Sin camino a casa: ¿Por qué Spider-Man es tan importante? (Segunda parte) - Ego Sum Qui Sum

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PROFESOR MAIK CIVEIRA & LA ALIANZA FRIKI ANTIFASCISTA

sábado, 15 de enero de 2022

Sin camino a casa: ¿Por qué Spider-Man es tan importante? (Segunda parte)


¡Hola, true believers! En el capítulo anterior les platiqué de mi relación personal con Spider-Man y hablamos un poco de la ya clásica y fundacional trilogía fílmica dirigida por Sam Raimi y protagonizada por Tobey Maguire. En esta ocasión seguiremos recorriendo el camino nos ha llevado a No Way Home y qué significa todo esto.

 

III. LA DUPLA DE MARC Y ANDREW

 


Hablemos pues de The Amazing Spider-Man. Dirigida por Marc Webb y protagonizada por Andrew Garfield, esta abortada serie cinemática tuvo todo en su contra desde un inicio y ahora se encuentra como un sándwich a medio comer entre dos series mucho mejor valoradas por la fanaticada. Es como el hermanito de en medio al que nadie le hace caso. Yo lo sé buen, porque yo fui ese hermanito.

 

No es posible entender por qué estas dos películas son como son sin conocer un poco del contexto de su momento. Para empezar, la tercera entrega de la saga de Sam y Tobey no tuvo el éxito esperado y un hipotético cuarto capítulo entró en un limbo de desarrollo. Por su parte, Sony tenía los derechos del Hombre Araña a condición de que estrenara una película en cines por lo menos cada cinco años, o de lo contrario regresarían a Marvel. Entonces urgía estrenar casi casi cualquier cosa. E hizo bien, a decir verdad, porque Sony teniendo los derechos de Spidey es lo único que impide que Mickey, ya con todas las Gemas de Infinito en su poder, termine por cerrar el puño.

 

Además, las dos pelis de la serie aparecieron respectivamente en 2012 y 2014. Es decir, le tocó estar al final de una etapa en la historia del cine de superhéroes y al principio de la siguiente, lo que causó que esta dupla tenga una fea crisis de identidad. Déjenme les cuento…

 


El éxito comercial y crítico de Batman Begins en 2005, pero sobre todo de The Dark Knight en 2008, había sentado un nuevo estándar de lo que podía y debía ser el cine de superhéroes. Después de decenas de películas bobaliconas, olvidables y hechas al vapor durante la primera parte de los dosmiles (recuerden Daredevil, Catwoman, Elektra, Fantastic Four, Ghost Rider, etc.), ahora se esperaba cierta calidad de los guiones, las actuaciones y la dirección. Asimismo, la trilogía de Nolan impuso la idea de que las pelis de superhéroes, para ser buenas, debían ser serias, realistas y que apelaran a un público más adulto. Esto se ve en la primera entrega de Iron Man (2008), en Watchmen (2009) y en Man of Steel (2013).

 

Se nota también en The Amazing Spider-Man. Ésta pretende ser más sobria. Vuelve a narrar una historia que nos habían contado apenas diez años antes: la vida de Peter, la mordida de la araña, la muerte del tío Ben, el crush con la chica bonita, la transformación de un mentor en un villano y la dolorosa decisión de no involucrar a la mujer amada en su vida superheroica. No se repite tal cual, pero sí tiene más o menos la misma estructura, los mismos momentos puntuales o sus equivalentes. La gran diferencia es que todo está retrabajado para verse “más cool” según lo que estaba de moda en ese momento.


A mí gusto, es una peli que no tenía mucho de nuevo que ofrecer fuera del cambio de tono y el reparto (más adelante vuelvo a ello). Sentí que estaba tratando de corregir lo que Raimi ya había hecho bastante bien, pero sin innovar. La memoria de Spider-Man 3 (2007) estaba fresca y ese mismo 2012 se habían estrenado The Dark Knight Rises y The Avengers. Las primeras dos siguen siendo poco valoradas, pero eran épicas y grandilocuentes, casi tanto como la de los Vengadores. Es decir, el cine de superhéroes había mostrado por esos años que se podía poner casi tan hiperbólico como su contraparte en las viñetas y, con estas referencias tan próximas, The Amazing Spider-Man se siente muy chiquita.

 


La historia no acaba ahí. Lo cierto es que la trilogía de Nolan terminaba con una tercera parte que fue juzgada como decepcionante, mientras que Marvel se coronaba como el futuro del cine superheroico con el hito que fue The Avengers. Para entonces el MCU se había alejado del estilo “realista y serio” de la primera aventura del Hombre de Hierro y encontrado su propia voz, con humor chabacano pero mucho corazón, que le daría grandes éxitos. Después de esto, los afanes por hacerse al grimdarkserious fueron recibidos de cada vez de peor gana. Ya para Man of Steel (2013) la pretensión de solemnidad era muy cuestionada, pero para el refrito de Fantastic Four y Batman v Superman (ambas de 2016) fue completamente abucheada.

 

A medio caballo entre una tendencia y la otra, The Amazing Spider-Man 2 quiere tener momentos dramáticos y seriesotes como en la primera, pero al mismo tiempo cosas súper campy y boboncias. Para muestra, el Matt Dillon de Jamie Foxx como una caricatura del nerd patético, y la premisa de que caer a un tanque de anguilas mutantes te da superpoderes. O mi personaje favorito de esta dupla, el gloriosamente exagerado Dr. Kafka, científico loco alemán que tortura pacientes mientras escucha música de Strauss. Esta parodia del Dr. Strangelove habría estado de perlas en las pelis de Raimi, pero desentona por completo en ésta.

 

Además de marcar tendencia con el tono, Marvel había demostrado que podía hacer lo que hasta entonces parecía imposible: crear un universo compartido para sus muchos personajes. En vez de tener una trilogía o una saga, tenía una plétora de películas interconectadas, o sea, justo como los cómics. Los ojitos de los ejecutivos de Hollywood se volvieron símbolos de dólar y todos se lanzaron a intentar lo que Marvel había hecho. DC lo intentó apresuradamente con Batman v Superman y la malhadada Justice League (2017) con muy malos resultados, y ha estado trastabillando desde entonces. Universal probó crear un Dark Universe con sus monstruos clásicos, pero cayó de bruces con el fiasco que fue The Mummy (2017).

 


Fox lo intentó con X-Men, pero sus películas tenían ya de por sí muchos problemas de continuidad y por cada dos triunfos habían tenido un fracaso. Le fue bastante bien con las de Deadpool (2016 y 2918), pero difícilmente se podría decir que hubieran conformado un universo compartido coherente. Le ha ido mejor al MonsterVerse de Legendary, pero creo que llamar “universo compartido” a un conjunto de cuatro películas que han salido a lo largo de siete años es algo presuntuoso. Sólo se sostiene el WarrenVerse de New Line Cinema, con su serie de películas de terror malonas para gente básica.

 

Y, claro, Sony lo quiso hacer para sus películas de Spider-Man y asociados, para lo cual cometió el mismo error que DC: meter un montón de personajes y subtramas en una sola película para convertirla en un puto tráiler. Si la primera entrega era muy sencilla, la segunda mordió más de lo que podía masticar. he ahí el desastre narrativo que fue The Amazing Spider-Man 2, que se siente confusa, cansina e inconclusa. Tienes las siguientes líneas argumentales: Peter investigando el complot de la desaparición de sus padres, Peter y Gwen que están entre que si son o no son, la vida de Harry Osborn desmoronándose, las movidas chungas por el control de Oscorp, Electro siendo Electro, la tía May trabajando de enfermera, Felicia Hardy por ahí existiendo, el pinshi Rhino… ¡Y todavía querían meter a la Chica Detergente como Mary Jane!

 

Como se podrán imaginar por todo lo que he dicho, éstas no son mis películas favoritas del Hombre Araña y si me dan cuerda podría estar dale y dale con puro nitpicking. Pero la verdad es que sí les encuentro muchas cosas rescatables, en especial a la primera. Es mucho, MUCHO, menos cutrencia que las películas de Raimi, pero no menos intensa emocionalmente, y no les pide nada en materia de producción, secuencias de acción y efectos especiales.

 


El reparto, como dije, es estupendo. Sally Field y Martin Sheen como la tía May y el tío Ben están acertadísimos, y Denis Leary hace un excelente Capitán Stacy. Emma Stone es perfecta como Gwen Stacy y su personaje es mucho mejor que la Mary Jane de Kirsten Dunst. Ya para estas fechas era hora de superar el tropo de damisela en peligro, y en cambio nos dan un personaje que funciona más como compañera y colaboradora del héroe que como alguien a quien tiene que estar salvando siempre.

 

Andrew Garfield es, para muchos, el mejor Spider-Man, y puedo ver el por qué. Él es un excelente actor que de verdad ama al personaje y ha dicho que le rompió el corazón el tener que dejarlo. Cuando se pone la máscara, esa chispa, ingenio y enorme carisma que caracterizan al Arácnido están mejor encarnados en el Spidey de Andrew que en ningún otro. Por supuesto, no podemos dejar de repetir que la química entre Andrew y Emma en pantalla es maravillosa. Hacen una pareja insoportablemente adorable.

 

Mi problema es que como Peter adolescente está muy desatinado; a diferencia del tetazo en el que se transforma Tobey, el altísimo y apuesto Andrew no se ve para nada como la clase de chico al que harían bullying en la escuela. Es demasiado canchero para ser un marginado. Le sale mejor el papel de Peter joven adulto (y no es para menos: tenía 29 cuando filmó la peli). Otra cosa que medio jode su papel son ciertas decisiones de guion que le hacen ver medio cretino: las mentiras absurdas que se echa a veces, la forma en la que tira a loca a la tía May, o las veces que anduvo espiando a Gwen.

 


The Amazing Spider-Man 2 es un completo desastre, pero la disfruto a manera de placer culpable por todas las cosas ridículas que tiene. La trama de la conspiración de Oscorp y los padres de Peter es un misterio que a nadie le interesa y complica innecesariamente la historia que las películas están tratando de contar. Que Peter de alguna manera estuviera “destinado” a convertirse en Spider-Man (porque su ADN es el único compatible con el de las arañas mutantes) va en contra de la esencia del personaje: que es una persona común y corriente y que cualquiera podría haber estado en su lugar, y que son más bien sus decisiones y sus valores lo que lo convierten en un héroe.

 

En conclusión, Andrew Garfield fue un gran Spider-Man que merecía mejores guiones y mejores películas. De todas formas, yo estaba dispuesto a ver para dónde se iba esta historia cuando de pronto la cancelaron. La intromisión de los ejecutivos había arruinado otra saga arácnica y ahora no les quedaba más remedio que aceptar un faustiano trato con Marvel.

 

IV. LA SAGA DE JON Y TOM

 


Hasta el momento (enero de 2022), Tom Holland se ha puesto las telarañas para seis películas en el Universo Cinemático Marvel. Tres con los Vengadores, dirigidas por los hermanos Russo: Civil War (2016) Infinity War (2018) y Endgame (2019). Otras tres protagonizadas por él mismo y dirigidas por Jon Watts: Homecoming (2017), Far from Home (2019) y No Way Home (2021), conocidas colectivamente como Home Trilogy.

 

Valorar la trayectoria y el legado de esta nueva encarnación de Spider-Man significa enfrentarnos a una dicotomía. Por un lado, ¡por fin estaba Spidey en el Universo Cinemático Marvel! Desde hacía mucho que queríamos verlo compartir pantalla y aventuras con los otros superhéroes.

 

El Hombre Araña siempre había sido el corazón y emblema de la Casa de las Ideas, por encima de otros superhéroes con más abolengo como el Capitán América o más poderosos como Thor. Es más, Spider-Man sólo ha sido miembro ocasional de los Vengadores, nunca uno de la alineación principal. Esto es a diferencia de Superman, el héroe más emblemático de DC, quien no sólo es el primero, sino uno de los más poderosos (y durante gran parte de la historia de su publicación EL más poderoso), el líder de la Liga de la Justicia, y el más querido y admirado intra-universo. Spidey representa mejor que cualquier otro personaje, salvo quizá los X-Men, lo que Marvel Comics ha procurado ser desde un inicio: la casa de los héroes atribulados, de los personajes marginados y de las historias tan épicas como íntimas. Sin Spider-Man, Marvel no es Marvel.

 


Ahora, es bien sabido que si Marvel Studios decidió debutar con Iron Man, un personaje poco conocido fuera del público comiquero, fue porque los derechos de los héroes más populares estaban en manos de otras compañías como Fox y Sony. Encarnado por el carismático Robert Downey Jr. en uno de los castings más atinados de la historia, y bajo la dirección audaz de Jon Favreau, el Invencible Hombre de Hierro se convertiría en uno de los superhéroes más populares del mundo y la columna vertebral del MCU.

 

He aquí el reverso tenebroso de esta historia: esto hizo que el personaje proyectara una sombra demasiado grande sobre todo el Universo Marvel, opacando a héroes que en los cómics son más icónicos, como el Capitán América. Esto mismo acabó por convertir a Spider-Man en poco más que un patiño de Tony Stark. En vez de debutar en su propia película, apareció de forma apresurada como niño-soldado reclutado por Iron Man para participar en un conflicto del cual no entendía nada. En vez de elaborar su propio traje y construir sus propios lanzatelarañas, recibió aparatos supertecnológicos de parte del mentor billonario. En vez de enfrentarse a villanos con los que tuviera alguna relación íntima, tuvo que lidiar con gente que estaba resentida (y con toda razón) contra Tony Stark. En vez de aprender el oficio de superhéroe por su propia cuenta, con todo lo que ello implicaba, pasó tres películas dependiendo de la guía de justicieros con más experiencia.

 

Por añadidura tenemos el tono de las películas, que se sentían mucho cual comedia de bachillerato. No es realmente una queja, tanto Homecoming como Far From Home se me hacen divertidísimas y he pasado buenos ratos cada vez que las veo. Pero les faltaba el drama característico de Spider-Man; en su afán por huir de la sordidez, Marvel nos dejaba muy poco más que chascarrillos simpáticos.



Quizá lo que más extrañábamos muchos fans era el elemento de clase. Se supone que para Peter, un chico común y corriente de clase trabajadora, el dinero siempre es un problema. Esto está mejor representado en la trilogía de Raimi, en especial en la segunda parte. Peter necesita tanto el dinero que acepta seguir vendiendo fotos del Hombre Araña a Jameson, incluso si éste no hace más calumniarlo. En la trilogía de Webb, los problemas económicos también están presentes, aunque más discretos; por ejemplo, en la subtrama en la que la tía May tiene que trabajar de enfermera para costear los estudios de Peter. Momentos muy conmovedores de solidaridad de clase se dan a lo largo de las películas de ambas series: en la secuencia del puente, en la del tren, o en la de las grúas. Son instancias en las que la gente común, la que admira y apoya a Spider-Man (a diferencia de los medios que lo calumnian y la policía que lo persigue), le brinda su ayuda para enfrentarse a un villano. Está claro que Spider-Man es un héroe del pueblo.


Nada de eso está presente en las cintas del MCU, en la que el héroe al que Peter aspira a ser es un billonario que se cree por encima de todos, y los villanos son gente trabajadora a la que ese billonario jodió. La trama de los drones asesinos heredados a Peter es muestra de que hasta el último momento Stark seguía siendo un imbécil.

 

Por todo lo anterior, las primeras dos pelis de Jon y Tom se sentían demasiado diferentes a lo que estamos habituados a esperar de Spider-Man y esto en lo personal me impidió sentirme muy apegado a la nueva versión. Pero luego comencé a escuchar otras opiniones que me hicieron pensar distinto y empezar a valorarlas por lo que son y no por lo que yo pienso que debe ser una historia del Hombre Araña. Porque todo eso ya lo habíamos visto antes y ahora tocaba experimentar un poco.

 


Por ejemplo, me di cuenta de que fue muy atinado hacerle tantos cambios a los personajes que rodean a Spidey. No hubiéramos querido ver una vez más la mordida de la araña, la trágica muerte del tío Ben, la tía viejita y preocupona, el mentor científico que se convierte en monstruo por accidente de laboratorio y demás. Las sagas de Tobey y Andrew estaban demasiado frescas en la memoria y tratar de repetir los mismos puntos habría resultado cansino. Era más interesante hacer cambios radicales, de forma que se sintiera como algo nuevo, incluso si para ello se desviaba mucho del material original.

 

O sea, ya habíamos visto a Peter crecer y convertirse en héroe en un mundo en el que él era el único. Pero no habíamos visto nada con la siguiente premisa: ¿Y si el joven Parker iniciara su carrera en un mundo ya poblado de supergente? ¿Y si tuviera que hacerse un lugar entre muchos otros héroes ya consagrados? Viéndolo así, esta serie se vuelve más interesante, pues nos muestra a un Peter que en sus inicios parece considerar esto de ser superhéroe como algo cool, fantasea con formar parte de los Vengadores y hace todo lo posible para ganarse la aprobación de Tony Stark. Pero que poco a poco, película a película, va aprendiendo que el oficio superheroico consiste en hacer lo correcto sin importar cuánto cueste y asumir las responsabilidades que nadie más puede.

 

Tom Holland logra hacernos entender todo esto, con su Spider-Man inseguro y nervioso, que encuentra fuerzas y valor cuando la situación lo obliga a ponerse a la altura. Y precisamente de lo mejor de estas pelis es su reparto. Marisa Tomei como una nueva tía May, joven, guapa y buena onda. Zendaya como una nueva MJ, la chica linda que intimida porque es inteligente, excéntrica y contestataria. Jacob Batalon como el amigo gracioso, pero cien por ciento leal, Ned Leeds. Jake Gyllenhaal como un Mysterio que realmente juega con la mente de nuestro héroe. El Buitre de Michael Keaton es bastante más interesante que su contraparte en los cómics y uno de los mejores villanos del MCU; que lo hubieran hecho el papá del interés romántico de Peter fue un plot-twist de 10. Todo ha sido estupendo.

 


Aun así, algo le faltaba a esta serie para realmente captar la esencia de Spider-Man. No nos imaginábamos que para ello sería necesario abrir el Multiverso…

 

Concluirá en el tercer capítulo, pero antes tendremos que hacer una disgresión para contar la Breve historia del multiverso.

 

NOTA: Quiero agradecer mucho a mis tres Patrons, en especial a ese único que no es tía mía. La última entrega de esta trilogía y el interludio sobre el multiverso se estrenaron con unos días de anticipación para quienes apoyan este proyecto. Tú también puedes ayudarme a seguir creando con una pequeña contribución en mi Patreon.

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