Este ensayo fue publicado en 2016, y trata de encontrar algunos factores que expliquen el ascenso de Donald Trump y de la extrema derecha. Forma parte de la serie El Invierno Fascista.
Si le hubiĂ©semos preguntado a un europeo occidental de principios del siglo XX cĂłmo va el mundo, muy probablemente nos habrĂa dicho que de maravilla: no habĂa habido grandes guerras desde la derrota de NapoleĂłn en 1815, Europa llevaba la civilizaciĂłn a punta de cañones a todos las esquinas del globo, el capitalismo estaba bollante, la tecnologĂa del transporte y la comunicaciĂłn habĂan hecho un mundo más interconectado; la democracia se fortalecĂa al expandirse el padrĂłn electoral; quedaban algunas autocracias en el viejo continente, pero era cosa del tiempo para que cayeran por su propio peso o fueran derribadas por alguna sana revoluciĂłn burguesa...
Luego llegĂł 1914 y desde entonces hasta 1945 el mundo vio dos guerras de escalas inconcebibles, genocidios, conflictos civiles, revoluciones, destrucciĂłn de imperios, establecimiento de regĂmenes totalitarios, crisis econĂłmicas y, de remate, el horror de las armas nucleares.
Pero hoy estamos bastante bien. Todos los datos indican que vivimos la Ă©poca más pacĂfica de la historia humana registrada: los conflictos interestatales están en vĂas de extinciĂłn, las guerras entre potencias han sido prácticamente erradicadas e incluso las civiles van en descenso; los crĂmenes violentos en promedio se han venido abajo; la democracia va en aumento, mientras que los derechos de las mujeres y las minorĂas son mejor reconocidos y respetados en cada vez más sociedades. Desde 1945, y sobre todo desde 1989, se pueden apreciar muchas tendencias positivas (aquĂ y aquĂ). Oh, pero nada asegura que esas tendencias vayan a seguir indefinidamente...
SĂ, incluso en MĂ©xico, hasta antes de la narcoguerra, nos estaba yendo bien. |
Parece que estamos viviendo el inicio de una de esas etapas de feroz reacciĂłn conservadora que de vez en cuando perturban la evoluciĂłn de las sociedades y que muchas veces llevan a un retroceso histĂłrico del que es difĂcil recuperarse. Europa experimenta el resurgimiento de ideologĂas autoritarias, nacionalistas y xenĂłfobas, que bien recibir el nombre de neofascismos y que amenazan con destruir el proyecto de un continente unificado por los ideales de paz, cooperaciĂłn y valores compartidos (aquĂ). AhĂ está el creciente Ă©xito del Frente Nacional en Francia, de Amanecer Dorado en Grecia, del Jobbik en HungrĂa, del Partido de la Libertad en Austria y de Alternativa para Alemania, todos los cuales han visto su porcentaje de votos crecer en elecciones recientes (aquĂ).
Retroceso histĂłrico, porque uno pensarĂa que dos Guerras Mundiales y un Holocausto serĂan suficientes para vacunar a una civilizaciĂłn contra el nacionalismo fanático. Pero ya vemos que no. La pseudohistoria del revisionismo encuentra un escaparate en Internet, por supuesto, donde se comete la canallada de negar o minimizar el Holocausto; pero no se limita a las redes, donde cualquiera puede decir cualquier cosa, sino que salta al discurso pĂşblico, donde ahora los envalentonados se atreven a decir lo que antes la decencia convertĂa declaraciones de ese tipo en motivo de vergĂĽenza (aquĂ). No es un fenĂłmeno exclusivamente europeo: en JapĂłn, el revisionismo histĂłrico, que niega o minimiza los crĂmenes contra la humanidad cometidos por el imperialismo nipĂłn hasta 1945, es ahora polĂtica de Estado (aquĂ).
En 2012 ocurriĂł en retroceso histĂłrico en MĂ©xico que seis años atrás no habrĂa parecido posible: el PRI recuperaba la presidencia del paĂs, amenazando la transiciĂłn democrática que a principios de este siglo nos ofrecĂa tantas esperanzas. No solamente este partido dictatorial retomaba el control del ejecutivo federal, sino que volvĂa con todas sus prácticas deleznables más caracterĂsticas, con sus corruptelas descaradas, su autoritarismo homicida, su clientelismo, demagogia y corporativismo. Y las alternativas partidistas al priismo apenas se ven menos jurásicas.
En AmĂ©rica Latina, tras poco más de una dĂ©cada de experimentos de izquierda, que termina en medio de escándalos de corrupciĂłn (Argentina, Brasil), de izquierdas que sĂłlo lo son de nombre (Ecuador), o de proyectos que fracasaron desastrosamente (Venezuela), la derecha más reaccionaria recupera el poder. En el caso de Brasil el descaro es más evidente cuanto que los diputados que han votado por la impugnaciĂłn de Dilma Rousseff declararon que lo hacĂan ya en nombre de Dios o de los ilustres mandos de la dictadura militar (aquĂ).
¿CĂłmo dejar de mencionar el surgimiento del Estado Islámico, con sus pretensiones de califato universal y apocalĂptico, arrasando territorios y sembrando el terror de formas que no se habĂan visto desde la expansiĂłn islámica a inicios de la Edad Media (aquĂ)? Se puede mirar el conflicto armado en Siria y la invasiĂłn rusa contra Ucrania sin sentir que se está ante un nuevo capĂtulo de la Guerra FrĂa ¿No es el mismo Vladimir Putin una especie de atavismo soviĂ©tico encarnado? (aquĂ).
Llegamos al caso más preocupante: Estados Unidos, donde los Ăşltimos años ha gobernado Barack Obama, no sĂłlo el que es el primer presidente negro, sino el gobernante más progresista que ha tenido el paĂs en dĂ©cadas, probablemente desde Franklin D. Roosevelt (aquĂ). En este paĂs se ha visto, en cuanto al interior, un movimiento cultural y social hacia la izquierda; muy relativo, claro, pero para un contexto yanqui no es poca cosa (aquĂ), con triunfos polĂticos como el aumento al salario mĂnimo, programas encaminados a lograr la cobertura de salud universal, la legalizaciĂłn del matrimonio entre personas del mismo sexo y la despenalizaciĂłn de la marihuana (aquĂ, aquĂ, aquĂ y aquĂ). Incluso a nivel exterior las polĂticas imperialistas e intervencionistas, que han caracterizado la historia estadounidense desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, se moderaron bajo la administraciĂłn Obama, que ha llegado a acuerdos con viejos enemigos como Cuba e Irán; de nuevo, es relativo, pero no insignificante (aquĂ).
Pues ahora esto se ve amenazado por el sorpresivo ascenso de Donald Trump, un polĂtico abiertamente racista y misĂłgino, cuyo discurso de odio lo ha catapultado al primer lugar en la carrera por la candidatura del Partido Republicano, que seguramente ganará. El probable triunfo de la demagogia derechista en EUA deberĂa ser motivo de preocupaciĂłn para liberales y progresistas en todo el mundo, pues la influencia polĂtica, econĂłmica y cultural de ese paĂs es inconmesurable. Literalmente se han vertido rĂos de tinta tratando de explicar cĂłmo demonios llegamos a este punto. Comprender, para saber cĂłmo actuar. AquĂ les dejo una selecciĂłn de artĂculos para que se los lean con calma. Dos de ellas en español:
Las demás en inglés:
It might be tempting to view the political success of Republican presidential candidate Donald Trump as something uniquely American. But, argues Gary Younge, rightwing populism and scapegoating of society’s vulnerable is cropping up all across the west. This is what happens when big business has more power than governmentsPosted by The Guardian on miĂ©rcoles, 6 de enero de 2016
- The Eight Causes of Trumpism
- It's not just Trum. Authoritarian populism is rising across the West.
- The rise of American authoritarianism
- No one knows why Trump is winning. Here's what cognitive science says.
- Beware America's Shocking Loss of Empathy.
- The real story behind the conservative cracked-up and the creation of Donald Trump.
- Revenge of the simple: How Bush gave rise to Donald Trump
- Who Are Donald Trump's Supporters, Really?
- Millions of ordinary Americans support Donald Trump. Here's why.
- Donald Trump's surge is all about less-educated Americans
- Trump Supporters Aren't Stupid
- Trump Super Tuesday Voters Are Educated
En sĂntesis, y por que sĂ© que la mayorĂa de nosotros está muy ocupada para chutarse tanta cosa, podemos identificar algunas lĂneas que pretenden explicar el ascenso de Trump:
+ Primero, que Trump no es un fenĂłmeno aislado, sino que tiene sus contrapartes en varios paĂses como ejemplos de un reciente ascenso del populismo de derechas. En cada paĂs se expresa de diferentes maneras y no parece tener una causa Ăşnica. En Estados Unidos tiene sus propias caracterĂsticas peculiares, pero hay algunas otras que comparte con otras naciones de Occidente.
+ Parte de la culpa tienen las polĂticas econĂłmicas neoliberales. Si bien la pobreza en el mundo continĂşa su tendencia descendente, la desigualdad en cambio se ha agravado cada vez más y las clases medias se han empobrecido. Esta generaciĂłn será la primera desde la posguerra cuyo poder adquisitivo será menor que el de sus padres y que en el futuro no tendrá la seguridad de una pensiĂłn estatal o de ahorros personales.
+ La gente de mentalidad autoritaria tiende a ser derechas, pero hasta las personas que por lo regular no lo son pueden ser tentadas por el autoritarismo en situaciones de peligro. Muchas personas perciben el mundo actual como un lugar muy peligroso, en el que se corre el riesgo de morir en un atentado terrorista, de ser asaltado por una pandilla de delincuentes o de perder el empleo y los ahorros. Culpar al diferente, al extranjero, al de otra raza, al de otra religión, siempre es muy fácil. En esta situación muchas personas prefieren confiar su seguridad en el "hombre fuerte" que hará todo lo necesario para mantener a los malvados lejos de casa. Los chivos expiatorios son, como siempre, los grupos minoritarios y los inmigrantes.
+ La clase trabajadora blanca en Estados Unidos (tanto rural como urbana) se encuentra humillada (como Alemania despuĂ©s de la Primera Guerra Mundial). No sĂłlo se ha visto afectada por los tratados de libre comercio que exportan puestos laborales a otros paĂses con mano de obra barata, sino que sienten que han perdido su dignidad. Muchos de ellos votan en contra de polĂticas de asistencia social que los ayudarĂan a resolver sus problemas financieros ¿por quĂ©? Porque en su cultura está muy arraigado el orgullo de valerse por sĂ mismo y de ser un proveedor para los suyos. Ese orgullo se encuentra lacerado por la situaciĂłn econĂłmica y no lo sanará la polĂtica socialista de Bernie Sanders.
+ Nadie quiere ser el de hasta abajo en la escala social; nadie quiere ser el paria. Los blancos trabajadores se encuentran ahĂ ahora. El blanco pobre quiere tener por lo menos el consuelo de saber que está por encima del negro pobre, del hispano pobre, del indĂgena pobre... Llega alguien a decirles que tienen la oportunidad de estar en un escalafĂłn relativamente alto de nuevo; no de tener una mejor vida, pero de poder poner a todas esas minorĂas raciales en su lugar.
+ La clase trabajadora fue abandonada por la izquierda gringa, que se alejĂł más y más de la realidad social y se volviĂł más y más acadĂ©mica y clasemediera. Los liberales gringos dejaron la causa de la lucha de clases para abrazar otras como el multiculturalismo y la polĂtica identitaria. Los liberales gringos desprecian y se burlan de los rednecks y los white trash de formas que nunca lo harĂan con campesinos de cualquier otro grupo Ă©tnico. ¿Por quĂ©? Porque son blancos, racistas y religiosos, todos rasgos que los liberales gringos consideran deficiencias morales personales. ¿QuĂ© pueden esperar esos hillbillies de los universitarios comunistas, ateos y engreĂdos? Mientras la izquierda gringa se dedica a causas como quitar la palabra nigger de todas las ediciones de Huckleberry Finn, la derecha lleva dĂ©cadas coqueteando con la clase trabajadora.
+ La generaciĂłn millennial es la más progresista y liberal hasta la fecha. Ha encabezado una verdadera revoluciĂłn moral que en cosa de una dĂ©cada ha logrado que todo gesto que pueda considerarse discriminatorio sea puesto bajo la lente acusadora. AĂşn más: las sociedades occidentales se han vuelto mucho más diversas, no sĂłlo con la llegada de inmigrantes de culturas muy variadas, sino gracias a la cada vez mayor aceptaciĂłn de orientaciones e identidades sexuales distintas. Pero esto podrĂa ser demasiado por digerir para generaciones más viejas y para quienes fueron educados en valores más tradicionalistas. DespuĂ©s de una dĂ©cada de humillaciones, Trump viene con su papel de macho blanco dominante a decirles que no deben avergonzarse de todos esos horribles prejuicios que tienen y que pueden sentirse orgullosos de su chauvinismo.
+ Ha habido un ascenso del antiintelectualismo en la cultura estadounidense, que el Partido Republicano ha impulsado para sus propios fines. Han fomentado un desprecio hacia "los cerebritos" y "niños universitarios" y un culto al "tipo comĂşn y corriente"; han predicado que lo importante no es pensar sino actuar y que un buen lĂder se guĂa por lo que le dicen sus instintos. TambiĂ©n han hecho del Bible Belt y el fundamentalismo cristiano sus valores electorales. El objetivo era tener un electorado seguro y fácil de halagar, pero el resultado les ha salido contraproducente, y ahora han creado un monstruo que ni el mismo Partido puede controlar, uno que encarna el antiintelectualismo de derechas más burdo, pero que no comparte la polĂtica econĂłmica neoliberal ortodoxa de la dirigencia republicana.
Por Ăşltimo, a tĂtulo personal querrĂa plantear una cuestiĂłn. No es siquiera una hipĂłtesis, simplemente algo que me pregunto y que valdrĂa la pena poner a prueba. ¿QuĂ© tanto tendrá que ver la calidad de la educaciĂłn en el mundo? ¿Una educaciĂłn humanĂstica, cosmopolita, racionalista, que se basara los valores de la IlustraciĂłn, que hiciera Ă©nfasis en el pensamiento crĂtico, que inculcara un verdadero aprecio al conocimiento, que fomentara el tomar lecciones de la historia universal, podrĂa evitar esta debacle?
Subrayo la Ăşltima parte, sobre aprender de la historia. ¿Saben? una de las cosas frustrantes de conocer la historia es que mirar el mundo y sentir "ah, chin... esta pelĂcula ya la vi... y no acaba bien". Por el lado amable, estos movimientos de retroceso histĂłrico siempre son temporales; tarde o temprano saldremos del atolladero. Por el lado pesimista, podrĂan costarnos mucho en tiempo, libertades, vidas y tranquilidad. Si no estamos atentos, podrĂamos encontrarnos ante una de esas catástrofes que hacen que el reloj empiece a marchar hacia atrás.
Esta entrada fue una de las primeras de la serie Crónica de un Invierno Fascista. Allà pueden leer como continuaron desarrollándose estos acontecimientos. Si quieres ayudarme a seguir documentando estos temas, puedes hacer con una subscripción a Patreon o una sola donación a Paypal. La historia continúa directamente en entradas como:
4 comentarios:
a mi ya me está empezando a asustar la popularidad de Trump, otro ejemplo más del pendejo con poder que consigue llegar a la cima (y más que asustarme el, me asustan sus adeptos más radicales, los que quieren fuera del paĂs a todos los que no son blancos y cristianos)
<> es una frase curiosa, ¿a que se refieren con eso? ¿a cuando les quitaron sus tierras a los indĂgenas y los forzaron a asimilarse y olvidarse de sus raĂces -cuando no los mataban directamente-? ¿cuando linchaban a los afroamericanos en pĂşblico y los obligaban a usar escuelas y baños exclusivos para negros? ¿cuando usaban a minorĂas y gente cualquiera para experimentar con ellos (fuera con enfermedades, programas como el MK ultra o con el crack y otras drogas)?
viendo esos antecedentes tan poco favorables pareciera que la "América" que Trump y sus seguidores quieren de vuelta es la que más daños causó a la gente (y a los que les toca peor es a aquellos que están hasta el fondo del barril, incluyendo a los que se oponen)
otra cosa que me disgusta de Trump es cuando se cuelga de sucesos terribles para decir <<¿ven como nosotros tenemos la razĂłn?>> (como lo sucedido en BĂ©lgica el otro dĂa), y exaltar asĂ su patriotismo y sus pendejas excusas del porque deberĂan seguir invadiendo otros paĂses...es una reacciĂłn en cadena...
y el último punto que mencionas es tan acertado que duele...durante los últimos años han recortado el presupuesto escolar para aumentar el de las guerras, causando que la educación (tanto en su calidad como en su cantidad) sufra, y los programas que más han sufrido recortes son los de Artes y Música, y lo hacen a propósito...dale a la gente lo que quiere y los tendrás contentos sin armar barullo (como con Trump)
que ironĂa que ahora en el siglo 21, cuando más disponemos de la informaciĂłn, la gente se esfuerza menos para pensar...el mundo se está volviendo un lugar muy aterrador, y los supuestos protectores no cumplen con sus labores, al contrario...tal pareciera que en vez de avanzar, hemos ido retrocediendo de las peores formas...
y ya que mencionaste brevemente a Vladimir Putin, Mike, te recomendaré un documental muy interesante sobre las experiencias de un grupo de personas que crecieron en la URSS y que llegaron a su juventud justo cuando la URSS estaba derrumbándose, acá puedes verlo (subtitulado en inglés, mencionan a Putin en algunos momentos):
http://www.imdb.com/title/tt1557720/?ref_=fn_al_tt_1
http://putlockerr.ac/tt1557720-watch-My-Perestroika-online-putlocker.html
otra fuente interesante sobre como gasta el gobierno estadounidense en la guerra mientras disminuyen los presupuestos para todos los demás es el cómic Adictos a la Guerra, de Joel Andreas (quien escribió la primera edición durante la guerra del Golfo y no lo volvió a publicar sino hasta 10 años después, luego de los atentados del 11 de septiembre y la guerra en Irak):
https://www.bigfile.to/file/UecGgMGT3Qek/Sfrd41544ad.rar
(eso si, vas a necesitar descomprimirlo primero y luego descargar CDisplay para leerlo)
excelente comentario como todos viejo, algo aterrador, pero muy bueno...
Saludos :D
con lo de <> me referĂa al eslogan de Trump Make America Great Again, el cual tiene muchas implicaciones siniestras como lo mencionĂ© antes...
Y aun sĂ sobrevivimos a los autoritarismos de derecha y de la izquierda neo-comunista (que tambiĂ©n podrĂa agarrar fuerza en el futuro cercano), tendrĂamos que enfrentarnos a la catástrofe ecolĂłgica que se nos asoma.
Sobre el tema de la educación, no tengo ni idea de cómo resolver el problema en el corto plazo. Las generaciones más grandes, que son hoy las más conservadoras, dejaron la escuela hace tiempo y no veo que vayamos a poder reeducarlas. La mejor apuesta a largo plazo, creo, es tratar de que las nuevas generaciones sigan siendo progresistas y esperar a que las viejas vayan perdiendo influencia en la sociedad.
Tu entrada me recordĂł a una entrevista en el Rationallyspeaking Podcast que te recomiendo
http://rationallyspeakingpodcast.org/show/rs138-ian-morris-on-why-the-west-rules-for-now.html
"Los liberales gringos desprecian y se burlan de los rednecks y los white trash de formas que nunca lo harĂan con campesinos de cualquier otro grupo Ă©tnico." GRACIAS. En ese párrafo sintetizas mi más grande decepciĂłn con la izquierda vriyante, la de los trendings topics, la del meme chistosĂłn. La burla y la egolatrĂa no son signos de VvVvVRriiiyantez, sino evidencias de una inseguridad profunda que busca grandeza en el pozo moral ajeno; un bullying intelectual, si se me permite el anglicismo.
Tengo poco que añadir a esta gran entrada, y si acaso lo que añada tal vez ya se menciona en los links que has puesto, pero igual aquà va:
-La tormenta trump es, como bien señalas, un fenĂłmeno global y hasta previsible. Si tomĂł a todos por sorpresa fue por la rapidez sin precedentes en la democracia moderna más vieja del mundo, la democracia que se jactaba de haber derrotado a hitler. No apareciĂł de la nada: siempre estuvo ahĂ.
La izquierda se distanciĂł, sĂ, pero lo hizo más la derecha. Con sus polĂticas racistas, bien al estilo jim crow, que buscaban afectar a las minorĂas. Mientras que antes impedĂan que votara el ciudadano analfabeto, ahora están en contra de los seguros de desempleo y la educaciĂłn universitaria, dos medidas que beneficiarĂan a las minorĂas. Pero, claro, no pueden decir eso en voz alta. Lo que dicen es "recortar el dĂ©ficit". Recortar el dĂ©ficit de ayuda a los jĂłvenes (que casualmente son más diversos, menos conservadores), pero sin recortar el medicaid, ayuda a los ancianos (conservadores y blancos). Repitieron tanto su mentira de "economĂa libre, bajar impuestos para ayudar a la clase media", que se lo creyeron. Pero sĂłlo ellos. A los granjeros en el deep south les importa muy poco el dĂ©ficit fiscal.
-No sĂłlo fue el separarse de la causa, sino tambiĂ©n el impedir que se hablara de "el problema". TensiĂłn racial. Ellos, la chusma. En la mente de todos pero en la boca de nadie. ¿CĂłmo se supone que se iba a erradicar el radicalismo si no podĂan hablar de ello? De repente decir "nigger", "spik", "beaner", "chink", "faggot", "slut"... todo se volviĂł ilegal. AsĂ que ya nadie lo dijo. Y, siguiendo un razonamiento de psicologĂa conductual, si nadie dice las "palabras problemáticas", entonces el problema se solucionĂł. Digo, para quĂ© hablar de ello, basta con que nadie las diga, y si las dice es "white trash" (tĂ©rmino que básicamente dice "nosotros somos blancos pero buenos, ricos, college-educated")
(muy parecida a la gente de aquĂ, a los que hacen movimientos antireguetĂłn, que bien podrĂan llamarse antichusma, o "cĂłmo nosotros tambiĂ©n somos mexicanos pero de los buenos, college-educated, no esa chusma asquerosa"... me parece una tendencia internacional, un culto a la educaciĂłn como instituciĂłn de papelito-habla, no como formadora de ciudadanos... pero ese es un tema muy escurridizo)
-Ya por último, el cómo los medios abordaron a Trump, primero como chiste, después como peste. Y lamento informarles: Trump representa a millones de personas que MERECEN ser representadas. Es una democracia, y la pluralidad implica encontrarnos con este tipo de situaciones. Situaciones que debimos (como sociedad en todos los rincones) preveer y abordar, no a pie de guerra ideológica, sino con mutua comprensión. A fin de cuentas, los problemas de la gente blanca pobre en eeuu son reales.
http://www.nationalreview.com/article/426611/working-class-white-deaths-are-cultural-problem-david-french
(medio de derechas donde los haya, pero la chart está bien cool, goeeeey)
Los problemas son reales, ¿la soluciones? no tanto. Pero ¿cĂłmo se van a enterar ellos, los rednecks? Dudo que las burlas e insultos de los que se ha llenado el internet, hayan servido para calmar sus temores. Muy al contrario: como los bombardeos sobre Dresde, solo sirven pare recordarle a la poblaciĂłn "en guerra" que el enemigo, el feroz enemigo está haya afuera, y más vale defendernos.
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