La tierra del odio. Un ciclo de cine - Ego Sum Qui Sum

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PROFESOR MAIK CIVEIRA & LA ALIANZA FRIKI ANTIFASCISTA

viernes, 5 de agosto de 2022

La tierra del odio. Un ciclo de cine


En junio de 2022, miembros del grupo de ultraderecha Patriot Front fueron arrestados cuando pretendían atacar el desfile del Orgullo LGBTQ+ en Idaho. Patriot Front es sólo una de las muchas organizaciones extremistas que han surgido o crecido en los últimos años en Estados Unidos. Están también Oath Keepers, Proud Boys y Boogalo Bois, además de los tradicionales y añejos Ku Klux Klan y las diferentes organizaciones neonazis.

 

El fenómeno no es nuevo; de hecho, forma parte de la vida política de ese país desde hace mucho. Pero en los últimos años sólo se ha puesto peor y peor, mientras las ideologías extremistas se van normalizando en los medios de comunicación y hasta en la política. La elección de Donald Trump a la presidencia en 2016 disparó el número y la membresía de milicias de extrema derecha; los disturbios en el Capitolio en 2021 provocaron otra alza en sus filas. Los crímenes de odio contra asiáticos, judíos y hombres gay han aumentado en las grandes ciudades americanas en los últimos años. El himno nacional dice que Estados Unidos es la tierra de la libertad y el hogar del valiente, pero más bien parece que se ha convertido en la tierra del odio y el hogar del miedo.

 

Pero no quiero hablar solamente de noticias. A veces, la mejor forma de entender la realidad es a través de la ficción. Es por eso que hoy les traigo un ciclo de cine sobre las agrupaciones de odio en Estados Unidos. Son películas con las que podemos echar un vistazo a ese submundo de racismo, misoginia y homofobia; podremos empezar a entender qué es lo que creen y hasta qué punto lo creen; conoceremos qué clase de personas son las que reclutan y quiénes son sus líderes. Aquí hay cintas de suspenso y drama, con un toque de terror y humor negro.

 

Empecemos por el principio. Digo, en realidad no creo que tengan que ver estas películas en un orden específico, pero el siguiente es el que yo les recomiendo, pues creo que sería muy útil empezar por un documental que permitirá entender todas las otras ficciones con mayor facilidad. Por eso, la primera en nuestra lista es:

 

HATE RISING
(2016)
Dir: Catherine Tambini


Tras ser expulsado de una conferencia de prensa de Donald Trump, el prestigioso periodista mexicoamericano Jorge Ramos se decidió a investigar el crecimiento de los grupos extremistas en Estados Unidos. El resultado es este perturbador documental que sigue a Ramos mientras hace un recorrido por los espacios del odio creciente en el país. Desde el Ku Klux Klan y grupos neonazis hasta la “alt-right”, la derecha alternativa que, sin reivindicar los símbolos clásicos del fascismo, utiliza eufemismos y códigos para promover sus mismos valores en una nueva apariencia de respetabilidad.

 

Ramos entrevista y atestigua los discursos y rituales de odio de los blancos supremacistas y fanáticos nacionalistas. En un revelador intercambio, Ramos pregunta a un líder del KKK “¿es usted racista?”, y él responde tranquilamente “No”. Y eso es lo que más desconcierta: éstas son las personas más racistas del mundo y ni ellas se consideran así; creen que sus ideas son “la verdad” o “el sentido común”. Y es justo así como si difunden.

 

El periodista nos muestra cómo, en los años anteriores al ascenso de Trump, en gran parte con ayuda de las redes sociales, la radicalización y la pertenencia a grupos extremistas se ha disparado. Al mismo tiempo, nos enseña cómo la campaña de Trump (todavía no ganaba la elección cuando se hizo el documental), hizo mucho daño al normalizar las actitudes racistas y xenófobas, que pasaron a formar parte del debate público cuando deberían haber sido descartadas y sus proponentes desterrados de la sociedad decente.

 

Es un documental que necesita ser visto. Es ameno y breve, pero contundente. Un dato descorazonador: cuando acababa de salir, en el sitio IMBD tenía una sola reseña, en la que el usuario (de Texas) se quejaba de la parcialidad del documental pues, según él, sólo trataba del racismo de los blancos y parecía olvidar que a Obama lo eligieron “sólo porque es negro”. A veces los comentarios a un documental son argumento a favor de la importancia del documental mismo…


 

AMERICAN HISTORY X
(1998)
Dir: Tony Kaye
Con: Edward Norton, Edward Furlong, Guy Torry y Fairuza Balk


Ésta es probablemente la referencia fílmica más conocida en cuanto a estos temas. Cuenta la historia de Derek Vinyard (Norton), un joven que se radicaliza y se une a la banda neonazi Discípulos de Cristo. La película nos muestra cómo la ideología del odio racial lo convierte en un delincuente y un asesino, que arruina las vidas no sólo de sus víctimas, sino de sus propios seres queridos y perpetúa un ciclo de violencia que corroe a la sociedad. Pero es también una historia de redención, aunque a un costo muy alto. Un duro retrato de la sociedad estadounidense que cimbró a las conciencias a finales del siglo pasado y le ganó muy merecidas alabanzas a Edward Norton.

 

Aspectos de la peli a tener en cuenta: La forma en la que pasamos del racismo “casual” del padre de Derek, quien sólo se quejaba de la “inclusión forzada” en el cuerpo de bomberos, al racismo extremo del propio Derek. La forma en la que los grupos de odio reclutan jóvenes desorientados y que han sufrido alguna pérdida. El hecho de que, con todo y haber cometido un asesinato motivado por el odio, el protagonista sólo obtiene una condena de prisión de tres años.

 

También: La falta de verdadera solidaridad entre los neonazis, que abandonan al camarada en prisión, pero no dejan de ejercer terribles venganzas sobre traiciones percibidas. La complicidad de los guardias de prisión con los grupos neonazis encerrados. La división jerárquica del movimiento supremacista entre esbirros que se portan como pandilleros y una élite intelectual que los usa como carne de cañón. Pero, a su vez: Que el conocer y empatizar con alguien “del otro bando”, y descubrir que no son esa amenaza para la raza y la patria que pintan los fundamentalistas, ha sido una puerta de salida para personas radicalizadas. Por último: La importancia de la educación y en particular del estudio de la historia para reformar a una comunidad.


 

IMPERIUM
(2016)
Dir: Daniel Ragussis
Con: Daniel Radcliffe, Toni Collette, Tracy Letts y Sam Trammell


Si Historia americana X es la clásica precursora a la que hay que volver, las siguientes películas de la lista nos hablan de nuestros propios tiempos, pues ya todas fueron producidas alrededor de la era Trump y del crecimiento del neofascismo. Así llega esta joyita, una cinta increíblemente relevante para nuestros días, que ya el año de la elección nos estaba advirtiendo de lo que vemos hoy en todas partes. El argumento es de Michael German, exagente del FBI, quien se inspiró en sus vivencias e investigaciones para traernos esta historia.

 

Radcliffe interpreta a Nate Foster, un joven e idealista agente del FBI que es reclutado para una misión de encubierto entre supremacistas blancos, tras la pista de material radiactivo que podría ser utilizado para organizar un atentado terrorista. Todo el FBI cree que la culpa los ladrones del material deben ser fundamentalistas islámicos, y sólo la superiora de Foster, la agente Angela Zamparo (Collette) sospecha de los extremistas de derechas. Esto es muy real: el Departamento de Seguridad Nacional reportó que los supremacistas blancos son una mayor amenaza terrorista que cualquier otro, pero en el discurso político se siguen insistiendo en la “amenaza islámica”.

 

Como thriller policiaco, es estupendo. La tensión está en la pantalla en todo momento y el espectador va siguiendo al protagonista que debe resolver un misterio a contrarreloj, en el más hostil de los ambientes. Pero como film político es aún mejor. Nos muestra un retrato de la extrema derecha estadounidense, desde los pandilleros neonazis y las celebridades conspiranoicas de Internet, hasta los supremacistas blancos de buena educación que parecen el más amable de tus vecinos.

 

Mientras nos sumerge por la monstruosidad de las ideas y creencias de estos individuos, la película se preocupa también por humanizarlos. Muchos de ellos son simplemente perdedores que alimentan fantasías de grandeza, personas llenas de miedos irracionales e inadaptados que no encontraron otro grupo que los acogiera. Pero entre ellos, están los asesinos de sangre fría que esperan la oportunidad de iniciar una guerra racial.


Además, esto es básicamente “Harry Potter y los neonazis de Virgina". ¿Cómo no la van a querer ver?

  

BLACKKKLANSMAN
(2018)
Dir: Spike Lee
Con: John David Washington, Adam Driver, Laura Harrier y Topher Grace


Viajemos ahora al pasado, a la década de 1970. Basada en hechos reales, la peli trata de Ron Stallworth (Washington) un detective de policía negro que se “infiltra” en el Ku Klux Klan. Bueno, en realidad, se trata de dos agentes, pues quien da la cara ante el Klan es un policía judío, Phillip Zimmerman (Driver) mientras que el otro coordina la operación y personifica a un fanático supremacista en conversaciones telefónicas. Estos dos agentes, el tipo de personas que el Klan estaría feliz de exterminar, toman la iniciativa de investigarlo por cuenta propia, pues sus autoridades no lo estaban haciendo.

 

La película es excelente como thriller policiaco con ciertas dosis de humor negro, y cuenta con un reparto inmejorable. Además, los diálogos son magníficos. Al mismo tiempo, nos muestra un retrato del sur de los Estados Unidos en tiempos en los que la segregación no había sido vencida del todo. Así, como cinta de crimen y suspenso funciona también como testimonio histórico, aunque, como es de esperarse, el director Spike Lee se toma algunas libertades con fines dramáticos.

 

Pero no se trata sólo de contar una historia de hace 50 años, sino de mostrar su relevancia en la actualidad. A lo largo de toda la cinta, Spike Lee traza paralelismos entre el discurso racista entonces y el actual, que ha sido fomentado desde la Casa Blanca. Desde el negacionismo del Holocausto y la conspiranoia que atribuye el movimiento por los derechos civiles a un complot comunista, hasta la violencia justificada en nombre de “la sangre y la tierra”, esta peli nos muestra cómo el monstruo del odio y la intolerancia podrá cambiar de hábito, pero sigue siendo el mismo. Tan es así que David Duke, el joven líder del Klan interpretado por Topher Grace, respaldó la campaña de Trump en 2016.

 

GREEN ROOM
(2016)
Dir: Jeremy Saulnier
Con: Anton Yelchin, Imogen Poots y Patrick Stewart


Terminamos con una peli que salió antes que las últimas dos mencionadas, porque me pareció ideal para cerrar este ciclo de cine en una nota menos deprimente. Éste es uno de los mejores thrillers que he visto en la última década, parte de la nueva oleada de cine de terror con temas psicológicos y sociales.

 

La peli sigue a Pat (Yelchin) y a su banda Ain't Rights, unos punketos medio fracasados que aceptan tocar en un bar de mala muerte en medio de la América rural, pero que resulta ser el centro de reunión de una pandilla de neonazis. Al principio parece que la película va a ser la típica historia de adolescentes odiosos que en su road trip caen en las garras de horribles hillbillies caníbales, con la diferencia de que, en vez de tratarse de la familia de Leatherface, los monstruos son los peores villanos de la vida real: derechistas. La trama es más complicada de que la parece a simple vista y a cada momento nos va entregando giros y sorpresas. Al mismo tiempo mantiene un nivel de tensión que te hace querer gritar.

 

Obviamente los neonazis son aterradores, pero no tanto por los matones rapados y tatuados, sino por su líder, Darcy Banker, interpretado por el enorme Patrick Stewart, un tipo frío y siniestro que mantiene al grupo sujeto con puño de hierro y conoce todos los agujeros legales por los cuales puede colarse para llevar a cabo sus acciones perversas. Que es de lo más revelador de ésta y las otras cintas: no son los pandilleros bravucones y oligofrénicos lo más peligroso, sino quienes mueven los hilos detrás de la operación, hombres astutos y articulados que saben de leyes y estrategias.

 

No podía faltar, en una película así, un espectáculo multihomicida, en el cual podemos tener el gusto de ver a neonazis ser despanzurrados, lo cual siempre es satisfactorio. Como pilón, ésta fue una de las últimas películas de Anton Yelchin, un joven actor que tenía un prometedor futuro, que le fue arrebatado prematuramente por un absurdo y trágico accidente.

 

ESO NO ES TODO…

 

La misión didáctica de este profe antifacista estaría incompleta si no hiciera algunas aclaraciones importantes para tener en cuenta al ver estas pelis. A pesar de sus buenas intenciones al denunciar y exponer a los grupos extremistas de odio y de ser excelentes puntos de partida para empezar a comprender el asunto, en realidad tienen algunos problemas que las dejan incompletas.

 

Por ejemplo, vean que todas ellas, salvo la dirigida por Spike Lee (que es negro), están protagonizadas por blancos. Ya sea blancos racistas que aprenden que el racismo está mal, o blancos buenos que quieren salvar a las minorías de los blancos malos. Pero quienes más sufren y resisten el embate de los grupos neonazis son precisamente esas minorías, que no son víctimas pasivas, sino que se enfrentan activamente a ellos, la mayor parte de las veces sin ayuda de las fuerzas policiacas y sin el apoyo de las mayorías blancas. Hacen falta narrativas sobre estos temas desde el punto de vista de los grupos minoritarios.

 

La otra cosa: en dos de estas cintas las fuerzas de la ley son presentadas como inequívocamente benévolas, salvo uno que otro policía corrupto o prejuicioso. En realidad, la policía opera en muchas ocasiones en complicidad con las milicias de extrema derecha y muchos oficiales pertenecen a éstas. Quienes luchan contra las organizaciones neofascistas saben que casi nunca pueden contar con la policía. El detective Stallworth, por ejemplo, no sólo ayudó a desmantelar a un capítulo del Klan, sino que estuvo infiltrado en movimientos por los derechos civiles (que siempre han estado bajo la mirada de la policía), traicionando así a su propia gente.

 

Por último, algo en lo que a menudo fallan estas películas es en mostrar la relación entre el extremismo y la ideología dominante de los Estados Unidos, la que la gente común y corriente sigue sin pensar mucho en ella, considerándola "lo normal" o "el sentido común". Es decir, estas cintas parecen mostrarnos a los grupos de odio como aberraciones, monstruosidades de la sociedad, cuando en realidad emergen en un país fundado sobre la base del supremacismo blanco (recuerden la esclavitud de los negros y el exterminio de los indios), y que todavía se sostiene en el racismo sistémico manifiesto de diferentes formas en sus leyes y su cultura. Así, se corre el peligro de que la gente blanca vea estas películas y piense “ay, qué bárbaros, qué malos que son” y se sienta bien consigo misma sin analizar los propios prejuicios interiorizados que pueda estar perpetuando.

 

Teniendo lo anterior en cuenta, creo que se le podrá sacar más provecho a estas películas, un recorrido que se vuelve hoy muy necesario cuando esos virus provenientes del norte también han infectado nuestras sociedades.


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