Los héroes antes de los superhéroes. Parte IV - Ego Sum Qui Sum

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PROFESOR MAIK CIVEIRA & LA ALIANZA FRIKI ANTIFASCISTA

jueves, 13 de octubre de 2022

Los héroes antes de los superhéroes. Parte IV


Parte I: Superhombres victorianos
Parte II: Páginas de pulpa
Parte III: Domingo por la mañana

 

ANTES Y DESPUÉS DE KRYPTÓN

 

¡Buen día! A lo largo de esta serie hemos recorrido mucha historia en busca de la genealogía de la personajes a los que llamamos ‘superhéroes’, y que son hoy de las figuras más importantes en la cultura mediática contemporánea. Hemos hablado de semidioses antiguos, de caballeros medievales y superhombres victorianos; hemos visto el desarrollo de la literatura pulp y del cómic como medio narrativo. Ahora estamos en la recta final, a punto de llegar a la aparición de Superman, que marca el inicio de la Edad Dorada del cómic de superhéroes.

 

He querido hacer una guía de los personajes más importantes que fueron antecedentes de la ficción superheroica. Sin embargo, hubo algunas obras que no habíamos mencionado por falta de espacio. Algunos son ejemplos tempranos de algún elemento que luego se volvería común en las historias de superhéroes, pero que en sí pertenecen a otros géneros. En algunos casos es difícil establecer cuál fue su verdadero impacto, pues muchos de ellos no dieron lugar a largas series ni aparecieron en múltiples medios, sino que fueron algo de una sola vez. Aquí tenemos a nuestras notorias menciones honoríficas:

 


Judex (1916): Serial cinematográfico francés creado por Louis Feuillade y Arthur Bernède. Judex es un vigilante que lucha para vengar la muerte de su padre. Fue concebido como una versión heroica de Fantomas, con un toque del Conde de Montecristo. Es tentador pensar que inspiró a la Sombra, en especial por su sombrero y su capa, y hasta las tiras cómicas de este personaje fueron traducidas como ‘Judex’ en Francia. Sin embargo, recordemos que el Sello Gris antecede a ambos.

 


The Masked Rider (1916): Protagonista de un serial western dirigido por Fred J. Balshofer. Un hombre llamado Bruce llega a los territorios salvajes de Carolina del Norte para vengar a su hermano, muerto por unos bandidos. Para aterrorizar a los delincuentes, aparece enmascarado y todo vestido de blanco, cabalgando un caballo del mismo color, como queriéndoles hacer creer que es el fantasma del asesinado. Durante su misión, se hospeda en un hotel llamado, no es joda, Bat Cave. Bien podría ser el primer “jinete enmascarado” del cine y antecede tanto al Llanero Solitario como a Batman.

 


The Bat (1926): Película silente dirigida por Roland West. Mezcla comedia y horror gótico, y trata sobre una figura misteriosa, el Murciélago, un asesino y ladrón que se disfraza como un quiróptero, y en la escena de sus crímenes deja notas en forma de su animal totémico. Ya saben para dónde va esto, ¿verdad? Si los creadores de Batman no vieron esta película, es una certeza que conocieron el remake sonoro, estrenado en 1930, de mano el mismo director.

 


The Skylark of Space (1928): Novela pulp serializada en Amazing Stories, escrita por Edward E. "Doc" Smith y Lee Hawkins Garby. Es la primera novela de ciencia de ficción en la que humanos viajan más allá del sistema solar para tener una aventura tras otra. Se considera la primera space opera, contemporánea de Buck Rogers (de hecho, debutaron en el mismo número de la revista) y antecesora de Flash Gordon. Como muchos superhéroes de cómic tienen aventuras tipo space opera, también deben algo a esta novelita.

 


G-8 and His Battle Aces (1930): Serie de libros pulp, creada por Robert J. Hogan, en que un equipo de ases de la aviación se luce en la Primera Guerra Mundial, peleando contra alemanes malvados y amenazas fantásticas o cienciaficcioneras, incluyendo bichos gigantes, marcianos y un remedo de Fu Manchú. Esta publicación inició el subgénero de “pilotos temerarios con aventuras extraordinarias”, que luego daría lugar, por ejemplo, a los Blackhawks de DC o la película retrofuturista Sky Captain and the World of Tomorrow (2004).

 


Ogon Bat (1931): Los kamishibai eran teatros ambulantes que usaban imágenes secuenciales acompañadas de narración para contar historias. Entretenían a chicos y grandes en las calles de Japón. En esta forma peculiar de arte apareció Ogon Bat (Murciélago Dorado), un héroe que viajó desde la antigua Atlántida para combatir en el mal en el presente. Posee superfuerza, invulnerabilidad y capacidad de vuelo; además tiene un traje colorido con todo y capa, y una máscara en forma de calavera. Fue tan popular que pasó del teatro callejero al manga, el anime y el cine. Con todo esto, es un buen candidato para el título de “primer superhéroe”, pero su influencia en Occidente fue prácticamente nula.

 


Northwest Smith (1933): Este personaje fue creado por C.L. Moore para una serie de cuentos de ciencia ficción que aparecieron en la clásica revista pulp Weird Tales. Moore combinó el western con la space opera para crear a este contrabandista que tiene aventuras por el sistema solar recién colonizado por la humanidad. Como personaje, es cínico y violento, pero tiene un buen corazón y al final siempre hace lo correcto; se le puede considerar el predecesor de Han Solo.

 


Jirel of Joiry (1934): Otra creación de la dama del pulp C.L. Moore. Sus historias son de fantasía, concretamente del subgénero de sword and sorcery, y es más bien una antecesora de personajes como Sonja la Roja o Xena. Estelarizó cuentos y novelas breves que fueron publicados en Weird Tales, lo que la convierte en la primera heroína en ser protagonista de sus propias historias. Como dato curioso, cabe añadir que ésta es una de las poquísimas historias de fantasía pulp que fue leída y reseñada por JRR Tolkien.

 


Operator No. 5 (1934): Otro pulp, creado por Frederick C. Davis, que tiene por protagonista a Jimmy Christopher (nombre código, Operador No. 5), agente de los servicios secretos gringos, dedicado a proteger a los Estados Unidos de nefarios planes de potencias extranjeras, llevados a cabo por extravagantes villanos de esos que se tuercen el bigote mientras ríen. Jimmy poseía, cómo no, una colección de útiles gadgets. Sí, es el abuelo de James Bond y bisabuelo de Nick Fury.

 


Terry y los piratas (1934): Historieta de aventuras creada para los diarios por Milton Caniff. Fue considerada una de las mejores tiras de su tiempo, pero no la abordamos porque no tiene mucho que ver con los superhéroes. Vamos, que si de chavales teniendo aventuras demasiado peligrosas para su edad se trata, vino primero Tintín (1929). La traemos a colación porque la villana principal es la reina pirata oriental conocida como Dragon Lady, algo así como una versión femenina de Fu Manchu, y pero además de letal es guapa y sensual. Se convirtió en un personaje tan influyente y tan imitado que hay un tropo con su nombre, e incluye a personajes como Lady Shiva de DC y Lady Deathstrike de Marvel.

 

Ahora sí, continuemos con nuestra historia…

 

EL AVISPÓN VERDE
(1936)


Britt Reid es el adinerado dueño de un periódico durante el día, y un vigilante enmascarado que lucha contra el crimen durante las noches, con ayuda de su fiel asistente Kato. El Avispón Verde finge ser un criminal, y de hecho la policía lo persigue (excepto por el comisionado, su único amigo entre las fuerzas de la ley), pero esa mala fama le permite infiltrarse en el mundo del crimen organizado y truncar los malévolos planes de mafiosos. Cuenta con una pistola de gas para adormecer a sus enemigos, otra que emite ondas ultrasónicas, y con Belleza Negra, un automóvil supertecnológico, como el que tiempo después manejaría otro millonario con mucho tiempo libre…

 

El Avispón Verde habría podido quedar como una nota al pie, junto a otros tantos hijos perdidos de la Sombra, pero se salva porque se convirtió en un personaje muy popular gracias a su carisma. El programa de radio era estupendo, lo que le permitió dar el salto a las revistas de historietas y a los seriales cinematográficos. Hoy en día sus cómics son publicados por Dynamite, como con otros héroes clásicos de aquellos años.

 


Los rucos de mi generación recordarán sobre todo la serie de TV que se transmitió originalmente de 1966 a 1967, pero que fue repetida una y otra vez a lo largo de las décadas. En ella, Van Williams hacía el papel del Avispón, pero recordamos sobre todo a la leyenda Bruce Lee como Kato, quien se volvió incluso más popular que su protagonista. Williams quedó tan impresionado por las habilidades de su coestrella que le pidió que le enseñara algunos movimientos de artes marciales para no quedarse atrás.

 

El Avispón Verde fue creado por Fran Striker, también padre del Llanero Solitario. Resulta que Britt Reid es nieto de Dan Reid, un capitán de los Rangers de Texas que fue asesinado por bandidos. Su hermano menor, John Reid, se convirtió en el Llanero Solitario para vengarlo, y con el tiempo incluyó a su sobrino, Dan Reid Jr., hijo del finado capitán, en sus aventuras. Dan Jr. es el padre de Britt. O sea, el Avispón Verde es sobrino nieto del Llanero Solitario. Con eso, Striker había creado el primer universo compartido de superhéroes.

 

EL FANTASMA
(1936)


De la pluma del creador de Mandrake, Lee Falk, llega otro personaje que ha sido llamado el “primer superhéroe de los cómics”. Definitivamente es el primero en combinar todas las siguientes características: identidad secreta y nombre pintoresco; un traje de mallas ajustadas, con calzones por fuera; con un antifaz que le hacía parecer que sus ojos no tienen pupilas; y, sobre todo, aparecer en los cómics. Sólo le faltó tener superpoderes.

 

En el siglo XVI, Christopher Walker fue el único sobreviviente de un navío atacado por piratas; en la refriega, su padre había perdido la vida, y él mismo había quedado varado en las costas de Bangalla con nada más que el cadáver paterno. Christopher juró luchar contra el mal para honrar la memoria de su padre y para ello adoptó la identidad del Fantasma. Cada Walker hereda a su hijo la misión de luchar contra el mal, y así el Fantasma trasciende los siglos, creando con ello la leyenda de que es un ser inmortal. Esta primera parte de la historia de origen se la robó Lee Falk de una película llamada The Black Pirate, estrenada en 1926 y estelarizada por -nos ponemos de pie- Douglas Fairbanks. Ya lo demás es medio combinar a Tarzán con la Sombra.

 


La tira original tiene como protagonista a Kit Walker, el vigésimo primer Fantasma. Como sus ancestros, tiene su guarida en la legendaria Cueva Calavera, lucha contra piratas, contrabandistas y otros enemigos desde su base en la ficticia nación selvática de Bangalla (que, dependiendo de la versión, está en África o Asia). Cuenta con la ayuda de un lobo blanco llamado Diablo y un caballo llamado Héroe. Uno de sus rasgos distintivos es su anillo con forma de calavera, con los que marca a sus enemigos cuando les da un derechazo en la cara.

 

El Fantasma es uno de los personajes más populares de los que hemos visto hasta ahora, superando a casi todos los demás (las excepciones podrían ser Tarzán y el Zorro). Su tira fue de inmediato traducida a una gran cantidad de idiomas y publicada en decenas de países. Los nazis prohibieron los cómics del Fantasma y de Flash Gordon, por lo que tuvieron que ser contrabandeados a los países ocupados por Alemania.

 



Los niños de los ochenta recordarán la serie animada Los defensores de la Tierra, en la que aparecía el Fantasma junto a los otros dos héroes de King Features, Mandrake y Flash Gordon, con una nueva generación de sucesores. Fue así como muchos de nosotros conocimos a estos personajes, y que se convirtieron en parte de nuestras infancias. Y si algo he aprendido es que a la gente le gusta cualquier cosa haya visto en su niñez, así que seguro hay fans de la película con Billy Zane de 1996.

 

EL PRÍNCIPE VALIENTE
(1937)


La cuarta gran estrella de King Features sería creación del extraordinario Hal Foster, quien ya antes había hecho carrera dibujando las tiras cómicas de Tarzán, y con esta obra se consolidaría como uno de los más grandes artistas la historia del noveno arte.

 

La tira cuenta la historia épica del príncipe Valiant, quien llegó exiliado de tierras nórdicas a la corte del legendario Rey Arturo. Tras servir unos años como escudero de Sir Gawain, Valiant llega a ser uno de los caballeros de la Mesa Redonda. A lo largo de más de 80 años de publicación continua, Valiant ha tenido muchísimas aventuras distintas y enfrentado a múltiples enemigos.

 

El cómic se toma muchas libertades históricas, ya que supuestamente sucede en los últimos años del Imperio Romano (cuando el Arturo histórico habría existido), pero la cultura que muestra corresponde más bien a la Plena Edad Media (de donde provienen la mayor parte de las novelas artúricas) y en general no teme a los anacronismos. También ha variado mucho entre la fantasía de los primeros años a un realismo histórico posterior. El resultado es que las aventuras de Valiant transcurren en su propio mundo fantástico e intemporal.

 


La tira fue un éxito inmediato y ha sido elogiada como uno de los mayores logros en la historia de la narrativa gráfica. Ciertamente no tiene mucho que ver con los superhéroes, pero es tan importante para el desarrollo del cómic como arte que no podíamos dejarlo de lado. Sin embargo, no tuvo tantas adaptaciones a otros medios como sus compañeros de viñetas, excepto recopilaciones de las tiras, un par de películas y una serie animada. Yo recuerdo haber visto las tiras de El Príncipe Valiente en los periódicos, pero como no las leía de continuo, nunca supe qué estaba pasando.

 

Eso sí, en Latinoamérica usamos la expresión “peinado de Príncipe Valiente” para referirse a ése que estuvo muy de moda en los 80. Hoy nos parece medio chistoso, pero de hecho corresponde a los peinados que se usaban en la Edad Media, según nos muestra el arte de la época. Hoy en día peinan a la gente de las películas y series medievales como si fueran metaleros; o sea, nada que ver.

 

SUPERMAN
(1938)


En abril de 1938, el escritor Jerry Siegel y el artista Joe Shuster cambiaron la cultura pop para siempre con la introducción de Superman. A lo largo de esta serie hemos visto que ya antes habían aparecido varios personajes a los que bien podríamos llamar “superhéroes”, pero ninguno era como el Hombre de Acero. Nada surge de la nada, y es claro que este par de artistas tomaron mucho de lo que ya había estado circulando en revistas pulp, tiras cómicas y programas de radio de las últimas cuatro décadas. Ellos mismos habían publicado un cuentito de título The Reign of the Superman, en 1933, sobre un supervillano con poderes psíquicos. Fuera del nombre, ese personaje no tiene nada que ver con nuestro Último Hijo de Kryptón.

 

Lo más notorio de Superman eran sus extraordinarios poderes, que superaban por mucho hasta al más fantástico de los otros héroes de la época. Gladiator, una novela de 1930, Philip Wylie ya había introducido a un personaje con superfuerza e inmunidad a las balas. En este libro, Hugo Danner es resultado de experimentos científicos que su padre llevo a cabo, lo que lo convierte en un superhombre. Sin embargo, Wylie no pretendía hacer una historia de aventuras, sino un drama de ciencia ficción seria, y la novela trata de Hugo ocultando sus habilidades e intentando llevar una vida normal. Tampoco hay pruebas de que Siegel o Shuster hayan leído el libro, aunque es curioso que en éste se compara la fuerza y capacidad de salto de Hugo con las de hormigas y saltamontes, justo como sucede con Superman en su primera aparición.

 

Como sea, el par sí que reconoció haberse inspirado en John Carter de Marte, quien disfrutaba de colosal fuerza y podía dar grandes saltos gracias a la poca gravedad del Planeta Rojo. Otra inspiración explícita fue Tarzán, y vemos un paralelo entre el hombre criado por simios y el extraterrestre criado por humanos. Por último, el traje de Superman debe mucho a ciertos atuendos que usara Flash Gordon, en especial aquellas veces que vestía trajes entallados, incluyendo capa y emblema en el pecho. También está la Fortaleza de la Soledad, ésta sí fusilada directamente de Doc Savage.

 


Sin embargo, Superman no deja de ser un personaje tremendamente original. Es el primero de origen extraterrestre y el primero en ser tan poderoso; nadie tenía un origen como el suyo (excepto, tal vez, Moisés). No es un aventurero del espacio o de exóticas tierras coloniales, sino un héroe principalmente urbano. Pero no es un vigilante sombrío, ni pasa su tiempo libre como playboy millonario. Es un hombre del pueblo, crecido en la clase trabajadora y que se desempeña como un modesto reportero de buenos modales en el diario metropolitano, y cuyas primeras batallas eran contra la opresión y la injusticia social.

 

Superman produciría una interminable legión de imitadores, cambiando para siempre la industria del cómic, hasta que llegaría el día en que el medio sería prácticamente sinónimo con la ficción de superhéroes. Pero el cambio de inmediato; durante décadas por venir los cómics seguirían presentando historias de horror, fantasía, ciencia ficción, western o policiaca, como lo había hecho la literatura popular desde tiempos de los folletines. Es más, aun durante los años que siguieron al debut del Hombre de Acero, y aun cuando ya estaban apareciendo otros auténticos superhéroes, nuevos personajes de la tradición pre-Superman siguieron presentándose, incluso algunos que alcanzarían gran popularidad e impactarían en la cultura. Es por eso que nuestro viaje no termina aquí…

 

SHEENA, REINA DE LA SELVA
(1938)


Desde que apareció Tarzán en 1912, le siguieron montones y montones de imitadores de éxito variado. Sin embargo, la única interesante es Sheena. Llama la atención por varias razones; para empezar, porque fue la primera creación exitosa de la leyenda de los cómics Will Eisner.

 

Pero, sobre todo, porque una de las primeras heroínas de cómics, la primera en tener un papel protagónico y la primera en tener su propio título, precediendo a la Mujer Maravilla. Algunas de las damas del pulp y del cómic que habían aparecido antes eran bastante osadas y heroicas por derecho propio, pero siempre estaban subordinadas al hombre protagonista y las más de las veces servían como damiselas en peligro: Dejah Thoris de John Carter, Jane Porter de Tarzán, Dale Arden de Flash Gordon… Jirel de Joiry sí fue la heroína de sus propias aventuras, pero en un género completamente distinto y además nunca tuvo una revista a su nombre.

 


Sheena es la primera versión femenina auténtica del Rey de la Selva. Había habido una niña feral llamada Rima en una novela titulada Green Mansions, de William Henry Hudson, pero ella es tan diferente de Sheena como Mowgli lo es de Tarzán. Luego vendrían muchas más chicas rubias en bikini de piel de animal, rudas y muy hermosas, pero al mismo tiempo ingenuas sobre la vida moderna. El tropo llegaría a ser conocido como nubile savage.

 

La historia varía según la encarnación. En el cómic original, Sheena es la hija pequeña de un explorador blanco en África. El padre muere y ella es adoptada por un médico-brujo nativo, quien le enseña a sobrevivir en la selva y a comunicarse de forma intuitiva con los animales. Sus aventuras son típica jungle opera, con los usuales villanos y peligros, que van de lo mundano a lo fantástico.

 


Una guapa rubia en bikini de piel era algo demasiado atractivo como para no traerla a la vida real. Es por eso que Sheena protagonizó dos series de TV y una película. Las actrices que se han puesto en la piel de leopardo de Sheena fueron Irish McCalla (1955-1956), Tanya Roberts (1984) y Gena Lee Nolin (2001-2002). Hoy en día sus cómics son publicados por Dynamite, y en ellos la han trasladado de las selvas de África a la Amazonia, lo cual me parece bien chafa. Digo, en África hay leones, elefantes, gorilas, y probablemente dinosaurios, mientras en Sudamérica nomás hay narcos, chairos y futbolistas.

 

BATMAN
(1939)


Lo he dicho antes y lo sostengo con florete: Batman es uno de los grandes personajes de la literatura universal. Otra cosa que he dicho siempre: desde sus inicios tenía más en común con los aventureros y justicieros del pulp que con los otros superhéroes que fueron apareciendo por esos años. De hecho, si a sus orígenes nos vamos, el Hombre Murciélago aparece como un personaje muy poco original.

 

Es cierto que Superman debe cada uno de sus aspectos a una inspiración distinta, pero lo que Siegel y Shuster armaron fue una combinación de elementos completamente original. En cambio, cuando conoces a todos los personajes que precedieron a Batman, éste resulta tremendamente derivativo. No hay un solo aspecto del personaje que no hayamos visto antes en esta serie, o siquiera una mezcla de influencias que resulte novedosa. Es más, la primera historia de Batman en Detective Comics #27, está copiada casi al calco de Partners of Peril, una aventura de la Sombra.

 

Batman podría haberse quedado como otro de muchos personajes del tipo “playboy millonario de día, justiciero enmascarado de noche”, de no ser porque poco a poco fue construyendo su propia mitología, y se fue perfilando la complejidad psicológica del héroe y de los villanos a los que combate. Ultimadamente, ‘original’ no es sinónimo de ‘bueno’, y por algo Batman es ahora uno de los personajes de ficción más omnipresentes del mundo. Demos gracias, pues, a sus creadores, Bill Finger y Bob Kane.

 

EL MURCIÉLAGO NEGRO
(1939)


Aparecido apenas unos meses después de Batman, fue creado por Norman A. Daniels. Es curioso que ambos personajes hayan sido creados de forma independiente, y es que ambos son hijos de las mismas influencias.

 

Anthony Quinn era fiscal de distrito hasta que un día le arrojaron ácido de batería en la cara… Hey, esto me suena… Quinn quedó ciego, pero aprendió a afinar sus otros sentidos hasta una perfección casi superhumana… Hey, esto me suena también… Una cirugía experimental no sólo le devolvió la vista, sino que le permitió ver perfectamente bien en la oscuridad. Con sus nuevas habilidades, decide convertirse en el Murciélago Negro, un vigilante enmascarado que lucha contra el crimen y blablablá.

 

Llama la atención su traje con la capucha y la capa; sólo le faltaban las orejas para ser Batman. Además, su historia de origen es claramente la inspiración de dos personajes clásicos de los cómics de superhéroes: el villano Dos-Caras de DC y el héroe Daredevil de Marvel. Fuera de eso, no es un personaje muy memorable.

 

EL ESPÍRITU
(1940)


Llegamos al final de nuestro recorrido. El Espíritu, creado por el gran Will Eisner, es el último personaje importante que combina el estilo de los héroes pulp y el de los superhéroes de cómic. Además así podemos terminar en 1940, que es un número redondo, y eso satisface mi personalidad obsesiva.

 

Tras su supuesto asesinato, el detective Denny Colt de Ciudad Central tiene una segunda vida como el Espíritu, un justiciero enmascarado. Su base de operaciones es una guarida secreta en el cementerio, justo debajo de su propia tumba. Su principal aliado es el comisionado Dolan, y la hija de éste, Ellen, es el amor de su vida. Otro colaborador es Ebony White, un hábil y pícaro taxista, y un doloroso estereotipo racial al estilo Memín Pinguín. Ya luego mejorarían y dignificarían al personaje.


El Espíritu enfrenta a la usual caterva de villanos: mafiosos, científicos locos, femme fatales, algún ocasional extraterrestre… Su archienemigo es el misterioso genio criminal conocido como el Pulpo, un maestro del disfraz cuyo verdadero rostro jamás se conoce, y que la mayor parte del tiempo aparece como una figura en penumbras de la que sólo se ven sus manos enguantadas. Su apodo viene de que tiene sus figurados tentáculos en todas partes, controlando diversas actividades criminales.


El Espíritu se enfrentaba a situaciones duras de la gran ciudad, pues Eisner siempre tuvo interés en los temas sociales y urbanos, y gusto por la novela policiaca. Pero al autor también le interesaba experimentar con géneros y tonos narrativos, así que en las páginas del cómic podemos encontrar de todo, desde drama social hasta ciencia ficción e incluso toques de horror. Con todo, el Espíritu se caracteriza por su buen ánimo y sentido del humor, aunque a veces éste puede resultar un tanto sepulcral, pues parece que la experiencia de haber “muerto” lo dejó algo tocadiscos.


 

El Espírito apareció por primera vez en un suplemento dominical de los diarios; se trata de un tipo de publicación a medio camino entre las páginas de historietas de los periódicos y las revistas de cómics tal cual. Su primera serie duró de 1940 a 1952. Tras un hiato, regresó en forma de cómic mensual en la segunda mitad de los 60, y desde entonces nuevas historias han sido publicadas de forma más o menos continua, por diferentes autores y editoriales. No es necesario detenernos en la horrible película que perpetró Frank Miller en 2008.

 

Will Eisner es famoso por experimentar con la narración visual; su carrera en los cómics del Espíritu lo consolidarían como uno de los más grandes artistas de todos los tiempos, sólo para después ir y crear la primera novela gráfica de la historia, Contrato con Dios (1978). La suya fue una vida larga y fructífera, que cambió el noveno arte para siempre.


CONCLUSIONES


Como suele pasarme, esta serie me quedó más larga de lo que me esperaba (el doble, en realidad). Suele suceder que creo que ya lo tengo todo listo, pero cuando ando repasando mis fuentes me topo con algún detalle que me lleva a otro detalle y así hasta topar con temas de los que no sabía nada. Mejor, así quedó una pequeña saga más completa de lo que ambicionaba en un principio.

 

Otro día podríamos seguir con los superhéroes de la Edad de Oro, en especial los que han sido olvidados. También me gustaría, en algún momento, hablar de los superhéroes mexicanos, que empiezan a desarrollarse mucho más tarde; la primera película del Santo se estrenó en 1958, y Kalimán debutó en 1963, de modo que corresponden con la Edad de Plata del cómic gringo. Todo ello tendrá que esperar algún tiempo.


Eso sí, hay algunos aspectos de los personajes aquí mencionados que los hacen un poco difíciles de tragar para lectores modernos. En lo personal, me aburre un poco que todos sean “hombres rudos infalibles y perfectos”; soy un hijo de la era post-Stan Lee, y para identificarme con mis personajes me gusta saber que son capaces de cometer errores, dudar, temer, incluso fracasar o sufrir por un corazón roto. Por otro lado, la exuberante imaginación de los autores de aquellos tiempos, y el indiscutible talento de los artistas, compensa ese defecto.

 


El otro tema, y el más importante, es que todas estas obras son jodidamente colonialistas. Que sí, no extraña por el tiempo en el que surgieron, pero cansa. El mundo más allá de Europa o Norteamérica existe para que el hombre blanco tenga aventuras. Las personas de otras razas sirven para asistir a los blancos, y si son presentadas como nobles compañeros, siempre son están bajo la jerarquía del hombre blanco, y su virtud se fundamenta en su sumisión. A menudo, las personas racializadas están ahí para enseñar habilidades y poderes que “por alguna razón” harán de los blancos más competentes que cualquier nativo que también usara esos dones.

 

Tarzán podrá ser muy amigo de los nativos, pero ni él ni su hijo se casan con mujeres locales. Veintiún generaciones de Fantasmas han vivido en Bangalla, pero cuando llega el momento de aparearse y dejar descendencia, van a Occidente a conseguirse una novia blanca. Y ni hablar de tanto énfasis en el “peligro amarillo”.

 

A pesar de todo ello, sigue siendo un legado cultural que vale la pena revisar. La cultura pop parece estar dominada hoy por los superhéroes, y peor, por los personajes pertenecientes a UNA sola compañía, filial de la mergacorporación de entretenimiento más grande y poderosa que jamás haya existido, y que parece determinada a ser dueña de toda nuestra fantasía. En un mundo tendiente a la homogeneización cultural y la regurgitación de las mismas narrativas, echar una mirada a los clásicos nos recuerda que la cultura pop solía ser muy diversa, y puede ser una fuente de buenas ideas que se han olvidado. Además, cuando la cultura geek amenaza con volverse cada vez más superflua, siempre es bueno estudiar su historia y evolución, para ir más allá de la celebración borreguil, y comprenderla y analizarla críticamente.

 

Ahora, una nota personal. Algunos de estos personajes los conocí en mi niñez; de otros muchos escuché por boca de mi padre, cuando rememoraba los cuentos o películas que disfrutaba de chico. Esas anécdotas se me quedaron en la memoria, y cuando por fin tuve oportunidad de leerlos de primera mano, sentí que tenía con ellos una conexión anterior. 

Realmente adquirí conciencia plena de varios de estos gracias a los cómics de Planetary que publicó Editorial Vid a finales de los 90. En esta excelente serie aparecen varios personajes de pulp, y fue por los artículos dedicados a explicar a los lectores todas las referencias, que pude entender quiénes eran. Ignoro el nombre del autor de dichos artículos; sólo conservo el primer número de esa serie y el texto no está firmado. Donde quiere que esté, muchas gracias. 

La literatura pulp y los viejos cómics despiertan en mí esa extraña forma de nostalgia, la que se siente por un pasado que no nos tocó: en nuestros tiempos hauntológicos se le ha dado el nombre de anemoia. Estas historias, en particular las de mis personajes favoritos, son una forma de regresar en el tiempo y experimentar una forma de fantasía que ya no se encuentra en nuestros días, un asomo a la imaginación de otros tiempos.

 


FIN

 

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FUENTES:

Algunos documentales breves en YouTube me sirvieron como base para esta serie, en especial los del canal Comic Book Historians:


También me fue de mucha utilidad el número especial que la revista Muy Interesante dedicó a la historia de los cómics en 2015. Para corroborar datos concretos, recurrí a las siempre confiables Wikipedia, IMDB y TV Tropes.

5 comentarios:

Ognimod dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ognimod dijo...

¿Qué puedo añadir? Extraordinariamente completo y certero. Cada vez que pensaba "¿hablará de tal o cual personaje?", ¡pum!, ahí estaba. Cada vez que veía al personaje de turno pensaba: "¿hablará de la película que en tal año protagonizó tal actor?", ¡pum! ahí estaba.

No sabía que el sentimiento de añoranza triste por una época que no se vivió tiene nombre. Yo también la he sentido, por la cultura pop. Otros, ya sabemos, la sienten por la "edad dorada", que es lo que les han dicho que existió antes de que el gomunim-mo inventara conceptos "forzados" como la democracia, la igualdad social y los derechos humanos universales...

Se me ocurrió que en una parte 5 podrías hablar de héroes pulp inventados después de la buena época del pulp, pero ahora pienso que solo conozco dos ejemplos: Indiana Jones, y el Rocketeer (con película de 1991 producida por... ¡adivina!)

Maik Civeira dijo...

¡Hola, hola! Muchas gracias por leer, amigo. Sí me quedaron varios personajes en el tintero, sobre todo porque me puse 1940 como límite. The Rocketeer está inspirado en unos seriales cinemáticos: "King of the Rocketmen" de 1949 y los del personaje Commando Cody (1952 y 53). También está Darkman, creado por Sam Raimi, que debe mucho a la Sombra y otros héroes pulp. Me habría gustado hablar de todos ellos, pero ya me cansé, jajaj :v

Ognimod dijo...

¡Cierto que Darkman también! Raimi se vio en una situación muy George Lucas; quería adaptar a la Sombra y no consiguió los derechos, por lo que se dijo "¡Haré mi propia Sombra! ¡Con juegos de azar, y mujerzuelas!"

No tenía ni idea de que el Avispón Verde era nieto del Llanero Solitario. ¡Ja! ¿qué me decís, id Software?

Conozco por lo menos a dos personas a quienes les gusta la película del Fantasma de 1996; una es mi madre, que leía la tira cómica en el periódico cuando era pequeña y le fascinó ver a su héroe en carne y hueso. La otra soy yo, que me gustan mucho las aventuras tipo pulp (soy muy fanático de Indiana Jones) y todo lo que sean héroes inverosímiles haciendo hazañas inverosímiles como pelear a puños con espías enemigos en la cima de dirigibles en llamas o rescatando princesas espaciales de las garras de secuaces de dictadores intergalácticos que inventan rayos láser que destruyen galaxias enteras. Ese tipo de cosas me chiflan. Además de que la peli del Fantasma tiene al mismísimo, y me pongo de pie, Cary-Hiroyuki Tagawa, y eso, para alguien cuya película modelo basada en un videojuego es el Mortal Kombat de 1995, es indiscutiblemente un punto (¡tilín!).

Es posible que te llame la atención un juego de MS-DOS llamado "Rocket Ranger", de 1988, que yo reseñé en mi blog. Se trata de enviar agentes aliados por el mundo para que te devuelvan información, y con ella en mano, utilizar un morral cohete del futuro para viajar a distintos lugares del mundo para sabotear el avance de los nazis. No es el mejor juego del mundo, pero es el segundo mejor juego de "hombre cohete" que se ha hecho después del Dark Void.

Maik Civeira dijo...

Jejeje, pues no les juzgo. Se supone que la película de Dick Tracy era mala, pero a mí me encantó de pequeño y hasta la fecha le tengo mucho aprecio.

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