El 30 de agosto de 1797 fue un
dĂa muy triste. Mary Wollstonecraft daba a luz a la hija que habĂa concebido
con William Godwin. Pero la madre enfermó rápidamente de complicaciones
posparto y la hija parecĂa demasiado pequeña y dĂ©bil como para sobrevivir.
Wollstonecraft, en efecto, falleciĂł a los pocos dĂas, dejando a una hija
huĂ©rfana, a un esposo viudo e inconsolable, y a una bebĂ© que parecĂa que la
seguirĂa a la tumba poco despuĂ©s. Sin embargo, la bebĂ© viviĂł para convertirse
en una de las más grandes escritoras del Romanticismo, autora de uno de los
mitos modernos más influyentes de la cultura occidental: Mary Wollstonecraft
Godwin Shelley, creadora de Frankenstein.
Publicada en 1818, Frankenstein o el moderno Prometeo, está
cumpliendo 200 años de edad. Para celebrarlo, he aquà una serie de textos sobre
la autora, su monstruo y la duradera influencia que ha dejado en nuestra
cultura. Brindemos, pues, por un nuevo mundo de dioses y monstruos.
Mary Wollstonecraft fue una de
las más notorias pensadoras de la Ilustración inglesa y precursora del
feminismo con su VindicaciĂłn de los
derechos de la mujer. Personaje fascinante y digno de admiraciĂłn, fue una
mujer fuerte que desde muy joven se encargĂł de sus hermanas menores, se atreviĂł
a vivir sola y trabajar en un mundo que esperaba que las mujeres pasaran del
hogar del padre al del marido; fue educadora, fundĂł escuelas, visitĂł la Francia
de tiempos de la RevoluciĂłn, se enfrentĂł a intelectuales de la talla de Edmund
Burke y fue condenada por sus ideas sobre la igualdad de los sexos y la
necesidad de una educaciĂłn racional. Se decĂa que sus enseñanzas serĂan la
destrucciĂłn de la sociedad inglesa, pero fueron la inspiraciĂłn de generaciones
siguientes.
William Godwin era considerado
también un radical peligroso. Abiertamente ateo en un mundo en el que serlo
equivalĂa a ser considerado una bestia inmoral, escribiĂł Justicia polĂtica, uno de los textos precursores del anarquismo
moderno. Godwin rechazaba la instituciĂłn del matrimonio, junto con otras
convenciones sociales. Él y Mary Wollstonecraft empezaron como amantes, y sólo
se casaron cuando ella quedó embarazada. Verán, aunque ambos pensaban que el
matrimonio era un atavismo que sĂłlo oprimĂa a las mujeres, sabĂan tambiĂ©n que
una madre soltera era vulnerable en un mundo tan sexista. Mary lo sabĂa muy
bien: ella tenĂa una hija, Fanny, de una relaciĂłn anterior. AsĂ que William y
Mary se casaron en una modesta ceremonia, y él adoptó a la pequeña Fanny como
su hija.
Mary Wollstonecraft y William Godwin |
Estos extraordinarios seres eran
los progenitores de la pequeña Mary. Su madre, aunque nunca tendrĂa
conversaciones con ella, la educarĂa a travĂ©s de sus obras y serĂa una enorme
influencia en su forma de pensar y sus decisiones de vida. Godwin la educĂł para
reverenciar a su madre, y hasta le enseñó a leer en la inscripción de su tumba.
Crecida en la casa del filĂłsofo, a su vez frecuentada por pensadores y artistas
radicales de la época, la pequeña Mary recibió la más exquisita educación
intelectual. Era una niña de talento extraordinario y modales refinados que
despertaba la admiraciĂłn de todos quienes la conocĂan.
Cuando Mary tenĂa cuatro años Godwin
se casĂł en segundas nupcias con Mary-Jane Clairmont, con quien su hijastra tendrĂa
siempre una relaciĂłn difĂcil. La hija de Mary-Jane, Claire, serĂa amiga,
hermana y rival de su coetánea Mary, y permanecerĂan muy unidas a lo largo de
toda su juventud. Mientras Mary era comedida e intelectual, Claire era pasional
y desinhibida.
En 1814 Mary conociĂł a uno de los
admiradores de su padre, el joven poeta y aristĂłcrata Percy Bysse Shelley. Ella
tenĂa apenas 16 años; Ă©l, 21 y estaba ya casado y tenĂa un hijo. Eso no impidiĂł
que los dos jĂłvenes iniciaran una relaciĂłn clandestina. Shelley pasarĂa a la
fama como una de las figuras más destacadas del Romanticismo inglés, pero en
ese tiempo no era más que un escandaloso jovenzuelo que habĂa sido desheredado
por su padre y que recibĂa el rechazo de la buena sociedad por sus ideas
revolucionarias y su ateĂsmo.
El romance de Mary y Shelley |
Pero si bien su radicalismo
polĂtico le ganĂł la simpatĂa de su futuro suegro, sus atrevimientos tĂpicamente
románticos resultaron ser demasiado. Ese mismo año Shelley, Mary y Claire
escaparon juntos al Continente, y recorrieron la Francia posnapoleĂłnica como
Mary Wollstonecraft habĂa recorrido la revolucionaria. Llegaron hasta Suiza y
navegaron por el Rin.
En cierta ocasiĂłn, Shelley y Mary
se separaron de la encimosa Claire y pasearon a las afueras de una aldea que
descansaba bajo la sombra de un ruinoso castillo. La joven pareja pagĂł a un
campesino para que les contara la historia de ese lugar. AllĂ habĂa nacido y
vivido Johan Konrad Dippel, un alquimista del siglo XVII que estaba
obsesionado con encontrar la cura contra la muerte y el secreto de la
inmortalidad. Mary Godwin nunca olvidarĂa esa historia ni el nombre de ese
lugar: Frankenstein.
El verdadero Castillo Frankenstein |
Pero fuera de algunos episodios
como aquel, el viaje no fue la escapada romántica que la joven Mary esperaba.
PasĂł muchas penurias e incomodidades; tuvo que soportar los obvios avances de
Claire hacia Percy, a los cuales Ă©l no era indiferente, y al final la aventura
les trajo desgracia y ostracismo.
Con el paso de los años y la
influencia de Mary-Jane, Godwin se habĂa vuelto un tipo mucho más convencional.
Si Mary creĂa que estaba viviendo bajo los ideales radicales y rebeldes de su
madre, el padre decidió que el escándalo de haber huido con un hombre casado
era demasiado para el honor de la familia. Mary fue repudiada por su padre, el
hombre que debiĂł amarla incondicionalmente y que la arrojĂł al mundo para vivir
en desgracia cuando ella apenas dejaba de ser una niña. Para que las cosas se
complicaran más, resultó que Mary estaba embarazada de Shelley.
Las dos hermanastras y el poeta
se fueron a vivir juntos a Londres, en la pobreza y bajo la mirada desaprobadora
de la sociedad. Conforme el embarazo de Mary progresaba y ella se hacĂa menos
divertida y deseable para Shelley, Ă©l empezĂł una relaciĂłn intermitente con
Claire. En febrero de 1815 Mary dio a luz su primer bebé, una niña pequeñita
que muriĂł a los pocos dĂas. El nacimiento de Mary le habĂa costado la vida a su
madre, y ahora ella vivĂa mientras su bebĂ© habĂa muerto. La muerte inexorable
la seguirĂa de cerca por siempre.
Poco a poco Mary superĂł la
profunda depresiĂłn en la que se sumiĂł la muerte de su primera hija. A
principios de 1816 volviĂł a embarazarse y dio a luz a un hermoso y sano varĂłn,
bautizado William.
William Shelley |
Shelley, por su parte, habĂa
conocido y trabado amistad con la celebridad más infame de su época, el poeta
George Gordon, mejor conocido como Lord Byron. Promiscuo, bisexual, arrogante,
manipulador, carismático, genial, Byron se convirtió en el arquetipo del héroe
romántico en Inglaterra. Claire, sin poderlo resistir, inició una relación
romántica con él.
Lo curioso es que si Byron era un
manipulador mujeriego que recogĂa y desechaba amantes serialmente (Claire fue
una de ellas), siempre demostrĂł un gran respeto por Mary. Nunca intentĂł
seducirla y la trataba como su igual a nivel intelectual. Le importaban mucho
sus opiniones literarias y filosĂłficas, y en varias ocasiones le comisionĂł
poner en orden y editar sus poemas.
Mary, Shelley, Claire y el
pequeño William viajaron en el verano de 1816 a Ginebra para encontrarse con
Lord Byron, a quien acompañaba su médico personal, el joven John Polidori.
Rentaron una casona, Villa Diodati, junto al lago para emprender desde ahĂ excursiones. Pero
aquĂ©l fue conocido como “el año sin verano”, por las heladas tormentas que
trajo. La pandilla de rebeldes románticos se quedó varada en casa durante
varios dĂas y, sin más para entretenerse, leĂan historias de fantasmas o
conversaban sobre las maravillas de la ciencia moderna.
Villa Diodati |
En una de esas veladas, a Byron
se le ocurriĂł una idea: que cada quien escribiera una historia de espantos para
leer ante todos los demás unas noches despuĂ©s. La tormenta rugĂa allá afuera
Mary cuenta que cuando se fue a dormir. Ella misma lo cuenta:
Cuando Mary leyĂł su breve cuento
a sus compañeros, Ă©stos quedaron impresionados. En cosa de unos dĂas, la joven
de diecinueve años habĂa concebido una de las obras más influyentes de la
ciencia ficciĂłn y el horror gĂłtico. Shelley la animĂł a transformar el relato en
una novela, labor a la que se avocĂł durante los siguientes nueve meses. La
novela serĂa publicada en enero de 1818.
Un retrato moderno de la joven Mary |
De regreso a Inglaterra en otoño
del 16, la muerte siguiĂł acosando a Mary. Su media hermana Fanny, la Ăşnica otra
hija de Mary Wollstonecraft, se suicidĂł deprimida. Harriet, la esposa de Percy
Shelley, desesperada por el abandono en que la tenĂa el poeta, se quitĂł la vida
poco despuĂ©s. La culpa por estas dos muertes acompañarĂa a Mary por mucho
tiempo, incluso después de que ella y Percy Shelley se casaran a finales de ese
mismo año.
Poco después se mudaron a Italia,
donde pasarĂa los siguientes años de su vida, siempre cerca de Lord Byron. AllĂ
Mary dio a luz a su hija Clara. Pero las tragedias de nuevo llovieron sobre su
casa. Percy Shelley apoyaba a Mary en su labor literaria y de palabra decĂa
creer en la igualdad de los sexos que habĂa proclamado Mary Wollstonecraft.
Pero en la realidad, era un hombre inmaduro que no ayudaba en las labores del
hogar ni en el cuidado de los pequeños (fuera de jugar con ellos de vez en
cuando). Esperaba que Mary lo atendiera, lo consolara y lo admirara, y que ella
lo pusiera todo en segundo plano para hacer lo que Ă©l necesitara. Si Mary
estaba muy ocupada criando a sus hijos o agobiada por la depresiĂłn, Ă©l se
alejaba y buscaba satisfacciĂłn en alguna otra mujer.
En septiembre de 1818 muriĂł Clara,
con apenas un año de edad. En junio siguiente falleció el pequeño William, de
tan sĂłlo tres. Mary, embarazada de su cuarto hijo, estaba devastada. Percy
Junior naciĂł en noviembre de 1819 y Mary volcĂł toda su esperanza y amor en Ă©l.
Frustrado porque Mary no le hacĂa caso, Shelley se dejĂł encantar por Jane,
esposa de su amigo Edward Williams.
En junio 1922, Mary tuvo un
aborto espontáneo y recayĂł en la depresiĂłn. Su relaciĂłn con Shelley se habĂa
deteriorado mucho y Ă©l, como de costumbre, huyĂł de la incomodidad emocional
para emprender un viaje en velero junto con Edward Williams. Ambos se ahogaron en
una tormenta.
Antes de cumplir los 25 años,
Mary Wollstonecrat Godwin Shelley habĂa dado a luz a cuatro criaturas, perdido
a tres de ellas, y enviudado. Shelley y Byron la habĂan marcado. Los hombres,
sedientos de gloria y fama, hacen lo que sea por conseguirla y no les importa
abandonar a sus familias y destruir a sus seres queridos para lograrlo. Estas
experiencias marcarĂan para siempre la actitud desencantada de Mary hacia el
movimiento romántico, que plasmarĂa un par de años más tarde en El Ăşltimo hombre, la primera novela
postapocalĂptica.
La joven viuda |
Mary y Percy Jr. volvieron a
Inglaterra. Ella se dedicó a las letras, publicó más libros, entre novelas,
cuentos y piezas teatrales. Tuvo una relación romántica y sexual con Jane
Williams durante un tiempo, pero Ă©sta pronto la dejĂł por otro hombre. Se esmerĂł
con la educaciĂłn de Percy, para evitar que se convirtiera en un irresponsable
como lo habĂa sido el poeta.
Pero lo cierto es que nunca dejĂł
de amar a Shelley, y también hizo grandes trabajos por reivindicar su memoria;
editĂł sus poemas, escribiĂł notas biográficas y promoviĂł su obra. Fue asĂ
como Shelley pasĂł de ser un marginado a convertirse en un referente obligatorio
de las letras inglesas. Detrás de todo gran hombre…
Después de años de penurias y
dificultades, Percy Jr. heredĂł los tĂtulos y propiedades de su abuelo Shelley.
La diligencia de Mary permitió convertir esa pequeña fortuna en un patrimonio
para que Percy y su nueva esposa, Jane, una buena joven que después se
dedicarĂa a reivindicar la memoria de su suegra. En sus Ăşltimos años, Mary se esforzĂł
por dar apoyos a otras madres solteras.
Mary, con alrededor de 40 años de edad |
El primero febrero de 1851, Mary
muriĂł por un tumor cerebral. HabĂa sufrido gran parte de su vida, pero nunca
dejĂł de esforzarse por sus seres queridos ni de crear, a pesar del repudio que
recibió tanto por parte de la sociedad respetable como de los románticos que la
veĂan como una invasora indigna de la memoria del gran Shelley. Mary tocĂł
muchas vidas con su gentil mano y dejĂł tras de sĂ un legado que marcarĂa para
siempre la ficción narrativa. Su monstruo, concebido aquel gélido verano de
1816, la sobrevivirĂa.
Mary Shelley, introducciĂłn a la
tercera ediciĂłn de Frenkenstein, 1831
ContinĂşa en:
PD: La mayor parte de la informaciĂłn para hacer este
post la obtuve de la excelente biografĂa Romantic Outlaws de Charlotte Gordon, asĂ como de la ediciĂłn crĂtica de Frankenstein de Norton, coordinada por
J. Paul Hunter.
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