Hola, les doy la bienvenida de vuelta a esta serie, en la
que estamos explorando el origen de la ficción superheroica. En las primeras
dos entregas hablamos de sus antecedentes en la literatura popular, en
particular las revistas pulp. Asimismo, ya habíamos mencionado que, si bien en
las décadas de 1910 y 1920 aparecieron algunos de los personajes y títulos más
importantes, la verdadera edad de oro para las revistas pulp fueron los
años 30.
Aquélla fue también la década en que el que los personajes
del pulp, y en general el estilo de historias que protagonizaban, saltaron al
cine, la radio y, por supuesto, el medio que casi se volvería sinónimo con el
género superheroico: los cómics. De modo que habremos de iniciar este
capítulo con una breve introducción a la historia del noveno arte (el octavo
fue la maravilla voz del Tata Arvizu).
Hoy en día estamos acostumbrados a leer cómics en sus
propias revistas mensuales, o en compilaciones de las mismas. Pero durante
muchos años la forma más usual de leer era en los periódicos. Para contar la
historia del cómic, tendríamos que la evolución del arte de narrar usando
imágenes secuenciales. Si quisiéramos vernos muy mamalones, hasta podríamos
partir de ciertas ilustraciones medievales o hasta de los jeroglíficos egipcios.
Sin embargo, el verdadero origen de los cómics como arte y
medio son las caricaturas, en especial las que satirizaban asuntos políticos y
sociales, y que ya eran comunes en periódicos y revistas europeas y americanas
en la primera mitad del siglo XIX. Desde hace ya bastante teníamos imágenes
graciosas acompañadas de texto, e incluso rudimentarios globos de diálogo,
que fueron evolucionando y volviéndose más sofisticados a lo largo del siglo.
Poner dos o tres imágenes en secuencia para contar un chiste era algo que ya se
hacía para la década de 1820, y el pionero de la técnica parece haber sido el
suizo Rodolphe Töpffer y su tira Los Amores del Señor Vieux Bois,
publicada por primera vez en 1837.
Para finales del siglo XIX las tiras cómicas ya eran
inmensamente populares y un elemento importante para atraer lectores a los
periódicos. Eso llevó a la invención de páginas exclusivamente dedicadas a las
historietas; a tiras dominicales a todo color y, con el tiempo, a las de una
página completa. Las más populares podían ser sindicadas, es decir, impresas
por diferentes periódicos a lo largo del país, y más tarde, del mundo. The
Yellow Kid, creada en 1895 por Richard F. Outcault, es una
pionera en desarrollar muchos de los aspectos de la narrativa secuencial.
El nombre “cómics” viene de que originalmente todas esas
historietas eran chistosas. Sin embargo, algunas de ellas ya empezaban a
mostrar elementos de aventura, ciencia ficción y fantasía, con narraciones
complejas más allá de los chistes de unas pocas viñetas. Un ejemplo es la
excelente Little Nemo, creada en 1905 por Winsor McCay
como una tira de página completa a todo color para los suplementos dominicales.
McCay es famoso por experimentar con un arte surrealista y con el uso de las
viñetas como parte del dramatismo de la narración.
Así es como llegamos al importante año de 1929, en el que se
estrenó la tira cómica de Tarzán. Justamente ese mismo enero debutó otro
personaje, Buck Rogers. Ambos provenían del mundo del pulp, pero si Tarzán ya
gozaba de una gran popularidad que para entonces lo había llevado a
protagonizar 12 novelas, una película y una obra de Broadway, Rogers era un
personaje prácticamente desconocido. Estos dos iniciaron una edad dorada de las
tiras cómicas de acción y aventura con proto-superhéroes como protagonistas, y
que corresponde con la edad dorada del pulp.
No tardamos mucho para tener, en 1932, los Big Little
Books, adaptaciones a prosa ilustrada de las tiras más populares de los
periódicos. Al año siguiente, en 1933, aparecerían las primeras revistas de
historietas, publicaciones exclusivamente dedicadas a las viñetas. Al
principio eran antologías de las tiras de los diarios, pero pronto aparecieron
personajes e historias originales. En 1938, como todo mundo sabe, debutó
Superman en el número 1 de la revista Action Comics, y el resto es
historia.
Con esos antecedentes ya explorados, continuemos con nuestra
guía de los personajes que antecedieron a los superhéroes, tanto en el pulp
como en las tiras cómicas de los periódicos. Hoy cubriremos la primera mitad de
la década, empezando con…
BUCK ROGERS
(1928)
Rogers apareció por primera vez en 1928 en una novelita pulp
titulada Armageddon 2419 A.D., de Philip Francis Nowlan, pero el
personaje y su mundo se harían famosos con la tira cómica Buck Rogers en
el siglo XXV, que es la que de hecho le dio su nombre (en la novela se
llamaba Anthony). Justo como otro capitán Rogers que yo conozco (y que tiene un
amigo llamado Buck), el protagonista es un “hombre fuera de su tiempo”, un
héroe de guerra del siglo XX que, por un extraño accidente, quedó en un estado
de animación suspendida y despertó 500 años en el futuro, donde se convierte en
todo un campeón
Si los primeros villanos eran chinos que querían conquistar
al mundo y habían invadido Estados Unidos (recuerden eso del “peligro
amarillo”), Rogers luego se enfrentaría a extraterrestres, piratas espaciales
y, por supuesto, un montón de estereotipos raciales súper ofensivos. Sus
herramientas características son el aparato antigravedad que le permite volar, el
traje espacial con casco parecido a una pecera y su pistola de rashos láser.
Todo en su aspecto y aventuras se convertirían en íconos de la ciencia ficción
más suave, en especial el subgénero de la space opera.
Rogers estelarizaría su propio programa de radio, serial
cinematográfico, una serie de TV cincuentera, una película que funcionaría como
piloto de otra serie (entre 1979 y 1981), y numerosos cómics a lo largo de las
décadas. Por supuesto, él sería la inspiración para el más famoso Flash Gordon
(1934) de King Features y el Adam Strange (1958) de DC. Y claro, a él debemos
la parodia Duck Dodgers, con el Pato Lucas, en un corto animado de 1951,
y muchas otras iteraciones de las que soy muy fan.
¿Quién sabe qué maldad se esconde en el corazón de los
hombres? La Sombra sabe. Éste es uno de los personajes más importantes
del pulp, y también uno de los más interesantes. Una primera versión del
personaje apareció simplemente como un narrador misterioso en el programa de
radio Detective Story Hour en 1930. Esta voz se volvió muy popular y al
año siguiente apareció la primera historia protagonizada por la Sombra, de la
pluma de Walter B. Gibson. El éxito acompañó a la Sombra desde el
principio y pronto obtuvo su propia revista, por lo que la editorial Street
& Smith tuvo que contratar a otros escritores para suplir las demandas de
un público ávido de historias.
Kent Allard era un piloto y un héroe de la Primera
Guerra Mundial, que viajó por el mundo y aprendió distintas habilidades cuasi
místicas. Al regresar a su natal Nueva York, decidió dedicarse por completo a
combatir el crimen. Para ello creó a la Sombra, un vigilante nocturno que
aterroriza a los criminales. Cuenta con otros múltiples alter-egos, de los cuales
el más importante es Lamont Cranston, un joven millonario
desquehacerado, la fachada perfecta para sus actividades nocturnas. Hmm… Me
suena… Me suena…
Además, cuenta con una pequeña red de agentes y
colaboradores dispersos por toda la ciudad, que aportan información e
inteligencia desde sus distintas ocupaciones y puestos. La más famosa es la
señorita Margo Lane, una joven de alta sociedad. Interesante apellido,
por cierto… Claro que sí, la Sombra tiene a su propio archinémesis, Shiwan
Khan, otro hijo perdido de Fu Manchú.
La Sombra se volvió todavía más popular cuando obtuvo su
propio programa de radio. Éste introdujo algunos cambios y
simplificaciones; por ejemplo, aquí Lamont Cranston es su verdadera identidad,
y fue aquí donde debutó Margo Lane como personaje. Además, dio a la Sombra
poderes hipnóticos que le permitían obnubilar la mente de sus enemigos y
volverse invisible a ellos. El programa es BUENÍSIMO, y no menos porque la voz
del protagonista era nada más y nada menos que un jovensísimo Orson Welles,
que le dio su distintiva y escalofriante carcajada. Les recomiendo mucho darle
una escuchada:
La Sombra es un personaje muy interesante porque, mientras
otros héroes hasta entonces eran totalmente rectos y luminosos, éste tiene un
lado oscuro. La obsesión de la Sombra de acabar con el crimen lo convierte en
una figura siniestra, a veces inhumana, desprovista de toda misericordia o
empatía, que hasta parece usar a sus colaboradores como piezas de ajedrez. Su
genio es indiscutible, pero su estabilidad mental se pone en duda.
Además de las novelas pulp y el programa de radio, la Sombra
estelarizó su propia tira diaria, varias revistas de historietas, numerosas
películas, de entre las cuales quizá recuerden la producción de 1994 con Alec
Baldwin.
Sobra decir que el personaje ha sido influyentísimo. Bill
Finger, creador de Batman, siempre lo mencionó como una de sus principales
fuentes de inspiración, hasta el punto que la primera aventura del Encapotado
es un fusil de un cuento de la Sombra. En tiempos más recientes, tenemos al
protagonista de V de Venganza de Alan Moore, a Darkman de Sam Raimi y
hasta al Pato Darkwing de Disney.
LOS HIJOS DE LA SOMBRA
Tras la Sombra vinieron decenas de vigilantes nocturnos que
trataban de replicar la popularidad. Iba a escribir sendos apartados para cada
uno de ellos, pero son todos tan iguales entre sí, que no valía la pena. Todos
son playboys millonarios durante el día y secretamente luchan contra el
crimen como vigilantes enmascarados durante las noches. Todos son astutos
detectives, maestros del disfraz y expertos en combate cuerpo a cuerpo, que
protagonizan historias violentas y sórdidas. Casi todos ellos tienen algún
gadget peculiar, una guarida secreta o algún compinche pintoresco, y suelen
dejar alguna prenda a manera de firma. En fin, lo que no retomaron de la
Sombra, se lo fusilaron al anterior Sello Gris. Entre estos personajes destacan
tres:
Phantom Detective, creado por D.L. Champion en 1933; poseía
un estuche lleno de herramientas muy útiles, y su aliado, el dueño de un periódico,
tenía una luz en su azotea para llamarlo cuando hiciera falta; también tuvo a
un compinche preadolescente. Aunque el título de la revista era The Phantom
Detective, al personaje en sí casi siempre lo llamaban ‘The Phantom’, como
cierto fantasma que camina…
The Spider, del mismo año, creado por Harry Steeger.
Sus historias eran particularmente violentas, y el héroe mataba a los
criminales sin remordimiento. Marcaba a los ajusticiados con una araña roja en
la frente, algo similar a lo que luego haría el Fantasma de Lee Falk. También
contaba con una útil soga, ligera como la seda más fina, pero fuerte como
cables de acero… Su “tela de araña”. Sus villanos solían tener apariencias y
nombres pintorescos; uno de ellos se llamaba ‘Bat Man’. Tuvo varios disfraces a
lo largo de sus primeros años, pero es sobre todo conocido por una máscara con
un patrón de tela de araña que cubre toda su cabeza. ¿Suena familiar?
The Clock, creado por George Brenner y aparecido en
1936. Es otro joven ricachón de día, justiciero enmascarado de noche. Su
atributo más característico es su bastón lleno de trucos, y que deja una nota
con la leyenda “el Reloj ha golpeado”. Lo más importante del personaje es que
fue el primer héroe enmascarado en aparecer en una revista de historietas,
concretamente en Funny Pages #6. Ya estamos muy cerca de la época de los
superhéroes de cómic hechos y derechos.
DICK TRACY
(1931)
¡Llamando a Dick Tracy, llamando a Dick Tracy! Los 30 fue también la era de oro de la mafia, con la
violencia desatada por la brillante idea de prohibir el licor, y por la crisis
económica desatada por la brillante idea de dejarle todo al libre mercado. En
este contexto, el caricaturista Chester Gould se propuso a crear a un
agente de policía que fuera incorruptible, astuto y tan rudo como se requería
para enfrentarse al crimen organizado. Con su fuerte quijada y su gabardina
amarilla, Dick Tracy tiene un aspecto inconfundible.
Dick Tracy debutó en las tiras cómicas de los periódicos y
su popularidad fue tal que pronto tuvo su propio programa de radio, revista de
historietas y serial cinematográfico. De hecho, Dick Tracy fue la primera tira
cómica en ser adaptada a los Big Little Books. Y en lo personal, a mí de
chavito me fascinó la película de 1990 dirigida por Warren Beatty y estelarizada
por él mismo, Al Pacino y Madonna. Esta película fue producida por Disney… Hmm,
demonios, el Ratón otra vez adueñándose de todo.
La tira se caracterizó por una extraña mezcla de dibujos
recargados y colores primarios brillantes con historias bastante violentas y
dramáticas. Uno de los aspectos más emblemáticos de Dick Tracy serían sus
villanos. Los mafiosos de la época tenían muchas veces apodos coloridos, y
Gould explotó este detalle creando personajes con facciones exageradas hasta la
deformidad para que correspondieran con motes como Flattop (“cabeza
plana”). Esto sería una gran influencia en la apariencia, nombres y estilo de
las galerías de villanos de otros héroes, especialmente Batman.
Otra aportación importante fue la figura de un ayudante
infantil para Tracy, un talentoso jovencito de 10 años que había crecido en las
calles cometiendo delitos menores, y a quien el detective termina adoptando
como hijo. Claramente, es un antecedente de Robin y de otros asistentes
pubertos.
No podíamos hablar de pulp sin mencionar al guerrero cimerio
creado por Robert E. Howard. Realmente tiene poco que ver con el género
superheroico, y más bien a sus historias debemos el desarrollo de la fantasía
moderna, en concreto el subgénero de sword and sorcery, y a la
imagen arquetípica del héroe bárbaro.
Conan, proveniente del salvaje pueblo de los cimerios, es un
guerrero insuperable que tiene muchísimas y muy variadas aventuras por las
extrañas tierras de la prehistórica Edad Hyboria, hasta que llega a convertirse
en rey de Aquilonia, el imperio más poderoso de la época. Hechiceros malignos,
monstruos espeluznantes y dioses oscuros serán sus adversarios.
Curiosamente, y a pesar de su popularidad, Conan tardó un
poco en pasar a otros medios, hasta la década de los 70, en que Marvel empezó a
publicar las series Conan the Barbarian (a todo color y apto para
adolescentes) y The Savage Sword of Conan (en blanco y negro y dirigida
a un público adulto). Son un par de series clásicas que ningún fan de la
fantasía y el noveno arte debería perderse. Hoy en día, Conan está de vuelta en
Marvel y comparte viñetas con superhéroes de la Casa de las Ideas… La cual a su
vez es propiedad de Disney… Maldita sea.
Volvemos a uno de los géneros que más ha influido en el
desarrollo de los superhéroes: el western. Dan Reid era un capitán de
los Texas Rangers, y junto con su equipo estaba tras la pista de unos
peligrosos bandoleros. Los criminales tendieron una emboscada a los agentes de
la ley, y los mataron a todos, dejando sólo a John Reid, hermano menor
del capitán, muy malherido. El joven fue hallado por un guerrero del pueblo potawatomi,
conocido con apodo de ‘Tonto’. Esta palabra en su lengua significa ‘Salvaje’,
pero en español significa, pues, ‘tonto’ y por eso en América Latina lo
conocemos como Toro.
En fin, Toro rescató a Reid y lo cuidó hasta sanarlo, pues
reconoció en él a un amigo de la infancia. Ya que todo el mundo creía que los
Reid habían muerto, John se crea una nueva identidad, como el misterioso Llanero
Solitario, para ejercer venganza y justicia contra los criminales. A su
lado, su fiel amigo Toro, quien afectuosamente lo llamaba ‘Kimo Sabi’,
frase de orígenes inciertos, pero que según el programa significa ‘mi fiel
amigo’. La expresión se volvió parte del caló popular no sólo en inglés, sino
en español. Y claro, recordamos a su caballo Silver, en especial por el grito del héroe Hi-yo Silver!, que también se convirtió en expresión popular.
El Llanero Solitario fue creado por Fran Striker y apareció por primera vez en un programa
de radio, con todo y su característica pieza musical, Guillermo Tell
que quedaría relacionada para siempre con el personaje y con los vaqueros en
general. Su éxito fue inmediato, y siguió el camino acostumbrado: tiras en los
diarios, revistas de cómics, seriales cinematográficos, novelas pulp y hasta
uno de los primeros programas de televisión (que arrancó en 1949). No olvidemos que él era el héroe favorito de Filipe, el de Mafalda.
Hubo una época en la que Marvel también publicaba cómics de vaqueros, y allí debutó Two-Gun Kid, claramente inspirado en el Llanero. Y no nos detengamos a hablar del malhadado filme con Johnny Depp y Armi Hammer, producida por… wait for it… Disney ¬¬
Este personaje es a la Sombra lo que Superman es a Batman.
Si uno es el vigilante tenebroso y medio desequilibrado que acecha en la
oscuridad de la noche, el otro es un superhombre, un héroe luminoso reconocido
y admirado por todo el mundo. Creado por Lester Dent, fue otro éxito
inmediato en el mundo de las revistas pulp, y tuvo una rápida transición hacia
los medios usuales.
Clark Savage Jr. (interesante nombre de pila…) fue
criado por su padre para alcanzar la máxima perfección humana posible. El señor
Savage reclutó a un súper equipo de científicos y mentores para entrenar al
joven Clark desde muy temprana edad. Se convierte en un hombre de habilidades
físicas e intelectuales que bordan lo superhumano: es un científico, médico,
inventor, detective, explorador y aventurero, un maestro de las artes marciales
que domina todas las ciencias, posee memoria fotográfica, habla multitud de
lenguas vivas y muertas, etcétera. Es básicamente un hombre perfecto, pero
además está avocado por completo al bien y a la justicia, como reza en su
juramento:
“Que me esfuerce en cada momento de mi
vida por ser cada vez mejor y mejor, en la medida de mis posibilidades, para
que todos se beneficien de ello. Que piense en lo que es correcto y preste toda
mi ayuda a los que la necesitan, sin más miramientos que la justicia. Que
acepte lo que venga con una sonrisa, sin perder el coraje. Que sea considerado
con mi país, con mis conciudadanos y con mis socios en todo lo que diga y haga.
Que haga el bien a todos, y no haga el mal a nadie.”
Cuando no está salvando vidas o combatiendo villanos o
preparando la siguiente aventura en su penthouse del Empire State, Doc se
retira a su refugio en el Ártico, apodada la, I shit you not, Fortaleza
de la Soledad, donde realiza importantes descubrimientos científicos y
desarrollos tecnológicos que deberán ayudar a toda la humanidad. Además, posee
montón de aparatos cienciaficcioneros que le sirven en su lucha contra el mal.
Doc es acompañado por cinco coloridos asistentes, que sospecho fueron añadidos no porque el héroe los necesitara sino porque es tan jodidamente perfecto que, si no fuera por estos personajes, las historias serían medio aburridas. Sí, la verdad es que el Doc no es de mis personajes favoritos, pero no puedo negar su importancia.
Por su piel tostada de sol, Doc se ha ganado el apodo de
“Hombre de Bronce”. Cuando debutó, el artista Walter M. Baumhofer le dio
un aspecto bastante aguerrido; sin embargo, fue la versión del artista James
Bama en los 60 (basado en el modelo Steve Holland) la que se ha vuelto más icónica. Doc tuvo también una película en 1975 y desde hace años se haya querido producir una película con Dwane Johnson en el papel principal, y no es extraño: ¡parece hecho para él!
King Features es una compañía propiedad del magnate
de las comunicaciones William Randolph Hearst, lanzada en 1915, y
dedicada a producir contenido para ser sindicado en periódicos de los Estados
Unidos. Entre los contenidos que producía estaban, cómo no, muchas tiras
cómicas y caricaturas, y en 1934 entraron a los cómics de acción por todo lo
alto con uno de los héroes de ciencia ficción más famoso de todos los tiempos:
Flash Gordon, creado por Alex Raymond.
Originalmente pensado para competir con el ya muy popular
Buck Rogers (y se puede ver que su nombre está construido con el mismo modelo:
apodo + patronímico), Flash Gordon terminaría por superar a su predecesor en
popularidad. Flash es un típico héroe juvenil americano, un rubio menemista de
personalidad osada y un excelente atleta que domina casi todos los deportes. Por
ello, él y su novia, la audaz periodista Dale Arden (interesante
profesión) son reclutados por el brillante científico Hans Zarkov para una
misión: salvar a la Tierra.
Resulta que un planeta llamado Mongo se encuentra en curso
de chocar con nuestro mundo. Zarkov inventa una nave espacial y se lleva a sus
dos jóvenes héroes a dicho planeta, donde enfrentarán la tiranía de Ming el
Desalmado, emperador supremo y genio diabólico. Ok, Mongo, Ming… Sí, esto es
más racismo antiasiático, ¿qué querés que te diga?
Las primeras y más clásicas aventuras tienen a Flash y sus
amigos ayudando a los diferentes reinos de Mongo a rebelarse y resistir contra
Ming, mientras que subsecuentes historias lo llevarían a otros mundos. Los
cómics creados por Raymond chorreaban imaginación y originalidad. Cuando se
trataba de concebir mundos distantes, pueblos con costumbres extrañas o
criaturas de naturaleza insólita, Raymond dejó imágenes como nunca se habían
visto y que fueron una gran influencia para el desarrollo de la ciencia
ficción.
Su influencia en el género de superhéroes también es
patente. El traje ajustado con el emblema en el pecho antecede al aspecto de
otros personajes. Antes del Hombre Halcón, Flash Gordon conoció a un
pueblo de hombres halcón. Antes de Aquaman, Flash visitó el planeta
acuático de Coralia, donde los habitantes montan hipocampos gigantes. Antes de Flash, bueno, Gordon ya se llamaba Flash. Y hasta parece ser que Bob Kane se fusiló la
icónica portada del Detective Comics #27 de una viñeta de
Alex Raymond.
Después de Raymond, las tiras y cómics de Flash Gordon estuvieron a cargo de algunos de los mejores artistas del medio. Por eso no puedo dejar de mencionar que, en los 60, el héroe fue dibujado por uno de los más grandes artistas de todos los tiempos: Al Williamson, que de niño había sido fan de la tira. Sólo miren la belleza de su trabajo:
Por supuesto, Flash Gordon protagonizó su propio programa de
radio, películas y series de televisión. Es casi innecesario recordar que
fueron los seriales cinematográficos de Flash Gordon los que inspiraron a
George Lucas a crear Star Wars. De hecho, Lucas intentó conseguir
los derechos del personaje, pero no pudo, y por eso tuvo que crear una historia
original. De todos modos retomó varios aspectos de Flash Gordon, incluyendo la ciudad en las nubes y el icónico texto de apertura Irónicamente, el éxito de Star Wars revivió el subgénero de la
space opera en el cine, lo que a su vez llevó a que se produjeran sendas
películas de Buck Rogers y Flash Gordon. Esta última la recordamos por el tema
musical que le compuso Queen.
Ese mismo año fue muy productivo para King Features, pues también debutaron las aventuras de Mandrake el Mago, creado por Lee Falk. Mientras la mayoría de los héroes de acción de aquel entonces recurrían a la violencia, y su principal habilidad consistía en ejercerla, Mandrake usaba la astucia. Mientras los otros eran sórdidos vigilantes nocturnos o musculosos aventureros, Mandrake aparecía como un caballero elegante de finos modales y cuerpo delgado. Aunque Mandrake es capaz de usar magia verdadera, prefiere la hipnosis y el ilusionismo la mayor parte del tiempo.
Mandrake es el predecesor de todos los superhéroes que usan
la magia, incluyendo al Doctor Destino y Zatanna de DC, y al Doctor
Strange de Marvel. Por ejemplo, Mandrake es hijo y alumno de Theron,
el milenario hechicero que dirige el Colegio de Magia, ubicado
secretamente en los Himalayas. ¿No les recuerda algo? Por otro lado, peor
enemigo del mago es Cobra, un hechicero oscuro y líder de un culto… Como
tantos otros villanos posteriores.
Como muchísimos héroes de aquel tiempo, Mandrake viene
acompañado de un compinche no-blanco: el africano Lothar (o Lotario,
como lo conocimos en Latinoamérica), el fortachón en un equipo del que Mandrake
era el cerebro, porque bueno, todos eran bien racistas en esa época. Sin
embargo, Lotario se convirtió en el primer justiciero negro de las historietas
y, dependiendo de si consideran que estos personajes ya cuentan como
superhéroes, el primer afroamericano en tener ese título. Posteriores
iteraciones del personaje lo han dignificado, y ha pasado de ser un
guardaespaldas forzudo de Mandrake, a un héroe por derecho propio.
Estamos a mitad de la edad dorada del pulp; personajes sobre
los que podríamos argumentar que ya son superhéroes aparecen en las portadas de
revistas, en las tiras cómicas, en la radio e incluso en el cine. Nos falta muy
poco para llegar al debut del Hombre de Acero, así que les dejaré como solían hacerlo los escritores de aquellos años: ¡Con un final de suspenso! ¡Sigan leyendo en el próximo capítulo!
Concluiremos en la Parte IV. Si te gusta mi trabajo, puedes ayudarme a hacer crecer este proyecto con una subscripción mensual en Patreon. O, si lo prefieres, también puedes hacer una sola donación en PayPal. Mientras tanto, puedes checar otros textos relacionados:
2 comentarios:
ese Doc Savage me recuerda mucho a Kalimán...
Y no es casualidad. Kalimán tiene mucho en común con los héroes del pulp clásico, más que con los superhéroes al estilo de Marvel o DC.
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