
De vez en cuando, algĂşn polĂtico o partido mexicano (o latinoamericano, en general), con oportunismo rescata del baĂşl la propuesta de implementar la pena de muerte como medida contra el crimen. Nunca ha podido proceder,debido a que una medida de este tipo es anticonstitucional en MĂ©xico (por fortuna). Sin embargo, nunca faltan los despistados que se emocionan cuando el asunto se pone sobre la mesa y cruzan los dedos esperando a que se haga realidad.
Unas sencillas razones presentadas de manera clara son suficientes para demostrar que este asunto de la pena de muerte no sĂłlo es muy mala idea, sino que es incluso un peligro.
- HistĂłricamente, la pena de muerte, en ningĂşn lugar ni Ă©poca, ha sido una medida eficiente para prevenir el crimen. Simplemente no funciona.
- La tendencia de las naciones desarrolladas en el Ăşltimo siglo ha sido la de abolir la pena de muerte. En EUA cada vez son menos estados donde se aplica. Que MĂ©xico aplicara la pena de muerte serĂa un retroceso histĂłrico y en materia de derechos humanos (y ya hemos retrocedido un chingo durante la "guerra contra el narco").
- El problema principal no es el del castigo para los criminales. El problema es que los criminales no son capturados nunca. Y si lo son, no se les enjuicia. Si fueran capturados darĂa igual si se les guarda de por vida o se les ejecuta. O sea, el problema es la impunidad.
- El origen del crimen está en la compleja relaciĂłn entre diversos factores sociales, econĂłmicos, polĂticos y culturales. Más efectivo para combatir el crimen serĂa combatiendo la pobreza, la impunidad y la corrupciĂłn institucional, por ejemplo.
- El sistema judicial de este paĂs es monstruosamente corrupto. La policĂa no investiga, no sabe hacerlo. Su sistema es encontrar un chivo expiatorio, torturarlo hasta hacerlo firmar una confesiĂłn y listo. Si esto provoca que haya cientos de inocentes en las cárceles, imagĂnense quĂ© pasarĂa si se aplicara la pena de muerte. Si piensan que el problema es que los criminales siguen operando desde la cárcel, el problema es que las autoridades corruptas se los permiten, y son Ă©sas son las mismas autoridades a las que quieren darles la facultad de matar gente. Ésta incluso podrĂa ser un arma del gobierno para eliminar a sus opositores, o a los opositores del grupo criminal actualmente aliado con el gobierno en turno.
- Estos polĂticos que están abogando por la pena de muerte no tienen ningĂşn interĂ©s verdadero en el combate al crimen. De ser asĂ, abogarĂan por una reestructuraciĂłn de la policĂa y por el combate a la pobreza. En vez de eso, aprovechan el temor y la furia de poblaciĂłn para presentar una soluciĂłn milagrosa y obtener votos.
En fin, creo que sĂłlo una persona muy ingenua y muy poco informada podrĂa apoyar la aplicaciĂłn de la pena de muerte en nuestros paĂses. Por desgracia, nuestra ciudadanĂa han demostrado una y otra vez ser muy ingenua y poco informada...
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7 comentarios:
Estoy totalmente de acuerdo. Aprobar la pena de muerte serĂa darle mucho más poder al sistema de justicia mexicano del que ya tiene (y que no utiliza bien).
¿Saben cuántas ejecuciones van en Ciudad Juárez en el presente año?
¿Saben cuántos sicarios han sido atrapados?
A los delincuentes no les preocupa cuál sea la condena, porque siguen libres.
Primero que atrapen a los delincuentes. Después, ya veremos (dijo el ciego).
Es como darle una pistola a alguien que te odia.
es como darle una pistola a alguien ke te oda
ay perdon no sabia ke taniamos loa comentarios iguales upssssssss :)
Yo estoy de acuerdo con la pena de muerte bajo ciertas circunstancias. Crimenes graves como: Secuestro, asesinato, violaciones, etc.
Pero para esto tendrĂa que ser un criminal reincidente, es decir, a aquel que estar en una centro de readaptaciĂłn entambado durante 15 años no le sirviĂł de castigo ni correcciĂłn y volviĂł a las andadas.
A estos subhumanos no hay de otra mas que erradicarlos de la sociedad
Aunque, al menos en sistemas de justicia como el de Estados Unidos, a veces se usa la amenaza de pena de muerte como una forma de intimidar con los criminales para que confiese el crimen o que hagan un acuerdo con la fiscalĂa
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