Por qué "Los Simpson" siempre fue lo mejor - Ego Sum Qui Sum

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PROFESOR MAIK CIVEIRA & LA ALIANZA FRIKI ANTIFASCISTA

viernes, 24 de febrero de 2017

Por qué "Los Simpson" siempre fue lo mejor


Hola, soy Ego. Quizá me recuerden por entradas simpsonianas como la épica serie sobre Familias animadas y el top 15 de los mejores Especiales de Noche de Brujas. Hace años que no veo capítulos nuevos de Los Simpson, que fue mi serie de televisión favorita, la que formó mi sentido del humor y la que me ha llenado de referencias para toda ocasión y momento sin importar qué tan inoportuno sea. Hay quien dice que las nuevas generaciones aman a los amarillos tanto como nosotros lo hicimos en algún momento. Pero en lo personal, conforme pasaba el tiempo, la serie se me iba figurando cada vez más zonza, derivativa y molesta, al punto que me encontré preguntándole, ¿Qué te pasó? Si antes eras chévere. Además de que nunca me acostumbré al "nuevo" doblaje. Que me traigan a Beto Vélez de vuelta, carajo.

El punto es que, será el sereno, pero estaremos de acuerdo en que la Edad Dorada de Los Simpson se dio mediados de los noventas y que la época decente acabó a mediados de los dosmiles. Estaremos de acuerdo, digo, los chavorrucos de mi edad. Pero la opinión de los demás no importa porque todas las generaciones están mal, excepto la mía.

Ahora que establecimos que la discusión se da entre adultos cultos y de amplio criterio forjados en el humor noventero de la más cáustica animación americana, no podemos dejar de mencionar otras dos series animadas que gozaron de gran popularidad en su momento, a las que se les saludó como herederas y rivales de la familia de Springfield: South Park y Padre de familia. A menudo surge el debate sobre cuál de estas tres series ha sido la mejor. Y creo que la respuesta obvia es "definitivamente Padre de familia no", que ésta no ha envejecido muy bien que digamos y cuyas últimas temporadas están de hueva.


El duelo podría ser más bien entre la creación de Matt Groening y la de Parker y Stone, pero sería una lucha desigual porque, la verdad sea dicha, South Park ha ido madurando y sofisticándose con los años mientras Los Simpson se hundían en un agujero del infierno. Perdón, hoyito del diablo. Entonces habría de tomar los mejores años de Los Simpson como punto de referencia para compararlo con South Park (y con Padre de familia, no más por no dejar) y haré de cuenta que las mediocres temporadas recientes -que nada más llaman la atención cuando referencian la cultura pop de moda en el chiste del sofá- nunca pasaron, como hacemos de cuenta que ese señor en realidad es Seymour Skinner.

Ahora, si leyeron el título de esta entrada ya sospecharán que mi conclusión adelantada es que, a final de cuentas Los Simpson fue mejor serie que las otras dos. ¿Por qué lo creo? Es obvio hasta para el más obtuso de los individuos con un grado avanzado en topología hiperbólica. Preste atención, joven.

Padre de familia y sobre todo South Park tienen la gran y obvia ventaja sobre Los Simpson de que llevaron el humor negro y la irreverencia a niveles a los que esta última serie jamás se atrevió. La creación de MacFarlane y la de Parker y Stone osaron burlarse de prácticamente todo, incluso de los temas más delicados que podrían herir susceptibilidades y hacer sentir incómodos hasta los más fuertes de estómago. El asesinato, la violación, el incesto y la pedofilia fueron tema de chiste para ellos. La blasfemia también alcanzó niveles que Los Simpson apenas alcanzaron a rozar. En South Park el gore y el humor escatológico siempre rompieron los límites de lo imaginable en la TV, abriendo camino para muchas otras creaciones. En Cartoon Wars Cartman le pregunta a Bart Simpson qué es lo peor que ha hecho, y él responde que cortarla la cabeza a una estatua. Gran cosa, Cartman una vez hizo que un adolescente se comiera a sus propios padres. Eso es todo.


¿Esto hace a aquellas series mejores  que Los Simpson? No necesariamente. El humor negro es casi siempre catártico; el burlarse de algo que debería ser reverenciado le da al alma el gozo que siempre viene de lo prohibido. Pero la irreverencia por sí misma, la blasfemia por el gusto de blasfemar, cuando no es inteligente y no tiene un propósito, termina por cansar. Es por eso que Padre de familia cansa y su estilo de humor se agotó pronto después de algunas temporadas muy buenas. Llegó a depender mucho del shock y de la aleatoriedad de lo absurdo; el dadaísmo y el estridentismo pierden fuerza en cuanto dejan de ser novedad. Esto lo entendieron a la perfección los creadores de South Park en la ya mencionada Cartoon Wars, en la que se burlaron sin miramientos de la creación de MacFarlane. Es la misma razón por la que nunca me agradó La casa de los dibujos y otras cosas parecidas que estuvieron de moda en los dosmiles: era puro mal gusto gratuito, simple blasfemia fácil, sin inteligencia, sin propósito, sin mensaje siquiera.

South Park supera en mal gusto, en crueldad, en escatología y en iconoclasia a Padre de familia, pero ello es casi siempre parte de algo que la serie tiene que decir. Oh sí, a menudo podía ser bobalicón y gratuito, pero siempre en el marco de un discurso crítico más amplio. 

Los Simpson, por otro lado, fueron más comedidos, pero sus propias transgresiones permitieron que las de series posteriores pudieran existir. Además, si se quedan cortos ante la irreverencia de Padre de familia, la superan por mucho en la inteligencia de su humor y en la agudeza de su crítica. Padre de familia podía mostrar al Papa en calzones, o poner a Dios como un psicópata; pero Los Simpson harían una crítica bien pensada que expusiera las paradojas e hipocresías del pensamiento religioso, las cosas y las cosas que contradicen a las otras cosas, ya fuera en la forma de las iglesias organizadas o de las sectas más chifladas.

En irreverencia Padre de familia supera a Los Simpson, y South Park supera a los dos. En inteligencia Padre de familia queda hasta lo último, y las otras dos se echan un tirito. ¿Cómo desempatamos?


Creo que hay otro punto en el que podemos marcar una ventaja. La sátira de South Park es ácida, ingeniosa y provocativa, pero rara vez es muy profunda. Stone y Parker tienen opiniones muy firmes sobre algunos temas desde una postura que extrañamente mezcla el liberalismo clásico individualista con un desprecio por el liberalismo contemporáneo del gringo policorrectoso.  A estas posturas se les ha llamado "South Park Conservativism", y aunque Parker y Stone rechazan la etiqueta, sí han dicho cosas como "I hate conservatives, but I fucking hate liberals".

No es que esté mal, por supuesto, tienen derecho a ello y las más de las veces son bastante atinados en sus sátiras. Pero ocasionalmente hacen contundentes afirmaciones que resultan ser erradas, producto de la ignorancia y falta de comprensión sobre temas que han simplificado en exceso. Por ejemplo, varias veces se burlaron del concepto de cambio climático (el infame hombre-oso-cerdo). Sin embargo, el problema tampoco es ése: la sátira por su misma naturaleza necesita simplificar y exagerar, y no está obligada a ser factualmente correcta. El problema es que South Park puede ser muy sermoneador. Muchos episodios terminan con Kyle o Stan, la voz de la razón en un mundo de idiotas y pervertidos, dando un discurso en el que se deja muy en claro la postura de los creadores. Es un sermón iconoclasta y altisonante, sí, pero un sermón al fin y al cabo. Una fábula con todo y moraleja.

Mientras South Park creía que se pueden resolver importantes dilemas de la vida social con respuestas simples de sentido común, Los Simpson siempre estuvo más dispuesta a reconocer las complejidades de la vida humana. Como buena sátira, se dedicaba a poner en evidencia los absurdos y contradicciones de la existencia, pero rara vez comete la arrogancia de decirle al público qué debe pensar. Más bien, en sus buenos tiempos por lo general se curaron de mostrar las diferentes caras de un asunto, cada una con sus propias insensateces.


Por ejemplo, en Tomy, Daly y Marge, se trata de las posibles malas influencias de los medios de comunicación y de los alcances de la censura. Lo que es brillante de este capítulo es que en ningún momento trata de dar una respuesta contundente a la cuestión. Sí, quizá sería un mundo mejor si los niños apagaran la tele y salieran a jugar. Pero una vez que abres la puerta a la censura, ¿dónde se detiene? O veamos Última salida a Springfield, en donde se trata de los abusos de los amos corporativos, pero en el que también la corrupción de los sindicatos es un motivo recurrente y Homero sólo resulta un héroe del proletariado por una serie de afortunadas coincidencias. ¿O qué hay del dilema que se plantea sobre la verdad y el mito de Jeremías Springfield en Lisa la iconoclasta?

No sé ustedes, pero a mí me parece más meritorio que una pieza de humor te deje pensando a que pretenda dar de una vez la respuesta, especialmente si es del tipo "los crímenes de odio no existen porque todos los crímenes son de odio", como llegó a decir Kyle en una de sus moralejas finales.

Aguante, hay una cosa más. El cinismo, el humor negro, la irreverencia de Padre de familia y de South Park superan por mucho a la de Los Simpson, pero a un costo: su lado humano. Las tres son comedias, pero Padre de familia es casi siempre una farsa y South Park es casi siempre un esperpento. Los Simpson es a menudo farsa y a veces esperpento (especialmente en sus años chafas), pero en su buena época esa serie podía llegar a ser incluso más que simple comedia.

Déjenme plantearlo así: ¿cuántos momentos conmovedores de Padre de familia o South Park recuerdan? Los Simpson fue más que pura hilaridad; no siempre tenía que ser chistosa para ser buena. En ocasiones podía ser muy entrañable, como en el episodio en que Homero reencuentra a su madre, o aquél en el que cuentan la historia del nacimiento de Maggie (aquí algunos más). Las reacciones que un buen episodio de esta serie podía provocar iban más allá de la carcajada. A veces podía ser simplemente bueno, como la adaptación de El Cuervo de Poe: el segmento tiene algunos momentos chistosos, pero no se trata sólo de dar risa y casi al final se pone soberbio. Un capítulo como El misterio viaje de nuestro Homero está lleno de momentos de belleza visual.

La vida humana rara vez es sólo tragedia o sólo comedia; al abordar un espectro más amplio de emociones, Los Simpson demostró tener conciencia de ello. Ese humanismo, que contrasta con el cinismo de las otras dos series, se demuestra no sólo en las situaciones, sino en los personajes. Homero, Marge, Bart y Lisa son personajes más multifacéticos que cualquiera de los de South Park o Padre de familia (quizá Bryan Griffin...). Homero no es sólo una caricatura del patán gordo clasemediero gringo; se ha convertido en un arquetipo en sí mismo, y es debido a que como personaje demuestra diversas facetas de su personalidad, sus emociones y su moral.


Sólo una serie contemporánea era tan humanista: Los Reyes de la colina, que aunque era buena, ni de lejos era tan graciosa como Los Simpson. Si acaso hay una serie que podría competir en cuanto a ese equilibrio entre la inteligencia del humor, la agudeza de la crítica social y el humanismo de personajes y temas, sería otra del mismo creador y que compartía equipos creativos: Futurama.

Podría enlistar más motivos por los que amo Los Simpson en su buena época, en especial la enorme cantidad de referencias a la cultura, desde lo más pop hasta lo más sofisticado, así como a la historia, la ciencia y la filosofía, que le permitía hacer chistes que pudieran apreciarse a diversos niveles, ya fuera humor del pastelazo o cosas que nos hacen sentir como San Agustín de Hipona cuando fue convertido por Ambrosio de Milán.

Pero sé que probablemente todo este despotrique es una racionalización de mis gustos nostálgicos. Aquí usé muchos términos (ingenioso, inteligente, humanismo, farsa, esperpento) que difícilmente pueden ser definidos sin ambigüedades, por lo que no creo posible determinar de forma objetiva qué serie es mejor que las demás. Pero de todos modos ahí les dejo mis debrayes, a ver qué les parecen. No me lo agradezcan a mí, sino a mi navaja.


Y ahora, para seguir en la tradición de este blog, los dejo con lo que realmente querían ver...¡ESCENAS DE DESNUDOS!



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6 comentarios:

Pablo Cabañas dijo...

Si bien en este 2017 aprecio más los últimos capítulos de South Park que de Los Simpsons, es innegable la influencia cultural que han tenido los personajes amarillos desde los 90's (que vendría siendo su época dorada). Y el considerar que para manejar temas delicados, o el humor negro y la irreverencia se requiere de inteligencia y un sentido agudo es algo que siempre he estado pensando (no por nada, también odio a ese bodrio llamado "La Casa de los Dibujos").
Por otro lado, sería interesante relacionar a Los Simpsons con series animadas "para adultos" más recientes como Rikc & Morty y Bojack Horseman, ya que cuando menciona el uso genial de la irreverencia o la carga empática, se me viene a la mente las mencionadas caricaturas.

Saludos.

Volaverunt91 dijo...

Muy buena entrada. En lo personal, yo me he atrevido a ver las nuevas temporadas de los Simpson, y aún se pueden encontrar buenos episodios, pero incluso entre esos es muy raro encontrar la profundidad de los clásicos. A pesar de eso, aún me gusta mucho más que Padre de Familia (nunca me caló; la irreverencia porque sí sólo funciona hasta cierto punto) y South Park. No sé, quizás sea filtro de nostalgia.

Entre series adultas recientes, me gustaron bastante Ugly Americans y Archer (al menos hasta antes de la quinta temporada; no me he animado a verla después de eso).

Carlos Zubia Medrano dijo...

Todavia no acabo de leer, solo me detuve a comentar que estoy disfrutando enormemente las referencias a frases clasicas de los Simpson...

ahora continuare leyendo.

DRWXP dijo...

Pinche Ego, cuando menos pon una advertencia NSFW si pas a disparar ese tipo de imágenes xD

Sí, mire que creciendo siempre me gustarón más los simpsons, deje de seguirlos hace un par de temporadas, a family guy y southpark no los tramnistian con regularidad en los canales a los que tenía acceso, así que los vi poco, hace poco comencé a ver más southpark, tiene sus momentos geniales, como cuando le hacen bullying a token por ser el niño rico, y al final le explican que los chavos siempre hacen bullying por tu caracterísitca que más sobresalga, y enumeran los defectos de todos, y le dicen que ahora por ser tan llorón le van a ser bullying por ser pussy en vez de rico xD, no sé, será que me sentí identificado; también está el capítulo donde parodian la música cristiana con eso de Faith+1, eso fue genial,cuando parodian a los agnósticos, a los ateos, los juegos de celular con micro transacciones, cuando satán celebra sus sweet sixteen, y varios otros momentos sublimes, aunque luego de varios capítulos noté ese patrón que mencionas, lo de dar la moraleja el final, para ser una serie tan irreverente por ratos se siente bien moralista, y aunque por lo general estuve de acuerdo con sus conclusiones, hubo un par de veces donde sí me pareció más que nada opinión de los creadores, no algo que pudiera aceptar como verdad universal.

Creo que tu análisis me hace hecho tomarle un renovado aprecio a los Simpsons.

checa esto Ego https://youtu.be/z9OcG5A788Q

Maik Civeira dijo...

Gracias a todos por comentar :)

Sexto Empirico dijo...

Hola Ego. Muy buena entrada. Quería comentar que hay capítulos nuevos de los Simpson que, a mi parecer, llegan al nivel de los antiguos. Aunque son más esporádicos. Uno de la temporada pasada llamado "The Girl Code" es un buen ejemplo.

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