A los chicos les gusta asustarse. Bueno, cuando yo era niño me gustaba recibir un buen susto de vez en cuando. Como les he dicho antes, siempre he tenido una relación ambivalente con los monstruos y el horror: ejercen sobre mí una atracción fascinante, pero también me asustan de verdad.
En tiempos pretéritos, cuando los contenidos para niños no eran tan mojigatos, algunas de las secuencias más aterradoras se aparecieron en las películas y series dirigidas a los más pequeños. Y eso era bueno, porque creo que este tipo de experiencias ayuda a los chicos a aprender a lidiar con emociones negativas como el miedo y la tristeza (algunas caricaturas eran bien trágicas), pero en situaciones en las que no corren el peligro de ser lastimados... No como ahora, que las caricaturas tiene que enseñar matemáticas y buenos modales, y lo más amenazador que hay en ellas es un zorro que no te robará tus cosas si le insistes lo suficiente...
Como sea, a continuación van los diez momentos más aterradores de mi infancia. No se extrañen de que la mayoría de esos momentos vengan de Disney, porque ya vimos que ese tipo era un genio del mal. Aclaro que este top no es de las escenas que son más aterradoras en sí, sino de las que me dieron más miedo a mí en el momento en que las vi. Por eso, algunas de ellas pueden ser menos aterradoras que otras, pero como las vi estando más pequeño me traumatizaron más.
Dejé fuera momentos de películas que sí fueran de miedo (como Tiburón) para enfocarme en material dirigido a niños. Pensé incluir momentos de películas como Los Cazafantasmas, Beetlejuice y Gremlins, que son más bien comedias de horror, pero como éstas no eran realmente para niños, las dejé fuera.
Dejé fuera momentos de películas que sí fueran de miedo (como Tiburón) para enfocarme en material dirigido a niños. Pensé incluir momentos de películas como Los Cazafantasmas, Beetlejuice y Gremlins, que son más bien comedias de horror, pero como éstas no eran realmente para niños, las dejé fuera.
MENCIÓN HONORÍFICA Gente que se transforma en monstruos, en varias caricaturas ochenteras
Una de las cosas que más me asustaba de pequeño (y hasta la fecha) son las escenas en las que alguna persona se transforma en monstruo. Por eso los hombres lobo me dan mucho miedo. La idea de que una persona común y corriente, incluso una buena persona, o hasta un ser querido, se pudiera convertir en un monstruo feroz, salvaje y malvado, me podía quitar el sueño. Algunas caricaturas ochenteras presentaron imágenes así y me daban muchísmo miedo.
Por ejemplo, recuerdo un capítulo de Academia Lazer en el que el villano Draxon convierte a las personas normales en monstruos simiescos llamados Skugs, incluyendo a los padres de los héroes. No importa, estoy seguro de que nadie recuerda esta serie. En un episodio de Los Caza Fantasmas (no los verdaderos, los otros) un "gnomo" liberado por un niño incauto tiene el poder de convertir a otras gentes en gnomos como él, y aplica ese poder en el padre del niño que lo liberó.
En un capítulo de Tortugas Ninja, Abril se mete a una máquina que le ocasiona una mutación y empieza a convertirse lentamente en mujer gato. Ahora bien, TMNT estaba repleta de mutantes animales antropomorfos y seguro si viera ese capítulo ahora me parecería muy sexy la Abril furry, pero a mi tierna edad, ver a la heroína de la serie irse convirtiendo en monstruo me aterraba. Hubo muchos más momentos (Gengis Rex, de Dinoplatívolos, convirtiéndose en un feroz tiranosaurio real) y varios de ellos podrían haber ocupado sus propios puestos en este conteo. Para no llenar la lista con ellos, los pongo todos en este desproporcionadamente largo apartado.
Los momentos que más me dieron miedo, sin embargo, fueron dos: Un episodio de los Súper Amigos, en el que unos hombres gato son capaces de convertir a otras personas en hombres gato con un rasguño. Pronto los héroes se enfrentan a toda una plaga de gente gato. Lo peor: algunos de los héroes son transformados en monstruos (excepto Batman, obvio, 'cause he's the goddamn Batman). Cuando ves a los buenos, los que deberían salvarte, con los que estabas contando que iban a solucionar la situación, transformarse en monstruos malignos, pierdes toda la esperanza (y esto fue aaaaños antes de Marvel Zombies). Intenté ver ese mismo capítulo en dos ocasiones distintas y jamás pude terminarlo. Por suerte mis amigos de la escuela me confortaron contándome que al final Batman encontraba la cura (obvio, he's the goddamn Batman) y todos volvían a la normalidad.
El otro momento es de mis años más tiernos. Debía tener no más de 4 años de edad cuando vi el primer capítulo de la serie Los 13 Fantasmas de Scooby-Doo. En este episodio la pandilla llega a un pueblo habitado por hombres lobo. Eso habría bastado para aterrorizarme, pero lo que casi me mata del susto es cuando nuestra heroína Daphne se transforma en una loba y ataca a sus amigos. Literalmente salí huyendo y me metí bajo la cama. True story.
Jim Henson era un genio. Conocía a su público a la perfección y era un maestrazo para despertar en los niños las emociones más intensas. El miedo, sobre todo. Los Skeksis no sólo son feos, monstruosos y malvados, sino que están tan bien hechos que parecen vivos. En cuanto a deformidad blasfema no le piden nada a cualquiera de los monstruos feos que pululaban por las películas verdaderamente de horror de la época. Pero además, la escena en la que el rey Skeksis muere convirtiéndose en polvo me traumatizó a tal punto que durante años no recordaba otra cosa de esa película.
#9 El Jinete sin Cabeza, en La leyenda de Sleepy Hollow
De mano del genio de Walt Disney llega esta adaptación del clásico cuento de Washington Irving. Aunque esta caricatura es bastante ligera y musical, contiene una de las secuencias de animación más aterradoras de la vida. El equipo de animación se toma unos momentos para crear la atmósfera. Vean las sombras, los sonidos, la ausencia de música, la lentitud con la que Ichabod y su caballo se mueven, contagiándonos su miedo. Fíjense en el ritmo perfectamente manejado, los falsos sustos que nos provocan y luego, cuando nos sentimos seguros, aparece el Jinete en todo su esplendor (hasta los colores del cielo cambian). Lo peor: su risa diabólica y antinatural pues no tiene cabeza. A veces, cuando salía a montar bici por la noche, temía que de pronto escucharía el retumbar de cascos equinos tras de mí...
#8 Las brujas revelan su verdadero ser, en Las brujas
Hola de nuevo, Jim Henson. Ahora une fuerzas con el escritor Roald Dahl, otro desquiciado que amaba aterrorizar a los niños. El equipo de Henson se lució con el maquillaje de las brujas, uno de los más horrendos que ha visto el cine y que, de nuevo, no le pide nada a películas tipo The Evil Dead o The Thing. Como ya les había dicho, si hay algo que me da miedo son las transformaciones. La escena en particular que me asustaba de esta cinta era cuando Anjelica Houston y las otras brujas se quitan la máscara y revelan su monstruoso ser. De hecho, esta escena que aparecía en los cortos promocionales me daba tantísimo miedo que no me atreví a verla sino hasta muchos años después. Hasta que estuve en secundaria, lo único que había visto de la película era ese momento, que se aparecía en los cortos en las películas en formato Beta. Por eso no la pongo en un lugar más alto, porque cuando por fin vi la peli, ya estaba grandecito y no me dio tanto miedo.
#7 El juez Doom, en ¿Quién engañó a Roger Rabbit?
De por sí este tipo, interpretado magistralmente por Christopher Lloyd (de pequeño ni cuenta me di de que ése era el mismo que el gentil Doc Brown), era bastante siniestro: pálido y todo vestido de negro, aterrorizando a los dibujos animados. A lo largo de la película lo vemos cometer atrocidades como meter a un zapatito de caricatura con ojos grandes y brillosos en un baño de ácido, mientras la pobre criatura gritaba y se retorcía de dolor. Al final, después de que el villano es arrollado por una aplanadora, comienza la verdadera pesadilla. Con sus ojos de caricatura y su voz chillona y demencial, el Juez Doom pertenece a una nueva generación de engendros que sólo la cultura pop contemporánea podría crear.
#6 El Espantaniños, en Los verdaderos Cazafantasmas
El coco, el boogeyman, el monstruo que vive en tu armario. Esta espantosa versión del Joker fue uno de los pocos enemigos recurrentes de los Cazafantasmas. Aterrorizaba a Egon, quien aún siendo el más racional de los adultos se sentía como un niño indefenso ante la amenaza de este monstruo de naturaleza desconocida (ni siquiera era un fantasma y los rayos de protones no le hacían nada). Se alimentaba del miedo de los infantes... De hecho, él es la encarnación misma de todas nuestras pesadillas infantiles. Literalmente me quitaba el sueño.
#5 El Toro Rojo, en El último unicornio
¡Maldito engendro del infierno! Si de por sí ésta era una película muy intensa, además nos echan encima a un demonio literal, una criatura de fuego con cuernos y colmillos y ojos encendidos que persigue y ataca a nuestros héroes. Cada vez que el Toro Rojo se aparecía, me ponía tenso y quería aparar la vista. El bicho me causa terror, y en ocasiones me tapaba los ojos o me escondía bajo mis sábanas con tal de no verlo. Aún lo veo y juro que no sé cómo a alguien se le ocurrió que sería buena idea meter esa cosa en una peli para niños. Ah, claro, eso no impedía que viera esta aventura una y otra vez. Ya ven, uno que es adicto a que lo espanten. Añado que también la arpía estaba de miedo. Caray.
#4 Los niños se transforman en asnos, en Pinocho
De nuevo Disney y su maravilloso talento para sacarnos la mierda del susto y de nuevo yo con mi personal miedo a las transformaciones monstruosas. En esta escena tenemos a un par de niños en una isla de la felicidad haciendo cosas de niños, como fumar y jugar billar, cuando de pronto se empiezan a convertir en burros. La expresión de pánico y desesperanza en el simpático Polilla y la de terror en el buen Pinocho lo dicen todo. Que la voz dé lugar a los rebuznos y luego a las violentas coces por todo el cuarto es más de lo que mi corazón infantil podía soportar.
Pero quizá lo que de verdad me traumatizó fue una escenita que sucede instantes antes, en la que un niño ya transformado completamente en burro llora con voz humana llamando a su mamá, y es arrojado con otros burritos con alma de niño. Y es peor cuando te pones a pensar que aunque Pinocho volvió con su padre y se convirtió en un niño de verdad, todos los otros fueron transformados en burros, apartados de sus familias y vendidos como animales de carga. Gracias, Disney, gracias.
Incluyo estas dos secuencias, pequeñas obras maestras de la animación psicodélica, porque son muy parecidas, aunque ciertamente la de Winnie Pooh es menos aterradora (tiene más color y los bichos por lo menos tienen ojos). Pero ambas sin duda comparten en que toman a un montón de adorables elefantes y los convierten en abominaciones lovecraftianas que cambian constantemente de forma y tamaño sin seguir ningún orden o lógica en lo absoluto. Es esa locura tan absoluta, en la que no hay referentes estables a los cual aferrarse, es lo que hace de estas dos secuencias el mejor material de pesadilla. No ayudaba el doblaje mexicano, que cambió el título del número musical de Pink Elephants on Parade a Las ánimas del terror, sobre las que aseguraba que eran "parientes de Satanás". Es la descripción gráfica de un mal viaje. ¿Cómo rayos eso no iba a traumatizar a un niño? Claro, por mucho miedo que tuviera, volvía a ver estas partes una y otra vez. Así soy yo.
#2 La reina se convierte en vieja bruja, en Blancanieves
Ah, llegamos a un básico en la historia del cine animado. La transformación de la bruja de Blancanieves. ¿Ven cómo eso de las metamorfosis me da miedo? Y fíjense que no me asustaba la vieja en sí, que viejas feas hay muchas. Es esa transformación lyncheana la que causaba terror en mi ego infantil al grado de querer ponerme a llorar [Por cierto, la secuencia del bosque embrujado también me daba mucho miedo] Aprecien esta secuencia, por favor, miren la iluminación, la coreografía de los movimientos de la reina, la fluidez de la animación; súmenla a los efectos de sonido y la música, y al trabajo de la actriz que da voz a esta villana. Díganme si no es de lo mejor que han visto en cine. Fíjense que Blancanieves no me encanta, se me hace más bien sosa, pero en esos dos momentos que les digo no puedo dejar de reconocer el genio de Walt Disney. Y hablando del diablo...
#1 Una noche en la árida montaña, en Fantasía
Hemos llegado al número uno, al momento más aterrador de mi infancia: la secuencia completa de "Una noche en la árida montaña" de Fantasía. Se trata de una animación inspirada en la obra sinfónica del mismo nombre del compositor ruso Modest Petrovich Mussorgsky, y que constituye una de las mejores piezas de la música clásica macabra. Walt Disney soñaba con hacer obras de arte como ésta, y si concentró en princesas y cuentos de hadas fue porque era lo que le redituaba. Pero es en esta secuencia en la que se puede apreciar el tamaño de su genio.
El demonio Chernabog, que fue animado tras estudiar los gestos y movimientos del gran Bela Lugosi, es de por sí aterrador, pero lo que más me daba miedo era toda su corte, todo su aquelarre: fantasmas, brujas, esqueletos de humanos y animales, dragones, serpientes, demonios con forma de cerdos o perros, arpías, mujeres de fuego, toda esa locura infernal y demoniaca que de niño me quitaba todo el valor y la esperanza. De no ser por el hermoso Ave María que sigue a esta secuencia, creo que me habría vuelto loco tras verla por primera vez, como personaje de cuento de Lovecraft.
De hecho, con lo mucho que me gustaba Fantasía, y aún cuando la tenía en Beta para verla cuando quisiera, al acabar la secuencia de los hipopótamos bailarines (que es la última anterior a ésta) le paraba a la peli para no tener que ver estas pesadillas, de modo que en mi tierna infancia la habré visto sólo dos o tres veces. Aún así, la llevé en mi cerebro bien grabada hasta que me atreví a verla de nuevo, ya como adulto. Sigue siendo un espectáculo dantesco.
¿Y ustedes qué cuentan? ¿Cuáles fueron los momentos más aterradores de su infancia?
Más recuerdos, y algunos muy macabros:
8 comentarios:
Pues yo sí recuerdo Academia Lazer, aunque tuve que esperar a la llegada de Internet para saber el nombre de la serie. Inocente de mí que no sabía que era un ardid para vender juguetes; aunque como nunca los vi por donde vivo, los bolsillos de mis padres se salvaron.
En cuanto a momentos aterradores, yo pondría en el número uno personal La historia sin fin. Me pasé casi toda la proyección con la cara hacia el respaldo del asiento para no ver los horrores. ¿Y qué pasaba cuando decidía echar un vistazo a la pantalla? Pues veía un caballo ahogado en barro o un lobo gigante y aterrador. ¡Hola trauma infantil!
De Los verdaderos Cazafantasmas el que me fascinaba y aterraba a partes iguales era Samhain (el cabeza de calabaza... dicho así suena poco impresionante). También recuerdo cuando los trajes son poseídos por dobles fantasmales. Y aunque en su momento no lo comprendí, fueron mi primer contacto con los Mitos de Cthulhu; esa serie era lo máximo.
Coincido con el numero 1, esa secuencia musical es fecha que aun cada que la escucho me imagino la escena y me da cuscus.
pues la que si me dio miedo y eso lo recuerdo bien, fue la historia de sleepy hollow, y no entiendo aun la causa de ese miedo, si eran dibujos.
Recuerdo que a mi primo lo asustaba con los critters que mi mama compro un bicho de peluche igualito a los critter y yo siempre lo dejaba en lugares estrategicos para asustarlo! jeje
(Alex Angel)
Saludos! Recuerdo casi todos esos. Por cierto, en los 80-90 pasaban en XHGC videos musicales de películas de Disney. Había uno con la rola “Monster Mash” e incluía imágenes de terror de varias obras, en particular lo que ubico es al jinete sin cabeza. Alguien sabe de que video hablo? Nunca lo he encontrado ahora de viejo... Gran post.
@Alex Angel:
Creo que hablas del programa "Disney's TV Monster Hits". Puedes encontrarlo en Youtube, aunque de no muy buena calidad y sólo en inglés: http://www.youtube.com/watch?v=saM3voB57wo
¿los elefantes rosas aterradores? esa es mi parte favorita de la película 8) (¡recomienda pelis de horror Maik!)
pero ya que mencionas momentos aterradores de nuestras infancias, pues el mío se puede describir con una sola palabra:
CHUCKY
si ya de por si me cagaban las muñecas en chica, con Chucky las sigo alucinando hasta la fecha... (bueno, eso hasta que Chucky se volvió una comedia de las malas xD)
Yo nunca he sido gran fan de las películas de terror, pero por haber sido el menor de tres hermanos generalmente me tocaba ver en tv lo que ellos quisieran. Recuerdo cuando era niño que vimos por primera vez la película de "Eso" ("it"), la primera parte. En toda mi vida sólo dos veces recuerdo haber despertado gritando y sudando por pesadillas, y una fue después de haber visto esa película.
Y otra historia de terror que no tiene que ver con películas:
Mi abuela en una ocasión me encargó pintar las protecciones de las ventanas en color negro, yo tenía un sobrinito pequeño muy jodón que mientras pintaba me estaba molestando, como la ventan era muy grande y tenía que subirme en ella para alcanzar todo, en un momento provocó que casi me cayera y tuve que sujetarme de la pintura fresca, por lo que me pinte casi toda la palma de una mano, y con esta le dije mira me embarré y él al ver mi mano se fue corriendo, esto me dio una idea xD, me pinté ambas palmas de las manos completamente de negro y comencé a perseguirlo mostrándole las manos, corrió y lloró, hasta que fue con su mamá y esta me regañó y dijo que ya no asustara al niño, con esto dejo de molestarme y pude terminar mi labor.
A la siguiente semana que volví con mi abuela, esta me regañó diciendome que por mi culpa el chamaco toda la semana se despertó llorando en la madrugada y viéndose las manos
xD jaja
No he vuelto a ver si eso le dejó algún trauma o si aún le causan repelús las manos negras xD
Ahora este sobrino ya tiene 16 años.
Saludos
Joako
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