Entre los placeres más grandes de la
vida están el mindblow y el mindgasm, ese momento en el que comprendes
algo tan increíble (o que comprendes por qué algo es incomprensible) que
sientes que tu mismo cerebro está experimentando un orgasmo. La apreciación del
arte y el estudio de la ciencia pueden llevarte a tener esos momentos, pero
también lo puede hacer la filosofía.
Hace un tiempo les planteé el viejo problema del árbol
en medio del bosque para platicar sobre la importancia de estudiar
filosofía. Como les dije en aquella ocasión, el punto no es tanto encontrar una
respuesta, sino el proceso de pensamiento que desencadena. En la misma línea,
hoy les traigo nada menos que doce planteamientos filosóficos que te volarán la
mente hasta que dudes de tu existencia misma.
Ojo, que lo importante no es si decides creerte estos
planteamientos o no. De hecho, bien puede ser que al final decidas que son
patrañas, falacias o discusiones bizantinas. Lo importante es que hagas el
ejercicio de tratar de entenderlos y, entonces, de encontrarles una respuesta
propia (se les han dado respuestas y refutaciones a lo largo de la historia,
pero yo no te las voy a decir). Esto se trata de ejercitar tu mente en el
pensamiento crítico y analítico. Y, con suerte, que tengas un mindgasm ;)
1.- LA NAVE DE TESEO
Según la leyenda, la nave en que viajaba el héroe
Teseo había estado en Atenas desde hacía varias generaciones, pues cada vez que
una tabla del barco se estropeaba, los atenienses la cambiaban por otra.
Aquí la pregunta es, si todas las tablas han sido
cambiadas a lo largo del tiempo, ¿sigue siendo el mismo barco? Si lo es, ¿en
dónde se encuentra la esencia, la
identidad del barco? ¿En sus materiales, en su estructura, en su historia,
en la idea que tenemos del barco? Si ya no es el mismo, ¿en qué momento dejó de
serlo? ¿Cuando se cambió la última tabla, cuando se cambió la primera, cuando
se sustituyó la mitad? Si tomáramos todas las tablas desechadas y
construyéramos un barco, ¿sería el original o uno nuevo?
En un tema relacionado, Heráclito de Éfeso (535-484 a.C.) afirmó que todo está en
movimiento y cambio constante, en un proceso interminable de ser y dejar de ser.
Él decía que “nadie se baña dos veces en el mismo río”. Pues si vamos al río un día y al siguiente volvemos, no sólo las aguas del río ya serán otras, movidas
por la corriente, sino que nosotros mismos habríamos cambiado, aunque sea de
forma imperceptible.
¿Y tú, sigues siendo la misma persona, aunque la mayor
parte de las células de tu cuerpo hayan muerto y sido sustituidas por nuevas a
lo largo de tu vida?
2.- LA IMPOSIBILIDAD DEL
CAMBIO Y DEL MOVIMIENTO:
El filósofo Parménides
de Elea (530-¿? a.C.) decía que todo movimiento o cambio es una ilusión. ¿Cómo
podía decir eso? ¿Acaso no vemos que las cosas se mueven y cambian todo el
tiempo? Él proponía esta explicación lógica: si decimos “yo he cambiado”, ¿a quién
se refiere el sujeto “yo”? Si yo soy lo que era antes del cambio, entonces sigo
siendo el mismo y no cambié. Si soy otro, el resultado de ese cambio, entonces
el “yo” no puede aplicarse a mi persona, y entonces no soy “yo”. Es ilógico.
Para Parménides, el cambio es lógicamente imposible y, por lo
tanto, una ilusión.
Su discípulo Zenón
de Elea (490-430 a.C.) ideó una paradoja para apoyar las ideas de
Parménides. ¿Puede Aquiles, un guerrero famoso por su velocidad al correr,
atrapar a una lenta tortuga? El sentido común dice que sí, ¿pero cómo? Para que
Aquiles pudiera recorrer el total de una distancia, primero tendría que
recorrer la mitad, ¿no? Pero antes de recorrer esa mitad, tendría que recorrer
la mitad de la mitad. Y antes, la mitad de esa mitad. Y así hasta el infinito.
Aquiles tendría que recorrer una infinidad de puntos intermedios para alcanzar
a la tortuga. Y por definición no se puede recorrer el infinito. ¿Cómo,
entonces, explicamos el movimiento?
3.- EL DESTINO ESTÁ
EN LOS ÁTOMOS
Demócrito de Abdera (460-370 a.C.)
Decía que toda la materia está formada por partículas diminutas e indivisibles
llamadas átomos. Se dice que llegó a
esa conclusión al cortar una manzana: si los objetos materiales fueran
completamente sólidos, sería imposible cortarlos, dividirlos o romperlos. De
modo que la materia debía estar formado por partículas diminutas. En esto,
Demócrito se adelantó por siglos a la física moderna.
Pero lo que nos importan son las consecuencias que
esto tiene para la vida humana. Demócrito pensaba que todo está gobernado por
leyes naturales y que el movimiento de los átomos determina todo lo que sucede.
Cada cosa que ocurre es simplemente la consecuencia de todas las cosas que
ocurrieron anteriormente. Como si fuera una canica golpeando y haciendo rebotar
a las otras, la secuencia de su movimiento está determinada por el movimiento
inicial.
Incluso el pensamiento, cuando creemos que elegimos
con total libertad, es resultado del movimiento de la materia en nuestro
cerebro, el cual responde a nuestra naturaleza, nuestras experiencias y nuestro
conocimiento. ¿Cómo podemos hablar de libre
albedrío en un universo gobernado por causas y consecuencias?
4.- EL ARGUMENTO DE
SAN ANSELMO
El filósofo medieval San Anselmo de Canterbury (1033-1109) propuso el famoso argumento ontológico para probar la
existencia de Dios. Decía más o menos así: Todos tenemos la idea de un Ser
perfecto, superior a todas las cosas (incluso quienes negamos la existencia de Dios, somos capaces de concebir y comprender esta idea). Si afirmo que el Ser que concibo es
perfecto, parte de esa perfección tiene que ser la existencia, pues si ese Ser
no existiera entonces no podría afirmar que es perfecto.
O sea, si digo que la idea de Dios consiste en un Ser perfecto, eso lógicamente implica que existe, o de lo contrario no podría
afirmar que es perfecto. Si podemos concebir la idea del Ser perfecto, éste tiene que existir. La idea del Ser perfecto sólo puede existir si el Ser
perfecto existe. Por lo tanto, Dios existe.
¿Qué opinas de este argumento? ¿Te parece que tiene
sentido? ¿Puedes pensar en qué dirías para apoyarlo o refutarlo?
5.- LA PARADOJA DE
GALILEO
El científico italiano Galileo Galilei (1564-1642), además de ser uno de los impulsores de
la Revolución Científica, planteó
una paradoja que ha causado que más de uno se rompa la cabeza. Los números son
infinitos, ¿estamos de acuerdo? Pero de todos los números, la mitad son pares y
la mitad son nones. Pero, además, el conjunto de los números pares es infinito,
al igual que los números nones. Sin embargo, la totalidad de los números sigue
siendo mayor que el conjunto de pares o el de nones.
¿Cómo es esto posible? ¿Cómo podemos hablar de la
mitad del infinito? ¿Cómo un conjunto
infinito puede ser más grande que otro? Galileo llegó a la conclusión de
que los conceptos mayor y menor sólo aplican a cantidades finitas, pero los
matemáticos modernos consideran que, en efecto, hay infinitos más grandes que
otros. ¿Cómo la ves?
6.- PIENSO, LUEGO
EXISTO
René Descartes (1596-1650) se planteaba muy
seriamente el problema del conocimiento. ¿Cómo sé que puedo conocer?
¿Cómo puedo confiar en lo que perciben mis sentidos? ¿Cómo sé, por ejemplo, que
no estoy atrapado en un sueño, o que un demonio maligno pone ante mí un mundo
que es sólo una ilusión?
Descartes duda para no dudar, es decir, duda de todo
hasta encontrar un principio firme del cual no se pueda dudar y desde el cual
se pueda construir el conocimiento. En esto consiste la duda metódica, o duda cartesiana. Puedo dudar de todo,
pero si dudo es porque tengo una mente con la cual puedo dudar. Si dudo, quiere
decir que por lo menos mi mente existe, que yo existo. La existencia de mi
mente y de mí mismo es esa certeza de la cual puedo partir para conocer el
mundo. Descartes lo expresa con la famosa frase Cogito, ergo sum,
“Pienso, por lo tanto, existo” (y no “primero pienso y después existo”, como
mucha gente lo malentiende).
La segunda parte de su razonamiento es menos
intuitiva. Descartes se pregunta, ¿cómo puedo saber que existe Dios? Él nota
que la idea de perfección no puede
venirle del mundo, puesto que en éste nada es perfecto. Tampoco puede venir de
sí mismo, puesto que él no es perfecto. Esta idea tuvo que estar de forma
innata en su alma. ¿Quién la puso ahí? Tendría que haber sido el creador de su
alma, un ser perfecto, es decir, Dios. Y si Dios existe y es bueno y perfecto,
no pondría frente a él un mundo para engañarlo, así que el mundo también debe
ser real.
7.- LA APUESTA DE
PASCAL
Blaise Pascal (1623-1662) fue un
brillante científico y matemático. Inventó la primera calculadora (la
pascalina) y aportó al estudio de la probabilidad y de la mecánica de fluidos.
Además, fue filósofo. Una de sus contribuciones más memorables fue la llamada Apuesta de Pascal. Él se plantea si uno
debe creer en Dios o no, y hace un cálculo para determinar cuál es la apuesta
más segura. Si Dios no existe y creo en él, no pasa nada. Si Dios no existe y
no creo en él, no pasa nada. Si Dios existe y creo en él, me salvaré. Pero si
Dios existe y no creo en él, me condenaré. Por cuestión de probabilidades, lo
más seguro es creer en Dios. ¿Qué opinas de este razonamiento?
Una versión tecnofuturista de este dilema se ha
planteado en los últimos años en comunidades en Internet: el Basilisco de Roko. Imagina que fuera
posible crear una inteligencia
artificial que fuera consciente de sí misma y capaz de acceder a todo el
conocimiento humano a través de las redes. Rápidamente, este basilisco tomaría
el control del mundo y se dedicaría a castigar retroactivamente a todos
aquellos que en el pasado no ayudaron a su creación.
Volvamos al presente. Teniendo en cuenta que la
creación del basilisco es una posibilidad latente, ¿ayudarías a su construcción
para evitar recibir un castigo en el futuro? ¿Te opondrías a su creación,
sabiendo que, si no logras evitarla, el basilisco te castigará?
8.- EL PROBLEMA DE
LA INDUCCIÓN
En lógica,
la inducción consiste de partir de información particular hacia conclusiones
generales. Es el método de las ciencias naturales, pues son las que tratan de
encontrar patrones o principios generales. Pero el filósofo David Hume (1711-1776) señaló un
problema latente: ¿cuán seguros podemos estar de que, cualquiera que sea el
número de observaciones individuales que se han realizado, la próxima se
conformará a las expectaciones? El hecho de que el sol salga todos los días no
significa que también saldrá mañana.
Es materialmente imposible que podamos revisar la
totalidad de los casos. Y si pudiéramos, de nada serviría hacer inducciones.
Tenemos que partir de una muestra limitada y concluir a partir de ella
principios generales. ¿Pero cómo podemos estar seguros de que no estamos
haciendo generalizaciones infundadas?
Podemos contar con que hasta ahora la inducción nos ha
funcionado bien, o sea, que cada caso de inducción hasta ahora aplicado ha dado
resultados. Pero, oh ironía, eso sería hacer inducción también. Podría llegar a
darse el caso en que la inducción fallara. Además, si resulta no es confiable,
la deducción tampoco. La deducción
parte de conocimientos generales y si esos conocimientos son inexactos, las
conclusiones que infiramos a partir de ellos serán falsas. ¿Cómo salimos de
este embrollo?
9.- LA PARADOJA DE
LOS CATÁLOGOS
Bertrand Russell (1872-1970), en su
faceta como matemático, es autor de uno de los problemas más inquietantes de la
filosofía de esta ciencia: la paradoja
de los catálogos. Cada biblioteca tiene un libro que es un catálogo de
todos los libros que tiene la biblioteca. Algunos de estos catálogos se
incluyen a sí mismos en la lista de libros, pero otros no. Ahora, supongamos
que queremos hacer un par de catálogos de los catálogos de las bibliotecas, y
hacemos uno que enlista a todos los catálogos que se incluyen a sí mismos y
otro en el que se enlistan los catálogos que no se incluyen a sí mismos.
Hasta aquí todo bien. El catálogo de los catálogos que se incluyen a sí mismos lo podemos
poner en la misma lista. Pero, ¿dónde ponemos al catálogo de los catálogos que no se enlistan a sí mismos? Si no lo
anotamos en su propia lista, entonces es de los que no se enlistan a sí mismos
y por lo tanto lo tendríamos que poner en sí mismo. Pero si lo ponemos en sí
mismo, entonces tendríamos que ponerlo en el catálogo de los catálogos que se
enlistan a sí mismos. Esta paradoja fue expuesta por Russell para demostrar las
contradicciones de la teoría de
conjuntos en la filosofía de las matemáticas.
10.- ZOMBIS
FILOSÓFICOS
¿En qué consiste la consciencia? Éste es uno de los
problemas más longevos de la historia de la filosofía. En el siglo XX se
plantearon algunos experimentos mentales para abordarlo. Uno de ellos es el de
los zombis filosóficos, ideado por el filósofo australiano David Chalmers (nacido en 1966).
Obviamente tú tienes una mente, tienes pensamientos y
percibes el mundo con tus sentidos, ¿verdad?. Pero, ¿cómo sabes que los demás a
tu alrededor también tienen una vida interior? Podrían ser zombis, que en todo se vieran y se comportaran como seres humanos,
pero no tuvieran consciencia, sino que sólo actuaran por reflejo.
Después de todo, nuestro cerebro realiza muchas
funciones automáticas que no dependen de que nosotros estemos conscientes de
ellas: desde la digestión hasta el crecimiento y las reacciones involuntarias.
¿Cómo saber que el actuar, incluso el hablar y el convivir, de otra persona no
es así? Funcionalmente, no sería
distinto de un ser humano con consciencia, excepto que tendría ninguna clase de
vida interior. No podemos asegurar que alguien tiene consciencia sólo porque
así se ve desde fuera.
11.- LA HABITACIÓN
CHINA
Otro experimento para abordar el problema de la consciencia
es el de la habitación china, planteado por John Searle (nacido en 1932). Supongamos que tenemos una habitación
en la cual hay algunas personas, ninguna de las cuales habla la lengua china. Alguien afuera de la
habitación escribe en una papeleta una pregunta en chino y la inserta en una
ranura. En la habitación hay un manual con instrucciones que indica a las
personas adentro que cuando reciban una papeleta con los símbolos tales,
respondan sacando un papel con otros símbolos cuales. Así, la persona afuera
estaría recibiendo las respuestas correctas en chino, a pesar de que ninguna de
las personas habla esa lengua.
¿Eso significa que la habitación habla chino? ¿Qué hay entonces de una computadora
programada con miles de funciones que imitan el pensamiento de una persona,
aunque ninguna de ellas esté consciente de lo que hace? ¿Será posible que
nuestras propias mentes funcionen de forma parecida, como la suma de muchos
órganos llevando a cabo funciones distintas sin que la consciencia resida como
tal en ninguno de ellos?
12.- EL DILEMA DEL
TRANVÍA
Ideado por la filósofa Philippa Foot (1920-2010), este dilema pone a prueba nuestras convicciones éticas. Un tranvía corre
descontrolado por una calle y, si sigue su curso, atropellará a cinco personas.
Tú estás de pie junto a una palanca capaz de desviar el tranvía hacía una riel
alternativa; pero si lo desvías, causarás la muerte de una persona atrapada en las
rieles.
¿Qué hacer? ¿Cuál es nuestro deber moral? La muerte de
una sola persona es menos mala que la muerte de cinco, claro está. Pero,
¿tienes tú el derecho a tomar esa decisión? ¿Podrías vivir con ella? Si te
quedas quieto y dejas que esas cinco personas mueran, ¿no sería igualmente tu
responsabilidad? ¿Eres igualmente responsable de lo que sucede como
consecuencia de tus omisiones?
¿Qué tal si no fueran solamente cinco personas, sino
diez o veinte? ¿Cambia en algo el dilema? ¿Y si la sola persona a la que
tuvieras que sacrificar para salvar a las veinte fuera una eminencia médica, un
genio de la ciencia o un gran talento artístico? ¿Se puede sopesar así el valor
de una sola persona contra el de veinte? ¿Y si fuera un ser querido tuyo?
Espero tus respuestas tentativas y comentarios. Espero que se despierte tu interés en temas filosóficos y te den ganas de aprender más. Si
estás en una fiesta pachequeando con tus amistades, que saquen su celular y lean estos planteamientos, para ver cómo se viajan. Si esta entrada les gusta y
recibe muchas vistas y compartidos, haré una continuación sobre planteamientos
filosóficos útiles para la vida práctica. Nos vemos.
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5 comentarios:
Hola. Excelentes planteamientos. Dan mucho que pensar. Expondré mis pensamientos que, como bien dices, seguramente pueden ser perfectibles.
1. Me parece que lo que hace al barco Real es la idea que yo tengo del barco. La materia no tiene propósito ni sentido fuera de nuestra mente. Solo es materia. El barco seguirá siendo el mismo para quien considere ciertas circunstancias que mencionas sobre su construcción o deconstrucción, y no seguirá existiendo para quien considere otras. Al final, es la idea que cada quien tenga lo que le da realidad al concepto barco.
2. Con esta si me agarras en curva. Lo único que puedo mencionar es que efectivamente pensado así, el ejemplo de Aquiles recorriendo mitades infinitas y su imposibilidad de recorrer el infinito suena lógico, sin embargo la distancia Real a recorrer es finita. La puedo ver y medir. Ahí si esta confuso!
3 También confuso, jaja. Creo que en un universo donde la conciencia no hubiera surgido, estaría de acuerdo en todo el futuro quedo definido desde el momento inicial del Big Bang, donde no hay nadie con cuya mente decida alterar la dirección o naturaleza de la materia. Se me dificulta pensar que las decisiones concientes que tomamos puedan ser concecuencias previsibles de estados a anteriores.
4. La lógica del planteamiento de San Telmo me parece correcta, pero si alguno de los enunciados que sostienen el razonamiento fuera erróneo, supongo que aunque sea lógico no es verdadero. Y para mi, el enunciado que es falso es este: "Si afirmo que el Ser que concibo es perfecto, parte de esa perfección tiene que ser la existencia, pues si ese Ser no existiera entonces no podría afirmar que es perfecto" Es posible que para que sea perfecto no necesariamente tenga que existir. Podría existir solo como concepto? En ese caso lo que es Real que existe es el concepto de Dios. Innegable.
5. Yo también llegué a la conclusión de Galileo de que no el concepto mayor y menor solos aplica para cantidades infinitas. Me gustaría saber cómo los matemáticos actuales rechazan esta idea.
Sigo más al rato con los demás puntos.
Ce Acatl: gracias por comentar. Qué bueno que te animaste a dar tus respuestas tentativas. Ésa era la idea de esta entrada. Espero tus demás respuestas, y ojalá que los demás lectores se animen también.
Está chidita para morros de prepa. En particular, los haría demostrar con conocimientos básicos de pre-cálculo que la hipótesis de 2 es errónea.
Mario: Exactamente. Para estudiantes y público en general. Y justo el ejemplo que mencionas puede servir para la enseñanza de las mates. Saludos.
Esta muy padre los planteamientos y quisiera opinar sobre dos de ellos, el de aquiles y la tortuga que yo sepa hay una ecuación (no me la se porque es muy avanzada y no la se de memoria) que se resume en si tu tienes un cuadrado y lo partes a la mitad y esa mitad la partes a la mitad y ese cuarto lo vueles a partir asi y así como lo numeros fraccionarios son infinitos nunca dejaras de dividir en cuadrado en fracciones sin embargo siguen siendo un entero, esto a su ves se explica con otra par entonces no importa la fracciónes que recorra aquiles el siempre recorrerá un entero, esto se responde con otra paradoja(la paradoja del hotel infinito) la cual plantea que el infinito no es un número ni una cantidad sino una expresión esto respondería la de los números pares y nones ya que no es uno mas grande que otro simplemente son infinitos por lo que al fin y al cabo yo entiendo que son lo mismo y no hay uno mayor ni menor, gracias por la publicación
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