Hey, ¿se acuerdan de cuando en 2023 McDonald’s de Japón sacó
un comercial de una bonita familia estilo anime? Papá, mamá e hija muy
felices comiendo comida chatarra. Bueno, ¿se acuerdan de que pronto estalló por
las redes sociales una pseudopolémica? Muchos creadores de contenido de
derechas aseguraban que “los progres” estaban rabiando, lloriqueando y quejándose
sonoramente porque, según ellos, la imagen de una familia tradicional, sin
gays, ni trans, ni feminazis gordas, los ofendía… Es más, los lastimaba.
@boynostalgico anuncio de McDonald's de Japón promoviendo la familia tradicional #mcdonalds #anime #promo #japon #paratiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii ♬ sonido original - BoyNostalgico
Esto era falso, obviamente. A ningún izquierdista,
progresista, justice social warrior o woke le ofendió este comercial. La
supuesta indignación existía solo en la mente de los anti-progres. Pero
insistieron tanto en el asunto, que me fue muy difícil encontrar el video
original; casi todo era contenido derechista berreando sobre cómo el
comercial estaba destruyendo a los progres.
Hey, ¿se acuerdan de cuando salió la película de Super
Mario Bros. y fue un exitazo? Pues tampoco tardó en aparecer el relato de
que “los progres” estaban odiando la película, supuestamente porque no tenía
negros ni gays. De nuevo, el supuesto rechazo woke a la peli era inexistente;
la gente izquierdosilla estaba muy feliz cantando “Peaches, Peaches, Peaches”.
Esos fueron dos ejemplos muy sonados, pero no son los
únicos. Seguro que alguna vez se han topado con alguna publicación en Internet,
con la foto de una familia tradicional (por lo general bastante blancos todos),
y una leyenda explicando “¡Ja! ¡Sufran, progres! ¡Aquí está lo que más les
hace enojar!”. O ya ven cómo cada diciembre circula la misma cantaleta de “Díganle
a las feministas que no pueden celebrar la Navidad, porque se trata de un
nacimiento, no de un aborto”.
No hace mucho, este mismo 2024 saltó a la fama la actriz
Sydney Sweeney, muy guapa y con un cuerpazo. Bueno, pues los conservadores
de Internet aseguraban que era un triunfo contra “lo woke”, que surgiera una rubia
con belleza tradicional, y que no fuera una negra gorda trans.
¿O qué tal este sujeto? Un influencer gringo de derechas que
le propuso matrimonio a su novia. Lo raro del asunto es que anunció el hecho en
redes comentando que con esa acción “el mes del orgullo gay estaba derrotado”.
A estas cosas las personas creen en la justicia social responden
riéndose o simplemente levantan una ceja y siguen con su vida. A lo mucho, nos exaspera
que los derechistas estén tan complacidos consigo mismos por cosas que
nunca pasaron, pero eso es diferente. Es la frustración de darse cuenta de que estamos
rodeados de tontos.
Bueno, pues hoy voy a hacer lo que mejor me sale: sobreanalizar
cosas. Vale, ni tanto, porque el asunto es tan oligofrénico que creo que no me
va a tomar mucho tiempo. Lo que quiero hacer con este tema es, una vez más,
explorar y tratar de entender cómo piensan las personas conservadoras,
reaccionarias, retrógradas y de derechas en general.
Podemos sacar de lo anterior dos lecciones; primero, que las
narrativas de la derecha dependen cada vez más de falsedades (bulos, fake
news, conspiranoias), y eso es porque está cada día la retrogradósfera está más
desconectada de la realidad, y eso a su vez se explica porque cada vez resulta más
evidente que la realidad no es compatible con su visión del mundo.
Segundo, los derechistas entienden muy poco en qué
consisten las ideas de izquierda, y tienen muy poco interés en aprenderlo. Esto
no es casualidad, ni es sólo porque el derechista promedio sea tonto o
ignorante; el pensamiento retrógrado necesita cerrarse al cuestionamiento y al
contacto con la diversidad de ideas para sobrevivir. Las posturas que difieren
o se oponen a las suyas sólo pueden ser abordadas en forma de espantajos deformados
para aparecer completamente absurdos y aborrecibles (es decir, hombres de
paja). Por eso, pasan los años y su discurso apenas ha evolucionado de “socialismo
es cuando el gobierno hace cosas”.
Tercero, derivado de la anterior, la mente retrógrada
sólo puede concebir posturas y valores ajenos como si fueran especularmente contrarias
a las suyas, es decir, versiones bizarro de lo que ellos mismos
piensan y quieren. O sea, como al retrógrado le encabrona ver familias diversas
(homoparentales, o interraciales, o sin hijos, etc.), se figura que a los
progres le encabrona ver una familia tradicional. Como le ofende ver personas
con cuerpos diversos en los medios, se imagina que a los progres les ofende ver
a una mujer canónicamente atractiva. Como le asusta ver a personajes queer o
racializados en las películas, se convence de que a los progres les asusta ver
películas que no los tengan. Como le trauma que las mujeres tengan la facultad
de decidir si quieren llevar a término un embarazo, alucinan que a las
feministas les lastima cuando una mujer decide ser madre.
Dicho de otra forma: el facho cree que todos son de su
condición. Y eso es de lo que quiero hablarles hoy. Ya muchas veces hemos
visto cómo el pensamiento de derechas es fundamentalmente jerárquico. Pero
ahora quiero hacer énfasis en otro de sus aspectos: que concibe el mundo y
la vida como una competencia violenta, una lucha constante entre fuerzas opuestas irreconciliables
en un juego de suma cero, es decir, en el que necesariamente habrá perdedores y
ganadores (de ahí que su lenguaje siempre incluya palabras como "destruir", "exterminar", "aniquilar"). Los ganadores ocupan lugares altos en la jerarquía, y los perdedores
van para abajo; y mientras que algunas de estas fuerzas en competencia son
legítimas, otras quieren ocupar lugares que no les corresponden y por eso deben
ser combatidas.
Es importante recordar que los conservadores promedio no
conciben que alguien pueda en verdad querer desmantelar las estructuras
jerárquicas. Piensan que quienes las critican o combaten sólo quieren
ponerse a sí mismos y a otras personas indignas hasta arriba. Por más que se
les trate de explicar, seguirán pensando que el feminismo quiere poner a las
mujeres por encima de los hombres, o que la lucha ltgbq+ va contra las personas
heterosexuales, o que quien critica el poder de las corporaciones es porque
quiere darle más poder al estado. Bien lo dice el dicho: cuando estás
acostumbrado al privilegio, la igualdad se siente como opresión. Es una de las
razones por las que ven la lucha por la igualdad de los grupos
históricamente oprimidos como una amenaza.
Parece una necedad aclararlo, pero los progres queremos un
mundo en el que las diversas formas de familias sean reconocidas como válidas,
y si criticamos el modelo de familia tradicional es por cuestiones como que la
subordinación de la mujer al hombre es injusta y fuente de violencias, no
porque esté mal que una pareja heterosexual decida vivir junta y criar a sus
chilpayates. Pensamos que la buena representación de las personas racializadas,
neurodivergentes, con discapacidades y lgbtq+ en los medios y la cultura
popular es una herramienta efectiva para transformar las actitudes hacia una
sociedad menos discriminatoria; no queremos que todas las personas blancas
cisheterosexuales desaparezcan de las pantallas. Queremos que las personas
gestantes tengan derechos plenos sobre sus cuerpos, no abortar a todos los
bebés. Queremos el fin de la explotación, no vivir a costa del trabajo de alguien
más. Queremos el fin de la esclavitud, no intercambiar amos con esclavos. Queremos
el fin de la monarquía, no cambiar al rey.
Yo sospecho que las publicaciones tipo “¡esto hace rabiar a los
progres!” más que estar dirigidas a la gente woke para enojarla, sirve como una
forma en la que los reaccionarios se dan ánimos los unos a los otros. Es
una manera de decirse “¡Hemos anotado una victoria! ¡Estamos ganando la guerra
cultural!”. Por supuesto, tanto la victoria como la batalla son imaginarias,
pero necesitan creer que ocurren o se les derrumba el mundo porque,
bueno, son unos copitos de nieve extremadamente frágiles.
¿Con esto estoy diciendo que todos los derechistas o
conservadores son unos imbéciles sin remedio que no saben de lo que hablan? No,
tampoco. Creo que muchos de los creadores de contenido son diabólicamente astutos y nomás están haciendo cosas que saben que podrán monetizar fácilmente. Por otro lado, quiero creer que hay un buen número que son lo
suficientemente inteligentes como para ser persuadidos con argumentos
razonables y comunicación empática. Pero sí, definitivamente la derecha actual
requiere de una gran masa de individuos ignorantes, paranoicos, irracionales
y de mente cerrada, que para el colmo se sienten los más inteligentes del
salón.
6 comentarios:
Hay veces que pienso que lo único que buscan los conservas es forma alboroto para crear una falsa narrativa y una falsa "guerra cultural" que por alguna razón ganan y a la vez que no pueden terminar sin importar cuantas "victorias" tengan
Así es, uno pensaría que con DESTRUIR el progresismo una vez sería suficiente, ¿no? Pero por alguna razón tienen que hacerlo a cada rato
No recuerdo en qué vídeo de Ian Danski (Innuendo Studios) (creo que era uno de los primeros vídeos de su serie sobre la guía de estrategias de la ultraderecha), él comenta que la gran mayoría de debates en Internet entre progres y gente de derechas son un despropósito. Su proposición se basa en que de nuestra parte, la izquierda, caemos en la trampa de creer que con argumentos y palabras podemos tener un intercambio de ideas relativamente fructífero con la otra persona. Creemos que es posible cambiar su punto de vista y mostrarle razones para que vea que está equivocado, no tanto porque queramos "ganar" el debate (que sí, a veces sí se trata de eso, pero ese es otro tema), sino porque... pos creemos en el diálogo como nuestra mejor arma. No obstante (y aquí el porque recordé ese vídeo leyendo tu textos), estas personas solo ven "ganar" y "perder". Toda la retórica de (extrema) derecha se basa justamente en prepararse para no dejar que ninguna de esas ideas progres les vaya a entrar al cerebro.
Sí, ya recuerdo, es muy buen capítulo. Por eso ya no procuro debatir con sujetos así. Creo que sí hay personas a las que se puede cambiar la forma de pensar, pero no será a través de un debate en redes, sino de una constante exposición a ideas que reten esas ideas
Como te había dicho cuando salió la película de Mario, su caso es particularmente desconcertante porque Peach fue replanteada como una heroína de acción que no es víctima de ningún secuestro (ese papel lo cumplía Luigi, lo cual fue una pega que le encontré a la película, el hecho de que Luigi no tuviera tanto protagonismo como su hermano) y porque el villano es básicamente un incel de libro cuya motivación es que se quiere levantar a una mujer que no se deja.
Nadie de Hollywood va a leer este comentario nunca, pero ¿sabes qué estaría bueno en una secuela? Que John Leguizamo fuese Waluigi y que Waluigi sí fuera un latino neoyorquino.
Sí, ahí vemos clarísimo cómo sus creencias están desapegadas de la realidad. Cuando iba a salir empezaron a llorar porque iba a ser progre, por lo de Peach. Cuando salió y fue un éxito, empezaron a decir que era anti-woke. Porque en sus cerebros no puede ser woke y exitosa, así que prefieren cambiar la narrativa y fingir que creían otra cosa.
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