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Nerds. Individuos flacuchos o regordetes
con peinados relamidos y la cara llena de acné. Que usaban gafas de pasta,
frenillos, zapatos ortopédicos y ropa que no les quedaba bien. Esos chicos que
eran socialmente ineptos, pero brillantes para áreas arcanas del conocimiento
como las matemáticas, la computación y las ciencias duras. Desaliñados y marginados,
condenados a pasar la niñez y adolescencia como blanco de bravucones, y la vida
adulta como vírgenes viviendo en el sótano de sus madres, viendo repeticiones
de Star Trek y jugando Dungeons & Dragons.
O así solía ser en tiempos
pretéritos y oscuros, en que los nerds vivíamos escondidos bajo las rocas con
el temor de que seres menos avanzados nos aplastaran con sus cachiporras. En
los 80 y los 90, las décadas en las que pasé mi infancia y primera
adolescencia, ser nerd no era nada cool. Era sinónimo de ser un
fracasado social, y no sólo me remito a mi experiencia personal, sino a mi área
de expertise: la cultura pop. Durante mis años formativos, la única
representación de los nerds que pude ver estaba en las series animadas para
niños y en las de acción en vivo para adolescentes, y no era muy halagüeña.
Desde Simón de Alvin y las Ardillas y Doofus de Patoaventuras, en el lado infantil, hasta Screech de Salvados por la campana y Calisto de la mexicana Cachún Cachún Ra Ra, en el lado adolescente, en casi todas esas series el nerdoso estereotipado no tenía más que dos opciones: o era un chistoso pero incómodo patiño de los protagonistas, o una criatura despreciable cuya arrogancia y ñoñez debía ser castigada por la buena onda de los chicos cool.
Nerds de "Salvados por la campana" a punto de recibir su merecido. ¡Eso es, Slater: dale una lección a esos ñoños! |
En el primer caso, los nerds
utilizaban sus extraños conocimientos para ayudar a los chicos cool a lograr su
cometido, o podían servir como amigos aguafiestas que trataran de disuadirlos
de hacer travesuras. El amigo nerd podía
ser aceptado como personaje simpático porque reconocía su lugar en la escala
social: ser un bufón para los vivales. Si un nerd se atrevía a tratar de subir
a un lugar que no le correspondía, era justamente castigado y humillado.
En el segundo caso, los nerds
servían de antagonistas, a los que el público podía odiar fácilmente por ser engreídos,
torpes, raros y, sobre todo, listillos y sabihondos. Porque saber cosas no era cool,
¿eh? En un mundo de adolescentes analfabetos y apáticos no puedes colocar un
producto que no entienda su completo desdén por el uso del cerebro. En
cualquier caso, eran personajes que sólo podían aspirar a ser elementos cómicos
y blanco de los chistes, pero jamás de los jamases un modelo popular a seguir.
Eso era así en la cultura pop
gringa; en México las cosas no eran exactamente iguales. El término
"nerd" ni siquiera se popularizó sino hasta que los que hacen el
doblaje y los subtítulos para el mundo de habla hispana dejaron de sustituirlo
por otras palabras como "cerebrito", "sabelotodo",
"matado", “bicho raro”, etcétera.
Pasa en las historias, pasa en la
vida, y los estereotipos pueden ser muy dañinos. Si tenías una
característica nerdosa, como sacar buenas calificaciones o tener gusto por la
lectura, eras un nerd, y aunque en lo demás no cumplieras con el estereotipo,
el prejuicio llevaba a los demás a esperar que fueras tímido, mamón, aburrido,
aguafiestas y torpe, y en general que merecías ser segregado de la sociedad y
recibir lapos y calzones chinos. Así, a mí me tocó que me llamaran nerd, a
pesar de que mis calificaciones fueron de mediocres a malas en secundaria y
prepa (y de que mi entusiasmo por la tecnología siempre ha sido mínimo), sólo
porque sabía cosas que no se suponía que alguien de mi edad debía saber (como
por qué el cielo es azul o qué es un Carcharodon carcharias).
En toda mi infancia y
adolescencia, nunca me tocó escuchar “nerd” más que en sentido peyorativo, y no
era ésa la única palabreja. “Ñoño” podía referirse a alguien socialmente
inepto, aunque no se volvió equivalente a “nerd” hasta finales de los 90,
cuando su servidor ya estaba en la prepa. Cuando le conté a mi madre que me
llamaban “ñoño” en la escuela, me dijo que el único Ñoño que ella conocía era
el gordito de El Chavo del ocho. También me tocó que llamaran “freak”, “teto”
y (muy yucatecamente) “pollobobo”.
En inglés, la palabra “geek” se
había usado como equivalente a “fenómeno” o “bicho raro” durante décadas, hasta
que poco a poco empezó a usarse más o menos como sinónimo de “nerd” en la
década de los 90. En el léxico hispanohablante, “geek” tardó un poco más que
“nerd” en normalizarse. Empecé a escuchar “friki” ya en mis años
universitarios, a principios de los dosmiles, y la palabra venía importada de
España a través de Internet; es claramente la hispanización de “freak”.
Lo que caracteriza a geeks,
frikis, ñoños y nerds por igual es la pasión desbordante que tenemos por las
cosas que nos gustan. No son sólo pasatiempos, sino estilos de vida. ¿Qué nos
gusta a los bichos raros? La tecnología, en especial la computación y los
gadgets; las ciencias, sobre todo las duras; la cultura pop, en particular
libros, películas y series de TV de ciencia ficción, fantasía y terror;
videojuegos, juegos de rol y figuras de acción coleccionables; los cómics y la
animación; en fin, pendejadas varias.
En cuestiones de taxonomía, por lo general se está de acuerdo en que los nerds le tiran más a la ciencia, la tecnología y el estudio, y los geeks y frikis son los fans de la cultura pop. Por supuesto, si hacemos un diagrama de Venn, notaremos que el área en común es inmensa y los conceptos no son mutuamente excluyentes, sino que a menudo se usan de manera intercambiable. Como sea, llegó el momento en que nosotros los bichos raros nos fuimos apropiando de las múltiples etiquetas peyorativas y las convertimos en señas de identidad y orgullo.
Quizá el primer nerd auténtico en alcanzar la fama y admiración de los demás fue Peter Parker, a partir de los 60. Peter usaba anteojos, le gustaba la ciencia, armaba sus propios gadgets y recibía golpizas de los bravucones de la escuela, hasta que un buen día tuvo la suerte de ser mordido por una araña radiactiva y convertirse en Spider-Man. Con gran inteligencia, su creador Stan Lee se dio cuenta de que la mayoría de los lectores de cómics de superhéroes eran adolescentes ñoños de clase media, y que por lo tanto se sentirían más identificados con uno de su especie que con extraterrestres todopoderosos o playboys millonarios.
En los 90 comenzaron a aparecer las novelas de Harry Potter, de tremendo éxito mundial. El héroe, aunque no era muy listo, era un chico flaquito, inadaptado y que usaba anteojos. Creo que Harry demostró que se podía tener un look nerdesco y ser cool al mismo tiempo. Pero la realmente genial era Hermione Granger, la chica sabihonda y adorable, verdadera heroína de estas historias, que inspiró a una generación de niñas con el poderoso mensaje de que ser cerebrito y sabelotodo era una especie de superpoder. Esto implicaba una doble revolución: no sólo los productos que típicamente le gustaban a los nerds y geeks se volvieron mainstream, sino que los personajes identificados como tales se fueron volviendo populares.
Creo que este gran salto se vio
impulsado en gran parte por la popularización de las computadoras caseras, las
consolas de videojuegos y demás gadgets que a finales del siglo XX pasaron a
formar parte de la normalidad de muchas personas. Mientras la tecnología
digital se volvía más y más cotidiana (y necesaria) para la sociedad, aquéllos
que tenían los conocimientos para crearla y sacarle provecho se volvieron más y
más valorados. Algunos nerds crecieron y ocuparon puestos lucrativos e
influyentes en industrias del primer mundo. En particular, muchos de los
actuales magnates de la tecnología fueron nerds de libro de texto, y hoy
influyen en las vidas de muchas personas gracias a sus creaciones. Si el
arquetipo del magnate era antaño Rockefeller, hoy lo es Steve Jobs.
El afán de nerds y geeks por el
entretenimiento y por las ciencias se popularizó gracias a su otra gran pasión:
la tecnología. Internet puso, al alcance de todos, una enorme oferta de consumo
cultural que antaño sólo estaba en manos de algunos pocos connoisseurs y
coleccionistas en el mundo anglosajón: películas, series, videojuegos y cómics
de todos los lugares y tiempos, y sitios de divulgación científica llegaron a nuevas
generaciones de geeks en potencia. Se conformó algo así como una cultura geek
global, en principio dominada por los productos culturales de Estados Unidos,
Gran Bretaña y Japón, pero pronto enriquecida por insospechados creadores de
contenido ñoño en todo el mundo.
Ay, ¿no lo entiendes? No importa: no esperaba que lo hicieras |
El avance de la tecnología en
efectos especiales permitió que a principios del siglo XXI se experimentara un
"boom" del cine de fantasía épica y superhéroes (que aún vivimos) y
que dio a conocer al gran público historias y personajes que durante décadas
fueron sólo del conocimiento de lectores apasionados. Además, sagas
cinematográficas como El Señor de los Anillos, Harry Potter, Star
Wars y The Matrix ganaron público geek de entre las nuevas
generaciones. Series de TV de contenido francamente geek como Lost, Heroes,
Game of Thrones o Stranger Things, así como las adaptaciones de
Marvel y DC, ganaron mucha popularidad hasta entre los que habían sido ajenos a
este submundo. O sea, cada vez había más geeks y lo geek era notorio hasta la
casi omnipresencia.
En estos años surgieron las "geek godesses" |
Las redes sociales propiciaron el surgimiento de foros, blogs, videoblogs, webcómics, fanpages y revistas digitales que se han dedicado a cubrir, analizar y festejar las diferentes manifestaciones de la cultura geek.
En México están tiras cómicas como Bunsen y Kid A, y proyectos como Bully Magnets, que no solamente copian modelos anglosajones, sino que crean productos con una identidad propia, combinando referencias geeks universales con rasgos muy característicos de nuestra cultura (y desde España tenemos a El Joven Lovecraft y El Desván del Abuelito).
Y ya que estamos en esto, lean mi poemario Poeta que jugó videojuegos, el primer ejemplo de poesía geek en la Península de Yucatán (que yo sepa).
Las convenciones de anime, cómics o ciencia ficción se hicieron más frecuentes en todo el mundo de habla hispana; los espacios frikis han dejado de ser minoritarios para convertirse en grandes eventos masivos donde se encuentran las diversas faunas de estos reinos, que se destacan por su orgullosa excentricidad. Ser gamer, youtuber o cosplayer se ha convertido en profesión.
Maravillosos frikis de mierda |
En 2007 la serie The Big Bang
Theory vio la luz. Esta comedia fue la primera en alcanzar fama mundial por
tener a un grupo de nerds como protagonistas, además de estar llena de
referencias a la cultura geek. Sin embargo, la verdad es que el humor no era muy
sofisticado ni intelectual que digamos. La serie fue siempre bastante complaciente
con los normies (la gente “normal”) y la mayoría de las veces se enfocaba
en hacerlos sentir bien humillando a los nerds. Para el caso, Freaks and
Geeks y The IT Crowd (ambas anteriores a TBBT), así como la genial Community,
hacían un mejor retrato de la vida ñoña.
Ser cool en los 90's. Ser los 00's. Es mucho más cool ser cool hoy. |
No obstante, esto nos muestra que,
en la primera década del siglo XXI, los contenidos geeks se habían convertido
en una moda y que podían ser comercializados con mucho éxito. Es decir, llegó
un momento en que, hasta quienes no se identifican como tales, tienen afición
por algún producto de la cultura geek. Además, los hípsters tomaron mucho de este
submundo, como el look desaliñado, las gafas de pasta, las camisas de
cuadritos y los fedoras, además de su gusto por lo vintage.
WikiLeaks, cuyas revelaciones sacudieron al mundo, y Anonymous, el difuso colectivo de hacktivistas, mostraron la relevancia de aquellos quienes “le saben bien a eso de la computadora", como dirían mis papás. Y no se puede dejar de lado que el ícono del que se apropiaron tanto Anonymous como la nueva generación de manifestantes de los movimientos Okupa, no fue el Che Guevara, sino V, un antihéroe anarquista surgido de un cómic de culto. Si antes el nerd era apolítico y su participación en movimientos sociales era invisible, ahora estaba protagonizando una revuelta juvenil global.
Guerrilleros: tradicionales y modernos |
Que tiemblen los brutos,
bravucones, intolerantes, zafios y reaccionarios ante una revolución geek. Los
geeks no tienen nada que perder en ella sino sus cadenas. Tienen un mundo que
ganar. ¡Geeks de todos los países, uníos!
14 comentarios:
Un perfecto análisis de la cultura geek, tan es así que ahora no sé si soy un analfabeta geek o he sido geek y no me he dado cuenta...
BTW, mejor no seguirle, no es bueno la etiquetación.
Abrazos.
Excelentísima entrada Ego. Y si, MTV es una perra vacua que solo busca aprovecharse de la vacuidad de la gente. Y no solo MTV, las televisoras nacionales tambien tienen lo suyo... Recuerdo cuando se puso de moda todo eso de que "nac es chido" y ahí tienes a los fresitas haciendose "naquitos". Capaz que si la televisión les dijera que deben adoptar el "narco-style", el "negro-style", el "reguetonero-style", ahí van los atarantados...
Mmmmm... se me acaba de ocurrir una manera de mamarme de billetes verdes... Saludos...
P.D. No llevaré a la práctica esa forma de hacerme rico. Yo si tengo escrúpulos, moral y decencia...
Dicho está. Una pasada.
Saludos.
Sí, muy buena entrada, Ego, la verdad. Aunque yo pienso que en el futuro el conocimiento y dominio de la tecnología ya no será algo característico de los geeks, se masificará para crear obreros. Y pues The Big Bang Theory sólo demuestra cuánto se puede exprimir al televidente, sobre todo si tomas en cuenta que es el mismo creador de Mike & Molly (no se podía perder a la audiencia gorda tampoco)y de Two and a Half Men (donde vemos que ser un ganador sigue siendo cool).
Yo siempre preferiré el estilo Indiana Jones, o sea, una mezcla de ciencia, aventura y cierta admiración por parte de las alumnas...
¡Gracias a todos!
@Martín: Sí! Además de que en Big Bang los nerd siempre terminan humillados, como para hacer sentir cómodos a los "vivales" que ven el show. Mala onda.
–Has Leonard ever dated, you know, a regular girl? …I meant, has he ever been involved with someone who wasn’t a brainiac?
–Oh! Well, a few years ago he did go out with a woman who had a PhD in French Literature…
–How was that not a brainiac?
–Oh, for one thing, she was French… for other, it’s literature…
felicidades excelentes posts, voy a tardar un rato leyendo los que mas me interesen, pero te acabas de ganar un seguidor...soy orgullosamente yucateco ,estudie ingeniería industrial y fui un desmadre en la escuela, pero me interesaba mucho aprender y ver como funcionan todas las cosas ,no me considero un nerd ,pero si una persona muy inteligente, mi esposa de hecho se enamoro de mi porque pregunto en una fiesta...¿porque el cielo es azul? y fui el único que le pudo dar una respuesta(me identifique contigo bro jeje)
y aunque no lo creas caí aquí por casualidad trolleando en el blog del hazme...HECHF jeje un saludo
Hablar de frikieses y geeks es mas frikkie que nada.
@Elric: No lo niego en lo absoluto U.U
"Eso de ser geek es una moda, yo lo era mucho antes"
Le salió lo hipster a Ego XD
@Anónimo: Sí que sí XD
No soy geek, no soy ñoña y no soy nerd, tampoco tengo un IQ elevado, pero realmente me han llamado geek por el simple hecho de que me gustan, desde hace mucho tiempo, cosas que a la gente "normal" no, cosas que son para "raros, frikkis, geeks", como por ejemplo películas de arte, películas que te hacen pensar que tiene posibles significados que la gente no percibe a simple vista; chistes simples de tecnología, arte, diseño o cosas por el estilo. No soy geek, pero soy feliz con mis gustos y cuando me dicen que "que geek soy" nomas les respondo, "sí, un poco" y sorío :D
Shit, encajo perfectamente en el "frikie de mierda" xD. Aunque dentro de los frikies tambien existen obras de culto poco conocidas, que son justamente aquellas por las que suelo interesarme.
hey ! soy ama de casa y madre por elección, tengo un título universitario y un IQ de 116, no digas que ser ama de casa es sinónimo de .... maruja....
aunque pensándolo bien, si...llevas razón, en la puerta del colegio no escucho más que sandeces, je je
Dif-tor heh smusma ( larga vida y prosperidad )
Maggie
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