Con el pretexto de combatir el secuestro, el Senado de la República aprobó ayer una reforma al artículo 73 constitucional que, permitirá a las autoridades tomar medidas como la que obliga a las compañías de telefonía celular a grabar todas las conversaciones y mensajes de texto y archivarlos para que estén a disposición de las autoridades. La medida se aplicará en todo el territorio nacional.
Todos nuestros mensajes íntimos y personales serán grabados y los procuradores generales podrán revisarlas cuando lo consideren necesario.
Como podrán imaginarse, esta medida se muestra ineficiente, porque las llamadas son grabadas automáticamente y archivadas para ser revisadas después. Esta medida sólo podría funcionar si las autoridades escucharan las llamadas mientras se está extorsionando a la víctima y pudieran así actuar de inmediato.
Pero la medida no es sólo inútil, sino también peligrosa. Significa que de hecho todas nuestras llamadas estarán intervenidas, que todos nosotros seamos vigilados como si viviéramos en un estado policiaco neofascista. Significa una violación a la intimidad y a la libertad de los ciudadanos. Además de que sería una herramienta del poder para mantener vigilados y cooptados a los ciudadanos disidentes u opositores al régimen.
Desde que Felipe Calderón está en el poder, la vida privada ha sido invadida cada vez más. Ya en algunos estados los policías y miembros del ejército tienen derecho a entrar a las casas de los ciudadanos sin necesidad de una orden de cateo emitida por un juez. Esto es grave porque otorga a las fuerzas armadas facultades que corresponden al poder civil. Pero éste es el camino que ha seguido nuestro país en los últimos años.
Desde 2007, con el pretexto de la visita de Bush a Yucatán, fueron instaladas algunas cámaras de vigilancia en ciertos puntos de Mérida. Se fue Bush y las cámaras no sólo se quedaron sino que proliferaron. Los habitantes de Mérida son vigilados por su propio gobierno mientras circulan por la vía pública. Y las calles están llenas de retenes en los que ciudadanos inocentes o chavos con pinta de hippiosos son interrogados como si fueran criminales.
Ahora nuestras llamadas por celular serán vigiladas. ¿Qué sigue? ¿Vigilancia en el trabajo, en la escuela, en las casas?
Todo esto se hace con el pretexto de combatir el crimen, pero estas medidas no sólo no han sido utilizadas de manera efectiva para este propósito, sino que sí han sido usadas para molestar a la población.
El Gran Hermano nos vigila.
Esta entrada forma parte de la serie Memorias del Calderonato. Otros textos relacionados incluyen:
4 comentarios:
mejor que vayan a espiar a su puta madre.
¿Nadie escuchó del acta patriótica en E.U., y de la pendejada que resultó ser? Vamos de mal en peor. 2010!!!
estoy de acuerdo con el anònimo. Valdrán madres mis llamadas cachondas a las tres de la mañana.
que pinche joda, pero así le gusta a la gente, así podrán saber que opinan de nosotros los "deaspectofuereño"
Saludos Maik!
Mandare una mentadita de madre en cada llamada que haga, aunque obvio no resuelve nada.
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