Formas en las que la ciencia nos ha arruinado a los dinosaurios - Ego Sum Qui Sum

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PROFESOR MAIK CIVEIRA & LA ALIANZA FRIKI ANTIFASCISTA

miércoles, 17 de junio de 2015

Formas en las que la ciencia nos ha arruinado a los dinosaurios


"La ciencia es como un parlanchĂ­n que arruina la pelĂ­cula contándonos el final. Yo digo que hay cosas que NO queremos saber. ¡Cosas importantes!"

-Ned Flanders

Amo a los dinosaurios como cualquier niño de 10 años que nunca creciĂł. Amo la parte cientĂ­fica de los dinosaurios, aprender sobre ellos y su mundo. Amo tambiĂ©n la parte fantástica, la de la cultura pop, la de pelĂ­culas y libros de aventura y suspenso. El problema es que a veces estos dos aspectos no se llevan bien, y cuando uno está muy feliz disfrutando una pelĂ­cula de cavernĂ­colas en bikini que pelean contra dinosaurios de arcilla, ¡pum! de repente llegan los ninjas de la ciencia a arruinar la diversiĂłn. A continuaciĂłn una lista de informaciĂłn que la ciencia ha tenido a bien compartirnos con el objetivo de arruinarnos los dinosaurios para siempre.

Hace un millón de años no había dinosaurios (ni personas)

A estas alturas la mayorĂ­a de nosotros sabemos que los dinosaurios y los humanos prehistĂłricos no coexistieron (a menos que usted sea creacionista, en cuyo caso este blog no es para usted). De hecho, El tĂ­tulo de la pelĂ­cula Un millĂłn de años antes de Cristo no podrĂ­a estar más equivocado:  los dinosaurios se extinguieron unos 65 millones de años antes de la apariciĂłn del Homo sapiens, el cual apareciĂł apenas hace unos 200 mil años. AsĂ­ que todas esas pelĂ­culas, series de TV, cĂłmics y demás (y la canciĂłn Pies descalzos de Shakira) en las que vemos a cavernĂ­colas peleando con brontosaurios, están mal.

Los dinosaurios tampoco coexistieron con los grandes mamíferos prehistóricos: ni mammuts, ni tigres dientes de sable, ni perezosos gigantes, ni ningún otro personaje de La Era del Hielo. Pero además, tampoco conocieron a animales prehistóricos como los dimetrodontes (que no son dinosaurios, sino reptiles de otra línea evolutiva) ni trilobites, ni nada de eso. Y además, no todos los dinosaurios vivieron en la misma época ni en el mismo lugar. Esta línea del tiempo nos ilustra:


No existe el "brontosaurio"

Si nos ponemos a pensar en los dinosaurios más populares, de Ă©sos que aparecen casi por default en cada lĂ­nea de juguetes de cereal, de Ă©sos que hasta tu mamá puede recordar de nombre, por lo menos se mencionará al tiranosaurio, al "tres cuernos" y al "cuello largo". Durante dĂ©cadas, en la cultura pop se ha llamado a cualquier "cuello largo" genĂ©rico con el nombre de brontosaurio. Gertie, el primer personaje de dibujos animados, era una brontosaurio; se le llamĂł asĂ­ al monstruo que destruyĂł Londres en El mundo perdido (1925), un brontosaurio es la mascota de la petrolera Sinclair; Pedro Picapiedra come hamburguesas de brontosaurio, y uno de los DinoplatĂ­volos se llama Bronto-T. De hecho, el brontosaurio es mi dinosaurio herbĂ­voro favorito.

Pero, ¿quĂ© creen? No existiĂł. AsĂ­ es, el famosĂ­simo brontosaurio no es más que un apatosaurio mal clasificado. Verán, en 1879 el paleontĂłlogo O.C. Marsh anunciĂł el descubrimiento de un nuevo animal, al que bautizĂł con el nombre de Brontosaurus, es decir "reptil del trueno" (un nombre fabuloso, si me preguntan). Cuando el Museo de Historia Natural de Nueva York montĂł en 1905 el esqueleto del brontosaurio, como le faltaba el cráneo (no se habĂ­a descubierto) se completĂł con un modelo basado en el del Camarasaurus, dejándonos asĂ­ con la imagen eterna de una bestia de gran tamaño, cuello largo y cabeza cuadrada.

El problema era que dos años antes, en 1877 se habĂ­a descubierto otro dinosaurio, el Apatosaurus ("reptil engañoso", un nombre bastante indigno, si me preguntan). Ya desde 1903 se habĂ­a señalado que en realidad el apatosaurio y el brontosaurio eran la misma especie. Como el primero habĂ­a sido descubierto antes, su nombre se quedaba como el más válido. Además, en 1909 se descubriĂł un cráneo de apatosaurio, el cual era alargado y con los dientes proyectados hacia adelante, como en el caso del diplodoco. O sea, que no sĂłlo llamamos al apatosaurio con el nombre incorrecto sino que le pusimos la cabeza equivocada.


¡Paren las prensas! Parece ser que el brontosaurio sĂ­ serĂ­a un bicho real despuĂ©s de todo. Apenas este 2015 un extenso estudio de fĂłsiles y de la historia de su taxonomĂ­a ha llevado a la conclusiĂłn de que hay evidencia suficiente para considerar que el apatosaurio y el brontosaurio eran dos especies distintas. No todos los paleontĂłlogos están de acuerdo, pero el prospecto es interesante. Eso sĂ­, su cabeza serĂ­a alargada y no cuadrada, como lo hemos estado dibujando por más de un siglo, ¡pero quĂ© diablos! ¡El Reptil del Trueno está de vuelta! Gracias, ciencia, Ă©sta sĂ­ la has hecho bien.

Cuando los pajarracos dominaban la Tierra

Durante más de un siglo nos imaginamos a los dinosaurios como grandes lagartos, casi casi como dragones, de pieles escamosas y gruesas, de color gris, pardo o verde oscuro. Esta imagen ha ido cambiando poco a poco, haciendo a nuestros lagartos terribles más coloridos y menos terribles.

Cuando yo estaba en la primaria solía leer una revista que publicaba Planeta DeAgostini llamada Dinosaurios. En una ocasión dedicaron un reportaje sobre una intrigante posibilidad: algunos dinosaurios podrían haber tenido plumas. Esto me pareció fascinante, y ya me imaginaba a los pequeños carnívoros con sus hermosos plumajes.

Ah pero la ciencia no quería detenerse ahí, no: tenía que emplumar a todos los dinosaurios. Ahora sabemos que no sólo los pequeños carnívoros estaban emplumados, sino que también los grandes terópodos como el T. Rex (ver la sección correspondiente), obviamente el velocirraptor (ídem), los ornitomímidos y los hadrosaurios.


Y ok, por principio de adorabilidad, aceptarĂ© que los polluelos de Parasaurolophus nacĂ­an emplumados, pero cubrir de plumas coloridas a bestias reptilianas y pesadas como el Triceratops o el Stegosaurus es algo que no voy a poder tragar fácilmente. Por suerte, la evidencia que señala con casi toda seguridad que los gráciles bĂ­pedos tenĂ­an un hermoso plumaje no basta para concluir que los titánicos cuadrĂşpedos tambiĂ©n lo tenĂ­an. Es que, ¿se imaginan que ahora los dinosaurios fueran siempre asĂ­?

Ugh

Jurassic Park nos mintiĂł

Jurassic Park fue en su momento la pelĂ­cula que ofrecĂ­a el retrato más realista de los dinosaurios hasta la fecha (y la obra que me convirtiĂł en cinĂ©filo). Nos los presentĂł no como torpes bestias del pantano, sino como animales de sangre caliente, ágiles y astutos. Eso estuvo muy bien, pero esta gran pelĂ­cula cometiĂł otros tantos errores. Dejemos de lado lo de las plumas, que por allá de 1993 no se sabĂ­a con certeza. Dejemos de lado eso de que se llame "Jurásico" cuando la mayorĂ­a de los animales son del cretáceo, porque Ă©sa es una queja de gente mamona.

Muchos errores de la película, de los cuales una buena cantidad tienen su origen en la novela de Michael Crichton, fueron cometidos adrede como licencias poéticas para que la película fuera más chingona. Entre esos errores se encuentran que: eso de que el tiranousaurio no te ve si no te mueves es una estupidez, no lo vayan a intentar; el dilofosaurio no era venenoso ni tenía era esa membrana que se extiende alrededor del cuello, además de que era mucho más grande; un braquiosaurio no se habría parado en sus patas traseras para mordisquear ramitas; no puedes completar el ADN de un dinosaurio con sangre de rana, son demasiado diferentes (hasta los humanos estamos genéticamente más cerca de los dinosaurios que las ranas)... Y eso que ni siquiera hemos empezado a hablar de los velocirraptores.

Los raptores no son como los pintan

Cuando saliĂł Jurassic Park nos presentĂł a los Velociraptor, unas criaturas verdaderamente aterradoras. Todos los dinosaurios en el cine habĂ­an sido hasta entonces grandes y poderosos, pero no muy listos y uno podĂ­a esconderse de ellos en una cueva o dentro de un edificio. Pero los velocirraptores eran pequeños y astutos, podĂ­an rastrearte a donde te escondieras, se comunicaban con un lenguaje articulado, podĂ­an abrir puertas y tender trampas. Estos bichos protagonizaron mis pesadillas durante las siguientes dos dĂ©cadas y contando.

¿Pero pos quĂ© creen? Que los velocirraptores eran unos animalitos bien monos. Del tamaño de un pavo y con todo y sus plumas adorables. SĂ­, eran temibles cazadores y podĂ­an matar a presas más grandes que ellos si atacaban en manada, y probablemente no te gustarĂ­a encontrártelos mientras das un paseo por la sabana. 


Pero no eran los monstruos escamosos de dos metros de alto que todo el mundo se imagina por culpa de Jurassic Park, que juegan basketball, filosofan sobre temas profundos de la vida y se aparecen en nuestras fantasĂ­as sexuales más salvajes (ver siguiente apartado). De hecho, aparentemente ni siquiera eran tan listos: su cerebro no era más grande que el de una paloma comĂşn.

Sin embargo, hay un premio de consolación: el Utahraptor, que sí era del tamaño con el que ponen a los velocirraptores en Jurassic Park, aunque con plumas, eso es ahora inevitable... y probablemente tampoco podía abrir puertas... ni poseía un lenguaje articulado. Por cierto, ninguno de estos animales llevaba las manos colgadas por delante a manera de conejito, sino que las sostenían con las garras hacia adelante y con las palmas hacia dentro.


Un dinosaurio no te puede follar

¿Eh? Bueno, ¿y eso quĂ©? ¿De quĂ© putas estamos hablando? Nadie quiere que se lo coja un dinosaurio... Excepto los fans del dinoporno. AsĂ­ es, existe en los internetz todo un submundo de material erĂłtico de dinosaurios que follan con seres humanos, principalmente mujeres, pero tambiĂ©n algunos hombres (info aquĂ­, aquĂ­, aquĂ­, aquĂ­ y aquĂ­). Hay imágenes generadas por computadora, dibujos, cĂłmics, videos (tanto de CGI o de personas disfrazadas) y sobre todo relatos literarios; chicas fornicando con velocirraptores (versiĂłn Jurassic Park, por supuesto), pteranodontes, triceratops, tiranosaurios y demás fauna mesozoica, todo lo cual goza de una gran popularidad digna de Mundo enfermo y triste

Bien, el problema es que estas historias dependen que nuestros animales prehistĂłricos tengan penes gruesos y largos tipo mamĂ­fero que pudieran penetrar a una señorita (o a un caballero, hay de todo en la viña del Señor), y la ciencia nos informa que los dinosaurios no tenĂ­an penes verdaderos, sino que, como la mayorĂ­a de las aves y los reptiles, tenĂ­an apenas unas cloacas que lo mismo servĂ­an para excretar como para copular, y que machos y hembras frotaban unas con otras para lograr la fecundaciĂłn (¡detalles!) y además todo el proceso duraba cosa de unos segundos, asĂ­ que no podrĂ­an tener escenas erĂłticas de ocho minutos y muchas fases que terminen en un orgasmo intenso  para ambas partes (NSFW!).


Supongo que para alguien muy clavado (pun not intended) con el porno de dinosaurios, no será muy importante si Ă©ste es realista o no. DespuĂ©s de todo, ya sabemos que no habĂ­a sexis cavernĂ­colas en bikinis de piel que los dinosaurios pudieran follarse. Ahora, quizá algĂşn varĂłn diga "pues los dinosaurios no tendrán pene, pero yo sĂ­; cuando los traigan de vuelta a la vida mediante la clonaciĂłn yo les voy a dar duro por sus cloaquitas". ¿Pues quĂ© creen?

Nunca veremos dinosaurios vivos

Una de las revelaciones más decepcionantes que me ha dado la ciencia es el hecho de que nunca llegarĂ© a ver un dinosaurio vivo. O sea que nunca podrĂ© acariciar la carita de un braquiosaurio mientras le doy de comer ramitas, nunca podrĂ© cabalgar en el lomo de un iguanodonte, y nunca podrĂ© ver un video porno con dinosaurios de verdad. 

Cuando uno ve Jurassic Park eso de la clonaciĂłn suena muy plausible, pero el problema principal es que no hay suficiente ADN de dinosaurio en buenas condiciones. Nop, ni siquiera en los mosquitos atrapados en ámbar, ¿y saben por quĂ©? Porque el ámbar no se conserva por tanto tiempo; en unos pocos miles de años se degrada naturalmente. 

No hay mosquitos con sangre de dinosaurio esperando a ser encontrados por ahĂ­, y los tejidos blandos de dinosaurio que hemos encontrado (recientemente, cĂ©lulas rojas), no tienen suficiente informaciĂłn genĂ©tica como para clonar un animal a partir de ahĂ­. Digo, si tenemos mammuts congelados, de apenas unos miles de años de antigĂĽedad, de los cuales conservamos su carne, piel, pelo, huesos y Ăłrganos, y aĂşn asĂ­ no hemos llegado a clonarlos (¡aunque quizá lo hagamos!), veo muy difĂ­cil que pronto veamos Juanito y los clonosaurios haciendo gira por el paĂ­s. AsĂ­ que si leyeron en los internetz alguna noticia de que supuestos cientĂ­ficos británicos habĂ­an clonado un dinosaurio, estĂ©n muy seguros de que es mentira (ver aquĂ­).


Ahora, si ustedes aún guardan la esperanza de descubrir criaturas prehistóricas como Nessie o Mokelé Mbembé perdidas en lo profundo de los rincones inexplorados de la tierra, se van a morir sin que eso suceda, porque como ya vimos en esta entrada sobre la criptozoología, no hay forma alguna en la que un reptil prehistórico de gran tamaño hubiera podido sobrevivir a la extinción del Cretáceo. Y no, los celacantos no son prueba de nada.

Por otra parte, este interesante artĂ­culo nos habla de cĂłmo, para estudiar la evoluciĂłn de los dinosaurios, unos cientĂ­ficos manipularon los genes de embriones de ave, de forma que lograron que sus rostros tuvieran un aspecto más dinosauresco. Por razones Ă©ticas, los cientĂ­ficos no dejaron que los polluelos eclosionaran (mejor dejarlos morir que obligarlos a vivir como engendros monstruosos). Bien, quizá no podremos clonar dinosaurios, pero ¿des-evolucionar aves? Voy a darle todo mi apoyo al cientĂ­fico loco que quiera llevar a cabo este desquiciado proyecto :D

El Rex ha muerto. Que viva el Rex.

El Tyrannosaurus Rex es mi dinosaurio favorito. El rey de los reptiles tiranos, el villano favorito de la mayor parte de pelĂ­culas prehistĂłricas, el que persiguiĂł a Pie Pequeño hasta el Gran Valle, el que aterrorizĂł a los niños dentro de ese auto, Gengis Rex, a motherfucking T. Rex. ¿Y que hizo la ciencia con nuestro rey? Degradarlo.

Primero, que el T. Rex era probablemente un sucio carroñero y no el poderoso y temido cazador que nos imaginábamos. Sólo una especie de zopilote de tierra cabezón. Con todo y plumas, para quitarle mayor dignidad. Pa' colmo, no tenía un rugido feroz, sino que hacía ruiditos con el buche cual paloma en celo.


En segundo, nos enteramos de que el tiranosaurio ni siquiera era el rey. El Giganotosaurus, el Carcharodontosaurus y el Spinosaurus eran más grandes. Puedo perdonarle a la ciencia todas las anteriores, pero no que haya destronado a su majestad el T. Rex. Lo bueno es que para mi beneplácito, el espinosaurio tambiĂ©n quedĂł desbancado cuando se supo que no era el temible y letal mata-tiranosaurios de Jurassic Park III, sino un bicho semiacuático que se alimentaba principalmente de peces. TĂłmala, barbĂłn.


Aunque me quejo mucho, lo cierto es que la ciencia que rodea a los dinosaurios sigue siendo fascinante. Vean no más cuántas cosas nuevas e interesantes hemos aprendido de sólo leer esta entrada, y eso que seguro ustedes ni siquiera se tomaron la molestia de entrar a todos los enlaces que les puse. La ciencia quizá le quita un poco de fantasía a los dinosaurios, pero en cambio los dinosaurios hacen que la ciencia sea asombrosa.

FIN


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9 comentarios:

AnĂłnimo dijo...

No mames me cagaste en el Feng Shui que tenĂ­a por Jurassic world!!!

AnĂłnimo dijo...

Jajajajaja,me encantĂł tu entrada. Saludos desde Argentina.

Alexander Strauffon dijo...

Ooooh, las brontoburguesas (me acordé) en los Picapiedra.

Fíjate que lo del brontosaurio y el apatosaurio, y lo de la clasificación, lo supe leyendo. Pero no un artículo científico ni un libro ésta vez, sino un cómic, jaja. En La Caída del Murciélago, Batman llega a una escena del crimen dentro del museo donde ya lo esperan Gordon y el guía de ahí, en el lugar acordonado donde dejaron un cadáver dentro de uno de los esqueletos de dinosaurio en exhibición. Cuando mencionan al brontosaurio, el tipo del museo hace la corrección diciendo que es apatosaurio, explica también del cráneo incorrecto que ajustaba bien, y termina "Él ha tenido dos nombres y dos cabezas". Así, Batman se da cuenta que la escena es un mensaje enviado por Dos Caras.

Maik Civeira dijo...

Guau, brillante eso del cĂłmic de Batman.

Sergio dijo...

Cuando era niño existĂ­a la cadena de hamburguesas BurgerBoy que sacĂł en algĂşn momento una promociĂłn con su unifante, brontodoble y dinotriple. Todos estos años las he añorado¡Ahh!
Gracias dinosaurios, gracias (a los grises y no gays de antes).

Manfaat Daun Sirsak dijo...

No soy más que un hombre, pero si yo fuera alguien. No puedo hacer todo, pero puedo hacer algo. No voy a negarse a hacer algo que yo pueda hacer.

Obat Penyakit Balita Tradisional dijo...

Es una expectativa en el sentido más amplio, lo que permite a un padre para construir, a partir de cero, una de las compañías más grandes de la India. Él ha hecho el trabajo, iniciativa, confianza en sí mismo duro. Pero, sobre todo, la capacidad, como ella solía decir: "Soñar con los ojos bien abiertos". (Anil Ambani)

AM dijo...

Despues de leer lo del dinoporno pues no me queda otra más que admitir que estoy bastante atrasado en lo que a perversiones o alternativas sexuales se refire.

Sexto Empirico dijo...

Es una entrada buenísima, disfrute mucho leyéndola y hasta creo que aprendí algo. Saludos desde Mérida, y si tienes tiempo y curiosidad te invito a mi blog sidudoexisto.blogspot.mx

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