Existen libros cuyas tramas y personajes todo el mundo conoce, aunque nunca se les haya leĂdo. Son tan conocidos porque han sido difundidos por otros medios, principalmente el cine, pero tambiĂ©n la televisiĂłn y el cĂłmic. Se han creado convenciones y lugares comunes alrededor de los clásicos literarios, pero muchas cosas que asumimos son inexactas, o a veces ni tienen su origen en las obras literarias originales. Veamos algunos ejemplos:
Sherlock Holmes: La clásica gorra y gabardina con la que se le representa, nunca es descrita en los libros, fue el invento de un ilustrador. Además, Holmes jamás de los jamases dijo "Elemental, mi querido Watson" en los libros escritos por Doyle. La primera aparición de esta frase se dio en una obra teatral.
Además, Watson no es el viejito gordito y torpe que suele aparecer en las versiones mediáticas de Holmes (parodias incluidas), sino un hombre joven, alto, atlético, un médico y veterano de guerra, que además tiene mucho pegue con las mujeres. Aunque las versiones más recientes, como las cintas de Guy Ritchie y la serie de la BBC, se han apegado más a la versión original, le han de resultar extrañas a quien creció con las encarnaciones de todo el siglo XX.
Además, Watson no es el viejito gordito y torpe que suele aparecer en las versiones mediáticas de Holmes (parodias incluidas), sino un hombre joven, alto, atlético, un médico y veterano de guerra, que además tiene mucho pegue con las mujeres. Aunque las versiones más recientes, como las cintas de Guy Ritchie y la serie de la BBC, se han apegado más a la versión original, le han de resultar extrañas a quien creció con las encarnaciones de todo el siglo XX.
La vuelta al mundo el 80 dĂas: A pesar de que todas las adaptaciones cinematográficas asĂ lo representan, en esta novela de Julio Verne nunca aparece ni un solo globo aerostático. El viaje se da en diversos medios de transporte: tren, barco e incluso elefantes, pero nunca un globo (para ello, remitirse a otra aventura verniana, Cinco semanas en globo). Jean PaspartĂş (en francĂ©s se escribe Passepartout, que significa que "pasĂł por todo"), el acompañante del protagonista Philleas Fogg no es un individuo chaparrito y chistoso tal cual se le suele representar (como Cantinflas o Jackie Chan), sino un francĂ©s alto, fornido y valiente.
Don Quijote: La imagen de Sancho, como un gordito chaparrito y rechoncho, se la debemos al ilustrador Gustave DorĂ©. En realidad, Sancho es descrito como un individuo larguirucho, de piernas ridĂculamente largas y delgadas para soportar su voluminoso abdomen, que le cuelga como una bolsa. El narrador se refiere a Ă©l con el nombre de "Sancho Zancas" en alguna ocasiĂłn. Por cierto, la frase de "si oyes ladrar a los perros, Sancho", no sale en el libro.
20,000 leguas de viaje submarino: Originalmente, Verne querĂa que el Capitán Nemo fuera un noble polaco que hubiese perdido a su familia en las guerras con Rusia (en esos años Polonia habĂa sido partida y dividida entre los imperios ruso, alemán y austro-hĂşngaro), pero sus editores le obligaron a abandonar esta idea, para no ofender a los lectores rusos. AsĂ, en 20,000 leguas se omite la nacionalidad de Nemo. Sin embargo, en La Isla Misteriosa, su secuela, se revela que es un prĂncipe indio (de la India, se entiende) que lucha contra el imperialismo británico (imagen que respeta Alan Moore en sus cĂłmics de League of Extraordinary Gentlemen). Si en alguna adaptaciĂłn ven a Nemo como un anciano o un hombre blanco (o ambas), está mal.
Drácula: La mayorĂa de las frases cĂ©lebres que asociamos con Drácula ("Yo nunca bebo... vino"), nunca aparecen en la novela, sino que fueron introducidas por la pelĂcula dirigida por Tod Browning y protagonizada por Bela Lugosi (ver más sobre el cine clásico de monstruos). Drácula no era sexy, sino repulsivo (más parecido al Orlok de Nosferatu), y nunca tuvo un romance con Mina. Además, podĂa sin problemas salir de dĂa bajo la luz del sol. Sobre las diversas adaptaciones cinematográficas de la novela de Bram Stoker, leer aquĂ.
Frankenstein: La imagen más famosa del monstruo es creaciĂłn del genio del maquillaje Jack Pierce en la pelĂcula de James Whale protagonizada por Boris Karloff. La descripciĂłn del monstruo en la novela es muy distinta (lĂ©anla), además de que esta criatura desarrolla una inteligencia sorprendente y habla con un lenguaje muy poĂ©tico. Por otra parte, aunque la creaciĂłn del monstruo en la cultura mediática siempre ha estado relacionada con los rayos y la electricidad, en la novela nunca se describe a detalle el proceso de creaciĂłn de este ser.
Tarzán: No es criado por gorilas ni chimpancĂ©s, sino que las novela los llama Magani, o simplemente "simios". Éstos comparten rasgos tanto de gorilas como de chimpancĂ©s, aunque su comportamiento se asemeja más al de nuestros parientes más cercanos (por la violencia y el carnivorismo, por ejemplo). En el libro Kerchak es un maldito tirano, y no el papá adoptivo de Tarzán, y Kala muere a manos de un cazador nativo. Chita nunca aparece en las novelas, sino sĂłlo en las pelĂculas... y por cierto, a pesar de los errores de traducciĂłn y doblaje, Chita era macho.
Tom Sawyer: La escena más icĂłnica de la novela, en la que Tom es castigado con el trabajo de pintar una cerca, casi siempre es errĂłneamente representada en ilustraciones y pelĂculas. Por lo regular, la cerca aparece formada con tablas verticales, como de tĂpico barrio suburbano estadounidense de mediados del siglo XX. La novela, en cambio, describe esa misma cerca formada con tablones horizontales, de manera que cuando el pilluelo de Tom quiere huir de alguna figura de autoridad, puede treparla rápidamente cual si fuera una escalera hacia la libertad.
Conan el Bárbaro: No es un bruto casi afásico como lo ponen en las pelĂculas de Schwarzenegger, sino un personaje multidimensional. Un guerrero feroz y salvaje, sĂ, pero un individuo inteligente, astuto y sagaz, que aprende a hablar una docena de idiomas, a dirigir ejĂ©rcitos y a gobernar un imperio. Howard, autor de estas historias, nos dice de Conan que es un hombre con "gigantescas melancolĂas y risa gigantesca", además de tener sus momentos de verdadero filĂłsofo.
Asà que ya saben, no se dejen guiar por las representaciones mediáticas de los clásicos literarios. Mejor vayan a leer los libros ;)
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2 comentarios:
En Estudio en escarlata de Arthur Conan Doyle aparece un "Elemental, Watson", segĂşn recuerdo.
Un saludo.
Y en Frankenstein, hasta donde recuerdo, nunca se dice que asĂ se llame la criatura. Ese era el apellido del creador. Y me recuerda el Juego de los Darkstalkers, donde esa criatura se llama "Victor"
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