- Existe mal en el mundo porque hay gente que es mala.
- La solución es procurar que el poder esté en manos de la gente buena.
- Las fuerzas armadas estadounidenses constituyen una entidad benévola, así que está bien que tengan el poder
En The Incredible Hulk, la película del MCU de la que todo el mundo se olvida, el antagonista es un alto oficial del ejército, el general Ross, que quiere convertir a nuestro desafortunado Bruce Banner en un arma que trabaje para las fuerzas armadas, y que no duda en transformar a otro militar, el británico Emil Blonsky, en un monstruo con tal lograr sus objetivos.
Algo similar ocurre con Tyler Hayward, director de SWORD
en WandaVision, otro alto oficial sin escrúpulos que quiere convertir a
una persona, en este caso Vision, en un arma para sus propios fines, y no le
importa manipular a Wanda ni dejar a todo un pueblo bajo su merced. Pero en ambos casos se plantea como un problema de individuos particulares con deficiencias morales, no de instituciones corruptas o sistemas opresivos.
Avengers fue una de las pocas producciones con las que el
Pentágono se negó a colaborar, porque muestra a funcionarios de SHIELD
ordenando un ataque nuclear sobre la ciudad de Nueva York. Hasta ese momento
SHIELD parecía ser algo así como la CIA combinada con la NSA, en esteroides y
con portaviones voladores; es decir, una heroica agencia del gobierno gringo
encargada de proteger a la Tierra de amenazas extraordinarias. Y cómo creen que
el gobierno ordenaría volar una ciudad sólo para contener una invasión
extraterrestre, qué bárbaro.
Y luego tenemos esas fábulas que no critican
directamente al ejército gringo, pero que sí denuncian, a través de entidades
ficticias, el tipo de cosas que hacen los Yunaites. Tomemos Captain Marvel,
por ejemplo. En su identidad de terrícola, nuestra heroína Carol Danvers es una
piloto de la Fuerza Aérea estadounidense, y las fuerzas armadas estuvieron tan
involucradas en esta producción que usaron clips de la película para hacer campaña
de reclutamiento.
Pero el arco de la Capitana trata de
cómo se da cuenta de que el Imperio Kree, la heroica fuerza con la que había
entrenado y luchado toda su vida, es en realidad una potencia imperialista que
se dedicaba a aplastar civilizaciones y reprimir la disidencia; y que los Skrull,
temibles alienígenas a los que le habían enseñado a odiar como bárbaros y
terroristas, eran en realidad refugiados resistiendo al avance de dicho poder.
Entonces puede ser que Marvel quería
decirnos “sí, sí, sí, el imperialismo, el genocidio y la xenofobia son cosas
muy malas, pero no es eso lo que hace ‘Murica”, y pos eso que se lo crean en su
casa. O puede ser que a lo mejor los creadores de la cinta dijeron “va,
aceptamos que metan propaganda para la Fuerza Aérea en nuestra peli, pero sin
que se den cuenta vamos a colar una alegoría súper obvia del imperialismo
americano que hasta va a tener más peso en esta historia que sus bonitas tomas
de aviones de combate”.
Otro ejemplo, en Thor: Ragnarok,
nuestro protagonista aprende que la historia su reino, Asgard, en realidad es
una de conquistas y matanzas imperiales. Su padre, Odín, no siempre ha sido el
benévolo y sabio monarca que se presenta ahora, sino que fue un desalmado
conquistador de mundos, y que además “blanqueó” su historia para ocultar los
crímenes de su pasado. Esto puede compararse con la historia de los Estados Unidos,
que siempre la enmarcan como esta gesta heroica en busca de la libertad, ignorando
o minimizando los siglos de despojo y exterminio de las comunidades indígenas, de
esclavitud de los africanos y de intervencionismo en otras latitudes, y omitiendo
que personajes míticos como los Padres Fundadores eran dueños de esclavos.
Conociendo a Taika Waititi, no descarto que ese paralelismo estuviera ahí
adrede.
Lo cual nos lleva a un asunto que no
podemos obviar: el Universo Cinemático Marvel puede ser propiedad de una megacorporación
capitalista que tiene una agenda, pero eso no quita que existan artistas individuales
que tienen sus propias ideas y que pueden expresarlas en sus obras, ya sea
abierta o discretamente, en paralelo a la línea ideológica general de la
compañía, o incluso en contradicción con ésta.
En The Winter Soldier,
probablemente la mejor película del MCU, se nos revela que SHIELD ha estado
desde un inicio infiltrado por Hydra, que utiliza a sus agentes y sus recursos
para hacer del mundo un lugar caótico y violento. O sea, la cinta nos está
diciendo que una organización fascista podría infiltrar fácilmente las
instituciones de poder estadounidenses y manipularlas para sus propios fines (y
en Iron Man 3, no olvidemos, el Mandarín logra tener en su bolsillo al
vicepresidente de los Estados Unidos). Más aún, están diciendo a aquellos
agentes y soldados, que a lo mejor creían estar luchando por la libertad y la
justicia, que todo este tiempo habían sido utilizados por un monstruo para
cumplir con sus propósitos nefarios.
Y sí, eso parecería exculpar un tanto a
las instituciones estadounidenses en cuanto a que se puede decir, por lo menos
dentro del MCU, que no eran realmente aquéllas las que hacían tantas
cosas malas (incluyendo eso de “vamos a bombardear Nueva York”), sino una
entidad externa que la había poseído. Pero casi da igual: si tus instituciones
pueden ser tan fácilmente cooptadas por nazis y usadas para su agenda sin que
nadie sospeche en 70 años es porque ya eran, por lo menos, compatibles. Y esto
lo plantea una película en 2014, un par de años antes de que Donald
Trump llegara a la Casa Blanca surfeando una ola de postfascismo y llenara el
gobierno de supremacistas blancos.
Pero, pero, pero… SHIELD es una
organización ficticia, y Hydra no logra (o no intenta) infiltrarse tan
profundamente en otras ramas o agencias del gobierno (sólo se ve que tenía a
algunos políticos y empresarios en su nómina). Lo mismo pasa con SWORD en WandaVision;
su director es un corrupto sin escrúpulos, pero ése es más bien un caso de “una
manzana podrida”, mientras que el agente del FBI, Henry Wu, es retratado como
un tipo recto y de confianza (y adorable).
Esto de hecho es un ejemplo del conocido
tropo CIA
mala, FBI bueno, más común en la cultura pop gringa de lo que uno se
imagina. Desde hace mucho está presente en el imaginario que la CIA es una organización,
por decir lo menos, turbia e insidiosa, encargada de acciones poco éticas
como el espionaje y el sabotaje, el asesinato de opositores políticos y el
derrocamiento de gobiernos electos democráticamente. En cambio, el FBI es visto
como una entidad honesta que se dedica a desmantelar mafias y atrapar asesinos
seriales. Si una obra va a mostrar agentes de gobierno inescrupulosos y
despiadados, es más probable que sean de la CIA (o de un equivalente ficticio,
como SHIELD) que del FBI. Así podemos ignorar que el FBI también ha sido muy
perverso, y ha servido para combatir el activismo social, ¿o acaso se olvidan
de J. Edgar Hoover?
Sea como fuere, con todos estos ejemplos
podemos encontrar un poco de subversión al tercer principio ideológico de
Marvel, al que podemos llamar Corolario 3.A: Es posible hacer crítica y
denuncia del imperialismo yanqui y las instituciones de poder americanas,
siempre y cuando se haga de forma indirecta y metafórica a través de entidades
ficticias. Y también el Corolario 3.B: Es posible retratar a miembros de las clases poderosas e instituciones de poder como personas que hacen el mal, siempre y cuando se les presente como individuos personalmente malvados y no como parte de un sistema injusto.
Por otro lado, recordemos que el plan de
SHIELD en The Winter Soldier era construir una flota de helicarriers
capaces de vigilar a todo el mundo y disparar a cualquier persona en cualquier
momento (como los drones de Tony Stark en Spider-Man). Es decir, SHIELD
quería tener una facultad extraordinaria para “vigilar y castigar” por el mundo
y resolver problemas. Su solución era tener más poder que los malos.
Entonces, resulta que de frente al
mensaje de “lo que se necesita es que los buenos tengan el poder” llega otro que
es completamente opuesto, y viene de la mano del verdadero corazón del MCU,
guía moral de todos los hombres en mallas y mejor persona del mundo, Steve
Rogers, el mismísimo Capitán América.
El Capi se oponía a estas medidas orwellianas,
incluso antes de saber que Hydra estaba controlando SHIELD. Y cuando Nick Fury
creía que podría “depurar” la agencia y volverlo todo a la “normalidad”, Steve
se le planta y le dice que NO, que SHIELD tiene que desaparecer, que nadie debe
ostentar esa clase de poder, porque es muy fácil de corromper.
Luego, en Age of Ultron, Tony
Stark intenta crear un sistema que proteja a la Tierra como una armadura, preparándose
para la llegada de Thanos. Este sistema termina convirtiéndose en la
inteligencia artificial genocida Ultron, probando que la ideología de Iron Man,
de “que los buenos tengan más poder que los malos” no funciona porque, una vez
más, este poder se corrompe fácilmente y se usa para el mal.
El Capitán América entiende esto desde
un inicio y por eso se dan los primeros roces entre él y Tony. Porque el
principio ideológico del Capi, que guía por lo menos algunas de las películas
del MCU es éste: Nadie debe ser capaz de ejercer un poder irrestricto sobre
los demás, ni siquiera “los buenos”, porque la existencia de esa clase de
poder siempre será un peligro al depender de la buena voluntad de quien lo usa,
y puede ser corrompido o cooptado para el mal. Esto se opone directamente al
segundo principio ideológico del MCU.
Así es como llegamos a Civil War.
Aquí Tony quiere que los Vengadores se sometan a la vigilancia de los
organismos internacionales mientras que Steve se niega. Se han hecho muchos análisis sobre el
conflicto ideológico entre Iron Man y el Capitán América en esta película,
incluyendo si se trata de una oposición filosófica entre utilitarismo y
deontología. En lo personal, creo que esa parte está tan mal planteada y dejada
tan ambigua que se puede interpretar de diferentes maneras, a tal grado que se
tuvo que dar más peso al conflicto personal por Bucky y las manipulaciones de
Zemo para hacer creíble este enfrentamiento.
Siempre he pensado que el final de Age
of Ultron no daba pie todavía a lo que pasaría en Civil War. Habría
sido mejor si al final Tony se hubiera entregado a las autoridades, lleno de
culpa por lo que había ocasionado al crear a Ultron. Así, en la siguiente
película ya lo veríamos trabajando para el gobierno. Pero la verdad es que
Marvel no decidió hacer Civil War sino hasta que supo que DC estaba por
sacar Batman v Superman. Por eso la decisión de Tony de someterse a los
poderes superiores se siente algo apresurada, teniendo en cuenta que, antes y
después, siempre evitó cualquier tipo de supervisión (no le heredó sus drones
asesinos a la ONU, sino a Peter Parker).
¿Y cómo entender de la negativa del Capi
a tener supervisión? Sobre todo, ¿cómo entender que la película se incline
siempre por la postura del Capi y ponga a Tony como el antagonista? Muchos
comentaristas leyeron en esto una apología del papel de “policía mundial” que
juegan las fuerzas armadas y agencias gringas: “debería dejárseles hacer lo que
tienen que hacer, porque al fin y al cabo son los buenos”.
Es una interpretación legítima y
congruente con la ideología que ha mostrado Marvel hasta ese momento… Si vienes
de ver las películas de Iron Man, pues parecería que en Civil War la
ideología de este personaje se transfiere al Capitán América porque él es el
protagonista, mientras que la postura opuesta (la que el mismo Tony había
estado combatiendo) se le pasa a Iron Man para que pueda ser “el malo” de esta
historia.
Pero si vienes de seguir la trayectoria
del Capi, este conflicto admite una explicación diferente. Iron Man sigue fiel
a su ideología de querer asegurarse de que todo el poder esté en manos de los
buenos, por lo que se alía con los gobiernos del mundo (pero encabezados por
los gringos, obvio), lo que permite tener a todos los superhéroes bajo el
control de una sola entidad, mientras que a Stark le otorga acceso a los
recursos de los gobiernos. Todo el poder en un mismo grupo para estar listos
cuando venga Thanos.
El Capitán América, por el contrario, ha
aprendido que ese afán de “tener todo el poder” nunca lleva a nada bueno. Tras
sus experiencias con SHIELD, sospecha de cualquiera que desee tener bajo su
control el poder colectivo que representan los Vengadores. Él mismo expresa su
preocupación de que estas instituciones utilicen a los Vengadores para sus
propias agendas, tal como Hydra lo había estado haciendo por años. Con todo y
todo, está a punto de firmar los Acuerdos de Sokovia, no más porque no le gusta
hacerla de tos, cuando se da cuenta de que Tony ya está abusando de ese poder
al encerrar a Wanda, y entonces se niega. Luego vienen los trancazos.
Esto es porque la verdadera oposición
entre el Capitán América y Iron Man reside en la relación que cada uno tiene
frente al poder. Mi Capi, a pesar del nombre y de su traje de bandera,
no es en realidad un personaje patriotero: siempre ha sido un héroe
antiautoritario, y por eso no duda en convertirse en un fugitivo del gobierno dos
veces, cuando cree que el poder no sirve a la justicia.
A mí me gusta entender la negativa del
Capi de ponerse al servicio de los gobiernos más como el activista (o el
vigilante) que se rehúsa dejar la acción directa y someterse a las autoridades.
Él mismo nos lo dice al final: Steve pone su fe en la gente, en los individuos,
no en ninguna institución de poder, ni siquiera el ejército, al que en primer
lugar no se unió por fervor patriótico, sino por la indignación que le provoca
el fascismo: “No tolero a los abusivos. No me importa de dónde vengan”.
Y es así porque, a diferencia de Tony, que nació en una cuna de privilegios, Steve, el muchachito enclenque y
enfermizo de Brooklyn, hijo huérfano de inmigrantes irlandeses, es alguien que entiende el potencial, la responsabilidad
y los peligros que entraña el poder. Como dijo el doctor Abraham Erskine, “alguien
fuerte que tuvo poder toda su vida, pierde el respeto por el poder, pero
alguien frágil conoce el valor de la fuerza y conoce la compasión”. Por eso,
cuando se trata de pelear contra quienes abusan del poder, el Capitán América
puede hacerlo todo el día.
Entonces, tenemos coexistiendo en el MCU
el principio ideológico de “lo que se necesita es que el poder lo tengan los
buenos” en oposición a “nadie debe ostentar un poder irrestricto”. Pero, las
películas, ¿a quién le dan la razón? La mayor parte de las veces, a Iron Man.
Vean de nuevo, y notarán cómo en su inmensa mayoría las pelis tratan de malos a
los que hay que detener de conseguir y usar un poder que los buenos ejercen sin
problemas.
Pero aún hay espacio para que la postura
del Capi prevalezca. Al principio de Endgame Iron Man reclama al Cap no
haberle dejarlo construir una armadura que protegiera al planeta, aunque eso costara
las libertades individuales. Steve guarda silencio y eso se ha interpretado
como que le está dando la razón a Tony, pero yo creo que es más bien que lo vio
todo jodido y claramente traumatizado, y siendo Steve la excelente persona que
es, no quiso contrariar a un hombre tan dado en la madre. Pero en realidad Tony
no tenía razón; fueron sus afanes de tener el poder absoluto lo que dividió a
los Vengadores y dejó la Tierra vulnerable al ataque de Thanos. Y al final no
fue la “armadura para todo el planeta” controlada por un solo héroe lo que derrotó
al titán loco, sino la unión voluntaria de todos los héroes.
Aún así, en Spider-Man Far from Home,
la primera película post-Endgame, se ve que Tony nunca renunció a sus
ideas respecto al poder. Con todo, yo creo que, aunque el MCU tiende a
inclinarse hacia la ideología de Tony, es posible que poco a poco veamos los
ideales de Steve ser reivindicados, sobre todo conforme más y más nos damos
cuenta de que el legado de Iron Man no siempre ha sido positivo (véase cuántos
supervillanos surgieron directa o indirectamente por su culpa) y teniendo en
cuenta que la franquicia empieza a explorar territorios más arriesgados,
incluso para hablar de revolución y justicia social. Pero ése es tema de la
siguiente entrada.
1 comentario:
Posdata: Una de las cosas más increíbles del MCU es que SHIELD haya guardado el Taseracto durante 70 años y sólo hasta la llegada de los asgardianos a la Tierra se le haya ocurrido empezar a hacer armas con él, cuando la tecnología para ello ya existía en los 40. Menos creíble sabiendo que era Hydra quien estaba en control. Que les crean en su casa.
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