Historias de terror de la Historia - Ego Sum Qui Sum

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PROFESOR MAIK CIVEIRA & LA ALIANZA FRIKI ANTIFASCISTA

jueves, 18 de octubre de 2018

Historias de terror de la Historia


¡Es temporada de brujas! Como cada año, dedico algunas entradas a celebrar mi época favorita del año. En esta ocasión, mientras nos preparamos para el bicentenario de Frankenstein, les traigo una selección de historias de horror sacadas de las páginas de la historia. Monstruos, brujas, asesinos seriales y supersticiones: uno no necesita irse a la fantasía para encontrar relatos que son capaces de ponernos la piel de gallina. Éstos son algunos de mi colección personal de curiosidades históricas:

LA CONDESA SANGRIENTA

Erzsébet Báthory fue una noble originaria de Transilvania, en el entonces Reino de Hungría, que vivió entre 1560 y 1614. Se le recuerda sobre todo por las escandalosas acusaciones de haber torturado y matado a centenas de jovencitas. Las atrocidades que se le atribuyen incluyen azotes, quemaduras, mutilación y canibalismo. Las víctimas eran siempre muchachas jóvenes, abducidas o engañadas para ser llevadas al castillo de la condesa. 

Se decía entonces y ahora que la bella mujer estaba obsesionada con su físico y que su objetivo era tener sangre de doncellas para bañarse con ella y beberla, y conservar así su juventud y hermosura. Su número de víctimas es difícil de estimar, pero se calcula un máximo de 650. Las autoridades ignoraron durante muchos años las acusaciones, y aún después de un juicio, dados sus títulos nobiliarios, fue sólo condenada al retiro en un castillo apartado.

Sin embargo, algunos historiadores actuales opinan que las acusaciones son falsas y que Báthory fue víctima de un complot, como parte de las conjuras políticas y religiosas de esa época, pues su familia era protestante y nacionalista transilvana, lo que resultaba incómodo para los católicos Habsburgo, la familia gobernante del Reino de Hungría. Los hechos, como siempre, se confunden con la leyenda.


Para saber más:

LA DONCELLA DE HIERRO

Un horrible sarcófago con púas que atravesaban a la víctima. Una muerte horrible para una persona acusada de herejía o brujería, o quizás para un enemigo político...

A la Doncella de Hierro, como se le conoce a este artefacto, se le asocia con la Edad Media, en particular con la Inquisición, famosa por sus abominables métodos de tortura. Otras tradiciones atribuyen su invención a la infame Erzsébet Báthory, la Condesa Sangrienta, quien la habría usado para mejor exprimir la sangre de las vírgenes, con la cual se bañaba para mantener su belleza.

Bien, quizá les parezca decepcionante, quizá sea un alivio, pero en realidad la Doncella de Hierro nunca se usó como aparato de tortura ni de ejecución. Fue creada con propósitos comerciales a finales del siglo XVIII, para lucirse en exposiciones y atraer al público. Ninguna de las doncellas de que se tenga registro fue construida antes de entonces y se considera que las historias que ubican su invención en el siglo XVI son fraudulentas. Es simplemente una atracción de feria.


Para saber más:

LOS MUERTOS CAMINAN

Las personas malvadas, los pecadores, los suicidas y los incestuosos, después de morir, pueden regresar de sus tumbas para atormentar a los vivos y continuar sus acciones perversas como vampiros, gules u hombres lobo. Para evitar que los muertos se levanten de sus tumbas es necesario exhumar sus cadáveres y decapitarlos o desmembrarlos por completo; mejor si los quemamos. Por lo menos eso creían en Inglaterra en la Edad Media.

Unos restos óseos encontrados en la aldea medieval de Wharram Percy, en Inglaterra, muestran marcas de mutilaciones. Tras descartar los todavía más horrendos escenarios de canibalismo y tortura, los arqueólogos llegaron a una conclusión: los aldeanos desmembraron y quemaron los cadáveres de sus paisanos para evitar que se levantaran de sus tumbas y aterrorizaran a los vivos. El reciente análisis (publicado en 2017), es la mejor evidencia de una práctica macabra inspirada en supersticiones siniestras. Tanto más siniestro es saber que Wharram Percy fue abandonado a finales del siglo XVI.


Para saber más: 

LOS GATOS NEGROS

Los gatos, y en particular los negros, han sido objeto de muchas supersticiones y creencias religiosas a lo largo de los siglos y en diferentes culturas. Considerados deidades, mensajeros del más allá o espíritus protectores, también se ha creído que son entes malignos o compañeros de las brujas y demonios.

En el siglo XIII, el Papa Gregorio IX publicó una bula en la que denunciaba los ritos satánicos de una herejía conocida como los luciferianos, los cuales consideraban a Lucifer no como un demonio maligno, sino como un espíritu libertador y dador de conocimientos.

En esta bula, titulada "Vox in Rama", Gregorio describía los rituales de los luciferianos que, según el pontífice, incluían gatos negros, pues éstos eran la encarnación de Satanás. Tal es el más antiguo documento oficial del catolicismo en el que se demoniza a los gatos negros.

Es posible que estas creencias supersticiosas hayan ocasionado la masacre de gatos y un descenso drástico en su número en Europa. Esto a su vez habría permitido la proliferación de las ratas en las ciudades europeas y el consecuente incremento de las enfermedades transmitidas por ellas, entre ellas la peste bubónica, que diezmó a la población del Viejo Continente. Sin embargo, esto es altamente debatible.


Para saber más: 
EL MARTILLO DE LAS BRUJAS

Escrito en 1486 por el Clérigo Heinrich Kramer, el "Malleus Maleficarum" era un manual para detectar y destruir a las brujas. Aunque fue condenado oficialmente por la Iglesia, fue adoptado por muchos religiosos católicos y protestantes, y gracias a la imprenta se convirtió en uno de los textos más influyentes durante la intolerancia religiosa que siguió a la Reforma y la Contrarreforma.

Según el libro, las mujeres eran mucho más proclives a ser brujas que los hombres (que sólo rara vez lo eran), debido a su naturaleza débil y lujuriosa, y a su inclinación a dudar de la fe. Los orgasmos femeninos eran considerados antinaturales pues, se decía, no tenían una función reproductiva y por lo tanto su origen era satánico (en la Edad Media la creencia era la opuesta).

El libro también explicaba paso a paso cómo debía ser el proceso legal contra una bruja, incluyendo la tortura adecuada y la ejecución. Una mujer que no llorara durante el juicio era considerada automáticamente bruja.



REVIVIR A LOS MUERTOS

En 1814 la joven Mary Godwin y su futuro esposo Percy Shelley, se dieron una escapada romántica que los llevó por Francia, Suiza y Alemania. Navegando río abajo por el Rin, llegaron a un pintoresco escenario campirano. En la distancia, recortándose contra el cielo, se veía la silueta de un imponente castillo.

Los novios pagaron a un aldeano para que les contara la historia de ese lugar. Resulta que allí había nacido y vivido Johan Konrad Dippel, un alquimista del siglo XVII que estaba obsesionado con encontrar la cura contra la muerte y el secreto de la inmortalidad. Dippel llevó a cabo experimentos macabros; saqueaba tumbas, coleccionaba miembros humanos desmembrados y molía huesos que mezclaba con sangre para inyectar a los cadáveres con la esperanza de devolverlos a la vida (cosa que, claro, nunca funcionó). Mary Godwin nunca olvidaría esa historia, ni el nombre de ese lugar. ¿Cómo se llamaba? Frankenstein. 

El castillo (cuyo nombre que significa “Piedra de los Francos”) data del siglo XIII, y a lo largo de su historia pasó por las manos de varias familias nobles, y fue usado como refugio y hospital en diferentes guerras, hasta que quedó en ruinas en el siglo XVIII (sus distintivas torres son reconstrucciones del siglo XIX). Es también, junto con el espeso bosque que lo rodea, un sitio de leyendas sobre dragones y fantasmas.


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LOS LOBOS DE PARÍS

A finales de la década de 1430 la ciudad de París se vio asediada, no por un ejército enemigo, sino por una manada de lobos. Según la Chronique de Charles VII de Jehan Chartier, un grupo de lobos, hambrientos por la falta de comida de ese verano, entró en la ciudad (entonces realmente una villa amurallada en Île-de-France) en 1438 y devoraron a varias personas.

Las bestias estaban dirigidas por un lobo "terrible y horrible" apodado Courtant, porque no tenía rabo. En diciembre de ese mismo año y en el otoño de 1439 hubo otras incursiones de lobos al interior de la ciudad, en las que murió un número indeterminado de personas.

En los alrededores de París las manadas de lobos continuaron siendo una amenaza para los pobladores, hasta que en 1461, en un lapso de seis meses, fueron abatidos 221 animales.


Para saber más:

JUICIO PARA UN HOMBRE LOBO

En 1685 un hombre lobo, antiguo burgomaestre de Ansbach, fue condenado a la horca. Por lo menos, eso era lo que creían los habitantes de aquel poblado de Alemania. El burgomaestre había sido un hombre cruel y perverso, y su muerte no fue lamentada por los pobladores. Pero cuando un vicioso lobo empezó a matar ganado y atacar a los niños de la localidad, los aldeanos supieron que se trataba del viejo malvado que volvía de la tumba para seguir atormentándolos (tal era la creencia de la época).

El lobo fue perseguido hasta que solito cayó a un pozo, donde los aldeanos lo estocaron hasta matarlo. Su cuerpo fue exhibido triunfalmente por las calles de la ciudad. Le pusieron ropas humanas y le cercenaron el hocico para poder ajustarle una máscara humana que le daba el aspecto del fallecido burgomaestre. Después, colgaron el cadáver como si fuera un criminal condenado a la horca.


Para saber más: 

LA BESTIA DE GÉVAUDAN

Entre 1764 y 1767 un animal desconocido aterrorizó la campiña del sur de Francia. Era descrita por los testigos como un lobo monstruoso de pelaje erizado y larga cola, viciosamente agresivo, capaz de atacar a grupos de hombres adultos.

Se le adjudican más de 200 ataques a humanos, de los cuales más de la mitad habría resultado en la muerte para las víctimas. Eso sin contar los ataques contra ganado y animales domésticos.

El rey Luis XV estaba tan preocupado que envió una expedición para matar al monstruo. El famoso cazador François Antoine de Beauterne, arcabucero real, dio muerte a por lo menos tres grandes lobos grises, uno de los cuales fue identificado por los sobrevivientes y embalsamado para ser exhibido en Versalles. No obstante, los ataques continuaron hasta que el Marqués de Apcher organizó una cacería que dio muerte a un lobo más.

Estos sucesos han inspirado muchas leyendas adornadas con el folclor local. Se dice, por ejemplo, que la Bestia era un ser sobrenatural y que la bala del cazador que finalmente la mató era de plata y estaba bendecida. 

Teorías extravagantes sugieren que la Bestia podría haber sido un animal exótico, como una hiena, escapada de algún circo o zoológico. No obstante, lo más probable es que no se haya tratado de un solo animal, sino de lobos comunes, o quizá cruza de lobo y mastín, que realizaron diferentes ataques, los cuales el miedo colectivo y las supersticiones exageraron. En realidad, los ataques de lobos eran un problema relativamente común en los campos franceses de aquellos tiempos.

De hecho, en 1765 un lobo antropófago asoló la comuna de Soissons, al norte de París, donde asesinó a una mujer embarazada (los aldeanos extrajeron al feto y lo bautizaron antes de morir). Mató y mutiló a varias personas antes de ser cazado.



EL FANTASMA Y LA OSCURIDAD

Entre marzo y diciembre de 1898, los trabajadores de una vía ferroviaría en la región de Tsavo (Kenia) fueron aterrorizados por un par de leones comedores de hombres.

El coronel John Henry Patterson, ingeniero militar del ejército británico, tenía la misión de completar un puente ferroviario en 6 meses, pero la amenaza de los leones retrasó el proyecto. Con pocas armas de fuego, los puñados de trabajadores dispersos en campamentos a lo largo de kilómetros de vías férreas eran vulnerables a los ataques de los felinos. Además, los trabajadores eran en su mayoría provenientes de la India y no sabían cómo protegerse de los leones.

Estos animales se caracterizaron por su astucia y osadía. Conocían los puntos débiles por dónde atacar y burlaron las diversas trampas que los cazadores les colocaban. Además, eran dos leones machos que cazaban en pareja, algo insólito para la especie.

Los leones de Tsavo (nombre que significa "lugar de matanza") son peculiares: los machos no tienen melena, pero son más grandes que los de otras subespecies. La historia de cómo desarrollaron gusto por la carne humana es siniestra: Tsavo estaba en una antigua ruta de esclavistas árabes, que a menudo abandonaban a los esclavos muertos o heridos a merced de los leones locales.

Aunque investigaciones forenses modernas indican que los leones habrían devorado a 35 personas, Patterson aseguró en sus memorias que los muertos fueron 130, y que los animales a veces mataban por deporte sin comerse a sus víctimas.

Los trabajadores indios les tenían tanto miedo que dudaban incluso que fueran animales de carne y hueso; los creían demonios, y los llamaban "El Fantasma y la Oscuridad".

Patterson logró finalmente matar a ambas bestias. Sus cuerpos disecados se exhiben actualmente en el Museo de Historia Natural en Chicago.


Más información:

EL BESO DEL VAMPIRO

En 1914 Bela Kiss, vecino del suburbio de Cinkota, a las afueras de Budapest, fue reclutado para ir a pelear por el Imperio Austro-Húngaro en la Primera Guerra Mundial. Su ama de llaves, la señora Jakubec, se quedó encargada de cuidar la casa de Kiss, para entonces viudo.

Dos años más tarde, con Europa en plena guerra, el condestable de policía de Cinkota recordó que Kiss habia estado almacenando tambos con gasolina y pensó disponer de ellos para uso de los soldados. Al abrir uno de los tambos no hallaron gasolina, sino el cadáver de una mujer que había sido estrangulada y puesta en conserva. La mujer presentaba pinchaduras en el cuello y su sangre había sido drenada. Otros 23 cuerpos fueron encontrados en conserva en los toneles de Kiss.

La señora Jakubec, inocente de todo el asunto, dijo que Kiss con frecuencia llevaba a la casa mujeres que contactaba mediante anuncios en el periódico, ofreciendo servicios como astrólogo y ocultista.

En octubre de ese año la policía recibió el reporte de que Kiss se encontraba en un hospital militar en Serbia. Cuando los agentes llegaron, Kiss se había esfumado y en su cama yacía el cadáver de otro soldado. Nunca se supo qué pasó con el "Vampiro de Cinkota", como fue llamado, ni a dónde fue a parar la sangre de sus víctimas.



POGO, EL PAYASO ASESINO

John Wayne Gacy tenía un pasatiempo encantador: disfrazarse como Pogo el Payaso en eventos de caridad. Lo hacía de forma gratuita y por puro gusto, cuando podía escaparse un tiempo de su exitosa empresa de contratisas. Según sus palabras, esto le permitía regresar a su infancia.

Pero Gacy tenía una doble identidad. Fue un cruel asesino serial que le quitó la vida a 33 jóvenes, después de torturar y abusar sexualmente de ellos.

Gacy solía atraer a sus víctimas a su casa con engaños o amenazas. Solía embriagarlos y persuadirlos de que ellos mismos se pusieran unas esposas (mismas que usaba para hacer trucos en su papel de Payaso), y una vez indefensos, los violaba y atormentaba para después estrangularlos con una cuerda. Luego enterraba los cadáveres bajo su casa.

Gacy comenzó a ser investigado por las desapariciones de los jóvenes, muchos de los cuales habían tenido que ver con su negocio de construcción. Además, los vecinos se quejaban de los olores nauseabundos que provenían de su casa. Al final, un Gacy desequilibrado y ebrio confesó sus crímenes. Fue llevado a prisión en 1980 y y ejecutado por inyección letal 1994.


Para saber más:

PSICOSIS

Psycho (Hitchock, 1960), The Texas Chainsaw Massacre (Hooper, 1974) y The Silence of the Lambs (Demme, 1991) son tres de las películas de horror más aclamadas de la historia. Los asesinos en serie que las protagonizan le han quitado el sueño al público cinéfilo durante décadas. Pero, ¿sabían que un solo asesino de la vida real inspiró a todos ellos?

Cuando Ed Gein fue arrestado por homicidio en 1957, se descubrió una verdadera galería del horror en su solitaria casa de Plainfield, Wisconsin. El lugar estaba lleno de trofeos hechos con huesos y piel humanos. Gein confesó el asesinato de dos mujeres y la profanación de múltilpes tumbas.

Como Norman Bates, Gein había sido enfermizamente cercano a su madre. Cuando ella murió, él preservó su habitación en estado prístino como si el tiempo no hubiera pasado. Asimismo Gein resultó ser un hábil taxidermista aficionado. Como Leatherface, Gein tenía múltiples objetos hechos con piel y huesos, incluyendo utensilios de uso diario y muebles. Además, posesía máscaras de cuero humano que usaba en ocasiones. A Gain le fascinaban las historias de canibalismo y las atrocidades cometidas por los nazis. 

Según algunos reportes, al igual que Buffalo Bill, Gein estaba confeccionando un traje hecho con piel de mujeres para él mismo transformarse en una y así (de nuevo, como Bates), entrar en la piel de su amada madre. Aunque este último detalle tan mórbido bien podría haber sido una invención de los medios sensacionalistas.

Tras ser hallado culpable y declarado demente, Gein fue internado en un hospital psiquiátrico hasta su muerte en 1984.



Espero que les hayan gustado estos verdaderos cuentos de miedo. ¡Feliz Noche de Brujas!


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1 comentario:

Osan Gamer dijo...

Up the irons!!!...ah que no estamoa hablando de la banda??

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