I
El presente se inunda de pasado
Se dice que existe un ciclo cultural de nostalgia que dura más o menos 30 años. Tiene sentido; muchos artistas adultos se inspiran en la Ă©poca en la que crecieron y la cultura que les influyĂł. Esto es sobre todo evidente en los productos gringos, que ultimadamente son los que nos tienen mentalmente colonizados. AsĂ, a principios de los 90 tuvimos Los años maravillosos, que estaba ambientada en los 60; y a principios de los 00 tuvimos That ‘70s Show, ambientada obviamente en los 70.
Pero en otros tiempos habĂa dos que tres pelĂculas o dos
que tres series que capitalizaban la añoranza por el ayer. Dos que tres
cosas del pasado se ponĂan de moda pasajeramente, como los pantalones
acampanados y la mĂşsica de ABBA a finales de los 90. Nada se compara al nivel
en que la nostalgia ha capturado la cultura mediática del siglo XXI.
Las pantallas de cine y de TV están inundadas de refritos, secuelas y adaptaciones de los clásicos de nuestras infancias. Ancianos reinterpretan los mismos papeles que los hicieran famosos en los 80 o 90. Viejas series canceladas dĂ©cadas antes son revividas cuando nadie las pedĂa. Desde Stranger Things a Ready Player One, grandes producciones se dedican a homenajear el pasado. Videojuegos clásicos son readaptados para consolas modernas, mientras que tĂtulos nuevos se diseñan para emular el aspecto y la estĂ©tica que venĂa con la tecnologĂa de antes. Los cĂłmics de Marvel y DC publican maxieventos que continĂşan y reinterpretan sagas clásicas. Nunca antes se habĂa visto tanta mercancĂa oficial y parafernalia de la cultura pop de antaño. Además, el ciclo de 30 años parece haberse roto. Hoy la nostalgia por los 80 convive con la de los 90 y la de los 00, en una confusa mezcolanza.
En los primeros dosmiles, lo más que las grandes
corporaciones de entrentenimiento tenĂan que ofrecer en materia de nostalgia
era la TrilogĂa de Precuelas de Star Wars (1999-2005). Y aun Ă©stas
fueron muy criticadas en su momento por sentirse demasiado diferentes, en tono,
narrativa y estĂ©tica, a la TrilogĂa Original. Estaban tambiĂ©n los revivals de
las series de Star Trek (desde 1987) y las del Doctor Who (desde
2005), pero estas franquicias eran muy de nicho, muy frikis, y no tan populares
con la mayorĂa del pĂşblico.
Quizá el primer género en el que empezaron a verse
grandes cantidades de refritos más o menos exitosos fue en el horror, pues
muchos clásicos de los 70 y 80 fueron refritados en aquellos años, aunque
adaptadas a la moda de hacerlas más brutales: The Texas Chainsaw Massacre (2003),
Dawn of the Dead (2004), The Hills Have Eyes (2006), Halloween
(2007), Friday the 13th (2009) y A Nightmare on Elm Street
(2010). Realmente esta tendencia nunca se detuvo, sólo que ahora además de
refritos vemos secuelas o precuelas directas de las originales, muchas veces
con los viejos actores regresando a sus papeles. Te estoy viendo a ti, Jamie
Lee Curtis.
Pero antes de que la nostalgia se volviera mainstream,
se fue cultivando poco a poco, de forma más artesanal, más amateur, más DIY, en
los espacios virtuales de la supercarretera de la informaciĂłn…
Cuando en 2004 cumplà 20 años, me festejé quemando un CD con
las intros musicales de mis caricaturas ochenteras favoritas (bajadas, una por
una, con Ares), y lo puse en mi fiesta para gusto de la mayorĂa de mis amigos.
Cada track era un viaje inesperado al callejĂłn de los recuerdos y podĂa ver en
cĂłmo se formaban sonrisas en los rostros de mis camaradas.
Por ese tiempo, un amigo me dijo que lo que le pasaba a
nuestra generaciĂłn se llamaba neostalgia, la “nueva nostalgia”,
la nostalgia de la gente joven. Hoy, que mi generación está llegando al cuarto
piso, podemos decir que nuestra neostalgia se ha vuelto simplemente nostalgia. Ya
he dedicado varios ensayos a tratar de entender por qué mi generación fue
tan nostálgica desde temprana edad. Hoy quiero recordar cómo era
experimentar la nostalgia en aquella época. Es decir, vamos a hacer metanostalgia.
Lo que hay que entender de esos años es que, es que, si te
ponĂas a rememorar cosas de tu infancia (como yo hacĂa con frecuencia), estabas
hablando de algo que ya habĂa quedado fuera de tu alcance, o por lo
menos de tu vida cotidiana. Algunas de las pelĂculas más clásicas (pero ni de
lejos todas), aĂşn podĂan conseguirse en los videoclubes o podĂan cacharse en la
siempre confiable programaciĂłn de Canal 5. Pero en el caso de las series esto
era mucho más difĂcil, pues sĂłlo con la llegada de los DVD se podĂan conseguir
completas, y estas colecciones no eran fácilmente accesibles (y, de nuevo, no
todas las series se lanzaron en este formato).
Si querĂas regresar a travĂ©s del recuerdo a los 80 y 90 más
allá de la eventual conversación presencial, el espacio para hacerlo era
Internet. La cultura nostálgica se encontraba allĂ, en forma de foros,
blogs, webcĂłmics, videos y fanart. Oh sĂ, lo recuerdo perfectamente… La WWW era
más libre y más diversa, no habĂa sido colonizada por los grandes
oligopolios de Silicon Valley, y no pasábamos todo nuestro tiempo en los mismos
tres sitios web, sino que explorábamos un autĂ©ntico ocĂ©ano… Oras, tampoco
quiero romantizarla demasiado, pues igual habĂa mucha chatarra, era muy
insegura y la verdad es que los usuarios éramos más irresponsables.
Pero sà era un ecosistema diferente. Era la época en que webcómics
como PvP o Penny Arcade hacĂan chistes sobre cĂłmo era
jugar en una Super NES, en la que me la pasaba peleando con ñoños en el foro de
Star Wars, en la que las estéticas nostálgicas, como el synthwave y
el vaporwave comenzaban a tomar forma, y en la que inauguré la sección Neostalgia
este mismo blog. Y era la época del Nostalgia Critic.
ConocĂ a Doug Walker, el Nostalgia Critic por
recomendaciĂłn de un amigo, por ahĂ de 2009, si mal no recuerdo. Me dijo que
tenĂa que ver su reseña sobre Batman & Robin. Me matĂł de la risa y,
tras devorar todos los videos que ya tenĂa hechos, comencĂ© a seguirlo.
En ese tiempo YouTube todavĂa estaba en pañales, y no
era el monopolio colosal que es ahora. ExistĂan diversas plataformas para ver
videos y show del NC se alojaba en los hoy extintos sitios
thatguywiththeglasses.com y blip.tv. No tenĂamos ni smartphone, ni Smart TV, o
siquiera un televisor que se pudiera conectar directo a la compu. Lo que
hacĂamos mi novia y yo era echarnos en la cama, poner la laptop en nuestros
regazos y morirnos de risa con las reseñas del NC, que esperábamos puntualmente
cada martes.
Pero poco a poco dejamos de seguirlo con tanta frecuencia.
Como a muchos fans, no nos gustĂł que cambiara el formato del show al
incluir sketches y otros actores; preferĂamos la sencillez que caracterizaba
sus primeros trabajos. A nuestro gusto, dejó de reseñar obras de los 80 y 90,
es decir, verdaderamente nostálgicas, para enfocarse en otras más modernas. Por
mi cuenta, empecé a seguir a Lindsay Ellis y luego a otros videoensayistas de
cine y cultura pop.
TodavĂa veo al Nostalgia Critic de vez en cuando, si aquello
que está reseñando me llama la atenciĂłn. Es, para mĂ, un bocadillo
reconfortante, algo que me ayuda a olvidarme de los horrores del mundo
contemporáneo mientras lavo los platos. Doug Walker es un poco mayor que yo.
Cuando le descubrĂ, ambos estábamos en nuestros veintes. Hemos envejecido.
Tanto su trabajo, como su lugar en Internet y la forma en la que yo lo recibo,
han cambiado muchĂsimo.
Para escribir esta entrada, me puse a revisar las primeras
temporadas del show, de 2007 a 2012. Fue un viaje metanostálgico, la
experimentaciĂłn de la nostalgia por la nostalgia, un regreso a la remembranza
como era antes. ¿Por quĂ© el Nostalgia Critic? Bueno, pues porque creo que Ă©l es
la mejor representaciĂłn de la cultura de la nostalgia como era en aquellos
dĂas. Y porque querĂa redescubrir quĂ© me gustaba tanto de su trabajo en ese
entonces, y cómo es que han cambiado las cosas. Y también hacer una valoración de
la influencia que ha tenido Doug Walker en Internet que, para bien o para mal,
no es desdeñable.
Doug Walker saltó a la fama en 2007, después de que una
apasionada y cómica reseña suya de Transformers se volviera viral en
YouTube. En ese primer video todavĂa no daba forma al Nostalgia Critic, y de
hecho la forma de reseñar la peli se parecĂa más otro personaje que
desarrollarĂa en el futuro, Chester A. Bum. Pronto encontrĂł la fĂłrmula
ganadora: con su atuendo clásico (lentes, gorra, saco y corbata), en su sencillo
escenario (detrás de un escritorio y frente a una pared desnuda) ponerse a
despotricar hiperbĂłlicamente sobre pelĂculas y series de los 80 y 90.
Aunque podrĂamos argĂĽir que fue su representante más exitoso,
Walker no fue el verdadero creador de este formato; ese crédito lo tiene James
Rolfe, con su Angry Video Game Nerd. En cualquier caso, ambos deben
mucho al clásico programa Mystery Science Theater 3000 (1988-1999), en
el que un conjunto de pintorescos personajes veĂan y comentaban irĂłnicamente
viejas pelĂculas de ciencia ficciĂłn, horror y fantasĂa, en su mayorĂa de serie
B.
En los dosmiles, el oficio de hacer videos para Internet era
muy distinto. Una persona con una webcam y una computadora podĂa saltar a
la fama; no se necesitaba todo el equipo de producciĂłn y mercadotecnia que hasta
los videoensayistas más modestos tienen ahora. Nostalgia Critic, el
show, eran solamente Doug Walker, en un cuarto de su casa (aĂşn vivĂa con sus
padres), con su hermano tras de cámaras, y de vez en cuando algún amigo
invitado. Los videos del NC tenĂan una calidad de audio y video muy bajas
comparadas con sus creaciones actuales. Y sĂ, al revisitar esos videos, la
textura sonora y visual tan primitivas me producen nostalgia.
Tras cinco años con el personaje, Walker se cansó de él y
quiso transitar hacia otros proyectos. Le dio un final a Nostalgia Critic
en 2012 e iniciĂł Demo Reel, lo que pretendĂa ser una webserie cĂłmica,
parodia-homenaje a clásicos del cine, que durarĂa varias temporadas. El
experimento fracasó, y en menos de un año el NC estaba de regreso. Para no
dejar sin trabajo a los actores que habĂa contratado para Demo Reel, los
incorporĂł como personajes en Nostalgia Critic, que ahora incluirĂa
sketches e insertarĂa las reseñas en narraciones más largas.
Ese año thatguywiththeglasses.com dejó de existir y los
videos de Walker pasaron a channelawesome.com, sitio de la compañĂa que hasta
ahora administra y produce Nostalgia Critic. El sitio dejĂł de existir en
2014, y ahora sólo queda el canal de YouTube. La época de los monopolios de
Internet se estaba consolidando.
Un cambio que se puede apreciar a lo largo de los años está
en el humor. En los dosmiles lo de moda era el humor edgy: sarcástico,
ácido, blasfemo, irrespetuoso o de plano cruel. HabĂa muchas groserĂas, burlas
hirientes y chistes sobre temas de los que antes y después ya no se
considerarĂa correcto bromear. En el caso de Walker, hay un ocasional chiste
ligeramente sexista u homofĂłbico, algĂşn chascarrillo sobre suicidio o violaciĂłn,
la clase de cosas que entonces pasaban desapercibidas, pero que hoy se sienten
fuera de lugar. Desde hace tiempo que ya no usa esa clase de humor, dice menos
groserĂas y hasta su personaje del Nostalgia Critic aparece más moderado en sus
despotriques.
Entre finales de 2014 y principios de 2015, varios
trabajadores y creadores de contenido abandonaron Channel Awesome, acusando a la
empresa de distintos abusos y malos tratos. Otro grupo de colaboradores hizo lo
propio en abril de 2018. A esto se le ha conocido como la controversia
“Change the Channel”, y es la razĂłn de que Nostalgia Critic haya
perdido mucho de su pĂşblico y buena fama. Con todo, a la fecha el canal tiene
más de 1.3 millones de seguidores en YouTube.
No quiero ser demasiado duro con Doug Walker, pero tampoco
quiero hacerle apologĂa. La controversia “Change the channel” lo expuso como un
jefe controlador y abusivo. Y aunque las acusaciones iban dirigidas más a
sus socios de Channel Awesome que al mismo Walker, no es como que él se
hubiera deslindado. Pero, por otro lado, también burlarse de él es agarrar el
fruto más bajo del árbol. Ya suficientes creadores han capitalizado la funa de
Walker, y no creo que haya mucho más qué añadir. Más bien quiero hacer un
balance.
Para mà y para muchos, la época clásica de Nostalgia
Critic fue la que va de 2007 a 2012, y desde entonces ha sido “la nueva
etapa”. Como nos pasa con muchas cosas, como “Los Simpson clásicos” o
“la Shakira de antes”, llega un momento en que te das cuenta de que el proyecto
lleva más tiempo chafeando de lo que duró su buena época, y entonces te
preguntas si el problema no serás tĂş. Lo cierto es que, como dije, todavĂa me entretienen
los videos de Walker. Pero no me hacen carcajearme como antaño. ¿QuĂ© ha
cambiado?
En parte es que la novedad se ha perdido. Cuando Nostalgia
Critic apareciĂł el formato era novedoso (con todo y que Rolfe se le habĂa
adelantado). Después del NC, sin embargo, decenas de imitadores copiaron el
modelo de “crĂtico gruñón que hace alharaca por tonterĂas y/o se expresa
con desdĂ©n exagerado”. Muy pocos de ellos tuvieron el Ă©xito de Walker o Rolfe y
desaparecieron. Otros evolucionaron y se graduaron a crear verdaderos análisis.
Incluso Rolfe dejó atrás su personaje de gamer cascarrabias y ahora hace
auténticos videoensayos.
No hay mejor ejemplo de esto que Lindsay Ellis, la otrora
Nostalgia Chick. Aunque ella iniciĂł su carrera como una versiĂłn femenina
del NC, bajo la guĂa del mismo Walker, pronto empezĂł a hacer análisis más
profundos y a menudo se le atribuye haber inventado el género del
videoensayo. Sea esto cierto o no, es enorme la influencia que ella ha
tenido en la existencia de un área de YouTube que ofrece contenidos
enriquecedores entre tanta basura. Y aunque empezĂł su carrera en Nostalgia
Critic, su desarrollo no es mĂ©rito de Walker, y seguro Ellis habrĂa
encontrado su propio camino de otra forma.
Por cierto, aquĂ hay algo que no puedo dejar de subrayar. A
Lindsay la “cancelaron” por naderĂas y tras toneladas de acoso se vio
obligada a cerrar sus redes sociales y hasta abandonar su canal de YouTube
(ahora sĂłlo se le encuentra en Nebula). Mientras, Doug Walker, que es mucho
menos talentoso y tiene mucho menos que aportar, a pesar de “Change the
channel” sigue teniendo casi millĂłn y medio de seguidores. Esto nos dice dos
cosas. Uno, pinche misoginia; siempre las mujeres pagan mucho más caro por “faltas”
mucho más leves que las de los hombres. Y dos, esto nos muestra una vez más que
las cancelaciones y funas de la progreósfera sólo terminan dañando a otros
progresistas.
Por otro lado, la escuela de “hombre blanco
despotricando”, evolucionĂł hacia sitios muy oscuros. No es difĂcil darse
cuenta que toda la industria del contenido “anti-woke” viene de ahĂ: señoros treintones
o cuarentones haciendo berrinches por pelĂculas o series, sĂłlo que ahora con una
carga polĂtica reaccionaria y discursos de odio. Otra consecuencia
inintencionada del trabajo de Walker.
Mientras tanto, a pesar de la introducciĂłn de los sketches y
otros intentos de innovaciĂłn, lo que hace el Nostalgia Critic es
fundamentalmente lo mismo de siempre: narra y comenta la pelĂcula (ya casi
nunca habla de series) mientras muestra clips seleccionados y se burla de sus
aspectos más ridĂculos. El chiste se pierde rápido; hay un nĂşmero finito de
maneras en las que puedes decir “esta pelĂcula es basura”.
La verdad es que Walker no es muy buen crĂtico; ni
siquiera sé si califica como tal. No tiene muchos conocimientos teóricos, algunas
veces ha sido evidente que no entiende lo que critica, y en cuanto a cine es
claro que sólo conoce lo más mainstream. Lo que hace es comedia,
como lo que hacĂan los robotitos de Mystery Science Theater 3000. La
experiencia de ver al NC era como reunirte con uno o dos amigos a pitorrearte
de alguna mala pelĂcula mientras comes chucherĂas.
Para ser justos, Walker tiene algunos videos en los que
aparece fuera de personaje y hace verdaderas reseñas, si nunca análisis muy
sesudos. También ha tomado nota de los videoensayistas más jóvenes y se ha
aventado uno que otro él mismo; no demasiado profundos, pero tampoco mal
desarrollados. Y debo reconocerle que de vez en cuando sĂ hace algĂşn
comentario agudo y que en más de una ocasión me ha hecho repensar mi punto
de vista sobre alguna obra.
Además, no creo que se pueda negar que, en la evolución de
los videos de Internet, Doug Walker aportĂł con un tipo de contenido que tenĂa
un poco más sustancia que los videos de gatitos haciendo tonterĂas, y que ayudĂł
a que llegáramos a los documentales de tres horas que se avienta Natalie Wynn.
F.D. Signifier, uno de los mejores videoensayistas de la anglĂłsfera, no oculta
que en su juventud disfrutaba mucho de Nostalgia Critic y que fue una
importante influencia en él.
Y no sólo es en el mundo de habla inglesa; en español
proyectos como Bully Magnets, Te lo resumo o La Zona Cero
muestran de forma evidente la influencia del NC, de forma consciente o no.
Quizá esto se nota más que nada en el léxico mismo del lenguaje del
videoensayo: hacer una narraciĂłn o presentar un argumento e intercalar
fragmentos brevĂsimos de pelĂculas o series, a manera de memes audiovisuales.
La verdad es que nunca me interesĂ© mucho en lo que sucedĂa
detrás de cámaras del show, y hasta la controversia “Change the Channel” me
pasó desapercibida un par de años porque para entonces ya ni siquiera estaba
muy pendiente. Pero cuando me puse a investigar para escribir este texto,
encontré datos que ignoraba. Por ejemplo, que el proyecto empezó cuando un
veinteañero Doug se sumió en una depresión y se quedó en su casa viendo
pelĂculas y series viejas, por lo que empezĂł a notar lo absurdas y ridĂculas
que eran muchas de ellas. O que la misma depresiĂłn y ansiedad lo han acosado a
lo largo de toda su carrera.
Doug intentĂł acabar con Nostalgia Critic en 2012 y
empezar nuevos proyectos, pero no le funcionĂł. Sus ambiciones de hacer cine se
vieron frustradas por una realidad ineludible: él no tiene talento. Es
pésimo como cineasta. Realmente lo único que le sale bien es ser el NC. El
personaje acabó comiéndose a su creador. Y hasta con ese show Doug ha intentado
en varias ocasiones innovar, sĂłlo para recibir el backlash de los fans.
En más de una ocasión ha mencionado lo frustrante que es que
la gente sólo quiera que haga lo mismo por años y años. Ha tenido que
explicar que el NC es un personaje, no su persona; que no es un modelo a
seguir, sino una caricatura para reĂrse; que no está bien que un adulto
reaccione con tanta altisonancia y sentimientos tan violentos hacia cosas tan
simples como pelĂculas o series. Ha platicado del acoso que ha recibido tanto
en lĂnea como en la vida real, incluidos mensajes de odio y fanáticas que no
respetan sus lĂmites personales ni el hecho de que no le gusta ser tocado.
Todo esto revela a una persona muy, muy triste, una
contracara para la imagen de megalĂłmano abusivo que surgiera tras “Change the
channel”. Quizá por eso, porque somos de la misma generaciĂłn de chavorrucos
deprimidos con sueños frustrados, o por el hecho que de verdad me
gustaba mucho lo que hacĂa, me es difĂcil condenarlo. Ah, pero tampoco
quiero que digan “pobre vato blanco que tiene el privilegio de vivir de hacer
tonterĂas en Internet, es que se pone triste a veces”. En fin, no sĂ©. Queda en
cada quien hacer un juicio.
Creo que uno de los grandes atractivos de las primeras
temporadas de Nostalgia Critic era la selección de obras que reseñaba,
casi siempre de los 80 y 90. No eran pelĂculas oscuras de serie B, sino
producciones hollywoodenses con caras conocidas. No eran series de nicho, sino
de Ă©sas que todos habĂamos visto, aunque fuere porque no habĂa otra cosa en la
tele. No solĂan ser de lo mejor de su Ă©poca, aquello que trasciende las dĂ©cadas
y a lo que volvemos una y otra vez, sino chucherĂas intrascendentes en las que
casi no pensabas, pero que recordabas si alguien las traĂa a colaciĂłn.
Hoy en dĂa, Walker suele abordar obras de las Ăşltimas dos
dĂ©cadas. Claro, Ă©stas son hoy tan viejas como lo eran en los 00 las pelĂculas y
series que entonces reseñaba Doug Walker. Pero es que aquà hay que hablar de
algo que ha ido cambiando a lo largo de este siglo XXI: nuestra relaciĂłn con
el tiempo y el pasado.
Primero, la forma en la que experimentamos el tiempo
es relativa a nuestra edad. Para un niño, dos años son una eternidad; para un
adolescente, cinco años llevan a otra época; para un joven adulto, su
adolescencia está a una década de distancia y su infancia, a dos. Para quienes
están en sus tardĂos treinta y tempranos cuarenta, como mi generaciĂłn, “el
presente” es muy extenso en ambas direcciones. Por eso nos sacamos de onda
cuando alguien nos dice cosas como que Frozen salió hace 12 años. No se
sienten como tales, porque cuando Ă©ramos más jĂłvenes “doce años” era algo
completamente distinto.
Entonces, no nos vamos a sentir igual sobre una pelĂcula que en 2025 cumple 15 años, que como nos sentimos sobre una que los cumpliĂł en 2005. Como dicen por ahĂ: “ya no hacen pelĂculas que marquen mi infancia”. Es algo tan obvio que se siente tonto decirlo, pero tambiĂ©n es verdad. Digo, yo le doy clases a adolescentes que son más jĂłvenes que el MCU, pero todavĂa no siento que Iron Man haya sido una pelĂcula de "mi juventud".
Sobre todo, Nostalgia Critic es producto de un
ambiente cultural muy distinto. De una época en la que la nostalgia era
diferente. Su lema, “yo lo recuerdo para que ustedes no tengan que hacerlo”
lo encapsula muy bien. Como les dije al principio, en los dosmiles no era tan
muy fácil acceder a la cultura pop del pasado. Ciertos espacios en lĂnea
existĂan para que fans de más o menos las mismas edades y con dietas culturales
similares nos encontráramos, y el show de Doug Walker era precisamente
uno de ellos. El chiste era echar una mirada a las pelĂculas y series de
nuestra infancia y adolescencia, y pitorrearnos al darnos cuenta de que eran
mucho más tontas de lo que las recordábamos. Era como juntar a tus amigos y
ponerte a revisar tus viejos VHS, comentar pendejadas, reĂrte un chingo y acaso
fumar un porro.
Pero, como decĂamos al principio, hoy en dĂa la nostalgia ya
no está confinada a esos espacios. La cultura pop de todas las décadas está a
sólo un click de distancia. Los recuerdos del ayer están por todas partes,
reiterados una y otra vez de formas distintas. El pasado se ha comido una gran
parte de nuestra cultura contemporánea. Todo parece ser un gran refrito de lo
mismo. Tanto Internet como la nostalgia ahora están en manos de grandes
corporaciones oligopĂłlicas.
El filĂłsofo Mark Fisher decĂa que una caracterĂstica del
capitalismo tardĂo ha sido la lenta cancelaciĂłn del futuro. Nos cuesta trabajo
imaginar futuros que sean radicalmente distintos a nuestro cada vez más
distópico presente. Eso incluye también la dificultad para crear expresiones
artĂsticas y culturales novedosas, y las que sĂ aparecen rara vez reciben el
apoyo de las megacorporaciones que controlan el entretenimiento o de las masas que
lo consumen, por lo que nos quedamos regurgitando lo mismo. El hecho de que
Doug Walker siga haciendo lo mismo después de casi veinte años es un ejemplo de
esto mismo. Pues cuando el futuro se cancela, el presente se inunda de
pasado. Y, ¿cĂłmo podemos sentir añoranza por un pasado que se niega a
desparecer? SĂłlo nos queda añorar la forma en la que solĂamos experimentar la
nostalgia.
Uff, no querĂa terminar con una nota tan pesimista. AsĂ que aquĂ están el Top 11 de mis reseñas favoritas del Nostalgia Critic de sus
mejores dĂas. ¿Por quĂ© Top 11? Pues porque me gusta ir un paso más allá.
11. 1990s Sports Movies:
10. Ferngully:
9. Saved by the Bell:
8. Batman & Robin:
6. Captain Planet:
4. Moulin Rouge:
3. Star Wars Holiday Special:
2. The Room:
1. Casper:
Y eso fue mi Top 11 de crĂticas del Nostalgia Critic. Soy Ego y lo recuerdo porque no me queda de otra.
FIN
Hola, gracias por leer. Aquà nos dedicamos a sobrepensar sobre la cultura pop y otros temas. Si te gusta mi trabajo, por favor considera apoyarme con una subscripción en Patreon, o también puedes hacer una sola donación en Paypal. Mientras, aquà tienen más entradas sobre nostalgia, neostalgia y metanostalgia:
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