro está que no todas las opciones serán viables, y necesariamente habrá algunas que sean por completo disparatadas. Pero para saberlo habría que considerar cada una de ellas por separado, no solamente descartarlas porque no se amoldan a una visión maniquea del mundo.
Pero con casi la misma facilidad pueden plantearse "trilemas" y "cuatrilemas", es decir, que parezca que se están planteando varias opciones en las que todas menos una sean inaceptables. Eso también nos lleva a hablar del falso justo medio, una falacia en la que se plantean dos opciones, A y B, como extremas, y una tercera como un intermedio sensato. Pero hay que recordar que no porque una opción se encuentre en el medio, eso no la hace automáticamente la mejor; puede haber otras opciones más adecuadas, incluso si se encuentran más cerca de los extremos, o incluso completamente fuera de la escala que va de de A a B. Así que hay que andarse atentos, con la mente abierta, pero con el filtro del pensamiento crítico encendido.
En fin, ¿cómo se puede escapar de la falacia del falso dilema? Conociendo y reconociendo la pluralidad del mundo, aceptando que la realidad es muy rica y complicada como para clasificarla en bloques monolíticos e inamovibles, o para concebirla como una serie de categorías binarias y maniqueas. Una vez más, el pensamiento lógico y el conocimiento del mundo son herramientas invaluables en contra de la manipulación, la intolerancia y el anquilosamiento de las posturas ideológicas.
El arcoiris nos recuerda que el mundo no es blanco y negro, ni en escala de grises, sino lleno de color... Puaj, qué cursi. |
Más para reflexionar:
10 comentarios:
!!
Es que si el final no fuera cursi, no valdría la pena.
Si no te cuadra el túnel vial, eres panista. Si no te late el Diario de Yucatán, eres priísta... y así dale que dale.
Como diría Jonny Laboriel: "la vida es una tómbola to to tómbola/ de luz y de colooooor".
Las anécdotas del tipo religioso que se volvió loco siempre son atinadas. Como diría el otro: "hasta los inútiles sirven de algo: para dar el mal ejemplo". XD
Saludos.
Muy bien expuesto
La bendita Tercer vía.
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La simplificación afecta no solo en discusiones de internet (ejem) si no en los sistemas politicos donde votas por un mecias loco o por un dinosaurio corrupto.
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Buen post, muy bien explicado.
Ya leí el post y sigo sin lograr entender mi problema: Resulta que aborrezco la forma en que mi madre cocina,en cada oportunidad la critico y siempre digo que debe de haber una manera distinta para que prepare la comida, pero todos los días me siento muy puntual a comer 3 veces al día es mas gracias al modo en que mi madre cocina soy fuerte,sano y con energía suficiente para seguir diciendo que mi mama debería cocinar de otra manera.
Leeré una vez mas esta entrada posiblemente ahí este la explicación a mi problema.
@arg: Bueno, quizá a ti no se te ocurre alguna alternativa a la forma en la que cocina tu mamá. Quizá deberías empezar a preguntarte qué es lo que te molesta de su forma de cocinar. ¿Es su sabor? En ese caso quizá se trate de un mal menor y lo puedas aguantar.
¿O quizá es el origen de los ingredientes? ¿Te está cocinando tu mamá a una especie en extinción?
¿O quizá has visto que si aunque su comida te mantiene fuerte y sano a ti, tiene a algunos de tus hermanos como obesos diabéticos y a algunos otros como flacuchos desnutridos?
¿O quizá es el hecho de que es tu mamá quien te cocina y querrías cocinarte a ti mismo, independiente de la calidad del alimento? Eso sería natural, pues el ser humano sano tiende a buscar su libertad.
Si es alguno de los últimos tres casos, o uno similar, entonces tus objeciones contra la cocina de tu mamá son de tipo moral y no tienen que ver con lo bien o mal que te haga a ti su comida.
Como te decía, quizá no tienes los conocimientos o la imaginación para concebir otra forma de cocinar. ¡No te preocupes, que seguro muchos están en tu situación! Lo importante es que reconozcas, en dado caso, que la forma de cocinar de tu mamá no es la óptima y que bien podría haber otra. Tener esa posibilidad abierta te permitirá tomar en cuenta otras propuestas hasta que des con alguna que te satisfaga.
Ahora bien, que si lo único que te importa es estar fuerte y sano tú mismo, y te tiene sin cuidado lo que suceda con los demás debido a la forma de cocinar de tu mamá, pues entonces no tienes problema alguno. Ya no te quejes y disfruta la vida.
Espero haberte ayudado con tus dudas gastronómicas. XD
solo hay o es a o es b no hay otra no puede ser un no a o una no b
atte.manjel zetina 1°prepa
Me hayo con lágrimas en los ojos, esto explica porque para los de izquierdas soy un facha y para los de derechas soy un guarro y pensar que pensaba que el problema lo tenía yo y resulta que es que tengo una mente sana. Gracias
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