Este año quedaremos a 40 de distancia de un periodo de 365 dĂas que fueron muy significativos para la historia contemporánea. 1968 fue uno de aquellos años en los que, de forma inesperada, coincidieron hechos importantes que marcaron a toda una generaciĂłn. 1968 fue el año de tres grandes movimientos sociales que pretendĂan cambiar el sistema: la Primavera de Praga, la RevoluciĂłn de Mayo de ParĂs y el Movimiento Estudiantil de MĂ©xico (además de muchas otras luchas similares en AmĂ©rica y Europa).
El primero se oponĂa al comunismo autoritario, dogmático y corrupto de la UniĂłn SoviĂ©tica y pretendĂa sustituirlo en Checoslovaquia por un socialismo humanitario y demĂłcrata. El segundo fue la expresiĂłn el rechazo de una juventud por la estructura injusta de la sociedad capitalista y de sus inhumanos valores de consumo, asĂ como el deslinde del comunismo institucionalizado que pretendĂa tener el monopolio de la verdad. El tercero era la reacciĂłn de una juventud harta contra un gobierno corrupto, represivo y dĂ©spota que ya no representaba a los intereses del pueblo al que gobernaba.
Los tres movimientos fracasaron. La URSS invadió Checoslovaquia ante la pasividad del mundo occidental, a quien asustaba más el socialismo humano y demócrata que el despotismo soviético. En Francia, el Partido Comunista Francés no quiso perder su estatus como parte del Sistema y traicionó a los jóvenes manifestantes. "En México lindo, tiraban a dar" como dijo Sabina.
Y sin embargo, la derrota de estos movimientos fue "pĂrrica" como dirĂa Carlos Fuentes. Es decir, fueron derrotados pero algo quedĂł de ellos. Inspiraron luchas sucesivas. Abrieron posibilidades y pudieron paradigmas bajo la lupa del cuestionamiento. Muchos de los que fueron jĂłvenes en 1968 crecieron para hacer carreras en la polĂtica y llevar sus ideales a un nivel institucional.
Es imposible cambiar por completo al mundo en un año, pero eso no significa que los movimientos fueron por completo infructuosos. Pensemos en la RevoluciĂłn Francesa y nos daremos cuenta de que fue cooptada poco despuĂ©s por tiranos extremistas (como Robespierre) o megalĂłmanos (como NapoleĂłn) y luego fue aplastada por las monarquĂas europeas que veĂan en la democracia francesa un peligro para su poderĂo, y que la presentaron ante sus pueblos como amenazas contra la civilizaciĂłn y la religiĂłn (lo mismo que dos siglos despuĂ©s dirĂan los gobiernos capitalistas contra las ideas de izquierda). Pero finalmente la democracia, el constitucionalismo y el concepto de derechos humanos (todos productos de la RevoluciĂłn) prevalecieron y se extendieron a casi toda Europa, mientras que la monarquĂa se fue debilitando hasta quedar como un ornato hoy ridiculizado. Hoy se continĂşa celebrando la RevoluciĂłn Francesa a pesar de que su triunfo no se dio inmediatamente despuĂ©s de la toma de la Bastilla.
Los que participaron en los movimientos de 1968 no deberĂan desilusionarse por no haber percibido un cambio inmediato en el estado de cosas y los que no lo hicimos (principalmente porque no existĂamos) no deberĂamos pensar que toda lucha es infructuosa, pues se ha demostrado que, aunque cueste mucho, la historia avanza y el mundo cambia gracias a las acciones humanas. Sin embargo, todos aquellos que pretenden cambiar el mundo deben tener muy presentes las lecciones que han dejado los movimientos sociales anteriores. Deben aprender de los errores del pasado y no limitarse a la simple repeticiĂłn de frases y apropiaciĂłn de fetiches.
Pero 1968 no fue un año revolucionario sĂłlo en lo polĂtico. TambiĂ©n lo fue en las artes. Uno de mis discos favoritos Yellow Submarine de los Beatles, saliĂł ese año, al igual que cuatro grandes pelĂculas geeks, de mis favoritas tambiĂ©n: 2001: Odisea del Espacio, El Planeta de los Simios, El bebĂ© de Rosemary y La Noche de los Muertos Vivientes.
Les propongo a todos que 2008 sea tambiĂ©n un año revolucionario en sus vidas. No digo que necesariamente todos que tengan que salir a la calle a hacer la revoluciĂłn, sino que hagan pequeñas revoluciones personales. Hagamos las cosas que nos han dado miedo hacer, cambiemos esos defectos propios que nos molestan y que llevamos mucho tiempo arrastrando, disfrutemos más de la vida, aprendamos algo nuevo, hagamos algo productivo y creativo que trascienda el tiempo, dejemos huella en la gente cercana a nosotros. Hagamos que 2008 sea un año que dentro de mucho tiempo podamos recordar y decir "SĂ, aquĂ©l año todo cambiĂł".
Les deseo a todos un muy revolucionario 2008. Con todo mi cariño y buenos deseos.
Más sobre el '68 en esta entrada.
3 comentarios:
COmpa... muchas graciaspor el Add.. he estado paladeando por un rato tu blog y me ha dejado un buen sabor de boca bastante buena onda.
Cuando termine de leerlo (los blogs son como mini- novelas fragmentarias y personalĂsimas) te harĂ© otro comentario.
Enhorabuena.
m.I.vr
Buena la reflexión, quien no hubiera querido vivir ese año... definió parcticamente el siglo XX. Gracias por el blogroll se agradece muxo y es reciproco. Nos estamos leyendo.
Buen texto Mike. En verdad que fue un momento importantĂsimo en el agitado siglo XX.
Un saludo.
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