¡Epa! Seguro que antes querrás leer la primera parte, en la que analizo la saga de los Hombres-X en la década de los dosmiles.
X-Men: First Class (2011)
Dir: Matthew Vaughn
Las dos películas anteriores parecían haber
enterrado la saga para siempre. Pero esta cinta trajo la frescura que tanto se
necesitaba. En su momento quizá no me impresionó tanto pero, después de haberla
revisitado y, sobre todo, viéndola en contraste con todas las demás, me parece
que fue la mejor en su momento; sí, incluso por encima de las dos primeras, a
las que tengo mucho cariño.
La película logró un milagro por segunda vez: hacer
un casting perfecto para dos personajes que ya tenían un casting perfecto.
James McAvoy y Michael Fassbender son tan buenos como Patrick Stewart y sir Ian
McKellen en los roles de Charles y Erik. No sólo tienen mucha química, sino que
la exploración de lo que los pone en lugares opuestos del espectro es brillante,
lo que hace cuanto más trágico su desenlace.
Si el Xavier de Stewart tiene un aire de padre
sabio y benévolo, el nuevo Charles de Mcavoy es medio patán. Tiene y ha tenido
una vida privilegiada, y al mismo tiempo una necesidad de reconocimiento y admiración.
De ahí su actitud opresiva respecto a Raven, a quien obliga a estar en
camuflaje todo el tiempo. Para Charles es más importante ser aceptado por la
gente normal que procurar que los demás mutantes se acepten a sí mismos.
Pero ¿por qué? ¿Por qué tendrían los mutantes que
esforzarse a seguir los patrones de la “normalidad”, incluso estando entre los
de su tipo? ¿No es un poco como el gay heteronormado a quien le molesta que los
demás sean demasiado “locas”? Con total desconsideración Charles “saca del
clóset” a Hank. Para la comunidad gay, eso es una violación grave a la
privacidad de una persona, pues la pone en peligro. Pero el joven Xavier, desde
su posición de privilegio, no piensa en esas cosas.
Erik, en cambio, ha tenido una vida dura y solitaria.
Conoció, y no es exageración, la peor cara de la humanidad e hizo de la
venganza la fuerza motora de su vida. No encontró a otro como él sino hasta
pasada la treintena. Eso sí, ver a Magneto matando nazis es increíblemente
satisfactorio. Uno de los mejores diálogos de toda la saga se da en esta cinta:
C: Te lo digo, Erik. Esto es el inicio de
algo increíble. Podemos ayudarlos.
E: ¿Podemos? Identificación. Es así como
inicia. Termina con ellos rodeándonos, experimentando con nosotros, eliminándonos.
C: No esta vez. Tenemos enemigos en común.
Los rusos, Shaw… Nos necesitan.
E: Por ahora.
En la trilogía original el dilema moral está muy
claro: los Hombres-X son los buenos y Magneto, si bien puede tener algunos
puntos comprensibles a su favor, es el malo. Aquí, es más difícil hacer juicios
tan contundentes. Los soldados rusos y gringos sí estaban tratando de matar a
los mutantes, ¿por qué no era legítimo que Magneto le devolviera los balazos?
La observación de Charles, “sólo estaban siguiendo órdenes”, es ofensiva para
alguien que vio a su pueblo morir a manos de los que sólo estaban siguiendo
órdenes.
Éste fue el inicio de una breve, pero muy buena racha para los Hombres-X. Hay que agradecer por esta película.
The Wolverine (2013)
Es una mucho mejor película que las dos anteriores
apariciones del personaje. Mejor actuada, mejor dirigida, con un enfoque más
adulto y realista. También es aburridona. Tiene un montón de personajes que no
podrían interesarme en lo más mínimo y una trama dinástica cuyos enredos no
vale la pena seguir.
Hay un par de cosas que me gustan, además de las
secuencias de acción bastante decentes y bien montadas. Una es la escena
poscréditos, que realmente no tiene nada que ver con la película, pero que plantea
el escenario de Days of Future Past.
La otra es que por primera vez vemos a un Logan madreado
por la vida y miserable tras la muerte de Jean. Fue una gran decisión incluir a
Famke Janssen como Jean en los sueños/alucinaciones de nuestro héroe. Hugh
Jackman se avienta la mejor interpretación que había hecho de su icónico
personaje hasta el momento. Por otro lado, conocer ese dolor tan profundo
permite apreciar mejor tanto el final feliz de Days of Future Past, como
el desenlace trágico de Logan.
Además, ésta fue la primera
experiencia del director James Mangold con el personaje, que nos llevaría a
nuevas alturas pocos años después.
X-Men: Days of Future Past (2014)
Cómo pinches amo esta película. Sé que
probablemente no sea la mejor, pero es mi favorita de la saga. No está tan bien
armada como First Class, y comete una enorme falta de respeto hacia los
fans al matar fuera de cámara a la mayoría de los personajes establecidos en
aquélla.
Wolverine obtiene un papel protagónico, pero en
realidad no hace gran cosa más que andar de aquí para allá, y ni siquiera
tenemos la oportunidad de verlo pelear contra Magneto sin la desventaja de un
esqueleto metálico. Y no podemos olvidar la estupidez de “reclutemos a
Quicksilver para que nos ayude a rescatar a Magneto” en vez de “reclutemos a
Quicksilver para que nos ayude a detener a Trask y que chingue su culo
Magneto”.
Pero esta película es maravillosa. Siento que no
puedo tanto hacer un análisis como enlistar sus grandezas. Reúne el reparto de
dos diferentes series y además se las arregla para introducir personajes
nuevos. Nos da el inmenso gusto de ver a Wolverine interactuar con los jóvenes
Charles y Erik, y ayudarlos a desarrollarse como individuos. Hace una
adaptación decentemente fiel de una de las narraciones más clásicas de las
historietas.
Logra interesarnos en dos dramas paralelos que
ocurren simultáneamente en dos épocas distintas (tan paradójico como suena), y consigue
que en ciertos momentos nos tengan comiéndonos las uñas, suspirando o de plano
gritando y aplaudiendo. Provee una cantidad equilibrada de acción, desarrollo
de personajes, exploración de conflictos y fanservice. Por cierto, les
recomiendo enfáticamente la versión extendida, conocida como The Rogue Cut.
Nos da algunos momentos enormemente emotivos, como cuando
los viejos Erik y Charles se toman de la mano y lamentan haber perdido tanto
tiempo peleando. O ése en el que el Charles el joven habla con su contraparte
del futuro:
C del pasado: Así que esto es lo que ha sido
de nosotros. Erik tenía razón: la humanidad nos hace esto.
C del futuro: No, si les mostramos un mejor
camino.
Cp: ¿Aún crees en eso?
Cf: No porque alguien se tropiece y se
extravíe del camino, significa que está perdido para siempre. Todos necesitamos
un poco de ayuda en ocasiones.
Cp: No soy el hombre que era. Abrí mi mente
y casi acaba conmigo.
Cf: Tienes miedo y Cerebro lo sabe.
Cp: Todas esas voces… ¡Tanto dolor!
Cf: No es a su dolor a lo que temes, sino al
tuyo. Y por más asustado que estés, ese dolor te hará más fuerte. Si te
permites sentirlo, si lo aceptas, te hará más poderoso de lo que jamás has imaginado.
Es el don más grande que poseemos: soportar el dolor sin derrumbarnos. Y surge
del más humano de los poderes: la esperanza. Por favor, Charles, necesitamos
que recuperes la esperanza.
Entre First Class y Future Past vemos
tres arcos de personajes completos. Charles pasa de ser un joven arrogante y
despreocupado; sufre pérdidas y se convierte en un hombre roto y sin esperanza;
reencuentra su misión de la vida y retoma el camino para convertirse en el
sabio Profesor X que conocemos. Raven pasa de ser una chica temerosa, sometida
a los deseos de su hermano mayor, se convierte en una mujer fuerte e
independiente que se las arregla sola, y en un momento crucial toma una
decisión que la pone en un camino distinto; el viaje en el tiempo impedirá que
se convierta en la asesina desalmada que conocimos. Erik se debate entre la
compasión y la venganza y entendemos por qué al final escogerá, para siempre,
la segunda.
Future Past es el Avengers de X-Men:
una cinta en la que confluyen las diversas narrativas y personajes presentados
hasta ahora, en la que por fin podemos ver una historia fantástica y alocada al
nivel de los cómics, pero profundamente humana, como es la tradición de Marvel.
Es el final perfecto para la saga. Pero, a diferencia de lo que pasó con el
MCU, la serie de los Hombres-X no pudo superar esta cima. Después ya nada más
se iría hacia abajo.
X-Men: Apocalypse (2016)
Qué flojera de película. Apocalypse, que es como el
Darkseid o el Thanos de los X-Men, está reducido a un villano de capítulo
semanal de los Power Rangers. Oscar Isaac es un buen actor, pero el papel debía
ser para el tipo “alto, rudo y silencioso”, al estilo Jason Momoa, y eso sólo
porque no quisieron usar CGI. Vamos, que hay cosplayers que se veían
mejor que ese adefesio que hicieron para la película.
Creo que podemos decir con certeza que para este
punto que la saga ya se había agotado. Los conflictos son los mismos. Otra vez
Magneto se debate entre ser bueno o ser malo (y al final decide ser bueno, por
rutina). Otra vez tenemos como villano a un supremacista mutante que quiere
barrer al mundo.
Ugh |
Su plan ni siquiera tiene sentido; en un momento Apocalypse
hackea la mente de Charles y entonces pudo haberla usado para matar a todos los
humanos, como X2 ya nos había demostrado que era posible. En vez de eso
hizo lanzar todos los misiles nucleares del mundo… hacia el espacio, en vez de
usarlos contra la humanidad como iba a hacerlo Shaw en First Class. Se
ve que los escritores no estaban pensándole mucho.
Con respecto a los otros personajes, sólo podemos
lamentarnos de que los introduzcan si darles la oportunidad de desarrollarse,
especialmente Psylocke, a quien muchos fans estábamos esperando, y quien ni
siquiera aparece en la siguiente. Bueno, por lo menos tiene esa genial secuencia con Quicksilver y otras bastante guapas.
Fox hace todo lo posible por poner a la Mystique de
Jennifer Lawrence en un papel central, incluso cuando se nota a leguas que la
actriz ya no quiere hacer estas películas. Odiaba ponerse el maquillaje azul,
así que dejaron a su personaje en su look de rubia guapa, aunque ello
fuera en contra de su esencia como mutante orgullosa: “no debería tener que
esconder quién soy”. Rebecca Romijn fue más profesional que usted, señorita
Lawrence.
Logan (2017)
De vez en cuando, casi cada década, aparece una
película de superhéroes que marca un nuevo estándar, que le dice a un público
sorprendido “Ah, no creías que podíamos hacer esto, ¿verdad?”. Logan es
una de ellas.
¿Qué puedo decir de este triste y hermoso filme?
Hay muy poco que pueda añadir al análisis
que hice cuando salió, excepto decir que me ha parecido mejor y mejor con
el paso del tiempo. Es una deconstrucción del género superheroico, al cual
desromantiza y reinterpreta en el contexto de una realidad cruda y violenta. Es
también un comentario social sobre el creciente poder de las corporaciones y su
capacidad para corromper gobiernos e influir en la vida de las personas comunes.
Es, por último, una historia que reflexiona sobre
la dureza del tiempo y la inevitabilidad de la muerte. Logan, con todo y ser un
mutante, se enfrenta a los mismos problemas que muchos adultos cuando rondan
los 50 o 60 años, incluyendo el declive en su salud y dos responsabilidades
harto onerosas: el tenerse que encargar de un padre enfermo que no deja de
reclamarle sus fracasos, y el comprender que tiene una hija a la que le debe
protección y guía.
No puedo hacer suficiente énfasis en las excelentes
actuaciones de nuestros tres protagonistas. Patrick Stewart como Charles y Hugh
Jackman como Logan hacen las interpretaciones de sus respectivos personajes, lo
cual no es poco decir, porque ya se habían lucido mucho. La jovencísima Dafne
Keen, en el papel de Laura ‘X-23’, es un prodigio.
Ésta es, sin duda, la mejor película de la saga, y
una de las mejores cintas de superhéroes que se han hecho jamás. Maldición, hasta sólo ver el tráiler me hace llorar.
X-Men: Dark Phoenix (2019)
Como dije en
mi reseña, esta película es ofensivamente mediocre. La primera mitad es
lenta y se siente como que van a repetir The Last Stand. De hecho,
resulta que el director es el mismo guionista de aquella, que quería una
segunda oportunidad. Pues le salió muy mal.
Por fortuna, la segunda mitad da algunos giros
interesantes y la peli se hace algo más divertida. Plantea escenarios
novedosos, como que el equipo sea popular y considerado como superheroico, o
que Magneto viva tranquilo en una comuna hippie sin molestar a nadie. También
está chido que por primera vez en siete películas el villano no sea un
supremacista mutante ni un humano con intenciones genocidas. Por lo demás, la
cinta se desarrolla entre clichés ya vistos mil veces.
Despotrique ñoño: Estos eran los trajes que presentaron al final de Apocalypse y homenajean los diseños clásicos del cómic. ¿Por qué coño no los usaron en Dark Phoenix? |
El salto de una década entre First Class y Future
Past está justificado; además, ambas películas aprovechan el contexto
histórico como parte de la trama. Pero la decisión de seguir saltando diez años
entre cada película se volvió ridícula; los personajes no envejecen de forma
correspondiente, la época en la que se desarrolla la peli no afecta para nada
al argumento y todo esto sólo añade más errores de continuidad. Mínimo le
hubieran puesto a Magneto el cabello ccano y ligeramente largo, para que se
pareciera más al de los cómics.
Respecto errores de continuidad, no me refiero ni
siquiera a nitpicking mamalón, sino a cuestiones que rompen la narrativa
de la saga como tal. Uno puede perdonar que First Class contradiga a
las películas anteriores con datos como la edad que tenían Erik y Charles al
momento de conocerse, o el año y circunstancias en las que Charles quedó
paralítico. Es que son dos datos que era necesario cambiar para contarnos una
nueva historia que al final valió la pena. Pero ni que Dark Phoenix o Apocalypse
estuviera tan chingona como para justificar la falta de respeto que Fox ha
demostrado por su público, al no importarle la continuidad en lo absoluto.
Me he estado haciendo esta chaqueta mental desde
que la vi: ¿qué tal si la trama hubiera sido más o menos igual, pero encaminada
a redondear la saga completa? En Future Past Charles leyó la mente de Logan,
¿recuerdan? Bien, pues supongamos que vio lo que iba a pasar con Jean Grey con
la fuerza Fénix, y desde entonces había estado, sin decirle a nadie, tratando
de prevenir ese futuro. De pronto, la crisis ocurre muchos años antes de lo
esperado (resultado de los viajes en el tiempo), con una Jean adolescente. En
algún punto de la película, los demás le reclamarían a Xavier, una vez más, sus
errores y su arrogancia al pretender controlarlo todo.
De repente aparece ¡Jean adulta! Femke Janssen se
aproxima a Jean y comienza a manipularla, haciéndole creer que quiere ayudarla
a liberar sus poderes, pero en realidad pretende desatar la furia del Fénix. Al
principio, como público, no sabríamos qué está pasando, no sabríamos si de
verdad es la Jean del futuro o una alucinación de la joven mutante que está
volviéndose loca.
Sólo ya avanzada la cinta sabríamos que se trata de
un ser desconocido con capacidad de cambiar de forma y resistir ataques
telepáticos, miembro de una raza que ha llegado a la Tierra después de que los
eventos de Apocalypse llamaran su atención. Esto podría hasta añadir elementos
de horror cósmico, dejando en la incógnita detalles sobre estos nuevos
enemigos, lo cual iría de acuerdo con el tono darks que querían darle a
la cinta.
Les dejo a ustedes imaginar cómo se resolvería el
conflicto, pero les puedo visualizar una escena en la que Jean parece haberse
desintegrado en una nube de fuego para destruir a sus enemigos, y cuando todos
creen que está muerta, partículas cenicientas comienzan a girar en el aire en torno
a un centro, y entonces, de una llamarada sobrecogedora, surge Jean como Fénix,
teniendo total control de sus poderes, en una escena que homenajeara el cómic
original.
Raven tampoco estiraría la pata, sino que quedaría
gravemente herida y en coma durante la cinta (concesión a Jennifer Lawrence,
que se ve que está harte de hacer esto). Peter por fin le diría a Erik que es
su es su hijo, cambiando para siempre el destino de Magneto. Al final, Charles
no se retiraría, sino que se tomaría un par de años sabáticos, conduciéndonos a
la escena tipo Dark Knight Rises en la que juega ajedrez y toma vino con
Erik.
Un epílogo postcréditos nos llevaría al Instituto
Xavier como lo vimos al final de Days of the Future Past, revelándonos a
la verdadera Jean adulta, en control de sus poderes, muy feliz con Scott, y a
otros de los personajes, en sus versiones mayores, pasándola bien. Fin.
Ya me hice una película mejor en mi mente. La
disfrutaré en momentos de aburrimiento, como juntas de trabajo o regaños
maritales.
Conclusiones
La saga de los Hombres-X tuvo grandes aciertos y
grandes fracasos. Entre estos últimos está el no haber podido construir una
narrativa central coherente que unificara todos sus episodios. En vez de eso,
fue improvisando sobre la marcha, con cada capítulo nuevo. Hizo falta una guía
que conjugara la multitud de voluntades y visiones diversas de cada equipo
creativo. La comparación con Marvel, a quien parecía querer imitar en cierto
punto, es inevitable, y resulta desafortunada para X-Men.
Otro de sus problemas, que no envejecerá muy bien,
son algunos hechos que socavan su mensaje a favor de la diversidad y la
tolerancia. Es que tener como protagonistas a un montón de chicos blancos,
heteros y bonitos no ayuda a subrayar la idea. La mutación ha sido leída, según
sea el caso, como metáfora de la raza, la homosexualidad o las discapacidades,
pero muy pocos de los personajes principales han sido de minorías raciales y
ningún personaje ha sido abiertamente gay (Deadpool se cuece aparte).
Eso no se lo critico a las primeras dos
películas: Magneto es un judío sobreviviente del Holocausto (interpretado por
un gran actor gay); Mystique y Nightcrawler tienen apariencias no normativas; Storm
es negra; el Profesor X está en silla de ruedas, y podríamos argumentar que las
condiciones de Rogue y Cyclops son formas de discapacidad. Todo ello era bastante
atrevido y revolucionario para principios de los dosmiles. Tampoco olvidemos
que una de las mejores secuencias de acción de la segunda película incluye al
héroe acuchillando a agentes del gobierno de los Estados Unidos, algo
subversivo para un mundo post 9/11.
Esto se pierde un poco en The Last Stand en
2006, con los mutantes malos que son feos y de pieles oscuras, y los héroes
pelean junto a las fuerzas armadas en contra de ellos. Para 2011, año en que
apareció First Class, era ya ridículo que todos siguieran siendo niños
bonitos, blancos y heteros. Sólo Bestia y Mystique podían temer a la
discriminación por su aspecto, y ella pasa la mayor parte del tiempo como la
bellísima Jennifer Lawrence. Esto no sería tan frustrante si no fuera porque,
de los dos únicos miembros de color en el equipo de los X-Men, Darwin muere sin
siquiera entrar en acción, y Angel Salvadore se une a los villanos.
Eso no es un problema en sí mismo, puesto que no
creo que las obras de arte o entretenimiento tengan la obligación moral de ser
representativas ni incluyentes. Cada quien debe ser libre de crear como le
plazca y cada quien puede escoger las obras creativas que se acomoden con sus
gustos y valores. Pero esto sí que contradice el mensaje principal de una saga
sobre unos personajes que son muy importantes para muchas personas en todo el
mundo, en especial conforme la década de los dosmildieces iba avanzando y la lucha
por la inclusión estaba cada vez más presente en los medios y el debate
público. Como serie, perdió la oportunidad de ser la primera en tener protagonistas
queer, mujeres y personas racializadas en la pantalla grande, una
primicia que debía haber sido de X-Men más que de ninguna otra.
Por último, no podemos dejar de dirigirnos al
elefante en la habitación: dos de los realizadores más involucrados en esta
saga, Byran Singer y Brett Ratner, han sido denunciados como depredadores
sexuales. Singer ha sido acusado de abusar de muchachitos adolescentes,
mientras que Ratner tiene una larga trayectoria acosando mujeres en el set.
Estos son hechos ajenos a la obra en sí, pero, así como muchos podemos
disfrutar de las películas a pesar de ellos, muchas personas preferirían no
hacerlo. De cualquier forma, terminan manchando la serie e interfiriendo con
los valores que pretende transmitir.
Es una lástima que una serie tan fundamental en la
creación de la cultura pop del siglo XXI haya tenido una trayectoria tan
errática y un final tan decepcionante. Es una ventaja que podamos quedarnos con
sólo lo mejor e ignorar todo lo demás. Por ese lado, tenemos los grandes
triunfos de la saga, muchos de los cuales ya detallé al hablar de cada filme.
Nos ha dado no sólo algunas de las mejores obras del género, sino que en dos
ocasiones distintas (con X-Men en 2000 y Logan en 2017), ha
establecido nuevos estándares de lo que puede llegar a ser este tipo de cine.
Nos dejó personajes memorables, castings perfectos que difícilmente serán
sustituidos en un futuro, y muchos momentos emocionantes y hermosos. Realmente
amo estas pelis y disfruté mucho pasar el verano de 2019 revisitándolas.
Creo que, deberíamos armamos un ciclo de cine así:
1.- X-Men
2.- X-Men 2
3.- The Last Stand
4.- First Class
5.- Days of Future Past
De esta manera tenemos una pentalogía redondita y conclusiva, con
un capítulo central malosón, pero entre cuatro entregas excelentes y con un
buen final. Incluso le podemos añadir The Wolverine entre las número 3 y
4, pues ciertamente no aporta mucho, pero tampoco le quita nada. Logan,
la mejor película de la franquicia, queda como un spin-off en una línea
temporal alterna. Así es como yo vería la saga en el futuro, y es como se la
presentaría a alguien nuevo. Todo lo demás sale sobrando.
El discurso central de X-Men, a favor de la inclusión
y la diversidad, en denuncia a la intolerancia y el supremacismo, es incluso más
necesario hoy que a principios del siglo. Los adolescentes de ésta y todas las
generaciones, en especial los que son queer o minorías raciales o simplemente
se sienten fuera de lugar, necesitan escuchar ese mensaje: lo que te hace
diferente, que hace que los demás te miren con suspicacia, no es una maldición,
sino que puede ser tu fortaleza; no tienes nada que te puedan curar, pues eso
mismo forma parte de la persona que eres y de lo maravillosa que puedes ser. Aquello
que te hace distinto, en realidad te vuelve INSÓLITO.
Como pilón, les dejo esta maravilla:
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