La saga de Deadpool es una franquicia
cinematográfica basada en el popular personaje de Marvel Comics creado
por Rob Liefeld y Fabian Nicienza. La serie fílmica inició en 2016 con
la primera entrega titulada simplemente Deadpool, a la que siguió Deadpool
2 en 2018, ambas producidas por 20th Century Fox, y Deadpool
& Wolverine este 2024, ahora producida por Marvel Studios.
Todas están protagonizadas por el actor Ryan Reynolds como el antihéroe
epónimo. Reynolds había interpretado una versión del personaje en X-Men
Origins: Wolverine, de 2009, donde compartió créditos con Hugh Jackman,
quien regresa ahora al papel de Wolverine.
En el siguiente ensayo científico haremos un estudio
exhaustivo de las implicaciones psicológicas, sociológicas, antropológicas,
políticas, éticas y metafísicas de la saga de Deadpool… Nah, estoy
bromeando, no hay nada de eso. Las películas de Deadpool son bien
tontorronas y no tienen mucha profundidad. Pero hey, eso no significa que no
podamos echar choros mamalones sobre… Bueno, sobre lo que sea que podamos decir
de todo esto. Vienen spoilers para TODO.
Empecemos por el principio con una confesión: nunca he
sido fan de Deadpool. Nunca he leído sus cómics; es más, creo que nunca he
leído un cómic en el que haya salido. No vi la primera película en el cine; y
cuando finalmente lo hice me pareció nomás chistosa. La segunda no la vi sino
hasta hace poco, como preparación para la tercera, y esta última sólo tenía
ganas de verla porque era claro que formaría una parte importante de la nueva Saga
del Multiverso de Marvel.
Creo que en general las primeras dos películas son muy
divertidas y nada más. Sinceramente no es mi estilo de humor, y no lo digo
por la crueldad, sino por, a falta de un mejor nombre, la vulgaridad. No es el
humor más ingenioso, y por el contrario, muchas veces es el más obvio y fácil.
Dada cada situación, no es muy difícil adivinar qué tipo de broma va hacer
nuestro protagonista.
En cuanto a los momentos en los que rompe la cuarta pared,
sí, son simpáticos, pero tampoco se aprovechan para hacer observaciones
particularmente agudas. En realidad, Deadpool suele decir las mismas cosas que
dice todo el mundo: Wolverine y Green Lantern son basura, la
continuidad temporal en la saga de X-Men es confusa, Warner Bros. no
trató bien a Henry Cavill, el MCU ha estado en una larga mala racha desde Endgame…
Sólo repite las opiniones más básicas del fandom.
Estas películas nunca aprovechan su humor valemadrista ni su
clasificación R para explorar temas en verdad adultos; la violencia descerebrada
y el cachondeo bobo son propios de adolescentes. Hay algo de burla
hacia la industria del cine de encapotados, pero no verdadera crítica.
Como personaje Wade Wilson no tiene mucha dimensión ni espacio para
evolucionar, amén de que es prácticamente el mismo que Ryan Reynolds interpreta
en casi todo lo que hace: el del adorable granuja que esconde un corazón de oro
bajo la apariencia de no tomarse nada en serio.
Se ha dicho que la serie de Deadpool es una parodia
del género superheroico, pero yo creo que más bien son películas de
superhéroes hechas y derechas, excepto que con humor de inodoro. Tomemos el
personaje de Wade: fuera de que es un majadero y que despanzurra gente con
singular alegría, es un chico bueno desde el primer momento, y tiene una
relación monógama bien wholesome a lo largo de tres películas. Aunque se
supone que es un mercenario, desde un inicio ayuda a quien lo necesita, aunque
no puedan pagarle. Nunca mata a nadie indefenso ni inocente. Sus acciones nunca
se plantean como moralmente cuestionables. Colossus regañándolo por ser gatillo
fácil se presenta más como un chiste por lo santurrón que es el X-Man ruso, que
como una condena de lo que haga Wade, de cuya parte siempre estará la
audiencia.
A través de la ruptura de la cuarta pared, Deadpool puede
señalar los clichés del género superheroico (aterrizaje de héroe,
flashback en el tercer acto, etc.), pero no los evita ni subvierte, sino
que termina cumpliéndolos según el manual. En ningún caso es más dolorosamente
obvio que con el personaje de Vanessa, una mujer muy cool desde el principio de
la primera película, pero que al final de la misma se convierte en una damisela en
peligro, en la segunda es reducida a una mujer
en el refrigerador, y en la tercera apenas tiene participación. Es
decir, en el manejo de este personaje, la serie sigue algunos de los tropos más
rancios del género.
Si les parece que estoy siendo excesivamente mamón,
tienen toda la razón. Caray, son películas de adultos en mallas y no tienen
ninguna otra obligación más que ser entretenidas. Me parta un rayo si todo el
cine de superhéroes tuviera que ser como la trilogía de The Dark Knight.
Las tres entregas son muy chistosas, pero pueden ser emotivas cuando quieren;
el casting es poco menos que perfecto y los personajes siempre tienen mucha
química en pantalla; las escenas de acción son deliciosamente imaginativas;
están llenas de referencias y guiños a los cómics y a otras películas, y se
caracterizan por un uso en verdad creativo de personajes y elementos menos
conocidos del vastísimo lore de Marvel, todo lo cual resulta un deleite
para los nerds, sin que por ello no puedan ser disfrutadas por el público casual.
En el mundo del cine de superhéroes, la serie de Deadpool
es una criatura especial por varias razones. Primero, éste es un
verdadero proyecto pasional de su estrella, Ryan Reynolds. Mientras otras sagas
fílmicas basadas en cómics tienen como figura central a un productor (Kevin
Feige) o a un cineasta visionario (Christopher Nolan), Deadpool se ancla
en su protagonista, quien también funge como productor de las tres cintas y
coguionista de dos de ellas.
Reynolds estuvo cabildeando durante años, por lo menos desde
2004, para poder interpretar al personaje. Fue su iniciativa la que le
consiguió el papel en Wolverine de 2009 y, tras la decepcionante
recepción que tuvo tal versión, insistió hasta que logró conseguir que Fox
diera luz verde al proyecto que se convirtió en la película de 2016. Ha sido
también el tesón de Reynolds lo que nos ha dado la tan anhelada colaboración
con su viejo amigo Hugh Jackman, a quien ya había dedicado varios chistes en
las dos entregas anteriores. En este sentido, aunque las pelis de Deadpool no
son mis favoritas, sí aprecio y respeto que son el proyecto de un fan
apasionado, y que son su visión personal y honesta.
Luego, aunque las películas del subgénero con tono cómico no
escasean, en el momento de su aparición ninguna tuvo un humor al mismo
tiempo tan farsesco, políticamente incorrecto y metatextual como Deadpool.
Como dije, no es mi estilo, pero entiendo por qué fue recibido como una
bocanada de aire fresco, en especial con el humor tan inane que ha plagado al
MCU y las pretensiones de solemnidad que en ese entonces afectaban a DC.
Además, aunque no me ría a carcajadas con cada chiste, sí me involucro lo
suficiente con los personajes y sus peripecias como para seguir la trama con
interés.
Más importante, el gran éxito que tuvo esta cinta de
presupuesto relativamente moderado abrió las puertas al cine de superhéroes dirigido
exclusivamente a un público adulto (clasificación R en Estados Unidos, y C
en México). Eso fue lo que animó a Fox a producir la que sería la mejor obra
del género en la década pasada: Logan
(2017) de James Manigold. Y puede ser que Deadpool no trate de nada
profundo, pero probablemente sin ella no tendríamos series como Harley
Quinn o The
Boys (ambas debutaron en 2019), que definitivamente sí tratan de cosas.
Así que ahí lo tienen: no carece de importancia cultural.
Bien, ésas son mis observaciones sobre la serie en general.
¿Qué hay de la estrella del momento, Deadpool & Wolverine? ¿Qué
tan buena o mala es? ¿Qué lugar ocupa en la saga de este personaje, en el MCU y
en la filmografía superheroica? ¿Tiene ahora algo nuevo que decir o es pura
diversión despreocupada? Hey, para eso estamos aquí, ¿no?
Como película de Deadpool, me parece tan buena y tan
divertida como las anteriores. Eso sí, es de una escala mucho mayor: La
amenaza para Wade es ahora la destrucción de toda su realidad, y tanto sus
nuevos enemigos como aliados son más poderosos y numerosos. Y, por supuesto,
conecta la serie con el MCU y el resto del multiverso de Marvel de Fox. Está
más que nunca cargada de fan service, y será un festín para cualquiera
que haya seguido el cine de superhéroes desde 1998 (incluyendo los dramas tras
bastidores). El humor es igual de bobalicón que siempre; se me hizo Wade está
un poco más menso y fastidioso de lo usual, pero quizá sea sólo mi percepción.
Por otro lado, los chistes metatextuales y todas esas recompensas a mi
erudición nerd hicieron que me riera como nunca, y por eso ésta será sin
duda mi favorita de las tres.
Dije que Wade no tiene mucho espacio para crecer y
evolucionar como personaje, pero eso no significa que no lo haga en absoluto.
En la primera película tenía que aprender a confiar en la solidez del amor de
Vanessa, y que ella no lo rechazaría por estar enfermo ni desfigurado. En la
segunda, tenía que aprender a volver a interesarse y responsabilizarse por
otras cosas tras la muerte de su amada. Y en esta última, tiene que aprender a
superar sus inseguridades y reconocer que siempre ha sido capaz de verdadero
heroísmo. Es simple, pero ahí está.
En cuanto al Wolverine de Hugh Jackman, no tiene
mucho para donde ir. La trayectoria de los Hombres-X llegó a una conclusión
satisfactoria en 2014 con Days of the Future Past (las ulteriores cintas
fueron un error) y la de nuestro mutante favorito en 2019 con Logan.
Este team-up existe nomás para no perder la oportunidad de tener juntos
a los dos personajes y a dos actores que son amigos y tienen mucha química en
pantalla… Y hacer cosas como por fin poner a Wolverine en su traje clásico de
los cómics (¡ambos!).
En ese sentido, fue atinado que el Logan de esta peli sea de
un universo completamente nuevo, aunque con los rasgos familiares que lo
caracterizan. De hecho, hasta se encuentra en una situación muy familiar, tanto
para el personaje en sí, como para la cultura pop reciente: el héroe atribulado
por el remordimiento, reacio a atender un nuevo llamado a la aventura para
realizar un último acto de heroísmo. Todo esto nos permite tener un Wolverine
que se siente como un viejo conocido, pero sin trastocar la insuperable
conclusión del personaje. Sí, está la desacralización de su tumba, pero está
hecha de una forma tan exagerada, caricaturesca y autoconsciente que no se
puede tomar en serio.
En cuanto a cómo maneja D&W el asunto del
multiverso… Bueno, pues es un desmadre y no tiene sentido (pero, como
vamos a ver más adelante, eso importa poco). De por sí el MCU no ha sido muy
consistente al establecer el funcionamiento del multiverso, y casi cada entrega
de la franquicia ha introducido “reglas” que contradicen a las otras. Si además
incluimos los universos de Sony, la cosa se complica todavía más. Ejemplo: en
las de Spider-Verse se establece que una persona no puede pasar mucho
tiempo en un universo ajeno sin empezar a desintegrarse. No vemos nada de esto
en No
Way Home ni en Multiverse
of Madness ni en Deadpool & Wolverine. Por otro lado, en MoM
se nos dice que el viaje por el multiverso puede causar “incursiones”,
desastres cósmicos que traen la muerte a uno o varios universos. Nada de eso
pasa en D&W.
Fox no había tenido historias multiversales hasta ahora,
pero sí había tenido historias de viajes en el tiempo, y las reglas ahí son muy
diferentes que las que hemos visto en el MCU. En Fox, como podemos ver en Days
of the Future Past y en Deadpool 2 es posible cambiar el pasado; si
un viajero en el tiempo logra alterar el curso de los acontecimientos, un nuevo
futuro reemplaza al anterior. En el MCU, como vimos en Endgame, cambiar
el pasado crea nuevas líneas temporales y realidades paralelas.
¿Cómo conciliar esto en una historia que es tanto de Fox
como del MCU, tanto de viajes en el tiempo como multiversales? Fácil: no te
rompes la cabeza y haces lo que sea conveniente para la trama y para los
temas que quiere explorar la cinta.
Aun así, hay cosas que me hacen ruido y que me tengo que
sacar de en medio antes de proseguir. Primero, que yo siempre he entendido (y
no soy el único), que el multiverso de X-Men de Fox está compuesto
por al menos tres universos: el de la franquicia principal, el de Logan
y el de Deadpool.
Que Logan se cuece aparte es algo que confirmaron
desde un inicio sus creadores. Que Deadpool está por su lado,
está claro porque personajes como Colossus, Juggernaut, Yokio y el mismo Wade
Wilson son diferentes a sus encarnaciones en la
saga de X-Men. No es sólo que sean distintos actores o se haya modificado
su aspecto: son completamente otros personajes. Además, en el cameo que hacen
los Hombres-X en Deadpool 2, se ve que son el equipo joven de Apocalypse
y Dark Phoenix, activo en los 80 y 90, y que, en el presente de
esta película (2018) ya deberían haber envejecido.
Por si fuera poco, está la controversia de si la trilogía de
X-Men y las dos primeras pelis de Wolverine forman parte del
mismo universo que la saga iniciada por First Class, algo que Days
of the Future Past complica mucho. Y hay fans tan quisquillosos
que consideran que si un personaje es recasteado entre una película y la
siguiente (ej. Pyro o Kitty Pryde), entonces cada una está en su propia
continuidad.
Aquí podríamos empezar a hablar del concepto de “línea
temporal alterna” como distinto al de “universo alterno” en la jerga
de los nerds de los cómics, pero tampoco es que estén muy bien definidos y la
verdad es que nomás se usan para justificar contradicciones que resultan de
decisiones narrativas y editoriales. La respuesta rápida es que a Fox nunca
le importó un comino la continuidad.
Entonces hay un problema: un punto argumental importantísimo
que desencadena todo lo que sucede en D&W es que la muerte de Wolverine
en Logan causaría la lenta decadencia del universo de Deadpool y su
eventual extinción. Uno de los antagonistas, Paradox, quiere acelerar el
proceso por sus propias ambiciones y borrar ese universo de una vez. Eso
impulsa a Wade a buscar a un sustituto para Logan en algún otro universo.
Bueno, yo no puedo ni quiero creer que Logan ocurra
en el futuro (¡a cinco años de distancia!) del mismo universo que Deadpool;
una es una obra maestra y la otra es una payasada. Encima, eso nos dejaría
preguntándonos cosas como: ¿Por qué Wade no intenta evitar la muerte de Logan
ya que puede viajar por el tiempo? ¿En el presente de Wade, no debería notarse
ya los factores que llevarían a la situación que vemos en Logan,
especialmente la paulatina extinción de los mutantes? ¿No terminaría habiendo
dos Wolverines en el universo de Wade, al llevarse para allí al que protagoniza
la cinta?
Estas cuestiones estuvieron torturándome toda la noche,
hasta que encontré una respuesta revisando lo que otros ñoños opinaban al
respecto. Según aprendimos en la
serie de Loki, el multiverso es como un árbol con muchas ramas;
algunas ramas son más gruesas, mientras que otras brotan de éstas y así
sucesivamente en forma de fractales. El multiverso de los Hombres-X de Fox es
así, con la pentalogía original formando la rama principal y las otras
continuidades brotando de ella.
Así, cuando hablamos de “el mundo de Deadpool”, nos
estaremos refiriendo a toda la rama con sus ramitas. Logan no
ocurrió en la misma continuidad que Deadpool; es más, Wolverine ni
siquiera existió en ésta (por eso no hay dos Logans). La muerte de Wolverine
está causando la extinción de toda la rama, y de ahí el conflicto principal.
Nada de esto se dice abiertamente en la película, pero tampoco nada contradice
esta interpretación y a mí me da paz mental así que voy a tomarla.
Ahora bien, a mí no me gusta para nada todo ese concepto de
“ser ancla”, la idea de que hay individuos tan importantes para un universo que
su misma existencia depende de ellos. No estamos ya para seguir alimentando la
teoría de los grandes hombres y reconocer nuestra insignificancia ante la
indiferencia del cosmos es bueno para la salud espiritual.
Peeero, como anuncié hace ratito, nada de esto debería
importarnos mucho porque D&W no está tratando de contribuir a
una comprensión cosmológica coherente de la estructura multiversal de Marvel,
sino que todo este tejemaneje está en función del motivo central de la
película: hablar del cine de superhéroes en sí.
Mucha gente se queja de que el concepto del multiverso no
está funcionando y que ya hartó. Yo no estoy de acuerdo. Es cierto que ha
habido mucho contenido chafa de Marvel desde Endgame, (más de lo normal,
porque el
grueso de Marvel siempre ha sido mediocre), pero las historias más
impopulares no han tenido nada que ver con el multiverso. En cambio, las que sí
son multiversales (Loki, No Way Home, Multiverse of Madness)
han sido las mejores, o por lo menos las que ofrecen lo más interesante. En
todo caso, la bazofia multiversal sin sentido ni nada que aportar vino de DC: The
Flash.
En fin, el punto es que el multiverso, bien utilizado, puede
servir para explorar conceptos interesantes. Al tratar con diferentes
iteraciones de un mismo personaje, o de una misma obra, se puede reflexionar
sobre su esencia, como en No Way Home. Al enfrentarse a las infinitas
posibilidades de la realidad, un personaje puede reinventarse a sí mismo
eligiendo un nuevo destino, como en Loki. O, como hace la nueva película
del mercenario bocón, puede revalorar toda una etapa en la historia del cine
de superhéroes.
Déjenme les explico… Uno de los agujeros argumentales que
más ha desconcertado a los ñoños es éste: ¿Cómo pudo Wade ir al universo principal
de los Vengadores a tener una entrevista con Happy Hogan si en ese momento no contaba
con tecnología para viajar entre realidades? Ha habido muchos intentos de
explicar esto, algunos bastante rebuscados.
Hay quien afirma que simplemente utilizó el dispositivo de
Cable. ¿Cómo, si por lo que sabemos sólo servía para viajar por el tiempo? Pues
aparentemente no, porque en las escenas finales de Deadpool 2 lo vimos
también viajando al universo principal de X-Men para matar a esa versión
de sí mismo, y lo vimos viajar al “mundo real” para asesinar a Ryan Reynolds y
evitar que hiciera la película de Green Lantern. Pero, ¿eso cuenta
realmente? Parecen más chistes de cuarta pared rota que otra cosa, ¿no?
Bueno, pues no importa mucho, porque la escena sirve para
establecer dos cosas. La primera es el motivo de Wade, que es demostrarse a
sí mismo que tiene valor y que puede hacer hazañas importantes. La segunda es el
tema de la película: el papel de Deadpool y de la era de Fox de Marvel en el
panorama actual del cine de superhéroes.
Cuando Disney adquirió Fox, el destino de Deadpool quedó
en entredicho. Tan es así que, si pasaron dos años entre la primera
película y la segunda, transcurrieron seis entre ésta y la tercera. Esto es
justo lo que simboliza el rechazo de Happy a Wade. La fecha que nos indican en
esa escena es significativa: 2018 fue el año de estreno de Deadpool 2 y
de Infinity War, el principio del fin de la primera gran era de Marvel.
Seis años más tarde aparece Paradox para reclutar a Wade… pero
sólo a él; el resto de su rama del multiverso será borrado. Esto simboliza a
Disney aceptando incluir al Deadpool de Reynolds en el MCU, pero eliminando
al resto de Fox. ¿Por qué? Porque el mercenario bocón es ya el único personaje
exitoso que le queda a esa franquicia.
Cuando Paradox dice que Wolverine es el “ser ancla” del
mundo de Deadpool, nos quiere decir que en efecto el personaje, tal como fue
interpretado por Hugh Jackman, era el corazón del multiverso cinemático de
Fox. Que una vez que su desarrollo llegó a la mejor conclusión posible y el
actor se retiró, esa franquicia comenzó a decaer y pasó años sin dar pie con
bola (¿alguien vio The New Mutants?).
[Entre paréntesis, es obvio que Marvel cree que su “ser
ancla” es el Iron Man de Robert Downey Jr. y que tras su muerte en Endgame
todo se ha ido al demonio. Es por eso que han traído de vuelta al actor
para interpretar al nuevo villano de la Saga del Multiverso, el Doctor Doom (tras
la deshonrosa baja del Kang de Jonathan Majors). La decisión, como muchos fans
han expresado, apesta a desesperación por parte de Marvel que, en su
incapacidad de llevar su imperio por nuevos rumbos, regresa a lo que sabe que
le ha funcionado en el pasado.]
En el desfile de cameos que Deadpool & Wolverine nos
ofrece hay mucha nostalgia indulgente, es cierto, pero eso no es todo. La peli está
haciendo un entrañable homenaje y despedida a la era Fox. Y sí, muchas de
esas películas fueron… ¿Cómo decirlo…? Pues… Terribles. Pero hicieron la
infancia de muchos fans en los dosmiles, y para bien o para mal forman parte de
la historia del cine de superhéroes, que no sería el mismo sin ellas.
Por eso rescata a tantos a personajes, en especial a aquellos
que no tuvieron la oportunidad de despedirse como se merecían (el Blade de
Wesley Snipes, la Elektra de Jennifer Gardner) o si quiera de existir (el
Gambit de Chaning Tatum). Casi cada diálogo con ellos se refiere en realidad,
de forma apenas velada, a sus películas y al trato que se dio a sus personajes.
Mi sorpresa favorita fue el Johnny Storm de Chris Evans (los otros ya me los
habían spoileado, maldito féisbuc), pero creo que la inclusión de Blade fue la
más importante. El éxito de su película en 1998 fue lo que convenció a Fox de
la viabilidad de las adaptaciones de cómics y llevó a que dieran luz verde a X-Men
en el año 2000, inaugurando con ello la primera etapa de la edad dorada
del cine de superhéroes.
El mensaje es que esta era merece ser recordada, que
no pensemos, ni nosotros ni Disney, que puede ser simplemente borrada de la
memoria y sustituida por algo nuevo como si nunca hubiera existido. Siempre
estará ahí. ¿Y saben qué? Como nerd de los encapotados en la pantalla grande,
se me hizo algo muy bonito y me llegó directo al corazón.
Entonces, ¿es Wade Wilson el Jesús Salvador de Marvel?
Meh, no lo sé. Después de Endgame todo ha sido puros altibajos. Una sola
cinta no puede arreglar todas las malas decisiones que Marvel y Disney han
tomado en los últimos años. Lo único que puede hacer es devolverle la confianza
al público: “¡Hey, miren! ¡Todavía podemos hacer buenas pelis!” Esperemos que
cumplan esa promesa.
Holi. En este blog nos tomamos las cosas ñoñas muy en serio y publico una entrada nueva cada semana. Si quieres echarme la mano con esta chamba, por favor considera sacar una subscripción mensual a Patreon. O puedes hacer una sola donación en Paypal. O puedes seguir explorando este blog. He cubierto casi todas las pelis del cine de superhéroes desde un inicio, y aquí tienes una probadita:
6 comentarios:
Lo que no me quedó claro es si en algún momento de la película Didpol y Wolveran se unen para romper las reglas del multiuniverso, y poner fin, y acabar juntos
No entendí, jaja
En Argentina el comentarista de un partido de fútbol nos regaló esta joya: https://youtu.be/UTrgJSBNORg?si=qJo-8GPNFskja79R
Lo conozco porque estoy en el server de Discord de Te lo resumo, pero fue error mío suponer que era algo más ampliamente conocido.
También hay por ahí un tipo que mencionó unas películas llamadas "Venyers: Engen" y "Falcon y el invierno"
Aaaaah jajajajajaja
No mencionaste el cameo de Cavill, el cual para mi fue el mas sorpresivo de la pelicula (mas que el de Gambito )
Seh, no me alcanzó para mencionar cada huevito de pascua...
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