Si Internet fuera solamente la biblioteca (y pinacoteca, hemeroteca, cineteca, museo, etcétera, etcétera) más completa y accesible (y divertida) que ha existido, ya habría razón suficiente para congratularse. Pero Internet es más que un espacio (virtual) en el que se almacena información y contenidos para el acceso de un gran número de personas. Es también un espacio (virtual) en el que un gran número de personas puede debatir, discutir y compartir ideas, opiniones y trabajos. Internet es también el Ágora Global.
En la Introducción mencioné que las tecnologías de la comunicación (imprenta, fotografía, grabación de audio y video, etc.), permitieron que cada vez un mayor número de personas tuviera acceso a las grandes obras del arte y del pensamiento. Pero si bien ello era en sí mismo positivo, contrajo un par de puntos negativos, nada soslayables.
En primer lugar, mientras mayor era el alcance de los nuevos medios de difusión, la cultura tendía hacia el peligroso y lamentable camino de la homogeneización. Antaño cada comunidad generaba sus propios productos culturales para su propio consumo, y esto contribuía a la vital misión de proporcionar cohesión e identidad a cada conjunto de individuos. Los nuevos medios de comunicación permitieron la llegada de productos culturales provenientes de lugares muy lejanos, que se impusieron a fuerza de insistencia y espectacularidad, y opacaron las obras locales.
Esto se dio sobre todo entre las personas de clases media y alta, que tenían el poder adquisitivo para consumir estos productos, y que buscaban con ansiedad identificarse con la cultura "universal" dominante y distanciarse de lo autóctono, a lo que consideraban de inferior categoría. Igualmente, fueron las clases populares quienes siguieron produciendo arte por sí mismos y para sí mismos. Esa "cultura universal" no era otra que la de las potencias que ostentaban la hegemonía política, económica y militar, es decir, de Europa en general, y de la esfera anglosajona en particular (y esto incluye tanto a la "alta cultura" como a la "cultura pop"). Así, se olvidaron muchas expresiones culturales nativas, aplastadas bajo el avance de la cultura mediática producida en los centros hegemónicos.
Esto se dio sobre todo entre las personas de clases media y alta, que tenían el poder adquisitivo para consumir estos productos, y que buscaban con ansiedad identificarse con la cultura "universal" dominante y distanciarse de lo autóctono, a lo que consideraban de inferior categoría. Igualmente, fueron las clases populares quienes siguieron produciendo arte por sí mismos y para sí mismos. Esa "cultura universal" no era otra que la de las potencias que ostentaban la hegemonía política, económica y militar, es decir, de Europa en general, y de la esfera anglosajona en particular (y esto incluye tanto a la "alta cultura" como a la "cultura pop"). Así, se olvidaron muchas expresiones culturales nativas, aplastadas bajo el avance de la cultura mediática producida en los centros hegemónicos.
Por otra parte, los medios de comunicación ha sido casi siempre propiedad privada de alguien, por lo que, naturalmente, el acceso a ellos estaba restringido para la mayoría de la población. Quienes decidían lo que sería producido, transmitido o publicado, eran necesariamente una minoría, y su principal criterio eran las ganancias económicas. Incluso las instituciones culturales sin fines de lucro, como las estatales o universitarias, por simple logística y cuestión de recursos, no podían producirlo, publicarlo o transmitirlo todo. Además, aunque un productor o editor quisiera ser muy generoso, incluyente y de mente abierta, sus convicciones, gustos y prejuicios siempre influirían en sus decisiones. En fin, la mayoría de la población consumía los productos culturales que producía y transmitía una minoría.
Internet cambió esto. En cuanto al primer punto, Internet permitió que expresiones culturales de pueblos lejanos, fuera de la esfera hegemónica, fueran conocidas por públicos insospechados. Arte, música y cultura de todos los rincones del mundo quedaron al alcance de quien tuviera acceso a Internet. La globalización tuvo un efecto inesperado: no fue el inevitable predominio de la cultura anglosajona, sino la posibilidad de que todas las expresiones culturales participaran en un concierto global.
Desde luego, esa posibilidad aún está pendiente de convertirse en una realidad, pues la cultura hegemónica sigue imponiéndose. Pero basta la voluntad de quienes buscan y consumen arte y productos culturales en Internet para encontrar aquello que está fuera de esa esfera. Una cosa queda pendiente: que las personas de clases media y alta se aventuren a redescubrir el valor de lo local. Internet puede ayudar a que lo recordemos, pero la experiencia vivencial es lo más importante, y para eso se necesita la voluntad de salir de la computadora y explorar lo que se produce en la propia tierra.
En cuanto al segundo punto, Internet le dio la posibilidad de que, cualquiera que tuviese acceso a este medio, pudiera compartir sus propias ideas y creaciones. Sin importar si tiene los recursos económicos, las palancas, los contactos, o el talento, cualquiera podría publicar en Internet lo que quisiera. Así, a través de YouTube se pueden dar a conocer músicos, comediantes o videastas que no habrían encontrado otra forma de transmitir su obra. En DeviantArt muchos artistas gráficos publican sus creaciones, y no pocos han logrado saltar al estrellato gracias a ello. Y, por supuesto, gracias a los blogs, las ideas de muchas personas se ponen al alcance de toda la comunidad que sepa leer en ese idioma. (Por ejemplo, de mi primer libro, editado por el Instituto de Cultura de Yucatán, se publicaron mil copias, una nadería, que apenas se distribuyeron en la región. Pero según las estadísticas, entre 2,000 y 2,500 personas de todo el mundo hispánico visitan diariamente este blog. Jamás habría podido tener este alcance esperando a que editoriales o gobiernos se dignaran a tener la generosidad de publicar mi trabajo).
El artista Genzoman se hizo famoso en gran parte gracias a DeviantArt |
Antes era necesario vivir en un lugar céntrico, cercano a los centros de producción y difusión de la cultura mediática. También era de mucha ayuda contar con palancas o contactos, lamer algunas botas, tocar muchas puertas o sólo tener mucha suerte. Ahora basta con tener acceso a una computadora. Los medios pueden convertir a alguien sin ningún talento en una superestrella, a base de mucha publicidad e inversiones millonarias. Pero Internet tiene el potencial de cambiar eso. Cuando es igual de fácil ver un video de una estrella pop que de un modesto guitarrista de cantina; cuando es igual de fácil leer un texto de un intelectual de revista prestigiosa que el de un humilde profesor de bachillerato, lo que importa es qué tanto te gusta el contenido.
Claro, Internet no hace más inteligente a nadie, de la misma forma que la presencia de una biblioteca en una aldea no hace que todos se vuelvan lectores. Pero esa biblioteca permitirá que quien sienta curiosidad por la lectura tenga un mayor espectro de posibilidades para ampliar su universo personal. Es lo mismo con Internet; se trata de una herramienta, que no hace milagros por sí misma, pero que tiene mucho potencial si se aprende a sacarle provecho. Por eso insisto en la importancia de la educación (en la escuela, en los medios, en la vida), para que menos gente escoja ver al último video ridículo y más gente escoja ver pláticas de TED.
¿Qué es TED? Se trata de un sitio en Internet en el que se pueden ver conferencias de todas partes del mundo. Como su slogan lo dice, presenta ideas que vale la pena difundir. Y el ejemplo de TED me lleva al valor de Internet como el Ágora Global, pues es éste el espacio (virtual) en el que toda clase de personas puede compartir sus ideas y discutir de cualquier tema, desde filosofía hasta manga, desde la crisis económica hasta los chismes de los famosos. Cierto, la mayoría de lo que se discute en la WWW es frívolo, pero tampoco todas las fiestas y reuniones son tertulias intelectuales. Lo importante es que, para quien así lo quiera, existe la oportunidad de enriquecer sus propias ideas y puntos de vista conociendo los demás. Va un ejemplo, las nuevas ideas de urbanización, que se discuten y difunden en la Red:
Otro ejemplo, como decía en esta entrada, el tema de la crisis económica y los movimientos Occupy es ampliamente discutido en la WWW. Estén a favor o en contra, lo importante es que se están difundiendo e intercambiando ideas al respecto, que se debaten temas y asuntos que por mucho tiempo se daban por sentado, y que se lleva la discusión a círculos y ámbitos poco usuales. Si antes estos debates se daban sólo entre los intelectuales que publicaban en los medios electrónicos e impresos, hoy todos pueden ser parte de ellos. Y en este contexto debemos valorar cada vez más la claridad y coherencia de las ideas y argumentos de quien debate, y cada vez menos el poder o popularidad del medio que lo respalde.
Qué mejor ejemplo estos días que los deslices de Enrique Peña Nieto y su querida hija [véanlo aquí]. EPN es un político construido para un mundo que vive, aprende y cree que piensa a través de la televisión. De ahí que sea guapetón, joven, carismático y su esposa sea una "celebridad". Pero no es un candidato diseñado para sobrevivir en el Ágora Global. En cuanto su ignorancia e hipocresía, así como el desdén de su hija hacia "los proles", quedaron expuestos, los tuiteros y feisbuqueros se los comieron a ambos, y el candidato sufrió una humillación pública como nunca había sufrido un político mexicano desde que tengo memoria.
Eso no habría sido posible si no existiera Internet, y en particular las redes sociales. En otros tiempos, lo más probable es que el video de EPN jamás hubiera salido en TV, y sólo alguno que otro columnista tendencioso lo habría mencionado. De hecho, casi en seguida el Reichministerium für Propaganda... quiero decir, Televisa, envió a sus lacayos Carlos Loret de Mola y Adela Micha, para defender al candidato.
Pero no era posible, porque en el Ágora Global la autoridad que podría haber tenido el presentador de televisión ya no existe [leer mi opinión del asunto aquí]. Siendo todos iguales, lo que marca la diferencia son las ideas y las palabras que las expresan. En este contexto, celebridades y políticos, que nunca se han caracterizado por ser gente especialmente pensante, no sólo bajan al nivel del resto de los mortales, sino que quedan en franca desventaja. Si Peña Nieto ganó las elecciones, es porque nuestro país sigue teniendo una cultura televisiva; si nos fijamos en las tendencias de las redes sociales, ese palurdo sin remedio parecía no tener ninguna oportunidad.
¿Creen que se habría podido hacer esto en los 80? |
Y he aquí el otro punto medular: Internet como un medio democrático. Relativamente hablando, en Internet cuenta menos el poder económico y político de una persona, y mucho más lo que tenga que decir. Los gobiernos o corporaciones pueden controlar lo que sale en televisión, radio, prensa o cine, y los monopolios en las redes sociales intentan aplicar la misma clase de autoritatismo. Pero es casi imposible acallar una voz en Internet. Puede llegar a ser igual de influyente lo que dice un presidente que lo que dice tuitero.
Por lo mismo, la difusión de noticias que, por ser incómodas para los poderosos, nunca verían la luz en los medios masivos tradicionales, circulan libremente en Internet. Twitter y Facebook, ideados para ser espacios para frivolidad e irrelevancia, se convirtieron en foros donde se pueden intercambiar ideas y difundir noticias de gran importancia. Y en un mundo en el que los teléfonos celulares tienen cámaras de video y fotografía, y se conectan a Internet, una noticia con todo e imágenes puede darle la vuelta al mundo antes de que los reporteros de prensa o televisión se enteren. Ello no significa que ahora pueda ser un periodista: para ello se necesita preparación. Significa que ahora los testimonios de cada vez más personas cuentan también, a diferencia de antes, donde quienes escribían la historia y las noticias eran una reducida minoría.
Por lo mismo, la difusión de noticias que, por ser incómodas para los poderosos, nunca verían la luz en los medios masivos tradicionales, circulan libremente en Internet. Twitter y Facebook, ideados para ser espacios para frivolidad e irrelevancia, se convirtieron en foros donde se pueden intercambiar ideas y difundir noticias de gran importancia. Y en un mundo en el que los teléfonos celulares tienen cámaras de video y fotografía, y se conectan a Internet, una noticia con todo e imágenes puede darle la vuelta al mundo antes de que los reporteros de prensa o televisión se enteren. Ello no significa que ahora pueda ser un periodista: para ello se necesita preparación. Significa que ahora los testimonios de cada vez más personas cuentan también, a diferencia de antes, donde quienes escribían la historia y las noticias eran una reducida minoría.
Esto nos lleva a un tema inevitable cuando se habla del papel de Internet en nuestra sociedad moderna: la Primavera Árabe. Desde luego que Internet no provocó las revoluciones en Túnez, Egipto, Siria, Bárein y Yemén [ver Crónica de una Primavera Global]. Pero como medio de comunicación las aceleró, al permitir lo siguiente:
- La organización de manifestaciones y otras actividades disidentes, de forma rápida y efectiva.
- La posibilidad de crear organizaciones con estructuras horizontales, prácticamente carentes de jerarquías y dirigencias.
- La rápida difusión de datos, información, videos, imágenes y demás, en un ambiente en el que los medios tradicionales estaban controlados o censurados por el gobierno.
- La difusión de las ideas de los movimientos sociales que inspiraron la creación de otros movimientos, diversos pero vinculados, hacia otros países (se inició en Túnez, se extendió por el Mundo Árabe, brincó a España a Estados Unidos y finalmente a México), y a escala planetaria sin precedentes, con la posibilidad de lo que ya se conoce en las redes como la Primavera Global.
Ya que tocamos el tema, no podemos dejar de mencionar al colectivo de hackers Anonymous, que desde un principio apoyaron, primero la Primavera Árabe y después los movimientos en España y Estados Unidos, además de brindar apoyo a WikiLeaks (otro ejemplo del poder de Internet para difundir información que hace temblar a los gobiernos) y luchar por la libertad de expresión y difusión en la WWW.
La sola existencia de Anonymous y los problemas que han tenido gobiernos y corporaciones en todo el mundo para detenerlos, nos confirma una vez más lo que he venido señalando: en el mundo real pueden tener tanques, drones, mercenarios y abogados, pero en Internet un colectivo de hackers anarquistas pueden causar serios dolores de cabeza desde una computadora casera.
La sola existencia de Anonymous y los problemas que han tenido gobiernos y corporaciones en todo el mundo para detenerlos, nos confirma una vez más lo que he venido señalando: en el mundo real pueden tener tanques, drones, mercenarios y abogados, pero en Internet un colectivo de hackers anarquistas pueden causar serios dolores de cabeza desde una computadora casera.
Y si bien puede ser que muchas de las acciones de Anonymous no tengan mayor trascendencia que pintar un grafitti en un edificio de gobierno o cortarle el agua caliente a un funcionario corrupto, el hecho de que tantas personas (quién sabe cuántos son) estén aplicando sus conocimientos y habilidades para defender causas de libertad y democracia y no para, digamos, saquear cuentas bancarias de gente común, reivindicar el fascismo o promover el fundamentalismo islámico, me devuelve la esperanza en el género humano.
También hay que mencionar el activismo de organizaciones como Avaaz, que da a conocer situaciones globales de diversa índole y reúne firmas y fondos para apoyar diversas causas: desde la protección de los bosques tropicales de la Amazonía, hasta el apoyo a la Primavera Árabe.
También hay que mencionar el activismo de organizaciones como Avaaz, que da a conocer situaciones globales de diversa índole y reúne firmas y fondos para apoyar diversas causas: desde la protección de los bosques tropicales de la Amazonía, hasta el apoyo a la Primavera Árabe.
Ahora que ustedes podrán estar a favor o en contra de la Primavera Árabe, de WikiLeaks, de Anonymous y de Occupy, pero sería ingenuo negar su importancia. Para muestra, les dejo la portada de la revista Time:
Pero más que esto, el potencial de Internet como un medio que puede subvertir el orden se manifiesta en el hecho de que las dictaduras árabes se apresuraron a bloquearlo o censurarlo en cuanto estalló la Primavera (China ha censurado Internet desde que lo tiene) y que las democracias occidentales ahora tratan por todos los medios de limitar la libertad con iniciativas para regular las redes.
¿Por qué? Tienen miedo porque Internet es el medio más democrático que ha existido, porque permite a las personas compartir sus ideas y organizarse sin la vigilancia de grupos de poder. Tienen miedo porque en Internet quedan abolidas las jerarquías, porque aquí la fuerza del garrote no puede callar la fuerza de las ideas. Tienen miedo porque aquí funcionan mejor la generosidad y la cooperación que el egoísmo y la competencia, base de todo el sistema político, social, económico y moral que han creado. Tienen miedo porque saben que la mayoría de las personas están hartas de sus abusos y que por primera vez tienen los medios para organizarse y hacer algo al respecto. Tienen miedo porque somos Legión.
Leamos este fragmento del manifiesto generacional, Nosotros, los niños web de Piotr Czerski:
Decía yo que Internet es el medio más democrático que ha existido. Ello no significa que sea totalmente democrático. Para empezar, porque aún la mayoría de las personas en el mundo no tienen acceso a él. Para continuar, porque quien haya tenido una mejor educación (y por lo regular, esa persona será quien haya tenido el dinero para pagarla) tendrá la ventaja en este medio. Por último, porque siguen siendo un puñado de compañías extremadamente poderosas las que controlan el tráfico de información a través de las redes, y quienes tienen la última palabra sobre lo que se publica y comparte.
Leamos este fragmento del manifiesto generacional, Nosotros, los niños web de Piotr Czerski:
Nosotros, los niños web, nosotros quienes crecimos con Internet y en la Internet, somos una generación que cumple los criterios de este término de una forma un tanto subversiva. No hemos tenido un impulso de la realidad, sino más bien una metamorfosis de la realidad misma. Lo que nos une no es un contexto cultural común y limitado, sino la creencia de que el contexto se define por sí mismo y es un efecto de la elección libre.
Decía yo que Internet es el medio más democrático que ha existido. Ello no significa que sea totalmente democrático. Para empezar, porque aún la mayoría de las personas en el mundo no tienen acceso a él. Para continuar, porque quien haya tenido una mejor educación (y por lo regular, esa persona será quien haya tenido el dinero para pagarla) tendrá la ventaja en este medio. Por último, porque siguen siendo un puñado de compañías extremadamente poderosas las que controlan el tráfico de información a través de las redes, y quienes tienen la última palabra sobre lo que se publica y comparte.
Además, no podemos dejar de recordar el lado apocalíptico de la cuestión: Internet como instrumento para el espionaje de los ciudadanos por parte de gobiernos y corporaciones; Internet como caótico océano en el que se difunden falsedades capaces de trastocar sociedades enteras; Internet como medio de radicalización hacia ideologías de odio que terminan empoderadas en el mundo real. Todos ésos son peligros muy reales que tendremos que combatir con fuerza si queremos hacer realidad el potencial positivo de la Red de Redes.
El ágora permitió que la democracia ateniense funcionara. Creo que el Ágora Global ayudará, y no poco, a fortalecer la democracia en el mundo. El propósito de esta serie era, además de ayudarme a ordenar mis ideas al respecto, contribuir a la reflexión sobre las posibilidades de este maravilloso medio. Estamos viviendo un punto importantísimo en la historia de la humanidad: quizá tanto como pudieron haberlo sido la Ilustración, o el Renacimiento, o el Siglo de Pericles. Cada uno de nosotros puede formar parte de esta Gran Conversación que se sostiene en el Ágora Global. Claro que este espacio virtual nunca podrá sustituir al espacio real, a la convivencia verdadera. Más bien, ambos se tienen que complementar.
Quizá es porque soy profesor, pero creo que la educación es el camino. Si el saber es poder y la democracia es el poder del pueblo, para que la democracia funcione el pueblo tiene que saber. Si Internet es un medio fundamentalmente democrático, para que funcione cada quien tiene que hacer su parte, y para ello todos debemos saber. Aprendiendo y cooperando, podemos sacar adelante este maravilloso medio y aprovecharlo al máximo para beneficio de todos. Estamos presenciando el nacimiento de la sociedad del conocimiento. Ahora mismo, se está construyendo la historia. ¿Formarás parte de ella?
Quizá es porque soy profesor, pero creo que la educación es el camino. Si el saber es poder y la democracia es el poder del pueblo, para que la democracia funcione el pueblo tiene que saber. Si Internet es un medio fundamentalmente democrático, para que funcione cada quien tiene que hacer su parte, y para ello todos debemos saber. Aprendiendo y cooperando, podemos sacar adelante este maravilloso medio y aprovecharlo al máximo para beneficio de todos. Estamos presenciando el nacimiento de la sociedad del conocimiento. Ahora mismo, se está construyendo la historia. ¿Formarás parte de ella?
4 comentarios:
Arriba de la revista time escribiste Árave.
Y esta frase: "¿Por qué? Tiene medio porque Internet es el medio más democrático que ha existido" Abajo del video de SOPA.
Y ya.
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La aportación más importante que haces, me parece, es el enfasis en la educación del usuario. Porque el pobre contenido de internet solo es un reflejo del pobre contenido de sus usuarios. Una persona que lee, y argumenta en la vida real, lo hace en internet.
Sobre el cómo discutir, tienes otros articulos que complementan bien con está entrada. Aquí he aprendido más de civismo que en la escuela.
Y me gustaron las entradas y eso. Ya sabes como es lo de los internets. Que tengas un buen día.
@Sombrerudo: Muchas gracias por señalarme las erratas. :)
Efectivamente, a mí me gustan los foros donde la discusión es menos protocolaria y más dinámica, como el de Cultura y Lengua Maya de Facebook, donde he podido intercambiar ideas con personas que en otros tiempos habría sido más difícil conocerlas. Aunque, ya también hay páginas de Internet donde te las hacen de jamón para publicarte algo. Saludos, me gustó en general todo desde la introducción.
@Martín: Gracias. Y está bien que también haya sitios arbitrados, para quienes buscan información confiable. Lo importante es que no deje de existir el Ágora abierta para todos.
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