Hola, les doy la bienvenida a una de esas series largas y
sesudas que me dan ganas de hacer de vez en cuando. En esta ocasión quiero desarrollar
un par de conceptos a los que he estado dando vueltas desde hace algún tiempo,
y que tienen que ver con cómo pensamos sobre política y cómo actuamos al
respecto.
Llamo “imaginación política” a la capacidad,
individual o colectiva, de concebir y visualizar posibilidades políticas, objetivos
a los que se quiere llegar, escenarios que querrían evitarse y caminos que
podrían llevar a ellos. Mi tesis es que nos encontramos en un momento de
estancamiento de la imaginación política, pues se nos hace muy difícil imaginar
un orden nuevo y radicalmente diferente al que tenemos ahora, así como las
estrategias para construirlo. En cambio, parece que no podemos prevenir que
escenarios cada vez más distópicos se vayan haciendo realidad.
Sucede que nuestra imaginación parece estar capturada por el
pasado: varios proyectos políticos desean un retorno, con sólo algunas
modificaciones y adaptaciones, a un tiempo anterior en el que, se supone, las
cosas eran mejores. En otros casos, se apuesta por una expansión del statu
quo presente, o una radicalización del mismo hasta sus últimas
consecuencias.
En todos los casos pueden presentarse ejemplos de lo que
llamo “praxis de la impotencia”; los individuos y organizaciones se ven
desorientados y desconcertados ante lo que parece la imposibilidad de influir
en el rumbo político de su propia sociedad. Ese sentimiento de impotencia y
frustración lleva a invertir tiempo y energías en prácticas que son poco
productivas o incluso contraproducentes.
Tanto la falta de imaginación política como la praxis de la
impotencia son, me parece, síntomas del capitalismo tardío. El “realismo
capitalista”, como lo definiera el filósofo Mark Fisher, nos ha convencido
de que no existe alternativa al capitalismo actual, en especial tras la
revolución neoliberal de los 80. En palabras de una de sus artífices, Margaret
Tatcher, “no hay alternativa”. Nos vamos enredando con las mismas lógicas y
prácticas.
Por otro lado, la atomización de los individuos en un
ambiente de cada vez mayor aislamiento, ha relegado muchas de las interacciones
humanas al espacio de la virtualidad. La falta de experiencia en la
organización comunitaria de generaciones enteras las deja sin más remedio que
recurrir a acciones individuales con la esperanza de que al acumularse se
llegue la masa crítica necesaria para generar un cambio.
He intentado hacer un mapeo de imaginarios políticos
y las praxis con las que se relacionan, reduciéndolos a unos cuantos tipos
básicos. Éste no es un listado de ideologías políticas con sus características,
ni una taxonomía de regímenes. Por necesidad tuve que hacer generalizaciones,
que no deben tomarse con excesivo rigor. También tengan en cuenta que me
enfocaré en las variantes de cada una que acusan una mayor pobreza de
imaginación y una mayor impotencia de praxis.
En realidad, hay muchas y muy diversas posturas en todos los
lugares del mundo. Además, es imposible meter en categorías perfectamente
definidas y mutuamente excluyentes lo que las personas reales piensan y
valoran; un solo individuo puede sostener posturas que vienen de distintas
corrientes, incluso de forma contradictoria, porque los humanos somos complejos
y complicados. Lo mismo sucede con organizaciones y con sus agendas.
Igual recuerden que no soy experto ni nada, sólo un señor
muy preocupón que trata de mantenerse informado y comprender el mundo a su
alrededor. Y sí, cada capítulo tendrá como portada una imagen de Los Simpson,
y voy a despotricar y decir algunas palabrotas, pero eso no quita que me estoy
tomando en serio.
Éste es el índice de esta serie (sujeto a posibles cambios). Iré subiendo cada capítulo uno por uno durante las siguientes semanas. Ya pueden empezar con el primero:
Parte I: El statu quo moribundo
a) Los liberales centristas
b) Los nuevos socialdemócratas
Parte II: El post-fascismo
a) Los archi-tradicionalistas
b) Los tecno-feudalistas
Parte III: El nuevo marxismo
a) Los neoestalinistas
b) La fe en China
Parte IV: El progresismo social
a) Woke
b) El socialismo de los tontos
c) La izquierda anti-progre
Parte V: ¿Y qué hay de México?
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