Saludos, criaturas
espeluznantes. Como muchos de ustedes, cada Temporada de Brujas me hago
maratones de películas de terror. Ahora que ya estamos cerrando la Espuqui
Sison del 2024, les quiero dejar con algunas recomendaciones que he colectado a
lo largo de los últimos años. No pretende ser una lista exhaustiva, ni un top 10
absoluto. Además, sé que no necesitan que les diga que clásicos modernos como The
Witch, Midsommar, y otras son buenas, ni que les diga que
vayan a ver The Substance, una de las pelis más aclamadas del año. Así
que me voy a quedar con algunas favoritas que no se han vuelto tan populares
(se ajusta las gafas de pasta).
Estamos viviendo el auge de
dos subgéneros del horro que, las más de las veces, confluyen. Por un lado,
está el arthouse horror, cintas en las que los realizadores se cuidan de
crear no sólo una peli de espantos, sino una pieza de arte cinematográfica, con
dirección de cámara y fotografía de calidad tal que no le piden nada a las
obras de los festivales mamalones. Las filmografías de Robert Eggers y Ari
Aster son de los mejores ejemplos.
Por otro lado está el social
horror, de no menor calidad estética, pero más enfocado a construir el
horror con tópicos sociales, políticos y culturales de actualidad. El cine de
horror siempre ha reflejado la cultura de sus tiempos; los zombis, por ejemplo,
a menudo se entienden como metáforas de problemas como la pérdida de una mente
propia en un capitalismo alienante. Pero esta nueva tendencia no sólo usa
metáforas: los problemas sociales aparecen como parte del horror. Así, The
Babadook nos habla de la depresión; Get Out del racismo sistémico, y
The Invisible Man de la violencia de género.
La mayoría de las pelis en
esta lista entran en una u otra categoría. Si quieren seguir mis reseñas en
tiempo real, tengo perfil de Letterboxd, como buen cinéfilo mamador. Vamos en orden
cronológico:
¡Joya mexicana! Más que de
miedo, es como de un realismo mágico muy latino, que me recordó mucho a El
espinazo del diablo, pero con color nacional.
Estrella es una niña, casi
adolescente, que se queda sola en el mundo por la violencia que corroe al país.
Pronto se une a un grupo de otros huérfanos, una suerte de "niños
perdidos" que han creado su propia tribu. Pero en este mundo también hay
criminales y fantasmas; los que matan y los que vuelven. La película es,
sobre todo, melancólica y conmovedora. Hay algunos momentos de espanto y
sobresalto, pero principalmente es un relato que obliga a ver a un México
sumido en la violencia a través de los ojos de los niños, que tienen que
encontrar la forma de sobrevivir.
Excelentes actuaciones, unas
animaciones maravillosas, una historia sencilla pero poderosa... Esta película
es una muestra de las grandes cosas que puede hacer el cine mexicano. No por
nada fue alabada por Guillermo del Toro y Stephen King.
Vi esta peli enlistada como
"horror cósmico" moderno, pero en realidad es totalmente horror
folklórico, o eso me pareció. No es que eso sea malo, para nada, sólo lo señalo
aquí para que ustedes sepan qué esperar.
La peli va de un grupo de amigos ingleses que se van a hacer excursionismo a Suecia y se pierden en un bosque. Entre los árboles acecha una presencia siniestra que no se sabe si es hombre, bestia o algo que viene del más allá. Es una cinta atmosférica y psicológica, en la que el terror se construye poco a poco a través de sutiles sugerencias. Ni los personajes ni el espectador pueden estar seguros de si vieron algo entre los árboles o si escucharon algo entre los truenos.
No es la película más
original, y como han mencionado por ahí, recuerda un poco a The Blair Witch
Project, y otro poco a The Descent, y cae en el cliché poco
halagüeño de que "los paganos dan miedo". Pero en cambio es muy
efectiva para construir y mantener una sensación de inquietud a lo largo de
toda su duración, para culminar con unos buenos alaridos.
Otra peli que recomendada
como "horror cósmico", y en este caso definitivamente es cósmica,
pero muy aterradora no. Más bien es un thriller de ciencia ficción, en el que
suspenso y la tensión se concentran sobre todo en la primera mitad. Aunque muy
buena sí es.
Va sobre dos hermanos
huérfanos que en su adolescencia habían escapado de un culto chiflado. La
relación entre Justin y Aaron es de lo mejor de la peli. Justin, el mayor,
quiere mucho a Aaron, pero es sobreprotector y autoritario, no le deja tomar
sus propias decisiones y no lo considera un adulto a la par. Este conflicto es
parte de lo que desencadena la trama.
El otro factor es que, desde
que huyeron del culto, la vida de estos dos jóvenes ha sido muy precaria.
Muestra algunas vicisitudes que en la vida real enfrentan las personas que han
sobrevivido a sectas. Tienen que ir a terapia y reciben ayuda del gobierno,
pero apenas les alcanza para vivir y, como no tienen educación formal, no
pueden aspirar a un mejor futuro.
Entonces se plantea un dilema
súper interesante que pesa por toda la peli: ¿qué es peor? ¿Una vida rutinaria
y sin futuro en un mundo desigual, en la que supuestamente eres libre, pero tus
opciones son trabajar en un empleo de mierda o morirte de hambre? ¿O una vida
comunitaria en la que un grupo te cuida y apoya, aunque tengas que renunciar a
tu libertad individual?
Ésta sí es de horror cósmico, pa' que vean. Su premisa recuerda mucho al clásico relato de Lovecraft El color que cayó del cielo (y es mucho mejor que la peli que es una adaptación directa de aquél), aunque entiendo que está basada en una novela de Jeff VanderMeer. Un meteorito de propiedades desconocidas cae en un pantano del sur de los Estados Unidos, creando un área aislada del resto del continente, en donde la naturaleza adquiere propiedades extraordinarias.
A pesar de la premisa, más
que una película de monstruos, tiene mucho de terror psicológico, de exploración
de la mente humana y los sentimientos de culpa y soledad. Es además una
historia de horror cósmico, de la pequeñez de los seres humanos ante las
fuerzas incomprensibles más allá de nuestra esfera. La fotografía y la banda
sonora son excelentes. Garland crea una atmósfera preternatural en la que la
tensión reina e insospechados horrores acechan en cada rincón.
Es refrescante que el reparto
principal esté enteramente compuesto por mujeres: un equipo de científicas y
militares que entran al área contaminada por la radiación extraterrestre. Eso
sí, algo que ya he dicho antes: estoy algo cansado de las historias de ciencia
ficción en las que el horror viene de explorar lo desconocido. Necesitamos más
historias que celebren el potencial humano de encontrar soluciones a nuestros
problemas y poner nuestros temores bajo control.
¿Qué es lo que más les
asusta? Me aterra la idea de ya no ser capaz de distinguir la realidad del
sueño. Peor: estar bajo un poder que pueda hacerme dudar de todo ello. Por eso,
ésta de las mejores películas de terror que he visto en el último par de años.
Es una pieza ambientada en el
Viejo Oeste, en un rincón recóndito de una tierra salvaje. Allí, una mujer,
Elizabeth, se ve acosada por lo que parece ser una entidad sobrenatural. ¿O no
es así? No podemos estar seguros. Quizá nuestra heroína está alucinando; quizá
ha perdido la cordura por el sufrimiento y la soledad.
Cuando pensamos en el Oeste, imaginamos sobre todo la aventura y la violencia. Sus escenarios son las
grandes llanuras, los ranchos y los pueblos fronterizos, las cantinas y
estaciones del tren. Sus protagonistas son pistoleros, comisarios, bandidos,
apaches… Pocas veces se nos muestra el aspecto más pedestre y mundano de la
vida en la frontera americana en el siglo XIX, el ámbito doméstico y cotidiano,
el habitado por las mujeres. Quizá se necesitaba de una cineasta mujer para
ello.
La vida cotidiana tenía poco
de excitante; sí se nos presenta, en cambio, como desgastante, agotadora y
solitaria. Atender el huerto y a los animales; cuidar a los niños, tan
frágiles; lavar la ropa; hacer la ropa; cocinar la comida que viene del propio patio;
hacer arreglos constantes en la casa. Y todo en una extensión inmensa y vacía,
en la que sólo otra casa, apenas una luz en la lejanía, está habitada. No
existe el agua corriente, ni hay medicina moderna, y el pueblo más cercano está
a un día de marcha. Afuera, hay monstruos.
Es en este escenario, donde
la tragedia está a un chasquido de distancia, en el Elizabeth poco a poco va
dudando de su razón. ¿Son sus sospechas ciertas? ¿Está paranoica? ¿Hay aquí una
presencia sobrenatural? ¿Me estoy volviendo loca? Éste es terror psicológico y
atmosférico del mejor, es una película que muestra ser mucho más de lo que
parece en un principio.
Película francesa de zombis
con un título genial. Hemos sido bombardeados con este subgénero desde hace ya
dos décadas, y es raro ver una cinta que no siga la misma fórmula. Ésta, aunque
no está exenta de algunos buenos sustos, es más un estudio de personaje que
otra cosa, una reflexión sobre lo vulnerables que somos como individuos.
Al inicio de la película Sam,
nuestro protagonista, parece harto del mundo y fastidiado de la gente. De
hecho, cuando el apocalipsis zombi sucede, ni siquiera se ve tan perturbado. Se
muestra decidido, industrioso y bastante competente a la hora de sellar y
asegurar un edificio en medio de París para convertirlo en su búnker personal.
Es conforme avanza la cinta
que lo vemos deteriorarse física y mentalmente. La soledad resulta tan
sobrecogedora que lo lleva a alucinar. Es como un náufrago en una ciudad
fantasma. Por razones obvias, me recordó a Soy leyenda, tanto la novela
como sus adaptaciones, que tratan sobre la soledad y la otredad.
Pero también me hizo pensar
en Robinson Crusoe: el hombre que se basta a sí mismo porque lleva en él la
civilización misma, y que se niega a dejarla morir, aunque sea en forma de
pequeños rituales y gestos de humanidad. Y puede ser que al principio así
parezca, conforme avanza la cinta queda claro que el mensaje no es ése. A lo
mejor podemos sobrevivir solos, pero esa supervivencia solitaria no vale mucho
la pena. Para vivir necesitamos de los otros.
Terror psicológico que hace
honor a cada una de las palabras que conforma su nombre, es el tipo de cinta
que te hace sentir paranoia y pánico de pensar que podrías estar perdiendo la
razón.
Luke tenía un amigo
imaginario en la infancia, un tal Daniel. Ya como joven universitario lo vuelve
a encontrar tras una crisis psicótica que sufre su madre, atormentada desde
hace años de un padecimiento indeterminado que parece esquizofrenia. Entonces
Luke comienza a temer que está condenado a sufrir los mismos males que su
madre, conforme Daniel se convierte en una presencia de la que no puede
deshacerse y que lo está llevando por caminos cada vez más oscuros.
Pero, ¿y si Daniel no es
alucinación ni una segunda personalidad? ¿Y si Luke está siendo en verdad
acosado por una entidad demoniaca? ¿Cómo explicarlo sin que los demás piensen
que en efecto ha perdido la razón? ¿Y qué da más miedo? ¿Si los medicamentos sólo
adormecen a Luke, pero no detienen a Daniel, vale la pena el riesgo de
tomarlos?
Horripilante cinta que,
además de esa atmósfera paranoica tan bien lograda y un estrés omnipresente,
todavía se permite crear algunos momentos de "body horror" que no le
piden nada a algo que haría Cronenberg.
No había gritado
(literalmente gritado) en una película de terror desde The Babadook. Qué
impresionante logro, una cinta independiente que mezcla referentes de distintos
subgéneros para construir una obra original y alucinada.
La película inicia con un
largo prólogo que después será difícil conectar al resto de la narración, sino
hasta más avanzada la película. En sí, ese prólogo bien podría haber sido un
excelente cortometraje de terror cósmico sobre dioses oscuros que demandan
impía sumisión de sus fieles.
El siguiente arco es un poco
una pieza de slasher sobrenatural, en el que un grupo de adolescentes
son acechados por una criatura, el titular "hombre vacío", que se
supone es simplemente una leyenda urbana, un creepypasta de Internet.
Después, la historia se
convierte una ficción policiaca y paranoica, en la que un detective retirado,
investigando el caso de los adolescentes, se topa con una secta esotérica. Lo
curioso es que esta secta no está representada como un grupo siniestro de gente
encapuchada que vive en una aldea sórdida, sino como una comunidad, magufísima
y de choro nuevoerero, pero de apariencia moderna y respetable, fuera de su
aire de estafa piramidal tipo Herbalife.
Por último, por último, la
historia se torna en... Bah, qué decirles. No más que es buenísima y que vale
la pena verla una noche oscura. Después, les reto a que soplen dentro de una
botella vacía.
Cuenta la historia de una
pareja de refugiados sudaneses que huyen de la guerra civil en su país y piden
asilo en Inglaterra. Al horror de la violencia en la antigua colonia británica,
al horror de la mortal travesía a través del mar, y al horror del racismo y la
xenofobia en un Reino Unido post-Brexit, nuestros protagonistas tendrán que
sumar una presencia supernatural que los acosa.
Así, la tensión de la cinta
proviene no sólo de la violencia real a la que los personajes están expuestos,
sino además de una perturbadora imaginería de horror surrealista que nos hace
sentir de inmediato inmersos en una pesadilla.
Uno de los aspectos que me
pareció más interesante de esta película es cómo los protagonistas reaccionan a
la presencia de lo sobrenatural. Dado que tienen una cultura distinta a la
occidental, tienen referentes que les permiten comprender lo ultramundano y
relacionarse con él de otra una forma única. Véanla de noche con las luces
apagadas.
Un enfoque completamente
actualizado de lo que implica un monstruo como el Hombre Invisible. Desde la
novela, pasando por todas las adaptaciones cinematográficas, la historia se había
centrado en la experiencia de ser un “hombre sin sombra” y el impacto
psicológico que eso conlleva. Básicamente, se trataba de acompañar al Hombre
Invisible a descender hacia la locura.
Esta cinta, en cambio, se
enfoca en la víctima, y además le da un giro especial, al tocar el tema de la
violencia de género en un mundo en el que resulta imprescindible hablar de
ello. La película eleva exponencialmente la pesadilla que debe ser para una
mujer el estar bajo el poder de un hombre controlador, obsesivo y violento. Lo
aterrador de este monstruo no es nada más que pueda acercársete y matarte, sino
la forma en la que puede destruir tu vida.
Como los hombres visibles,
este monstruo no sólo violenta a su víctima, sino que la hace dudar de su
cordura, la enfrenta con sus amigos y familiares, le quita la confianza de los
demás y la lleva al borde del abismo. Sólo que peor, porque no hay cómo defenderse
de él. La siempre excelente actuación de Elisabeth Moss nos entrega a una
protagonista consumida por el miedo y el dolor, pero también lo suficientemente
endurecida y empoderada para pelear. En cuanto a la construcción del suspenso,
al grado de estrés que puede llegar a hacernos sentir, es extraordinaria.
De veras me gustó esta
película, contrario a la mitad de las opiniones que vi por ahí. La esperaba más
churresca, con esa premisa de "Chloe pelea contra un gremlin en un
bombardero de la Segunda Guerra Mundial". Sin embargo, me sorprendió.
Hecha con un presupuesto relativamente bajo y efectos especiales muy modestos,
es una pieza de acción y fantasía oscura muy original, y se agradece algo tan
novedoso, que no se base en ninguna franquicia existente. Tiene una vibra muy
de pulp clásico, pero con un comentario feminista súper actual.
Nuestra protagonista es una
joven piloto con una misión para proteger un cargamento confidencial. A pesar
de ser mucho más competente que cualquier miembro de la tripulación, enfrenta
montones de comentarios misóginos, desdén y gaslighting por parte de los
hombres a bordo. Además tendrá que enfrentarse a cazas japoneses que vienen
pisando los talones de la aeronave. Ah, sí, y hay un gremlin real queriendo
sabotear el avión.
La primera mitad de la peli
es brillante. Ocurre casi toda desde el interior de una torreta de disparos en
la que nuestra protagonista se encuentra. Desde allí sólo se entera de lo que
sucede en el resto de la aeronave a través de los comunicadores de radio. Esta
parte es sobre todo de suspenso y la tensión y la claustrofobia están muy
bien logradas.
La segunda mitad es un
carnaval de acción hiperbólica tan exagerada que haría sonrojar a los de Rápido y furioso. Pero toda esa grandilocuencia es tan creativa y
divertida que se disfruta al cien. Con acción y peligro a cada segundo, la peli
no baja el ritmo ni un momento hasta el enfrentamiento final.
Dos de las actrices jóvenes
más talentosas de nuestros tiempos protagonizan este thriller sobrenatural. Ellie
(Thomasin McKenzie) es una sencilla chica de provincia que se gana una beca
para estudiar diseño de modas en el barrio del Soho, Londres. Desde un
principio sabemos que Ellie es susceptible a energías psicoquinéticas: ve
fantasmas, un don y maldición que llevó a su propia madre al suicidio.
En su nuevo departamento en
el Soho, Ellie comienza a ver y experimentar la vida de Sandie (Anya Taylor-Joy),
una misteriosa y glamurosa joven que buscaba hacerse un nombre en los
escenarios del Londres de los 60. Conforme Elli se va aficionando a vivir una
vida que no es la suya, descubre que los 60 no fueron tan idílicos como ella
imaginaba, se enreda en un misterio de muerte y violencia, y poco a poco va
perdiendo anclaje en la realidad y el control sobre su propia mente.
Excelente como thriller.
Conocemos a Edgar Wright por sus comedias, pero aquí demuestra total maestría
en el manejo del suspenso. Tarda un poco en ponerse siniestro, pero no debe
verse eso como un defecto, sino como parte de la construcción de la atmósfera y
la psicología de los personajes. Cuando se pone macabra crea situaciones e
imaginería que recordarán en calidad a grandes clásicos del terror psicológico.
Esperen exploración de temas
sociales y que "el verdadero monstruo es el patriarcado". Desde un
inicio se establece que los males a los que enfrenta Ellie en el presente son
paralelos a los que hicieron sufrir a Sandie. A pesar de todo el horror mundano
y ultramundano, a fin de cuentas es una peli de sororidad intergeneracional.
Ahora vámonos hacia la lejana
Taiwán para apreciar esta obra que mezcla el horror folclórico con el bien
conocido found footage, y que además se inspira en la historia real de
una familia que juraba y perjuraba estar poseída por demonios.
Unos jóvenes citadinos modernos,
incrédulos y arrogantes, visitan la casa de los parientes de uno de ellos para
atestiguar y filmar un antiguo ritual, cuyos orígenes se remontan más allá de
la llegada del budismo. El ritual tiene como objeto apaciguar a una entidad
cuya representación humana oculta su abominable naturaleza éldrica. Los
chavales, como era de esperarse, no creen y no respetan, y el horror se desata
en sus vidas.
Como las mejores del género,
construye el horror más por lo que sugiere que por lo que muestra. Aunque hay
muertes espantosas, lo más aterrador de todo es la idea de quedar completamente
bajo el poder de fuerzas maléficas que se han decidido no a matarte, sino a
destruir tu vida y presenciar el fin de todo lo que amas. Eso y la ingeniosa insinuación
final de que la maldición puede salirse de la película e infectarte en la vida
real.
Capítulo central de una
trilogía que en realidad puede verse como una historia independiente. Es un
estudio de un personaje y su psicología, su epopeya de descenso a
la locura. Ésta es la Joker para morras, si es que existe tal cosa.
La actuación de Mia Goth es para convertirla en una leyenda del género, junto
con la Misery de Katy Bates.
Para empezar, amé cómo la
fotografía recrea la textura Technicolor del viejo Hollywood, que ya nunca se
ve. La música y hasta el diseño de los títulos también recuerda a esa época
que, sin embargo, no corresponde a la de la película, en que el cine aún estaba
en sus inicios, y no tenía color ni sonido. De todos modos se siente
encantadoramente apropiado.
Traza paralelismos entre el
deseo sexual y la violencia. Claramente nuestra protagonista tiene condiciones
psiquiátricas por las que en el año de 1918 no habría podido recibir ni
comprensión ni tratamiento, y menos en el Texas rural en el seno de una familia
en crisis. Esta patología se va agravando por el aislamiento social, la
represión sexual y la frustración de los sueños imposibles de cumplir.
Aquí el cine se convierte en
un símbolo de todo lo que Pearl anhela. Fama y glamour que la saquen del medio
ambiente represivo en el que se encuentra, y también sexualidad deshinibida que
le permite satisfacer sus impulsos eróticos. Pero, ay, es sólo un sueño, y
siempre lo ha sido. El ideal de que cualquiera con el suficiente talento y
empeño puede alcanzar fama y fortuna ha sido siempre una mentira para la
mayoría de las personas.
Otra peli mexicana de una
directora. La peli cuenta la historia de Valeria, una joven muy feliz porque
finalmente ha logrado embarazarse. Pero una entidad malévola la acecha con
visiones aterradoras y comienza a trastornar su mente. Así, una hermosa
experiencia se va convirtiendo poco a poco en una pesadilla.
Valeria, resulta, es una
joven de barrio con un pasado punketo y sáfico. Ahora con su novio whitexican,
buena gente pero desabrido, está iniciando un proyecto de vida que claramente
no es el que quiere, sino una aspiración que le ha sido impuesta socialmente.
He ahí la raíz del horror: sino la maternidad, las expectativas sociales,
la crisis de identidad, el lamento por lo que no fue...
Además de ser una historia
muy humana, es muy mexicana. La directora Michelle Garza hace un fantástico
retrato de la vida en la Ciudad de México, desde las subculturas urbanas hasta
las creencias populares, y construye con ello un mundo que se siente vivo y
auténtico. Ignoro cuánto de lo que incluye la peli está basado en el folklor
mexicano o es invención, pero lo cierto es que te lo crees.
Garza además nos presenta un
tipo de monstruo original, caracterizado por el sonido de sus huesos tronantes
y sus posturas antinaturales. Con un manejo magistral de la atmósfera, crea un
ambiente macabro y tenso en algunos de los escenarios menos aprovechados por el
género: los espacios urbanos.
El verdadero monstruo es el bullying
y la gordofobia en este thriller español. Me estaba esperando un slasher de
venganza normalón, y en cambio me encontré con una muy buena pieza de suspenso
con comentario social, estudio de personajes y poco, pero muy bien empleado
gore.
En un
pueblo-chico-infierno-grande de España, Sara es una chica regordeta que no sólo
sufre el bullying por parte de las odiosas chicas pesadas del lugar,
sino que además tiene que lidiar con la incomprensión de su controladora
madre. Por si no fuera suficiente, Sara cruza caminos con un empático
asesino serial con delirios de justiciero, que amenaza con castigar a quienes
le han hecho daño.
Pudieron haber hecho de Sara
una loca vengativa con justificaciones freudianas, pero en vez de eso la
historia trata con muchísimo respeto al personaje. La película retrata lo
difícil de las relaciones intergeneracionales, en especial cuando las madres
tienen unos valores rancios que no les permiten comprender por lo que pasan las
hijas. Súmenle los prejuicios machistas y gordofóbicos sin filtro de la población.
Ah, y qué actuaciones, qué barbaridad.
Con una dirección de cámara
muy ingeniosa, la cineasta logra mantenernos en suspenso, construir momentos de
gran tensión, y luego sorprendernos. La secuencia final no tiene nada que
pedirle al mejor thriller psicológico que les venga a la mente.
Simplemente genial.
El verdadero monstruo es la
pubertad en esta película de terror psicológico que nos llega directamente
desde Finlandia, y que en América Latina recibió el horrendo título de Cría siniestra…
Ahora que lo pienso, creo que es la primera película finesa que veo en la vida.
El horror nos une como globalidad...
Como si fuera Turning Red,
pero con un ave monstruosa en vez de una furra, la peli se plantea una nada
sutil metáfora del momento liminal entre la infancia y la adolescencia. Por
cierto, al haber visto ésta justo después de Cerdita, noto que las
difíciles relaciones entre madres e hijas son un tema constante en el cine
hecho por mujeres...
Tinja es una chica que se
esfuerza por ser perfecta, pues no tiene otro deseo que el el amor y aprobación
de su madre. Por desgracia, la señora es una narcisista retóxica; se dedica a
ser influencer y proyectar una vida familiar perfecta, pero es una doblecara
miserable que intenta vivir sus sueños frustrados a través de Tinja, a la que
sobrecarga de exigencias y responsabilidades. Es difícil ser hijo de
narcisistas, según he leído por ahí, y esta película lo retrata muy bien. Todo
cambia cuando Tinja encuentra y empolla un huevo, del que surge un ave
abominable, que encarna las emociones reprimidas de Tinja, despertando conforme
ella avanza hacia la adolescencia.
Los efectos especiales de la
criatura están fantásticos, así como la actuación de Siiri Solalina como Tinja,
y los momentos de suspenso en verdad te ponen los pelos de punta. Hay poco
horror corporal, pero el que hay está muy bien utilizado. El final saca de
onda, pero tiene sentido cuando lo piensas y te das cuenta de lo que
significa... Entonces se hace más impactante.
Esta peli la vi la misma Noche
de Brujas del año en que salió, y vaya que fue una buena elección. Es
INTENSA. Aunque se toma el tiempo de presentarnos a los personajes y sus
relaciones (algo muy importante para que nos importe su destino), pasa pronto a
la acción, y por eso quiero decir al HORROR PURO. Es una película de terror que
casi no te da espacio para descansar, y cuando lo hace es sólo para prepararte
para más espantos.
Me gustó mucho que se mudara
el escenario de casi todas las entregas de esta franquicia: de la cabaña
solitaria en el bosque (excepto por el epílogo) a un departamento en la ciudad.
El director logra construir una atmósfera claustrofóbica y opresiva en una
situación novedosa. También que cambiara el clásico reparto del grupo de amigos
juveniles a una familia, lo que ofrece una nueva dinámica, acaso más
aterradora, porque no es lo mismo que intente matarte una amistad a que lo haga
tu propia madre.
Lo malo: Es, al fin y al
cabo, una película de Evil Dead, y la verdad es que la fórmula ha
logrado variar muy poco desde la visionaria entrega original. Desde un
principio se puede adivinar lo que sucederá, casi paso por paso. Todo tiene que
empezar con algún joven idiota despertando a los demonios, y este joven es
particularmente idiota, a un punto tan inverosímil que sólo se puede explicar
que así conviene a la trama.
Aun así me gustó más que la
entrega del 2013. Las obligatorias frases "utter dismemberment",
"sallow your soul" y "dead by dawn" no podían faltar y ya
sólo se extraña el cameo de Bruce Campbell como Ash (aunque luego supe que sí
se oye su voz en una grabación).
La actuación de Alyssa
Sutherland es ESPECTACULAR. Su interpretación de la madre poseída por demonios
está como para convertirse en un referente clásico en el cine de horror. Todo
el reparto lo hace muy bien, a decir verdad. La peli me dio unos buenos
sustos y me dejó bien tenso, así que cumplió su función. Con decirles que esa
noche ya no me quedaron ganas de bajar a lavar los platos de la cena…
Imagínense Evil Dead
si en vez de ocurrir toda en un lugar enclaustrado, los demonios siguieran a
sus víctimas a donde quiera que fueran, sembrando el horror en poblaciones
enteras. Imagínense The Happening si fuera una buena película. Y miren
que no quiero decir que esta cinta sea una versión de aquéllas; me las recordó,
pero es muy su propia cosa.
Este mundo lleva por lo menos
varias décadas sufriendo un problema de 'encarnados', demonios que poseen a
personas como si fueran capullos que les permitirán nacer en la Tierra. Los
demonios torturan física y psicológicamente a sus víctimas, y su presencia
lleva a personas y animales a comportarse de forma errática y violenta. Su
influencia se extiende como una infección y hay muy poco que la gente pueda
hacer para defenderse.
Nuestros protagonistas son
los machos latinoamericanos más machos y más latinoamericanos que puedan
ustedes imaginarse. Con ello quiero decir que son unos completos imbéciles que
no saben reaccionar más que con gritos y golpes, con violencia visceral y
descerebrada. A lo largo de toda la película vemos a las mujeres pedir,
instruir, suplicar y exigir a los machos latinoamericanos que, por lo que más
quieran, no sean unos idiotas, pero es que son demasiado machos y demasiado
latinoamericanos como para no hacer la cosa más estúpida posible a cada
momento. Es tremendamente frustrante y tremendamente realista.
Es una película estresante y
desgarradora, con unas escenas de violencia corporal tan bien logradas como los
momentos más atmosféricos y psicológicos. Emocionalmente agotadora, y lo digo
como elogio a su realizador. ¿El cine de terror latinoamericano está
experimentando una época dorada? No sé, no he visto lo suficiente, pero
parecería que sí.
El Exorcista se mezcla con Netowrk en una de las películas de terror más originales que he visto en los últimos años... Trata de un talk show de los 70 que, como está en declive, lleva a su productor y a su anfitrión a intentar trucos cada vez más sensacionalistas para atraer a la audiencia. Así, en la noche de Halloween de 1977, los invitados son un médium (claramente basado en Uri Geller), un mago dedicado a refutar afirmaciones sobrenaturales (claramente basado en James Randi), una niña que supuestamente sirve de enlace con un demonio y la parapsicóloga que la trata. Poco a poco, las cosas se van tornando más y más extrañas en esta transmisión en vivo.
Me encantó la película. El formato de found footage está algo gastado, pero aquí es usado con gran efectividad. De hecho, se inserta en la tradición de terror analógico, un movimiento artístico surgido en Internet, y que se basa a partes iguales en la nostalgia y el desconcierto que ocasionan en nosotros la vieja tecnología. No es casualidad la ambientación setentera, y no sólo porque sea la época dorada de los talk shows, sino porque corresponde con el inicio del pánico satánico, la paranoia por la creencia de que sectas satánicas se encontraban en todas partes, infiltrando la sociedad. Esto corresponde con -y bien podría ser una respuesta a- una mayor secularización de la cultura y el crecimiento del individualismo.
Quizá no es muy prudente hacer una cinta sobre élites de los medios de comunicación que tienen clubes secretos y pactos con entidades del averno en esta época de QAnon, en la que hay mucha gente que cree que de verdad eso sucede y que para combatirlo hay que volverse nazis. Pero hey, no podemos culpar a una sola película por este jaleo. Además, resulta que tanto el Bohemian Club y su bosque pagano existen en la vida real… En efecto, la peli está hecha con una gran atención al detalle, que se aprecia en todo, desde la época que recrea, pasando por las múltiples referencias al cine de entonces, hasta la mitología de sociedades ocultistas de nuestro mundo. Las actuaciones son excelentes, el guion me pareció espectacular, y la realización, impecable. Es un logro absoluto para una película independiente.
Eso sería todo por esta
ocasión. El próximo año espero traerles más recomendaciones. Mientras tanto,
¿ustedes qué dicen? ¿Han visto estas pelis? ¿Cuál les ha gustado más? ¿Hay
alguna otra que quisieran recomendar? Déjenme sus comentarios y que tengan una
feliz Temporada de Brujas.
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