Hoy estaba harto de los temas de inseguridad, y querĂa regresar a hablar de las familias animadas y las pelĂculas de superhĂ©roes. Pero me llegĂł esta carta en cadena. Me parece interesante porque implica que la gente ya se está hartando de esta situaciĂłn. TambiĂ©n retrata que con su hartazgo no hace ni madres. Es más, estoy inclinado a pensar que el mismo que la redactĂł se contentĂł con que su acciĂłn fuera escribir la carta y mandarla en cadena. AsĂ como yo me contentarĂ© con postearla...
Y asĂ hasta que empecemos a hacer cosas de verdad...
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Estimados Vecinos:
SĂ, soy yo, el secuestrador que vive en la esquina de tu cuadra, te escribo porque, bueno, sĂ© que hay muy pocas posibilidades de que me detengan, ya que sĂłlo una de cada cuatro averiguaciones previas logran una consignaciĂłn en el ámbito federal y eso que son muy pocos los casos en lo que se inicia una averiguaciĂłn por falta de denuncias.
AsĂ que pensĂ© enviarte esta carta para agradecerles a todos aquellos mexicanos que permiten que personas como yo que sigamos en el negocio, y vaya que es redituable, segĂşn la misma PGR en los Ăşltimos seis años se pagaron casi 400 millones de pesos para que los familiares secuestrados sean liberados con vida, además nuestro negocio es contra cĂclico ya que mientras otras industrias están estancadas o declinando, nosotros hemos crecido casi a dos dĂgitos comparando 2007 con 2008. Claro, que estos son datos oficiales, lo que significa que lo que nos estamos echando en la bolsa probablemente es muchĂsimo más, y no pagamos IETU ni ISR.
Primero quiero agradecer a las corporaciones de policĂas y a las Fuerzas Armadas. Muchos de nosotros, sino la mayorĂa, originalmente formamos parte de ellas. Gracias por entrenarnos, darnos la informaciĂłn necesaria para ser no solamente buenos, sino excelentes secuestradores. Lo increĂble es que se han realmente esforzado, nos corren y no nos castigan, ni se preocupan por saber quĂ© hacemos una vez que dejamos la corporaciĂłn. Eso sĂ, cuando se quiere asegurar que habrá cambio, llevan a cabo una 'reestructuraciĂłn', lo que más bien puede traducirse en que una nueva generaciĂłn de ex policĂas entrará al mercado, ja, ja, ja.
Lo mejor de todo es que hay tanta desconfianza en la policĂa que al llevarse a cabo el secuestro la gente no quiere denunciar. ¡Excelente! No sabes cĂłmo nos ayuda esto. Mientras menos denuncien, menos posibilidades hay que nos agarren. Ahora la PFP acaba de anunciar que habrá una unidad de 300 policĂas para dedicarse al secuestro etc. ¡quĂ© miedo!, trescientos policĂas para todo el paĂs sin coordinaciĂłn y apoyo de las entidades estatales, a ver cuándo nos agarran.
MuchĂsimas gracias al procurador y el secretario de Seguridad Publica por continuar peleándose, esa falta de coordinaciĂłn nos ha permitido expandir nuestro negocio, las cifras indicaban que estaba aumentando el secuestro y no hicieron nada.
No nos podĂa faltar mencionar a las corporaciones policiales en los estados, en especial a los de Baja California, estado de MĂ©xico, Michoacán, Oaxaca, Veracruz, Guerrero y claro con menciĂłn honorĂfica al DF, que son las entidades donde nuestro negocio ha florecido, ustedes no cooperan con nadie, lo cual es materia prima para nuestra actividad, y parecerĂa que a los gobernadores les importa un cacahuate el tema del secuestro. Es muy fácil echarle la culpa a la FederaciĂłn, a pesar que el secuestro es un delito del fuero comĂşn, o sea que es responsabilidad de los estados investigar y combatirlos. Gracias gobernadores y sigan divirtiĂ©ndose en las reuniones de la Conago, discutiendo temas que le importan un bledo a los ciudadanos.
A los jueces, bueno nuestro eterno agradecimiento, su corrupciĂłn e ineptitud es nuestro mejor cobijo protector. Lo que más me encanta es que nadie de la rama judicial ha salido a asumir la responsabilidad que le toca, ¿declaraciones de la Suprema Corte? Ni pensarlo, son una rama independiente, nadie los va a presionar, faltaba más. Y cĂłmo no vamos a mencionar a los legisladores, cuya reputaciĂłn pienso que es igual a la de nosotros. Bienvenidos al club, ineptos. Tienen en sus manos aprobar leyes que nos podrĂan incomodar la vida, pero ¿para quĂ© dedicarse a legislar en aquellos temas que más le preocupa al ciudadano?
¿Y el ciudadano que hace? Nada, desconfiar más y más, discutir el tema en familia o con amigos, mucha preocupaciĂłn y enojo pero nada de acciĂłn, sĂganle asĂ, nosotros no los vamos a apurar a que hagan algo. Todos ustedes siguen actuando como que nada pasa, siguen haciendo todas aquellas cosas que no deben de hacer, como seguir exponiendo a su familia en los medios de comunicaciĂłn. No saben cĂłmo disfruto leer las revistas sociales o las páginas sociales de los periĂłdicos, o tambiĂ©n las revistas de negocios para saber quiĂ©nes son la gente bien, mejor dicho bien 'cargados'. Je je je. Y eso sĂ, sigan usando carros y relojes ostentosos. Nos facilita enormemente nuestro trabajo. TambiĂ©n hay que reconocer que este negocio se ha 'democratizado' gracias a la cultura de la impunidad que se vive en MĂ©xico. Cualquiera puede entrarle al negocio: MĂ©dicos, jardineros, abogados, meseros, ingeniero, campesino en fin cualquier desempleado.
Los secuestros ahora se ven y se sienten en todas las clases sociales, y ni asĂ reaccionan. Y amenazan con marchar de nuevo. ¡Wow! No se les vayan a caer las suelas de tanto caminar, porque no sirve para nada. ¿Por quĂ©? Porque vivimos en el paĂs donde no pasa nada. Les apuesto que ahora que se acercan las elecciones intermedias del 2009, y seguramente ustedes votarán por los mismos partidos y las mismas personas que han permitido que nosotros seamos el negocio más rentable en el paĂs, despuĂ©s del narcotráfico.
Sobre todo le agradezco al presidente CalderĂłn. El jefe máximo de la naciĂłn, el que tiene a su disposiciĂłn todas las herramientas que tiene el Estado para enfrentar amenazas al paĂs y lo Ăşnico que se ocurre es exigir cadena perpetua. ¡Huyyy que miedo! Estas medidas si nos dan mucha risa en el sindicato de secuestradores. Si no nos detienen, como nos van a tener en la cárcel el resto de nuestras malditas vidas, ja, ja, ja.
Cada pequeño que veo, para mĂ no son niños, sino un negocio redondo. De hecho todos los mexicanos para nosotros nos representan un potencial econĂłmico, sin importar las clases sociales. Todos ustedes quieren seguir pensando que viven en un paĂs normal, despierten, ningĂşn paĂs normal tendrĂa el Ăndice de secuestros que se vive ahora en MĂ©xico. Nos irá mal en las Olimpiadas, pero eso sĂ, en lo que el secuestro se refiere, somos los primeros. ¡Viva MĂ©xico!
Te mando muchos saludos querido vecino, y no se te olvide, que segĂşn los dizque expertos, en más de 80% de los secuestros está involucrada una persona conocida de la vĂctima.
Abrazos y besos, del secuestrador que vive en la esquina.
Esta entrada forma parte de la serie Memorias del Calderonato
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