"La ciencia es como un parlanchĂn que arruina la pelĂcula contándonos el final. Yo digo que hay cosas que NO queremos saber. ¡Cosas importantes!"
-Ned Flanders
Amo a los dinosaurios como cualquier niño de 10 años que nunca creciĂł. Amo la parte cientĂfica de los dinosaurios, aprender sobre ellos y su mundo. Amo tambiĂ©n la parte fantástica, la de la cultura pop, la de pelĂculas y libros de aventura y suspenso. El problema es que a veces estos dos aspectos no se llevan bien, y cuando uno está muy feliz disfrutando una pelĂcula de cavernĂcolas en bikini que pelean contra dinosaurios de arcilla, ¡pum! de repente llegan los ninjas de la ciencia a arruinar la diversiĂłn. A continuaciĂłn una lista de informaciĂłn que la ciencia ha tenido a bien compartirnos con el objetivo de arruinarnos los dinosaurios para siempre.
A estas alturas la mayorĂa de nosotros sabemos que los dinosaurios y los humanos prehistĂłricos no coexistieron (a menos que usted sea creacionista, en cuyo caso este blog no es para usted). De hecho, El tĂtulo de la pelĂcula Un millĂłn de años antes de Cristo no podrĂa estar más equivocado: los dinosaurios se extinguieron unos 65 millones de años antes de la apariciĂłn del Homo sapiens, el cual apareciĂł apenas hace unos 200 mil años. AsĂ que todas esas pelĂculas, series de TV, cĂłmics y demás (y la canciĂłn Pies descalzos de Shakira) en las que vemos a cavernĂcolas peleando con brontosaurios, están mal.
Los dinosaurios tampoco coexistieron con los grandes mamĂferos prehistĂłricos: ni mammuts, ni tigres dientes de sable, ni perezosos gigantes, ni ningĂşn otro personaje de La Era del Hielo. Pero además, tampoco conocieron a animales prehistĂłricos como los dimetrodontes (que no son dinosaurios, sino reptiles de otra lĂnea evolutiva) ni trilobites, ni nada de eso. Y además, no todos los dinosaurios vivieron en la misma Ă©poca ni en el mismo lugar. Esta lĂnea del tiempo nos ilustra:
Los dinosaurios tampoco coexistieron con los grandes mamĂferos prehistĂłricos: ni mammuts, ni tigres dientes de sable, ni perezosos gigantes, ni ningĂşn otro personaje de La Era del Hielo. Pero además, tampoco conocieron a animales prehistĂłricos como los dimetrodontes (que no son dinosaurios, sino reptiles de otra lĂnea evolutiva) ni trilobites, ni nada de eso. Y además, no todos los dinosaurios vivieron en la misma Ă©poca ni en el mismo lugar. Esta lĂnea del tiempo nos ilustra:
Si nos ponemos a pensar en los dinosaurios más populares, de Ă©sos que aparecen casi por default en cada lĂnea de juguetes de cereal, de Ă©sos que hasta tu mamá puede recordar de nombre, por lo menos se mencionará al tiranosaurio, al "tres cuernos" y al "cuello largo". Durante dĂ©cadas, en la cultura pop se ha llamado a cualquier "cuello largo" genĂ©rico con el nombre de brontosaurio. Gertie, el primer personaje de dibujos animados, era una brontosaurio; se le llamĂł asĂ al monstruo que destruyĂł Londres en El mundo perdido (1925), un brontosaurio es la mascota de la petrolera Sinclair; Pedro Picapiedra come hamburguesas de brontosaurio, y uno de los DinoplatĂvolos se llama Bronto-T. De hecho, el brontosaurio es mi dinosaurio herbĂvoro favorito.
Pero, ¿quĂ© creen? No existiĂł. AsĂ es, el famosĂsimo brontosaurio no es más que un apatosaurio mal clasificado. Verán, en 1879 el paleontĂłlogo O.C. Marsh anunciĂł el descubrimiento de un nuevo animal, al que bautizĂł con el nombre de Brontosaurus, es decir "reptil del trueno" (un nombre fabuloso, si me preguntan). Cuando el Museo de Historia Natural de Nueva York montĂł en 1905 el esqueleto del brontosaurio, como le faltaba el cráneo (no se habĂa descubierto) se completĂł con un modelo basado en el del Camarasaurus, dejándonos asĂ con la imagen eterna de una bestia de gran tamaño, cuello largo y cabeza cuadrada.
El problema era que dos años antes, en 1877 se habĂa descubierto otro dinosaurio, el Apatosaurus ("reptil engañoso", un nombre bastante indigno, si me preguntan). Ya desde 1903 se habĂa señalado que en realidad el apatosaurio y el brontosaurio eran la misma especie. Como el primero habĂa sido descubierto antes, su nombre se quedaba como el más válido. Además, en 1909 se descubriĂł un cráneo de apatosaurio, el cual era alargado y con los dientes proyectados hacia adelante, como en el caso del diplodoco. O sea, que no sĂłlo llamamos al apatosaurio con el nombre incorrecto sino que le pusimos la cabeza equivocada.
¡Paren las prensas! Parece ser que el brontosaurio sĂ serĂa un bicho real despuĂ©s de todo. Apenas este 2015 un extenso estudio de fĂłsiles y de la historia de su taxonomĂa ha llevado a la conclusiĂłn de que hay evidencia suficiente para considerar que el apatosaurio y el brontosaurio eran dos especies distintas. No todos los paleontĂłlogos están de acuerdo, pero el prospecto es interesante. Eso sĂ, su cabeza serĂa alargada y no cuadrada, como lo hemos estado dibujando por más de un siglo, ¡pero quĂ© diablos! ¡El Reptil del Trueno está de vuelta! Gracias, ciencia, Ă©sta sĂ la has hecho bien.
Pero, ¿quĂ© creen? No existiĂł. AsĂ es, el famosĂsimo brontosaurio no es más que un apatosaurio mal clasificado. Verán, en 1879 el paleontĂłlogo O.C. Marsh anunciĂł el descubrimiento de un nuevo animal, al que bautizĂł con el nombre de Brontosaurus, es decir "reptil del trueno" (un nombre fabuloso, si me preguntan). Cuando el Museo de Historia Natural de Nueva York montĂł en 1905 el esqueleto del brontosaurio, como le faltaba el cráneo (no se habĂa descubierto) se completĂł con un modelo basado en el del Camarasaurus, dejándonos asĂ con la imagen eterna de una bestia de gran tamaño, cuello largo y cabeza cuadrada.
El problema era que dos años antes, en 1877 se habĂa descubierto otro dinosaurio, el Apatosaurus ("reptil engañoso", un nombre bastante indigno, si me preguntan). Ya desde 1903 se habĂa señalado que en realidad el apatosaurio y el brontosaurio eran la misma especie. Como el primero habĂa sido descubierto antes, su nombre se quedaba como el más válido. Además, en 1909 se descubriĂł un cráneo de apatosaurio, el cual era alargado y con los dientes proyectados hacia adelante, como en el caso del diplodoco. O sea, que no sĂłlo llamamos al apatosaurio con el nombre incorrecto sino que le pusimos la cabeza equivocada.
¡Paren las prensas! Parece ser que el brontosaurio sĂ serĂa un bicho real despuĂ©s de todo. Apenas este 2015 un extenso estudio de fĂłsiles y de la historia de su taxonomĂa ha llevado a la conclusiĂłn de que hay evidencia suficiente para considerar que el apatosaurio y el brontosaurio eran dos especies distintas. No todos los paleontĂłlogos están de acuerdo, pero el prospecto es interesante. Eso sĂ, su cabeza serĂa alargada y no cuadrada, como lo hemos estado dibujando por más de un siglo, ¡pero quĂ© diablos! ¡El Reptil del Trueno está de vuelta! Gracias, ciencia, Ă©sta sĂ la has hecho bien.
Cuando los pajarracos dominaban la Tierra
Durante más de un siglo nos imaginamos a los dinosaurios como grandes lagartos, casi casi como dragones, de pieles escamosas y gruesas, de color gris, pardo o verde oscuro. Esta imagen ha ido cambiando poco a poco, haciendo a nuestros lagartos terribles más coloridos y menos terribles.
Cuando yo estaba en la primaria solĂa leer una revista que publicaba Planeta DeAgostini llamada Dinosaurios. En una ocasiĂłn dedicaron un reportaje sobre una intrigante posibilidad: algunos dinosaurios podrĂan haber tenido plumas. Esto me pareciĂł fascinante, y ya me imaginaba a los pequeños carnĂvoros con sus hermosos plumajes.
Ah pero la ciencia no querĂa detenerse ahĂ, no: tenĂa que emplumar a todos los dinosaurios. Ahora sabemos que no sĂłlo los pequeños carnĂvoros estaban emplumados, sino que tambiĂ©n los grandes terĂłpodos como el T. Rex (ver la secciĂłn correspondiente), obviamente el velocirraptor (Ădem), los ornitomĂmidos y los hadrosaurios.
Y ok, por principio de adorabilidad, aceptarĂ© que los polluelos de Parasaurolophus nacĂan emplumados, pero cubrir de plumas coloridas a bestias reptilianas y pesadas como el Triceratops o el Stegosaurus es algo que no voy a poder tragar fácilmente. Por suerte, la evidencia que señala con casi toda seguridad que los gráciles bĂpedos tenĂan un hermoso plumaje no basta para concluir que los titánicos cuadrĂşpedos tambiĂ©n lo tenĂan. Es que, ¿se imaginan que ahora los dinosaurios fueran siempre asĂ?
![]() |
Ugh |
Jurassic Park nos mintiĂł
Muchos errores de la pelĂcula, de los cuales una buena cantidad tienen su origen en la novela de Michael Crichton, fueron cometidos adrede como licencias poĂ©ticas para que la pelĂcula fuera más chingona. Entre esos errores se encuentran que: eso de que el tiranousaurio no te ve si no te mueves es una estupidez, no lo vayan a intentar; el dilofosaurio no era venenoso ni tenĂa era esa membrana que se extiende alrededor del cuello, además de que era mucho más grande; un braquiosaurio no se habrĂa parado en sus patas traseras para mordisquear ramitas; no puedes completar el ADN de un dinosaurio con sangre de rana, son demasiado diferentes (hasta los humanos estamos genĂ©ticamente más cerca de los dinosaurios que las ranas)... Y eso que ni siquiera hemos empezado a hablar de los velocirraptores.
Los raptores no son como los pintan
Cuando saliĂł Jurassic Park nos presentĂł a los Velociraptor, unas criaturas verdaderamente aterradoras. Todos los dinosaurios en el cine habĂan sido hasta entonces grandes y poderosos, pero no muy listos y uno podĂa esconderse de ellos en una cueva o dentro de un edificio. Pero los velocirraptores eran pequeños y astutos, podĂan rastrearte a donde te escondieras, se comunicaban con un lenguaje articulado, podĂan abrir puertas y tender trampas. Estos bichos protagonizaron mis pesadillas durante las siguientes dos dĂ©cadas y contando.
¿Pero pos quĂ© creen? Que los velocirraptores eran unos animalitos bien monos. Del tamaño de un pavo y con todo y sus plumas adorables. SĂ, eran temibles cazadores y podĂan matar a presas más grandes que ellos si atacaban en manada, y probablemente no te gustarĂa encontrártelos mientras das un paseo por la sabana.
Pero no eran los monstruos escamosos de dos metros de alto que todo el mundo se imagina por culpa de Jurassic Park, que juegan basketball, filosofan sobre temas profundos de la vida y se aparecen en nuestras fantasĂas sexuales más salvajes (ver siguiente apartado). De hecho, aparentemente ni siquiera eran tan listos: su cerebro no era más grande que el de una paloma comĂşn.
Sin embargo, hay un premio de consolaciĂłn: el Utahraptor, que sĂ era del tamaño con el que ponen a los velocirraptores en Jurassic Park, aunque con plumas, eso es ahora inevitable... y probablemente tampoco podĂa abrir puertas... ni poseĂa un lenguaje articulado. Por cierto, ninguno de estos animales llevaba las manos colgadas por delante a manera de conejito, sino que las sostenĂan con las garras hacia adelante y con las palmas hacia dentro.
Un dinosaurio no te puede follar
¿Eh? Bueno, ¿y eso quĂ©? ¿De quĂ© putas estamos hablando? Nadie quiere que se lo coja un dinosaurio... Excepto los fans del dinoporno. AsĂ es, existe en los internetz todo un submundo de material erĂłtico de dinosaurios que follan con seres humanos, principalmente mujeres, pero tambiĂ©n algunos hombres (info aquĂ, aquĂ, aquĂ, aquĂ y aquĂ). Hay imágenes generadas por computadora, dibujos, cĂłmics, videos (tanto de CGI o de personas disfrazadas) y sobre todo relatos literarios; chicas fornicando con velocirraptores (versiĂłn Jurassic Park, por supuesto), pteranodontes, triceratops, tiranosaurios y demás fauna mesozoica, todo lo cual goza de una gran popularidad digna de Mundo enfermo y triste.
Bien, el problema es que estas historias dependen que nuestros animales prehistĂłricos tengan penes gruesos y largos tipo mamĂfero que pudieran penetrar a una señorita (o a un caballero, hay de todo en la viña del Señor), y la ciencia nos informa que los dinosaurios no tenĂan penes verdaderos, sino que, como la mayorĂa de las aves y los reptiles, tenĂan apenas unas cloacas que lo mismo servĂan para excretar como para copular, y que machos y hembras frotaban unas con otras para lograr la fecundaciĂłn (¡detalles!) y además todo el proceso duraba cosa de unos segundos, asĂ que no podrĂan tener escenas erĂłticas de ocho minutos y muchas fases que terminen en un orgasmo intenso para ambas partes (NSFW!).
Supongo que para alguien muy clavado (pun not intended) con el porno de dinosaurios, no será muy importante si Ă©ste es realista o no. DespuĂ©s de todo, ya sabemos que no habĂa sexis cavernĂcolas en bikinis de piel que los dinosaurios pudieran follarse. Ahora, quizá algĂşn varĂłn diga "pues los dinosaurios no tendrán pene, pero yo sĂ; cuando los traigan de vuelta a la vida mediante la clonaciĂłn yo les voy a dar duro por sus cloaquitas". ¿Pues quĂ© creen?
Nunca veremos dinosaurios vivos
Una de las revelaciones más decepcionantes que me ha dado la ciencia es el hecho de que nunca llegaré a ver un dinosaurio vivo. O sea que nunca podré acariciar la carita de un braquiosaurio mientras le doy de comer ramitas, nunca podré cabalgar en el lomo de un iguanodonte, y nunca podré ver un video porno con dinosaurios de verdad.
Cuando uno ve Jurassic Park eso de la clonaciĂłn suena muy plausible, pero el problema principal es que no hay suficiente ADN de dinosaurio en buenas condiciones. Nop, ni siquiera en los mosquitos atrapados en ámbar, ¿y saben por quĂ©? Porque el ámbar no se conserva por tanto tiempo; en unos pocos miles de años se degrada naturalmente.
No hay mosquitos con sangre de dinosaurio esperando a ser encontrados por ahĂ, y los tejidos blandos de dinosaurio que hemos encontrado (recientemente, cĂ©lulas rojas), no tienen suficiente informaciĂłn genĂ©tica como para clonar un animal a partir de ahĂ. Digo, si tenemos mammuts congelados, de apenas unos miles de años de antigĂĽedad, de los cuales conservamos su carne, piel, pelo, huesos y Ăłrganos, y aĂşn asĂ no hemos llegado a clonarlos (¡aunque quizá lo hagamos!), veo muy difĂcil que pronto veamos Juanito y los clonosaurios haciendo gira por el paĂs. AsĂ que si leyeron en los internetz alguna noticia de que supuestos cientĂficos británicos habĂan clonado un dinosaurio, estĂ©n muy seguros de que es mentira (ver aquĂ).
Ahora, si ustedes aĂşn guardan la esperanza de descubrir criaturas prehistĂłricas como Nessie o MokelĂ© MbembĂ© perdidas en lo profundo de los rincones inexplorados de la tierra, se van a morir sin que eso suceda, porque como ya vimos en esta entrada sobre la criptozoologĂa, no hay forma alguna en la que un reptil prehistĂłrico de gran tamaño hubiera podido sobrevivir a la extinciĂłn del Cretáceo. Y no, los celacantos no son prueba de nada.
Por otra parte, este interesante artĂculo nos habla de cĂłmo, para estudiar la evoluciĂłn de los dinosaurios, unos cientĂficos manipularon los genes de embriones de ave, de forma que lograron que sus rostros tuvieran un aspecto más dinosauresco. Por razones Ă©ticas, los cientĂficos no dejaron que los polluelos eclosionaran (mejor dejarlos morir que obligarlos a vivir como engendros monstruosos). Bien, quizá no podremos clonar dinosaurios, pero ¿des-evolucionar aves? Voy a darle todo mi apoyo al cientĂfico loco que quiera llevar a cabo este desquiciado proyecto :D
El Tyrannosaurus Rex es mi dinosaurio favorito. El rey de los reptiles tiranos, el villano favorito de la mayor parte de pelĂculas prehistĂłricas, el que persiguiĂł a Pie Pequeño hasta el Gran Valle, el que aterrorizĂł a los niños dentro de ese auto, Gengis Rex, a motherfucking T. Rex. ¿Y que hizo la ciencia con nuestro rey? Degradarlo.
Primero, que el T. Rex era probablemente un sucio carroñero y no el poderoso y temido cazador que nos imaginábamos. SĂłlo una especie de zopilote de tierra cabezĂłn. Con todo y plumas, para quitarle mayor dignidad. Pa' colmo, no tenĂa un rugido feroz, sino que hacĂa ruiditos con el buche cual paloma en celo.
En segundo, nos enteramos de que el tiranosaurio ni siquiera era el rey. El Giganotosaurus, el Carcharodontosaurus y el Spinosaurus eran más grandes. Puedo perdonarle a la ciencia todas las anteriores, pero no que haya destronado a su majestad el T. Rex. Lo bueno es que para mi beneplácito, el espinosaurio también quedó desbancado cuando se supo que no era el temible y letal mata-tiranosaurios de Jurassic Park III, sino un bicho semiacuático que se alimentaba principalmente de peces. Tómala, barbón.
Aunque me quejo mucho, lo cierto es que la ciencia que rodea a los dinosaurios sigue siendo fascinante. Vean no más cuántas cosas nuevas e interesantes hemos aprendido de sĂłlo leer esta entrada, y eso que seguro ustedes ni siquiera se tomaron la molestia de entrar a todos los enlaces que les puse. La ciencia quizá le quita un poco de fantasĂa a los dinosaurios, pero en cambio los dinosaurios hacen que la ciencia sea asombrosa.
FIN
Más contenido relacionado:
9 comentarios:
No mames me cagaste en el Feng Shui que tenĂa por Jurassic world!!!
Jajajajaja,me encantĂł tu entrada. Saludos desde Argentina.
Ooooh, las brontoburguesas (me acordé) en los Picapiedra.
FĂjate que lo del brontosaurio y el apatosaurio, y lo de la clasificaciĂłn, lo supe leyendo. Pero no un artĂculo cientĂfico ni un libro Ă©sta vez, sino un cĂłmic, jaja. En La CaĂda del MurciĂ©lago, Batman llega a una escena del crimen dentro del museo donde ya lo esperan Gordon y el guĂa de ahĂ, en el lugar acordonado donde dejaron un cadáver dentro de uno de los esqueletos de dinosaurio en exhibiciĂłn. Cuando mencionan al brontosaurio, el tipo del museo hace la correcciĂłn diciendo que es apatosaurio, explica tambiĂ©n del cráneo incorrecto que ajustaba bien, y termina "Él ha tenido dos nombres y dos cabezas". AsĂ, Batman se da cuenta que la escena es un mensaje enviado por Dos Caras.
Guau, brillante eso del cĂłmic de Batman.
Cuando era niño existĂa la cadena de hamburguesas BurgerBoy que sacĂł en algĂşn momento una promociĂłn con su unifante, brontodoble y dinotriple. Todos estos años las he añorado¡Ahh!
Gracias dinosaurios, gracias (a los grises y no gays de antes).
No soy más que un hombre, pero si yo fuera alguien. No puedo hacer todo, pero puedo hacer algo. No voy a negarse a hacer algo que yo pueda hacer.
Es una expectativa en el sentido más amplio, lo que permite a un padre para construir, a partir de cero, una de las compañĂas más grandes de la India. Él ha hecho el trabajo, iniciativa, confianza en sĂ mismo duro. Pero, sobre todo, la capacidad, como ella solĂa decir: "Soñar con los ojos bien abiertos". (Anil Ambani)
Despues de leer lo del dinoporno pues no me queda otra más que admitir que estoy bastante atrasado en lo que a perversiones o alternativas sexuales se refire.
Es una entrada buenĂsima, disfrute mucho leyĂ©ndola y hasta creo que aprendĂ algo. Saludos desde MĂ©rida, y si tienes tiempo y curiosidad te invito a mi blog sidudoexisto.blogspot.mx
Publicar un comentario