Esta entrada fue publicada en noviembre de 2016, tras la primera victoria electoral de Donald Trump. Forma parte de la serie CrĂłnica de un Invierno Fascista, sobre el auge de la ultraderecha.
Ha sucedido lo impensable: Donald
Trump triunfĂł en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos. RĂos de
tinta (virtual) ya se han derramado sobre este terremoto que ha sacudido al
mundo y provocado desconcierto y miedo. No creo que tenga mucho que añadir al
respecto, asĂ que hoy sĂłlo quiero aclarar algunos puntos:
EL INVIERNO FASCISTA
El fenĂłmeno Trump no es aislado
ni exclusivo de los Estados Unidos. Es simplemente el acontecimiento más
reciente y más notorio de una tendencia histórica reaccionaria que está
barriendo el mundo. Grupos de ultraderecha están ganando terreno en diferentes
paĂses. Tienen en comĂşn una vena autoritaria y antiintelectual, a menudo
relacionada con el fundamentalismo religioso; son ferozmente nacionalistas y
xenofĂłbicos, se oponen a la inmigraciĂłn y a menudo son abiertamente racistas;
se manifiestan en contra de la integraciĂłn global y de la coexistencia de
diferentes culturas; tiene poco respeto por la verdad y los hechos, predican
teorĂas conspiratorias y echan mano de desinformaciĂłn transmitida a travĂ©s de
las redes sociales, mucha de ella generada por agencias rusas como Russia Today
y Sputnik.
De hecho, estas organizaciones
tienen fuertes vĂnculos con la Rusia de Vladimir Putin, y están formando algo
asĂ como una alianza internacional de extrema derecha. Por cierto, que no se
engañen los trasnochados que siguen pensando que Rusia es de alguna forma un
referente para la izquierda. No hay nada izquierdista en el gobierno
autoritario y autocrático de Putin. Su oposición a los Estados Unidos y a la
UniĂłn Europea no tiene fundamentos ideolĂłgicos ni lo hace un campeĂłn del
antiimperialismo: lo que hay aquĂ es una lucha global por la hegemonĂa.
Se ha debatido si estos grupos
merecen o no el nombre de fascistas. Lo cierto es que se trata de una derecha
demagĂłgica, autoritaria, violenta y sobre todo, descarada, que no se compara
con los neocons de la era Bush, los neoliberales autoritarios y demás grupos
derechistas y conservadores a los que en el pasado reciente se ha querido
llamar “fascistas” con demasiada laxitud. El hecho de que algunos de esos
grupos europeos están formados y apoyados por verdaderos neonazis (y en Estados
Unidos, por el Ku Kux Klan), me parece suficiente para por lo menos calificarlo
de fascistoides.
Esto es peligroso, porque
asistimos a una Ă©poca de retroceso histĂłrico global. El regreso del PRI al
ejecutivo federal ya era en sĂ un retroceso para MĂ©xico, pero cosas peores
pueden venir. PodrĂa aparecer un Trump mexicano, impulsado por fuerzas
oscurantistas y retrĂłgradas, como el Frente Nacional por la Familia, que
pretenda implantar valores religiosos tradicionalistas como reacciĂłn a los
precarios avances en materia de inclusiĂłn y derechos humanos (mientras Trump
alcanzaba la victoria, la Cámara de Diputados en México echó por tierra la
propuesta presidencial a favor del matrimonio igualitario). Y en este paĂs
alguien asĂ podrĂa tener un apoyo tremendo, sobre todo si se concierta una
alianza entre los sectores más medievales del catolicismo y el cristianismo
evangélico.
CONSECUENCIAS
Estamos hablando de un candidato
que ha sido acusado de fraude, evasiĂłn de impuestos, acoso sexual y violaciĂłn a
menores. Que un ser humano asĂ llegue a la presidencia del paĂs más poderoso
del mundo da miedo, mucho miedo. Es la epĂtome de la impunidad: el crimen no
sĂłlo no se castiga, sino que se premia con el mayor de los triunfos. ¿QuĂ©
mensaje envĂa esto a toda una poblaciĂłn?
Las nefastas consecuencias de la
victoria de Trump ya se han empezado a sentir, y no me refiero sĂłlo a la
inestabilidad en los mercados mundiales y la probable recesiĂłn que viene. Las
promesas de Trump sobre el muro y las deportaciones masivas son inviables. Pero
no es necesario que las cumpla; basta con que lo intente para ocasionar un gran
daño entre la población de origen migrante. De hecho, ya con que lo haya
prometido y defendido ha vulnerado enormemente a la sociedad estadounidense.
Pues resulta que gracias a este
triunfo, los racistas y xenĂłfobos de los Estados Unidos se han envalentonado
(como ha sucedido en Inglaterra tras el Brexit). Sienten que sus discursos y
sus ideas han quedado legitimados y que tienen libertad para salir a la calle y
perpetrar crĂmenes de odio contra negros, latinos, musulmanes y homosexuales. El
Ku Kux Klan ya se prepara para realizar un desfile triunfal. Piensen en el
significado de esto: un grupo terrorista, cuya existencia ni siquiera deberĂa
ser permitida en un Estado de derecho, pretende desfilar victorioso a plena luz
del dĂa.
A nivel geopolĂtico, quien sale
ganador es la Rusia de Putin. Trump ha declarado que Estados Unidos no puede
darse el lujo de cuidar a sus aliados. Esto podrĂa traducirse en el probable
abandono de Europa Oriental a la merced de Rusia. Lo mismo le pasarĂa a JapĂłn y
Corea del Sur frente a China. De hecho, todo el orden mundial de la posguerra,
que ha servido para preservar la paz (es decir, por lo menos no ha habido más
guerras entre potencias y las guerras internacionales van a la baja), puede
venirse abajo. Y si mientras por un lado los partidos ultraderechistas del
mundo celebran a Trump, también los jihadistas hacen lo suyo: la islamofobia
descarada y la retĂłrica beligerante del plutĂłcrata son perfectos materiales de
reclutamiento para los extremistas musulmanes.
PELIGRO EXISTENCIAL
Guerras ocurren, imperios surgen
y caen, la gente muere, pero la humanidad y la Tierra ahĂ quedan. Excepto que
Donald Trump y la gente que lo rodea y apoya representan un peligro existencial
todos los seres humanos y la vida en nuestro planeta. No es sólo por qué ahora
este hombre volátil y de muy pocas luces tendrá los controles del armamento
nuclear más grande del mundo, con la capacidad de destruir la Tierra varias
veces.
Es que además de todo, la gente
de Trump es profundamente anticientĂfica. Él mismo tuvo la peor calificaciĂłn de
los cuatro candidatos en cuanto a conocimientos cientĂficos por parte de la
revista Scientific American. Su
vicepresidente Mike Pence, además de homófobo y misógino, es un cristiano fundamentalista
que no cree en la evolución y niega la existencia del cambio climático. De
hecho, los creacionistas y negacionistas del calentamiento global abundan entre
las filas de poder y serán colocados en posiciones estratégicas. Además de la
vicepresidencia, la SecretarĂa EducaciĂłn y la Agencia de ProtecciĂłn al Medio
Ambiente serán ocupadas por fundamentalistas religiosos anticientĂficos.
Barack Obama puso a los Estados
Unidos en una posición de liderazgo en el combate al cambio climático; todo eso
se acaba con Trump. Y el daño que puede sufrir nuestro planeta con eso puede
llegar a ser irreversible, ya que con esta administraciĂłn podrĂamos alcanzar el
punto de no retorno, e incluso si no se llega a tales extremos, esto afectará
trágicamente a los ecosistemas de la Tierra, y las vidas de millones de
personas que serán afectadas por sequĂas, el aumento del nivel del mar y
fenĂłmenos meteorolĂłgicos extremos como tormentas y huracanes.
PERO, ¿POR QUÉ?
Desde que Trump empezĂł a ascender
en las primarias del Partido Republicano y hasta la hora de su triunfo se han
escrito innumerables artĂculos tratando de explicar cĂłmo se pudo llegar a esto.
Se ha achacado gran parte de la culpa a los prejuicios y a la ignorancia del
electorado estadounidense. Los gringos resultarĂan ser más misĂłginos y racistas
de lo que se pensaba, y han guardado un resentimiento especial contra Obama y
lo que sienten es un desempoderamiento de la clase media blanca. El hecho de
que el grupo demográfico fuerte para Trump hayan sido hombres blancos
heterosexuales y cristianos de la clase media empobrecida (Hillary ganĂł en
prácticamente todos los demás) nos da la pista de que esta elecciĂłn bien podrĂa
ser las patadas de ahogado de la supremacĂa blanca.
Además, hay una seria deficiencia
en la educaciĂłn: la gente no sabe lo suficiente de historia, ciencias y lo que
llamarĂamos educaciĂłn cĂvica (aunque no sĂ© si Ă©se sea un problema de estos tiempos en particular).
Se acusa también a los medios,
que dieron demasiada cobertura a Trump, y que además jugaron el peligroso juego
de la falsa equivalencia: consideraron que lo justo y objetivo era darle la misma
oportunidad y espacio a las insensateces que se decĂa desde la campaña de Trump,
y a los argumentos para contrarrestarlas, como si para ser imparciales se le
debiera igual consideraciĂłn a la mentira y al discurso de odio que a los hechos
y la defensa de los valores democráticos.
Sin embargo, no se puede dejar de
lado la responsabilidad del Partido DemĂłcrata que escogiĂł a una candidata
impopular y bien metida en el establishment, cuando lo que sucede es que la
gente está harta de ese mismo establishment. Racista o misógina o ninguna de
las dos, una buena parte de la poblaciĂłn se siente abandonada y traicionada por
la Ă©lite tecnocrática de Washington, empobrecida por las polĂticas econĂłmicas
neoliberales, y satanizada por los liberales gringos.
Estos Ăşltimos habĂan dejado de
lado la lucha de clases para abrazar otras causas como el multiculturalismo y
la polĂtica identitaria. Los liberales gringos desprecian y se burlan de los rednecks y
los white trash de formas que nunca lo harĂan con campesinos
de cualquier otro grupo Ă©tnico. ¿Por quĂ©? Porque son blancos, racistas y
religiosos, todos rasgos que los liberales gringos consideran deficiencias
morales personales. En su ceguera, el establishment liberal optĂł por seguir
ignorando ese descontento y desdeñar a esos votantes, mientras que gente como
Trump encontrĂł las palabras exactas y les dijo justo lo que querĂan escuchar.
Tras largas discusiones y tras
varias lecturas he llegado, o redescubierto, una conclusiĂłn. Es importante no
satanizar al equivocado, sin dejar de reconocer que en efecto existen posturas
equivocadas, incluso perversas. Muchas de estas personas tenĂan razones para
votar por Trump -o contra Hillary- que no eran el racismo y la intolerancia,
incluyendo las preocupaciones econĂłmicas o el desconcierto que ocasiona la rapidez
con la que se transforma este mundo globalizado. Muchos distritos que en 2008 y
2012 le dieron la victoria a Obama no se la quisieron dar a Hillary. ¿Es
posible que en estos años se hubieran vuelto más racistas que antes o que más
bien fueran misĂłginos desde siempre? Es posible, pero ello no se puede concluir
de buenas a primeras.
Por otro lado, eso no le quita
responsabilidad a los votantes de Trump. Pueden no ser racistas, puede ser que
simplemente eligieron que podrĂan tolerar el racismo de la gente de Trump, o
quizá no pensaron que fuera muy en serio o no estaban conscientes de sus
alcances. Pero aunque sus preocupaciones y reclamos sean legĂtimos, y aunque
sus intenciones fueran nobles, lo cierto es que estas personas votaron desde la
ingenuidad, la ignorancia, la irracionalidad o la inconsciencia. Y aunque no
quisieran apoyar el racismo, la consecuencia real es que su voto ha contribuido
a fortalecerlo. Caray, es como decir “yo votĂ© por Hitler, pero no por lo de la
superioridad de la raza aria, sino por su vegetarianismo”.
Si bien a los racistas declarados
hay que combatirlos, a las personas que son culpables sólo de insensatez habrá
que persuadirlas y educarlas. Las izquierdas gringa y europea deberán hacer un
gran esfuerzo por recuperar a esa parte de la poblaciĂłn que se siente
abandonada. En México también deberemos aprender ésta y todas las demás
lecciones.
ESPERANZA
Si sĂłlo los Millennials hubieran
votado en esta elecciĂłn, Hillary habrĂa ganado en casi todos los estados. Si
sĂłlo la gente de razas no blancas hubiera votado, se habrĂa dado el mismo caso.
Por eso decĂa que esta elecciĂłn podrĂan ser las patadas de ahogado de la
supremacĂa blanca estadounidense. Desde hace algunos años que la mayorĂa de los
bebés que nacen en los Estados Unidos no son blancos. Las generaciones más
viejas y conservadoras morirán tarde o temprano y serán sustituidas por la
generación más progresista y multicultural, menos nacionalista y religiosa, y
mejor educada e informada de la historia humana. El futuro depende de que esta
generaciĂłn se mantenga fiel a sus valores y logre influir en los de las
siguientes.
Pero no tenemos que irnos tan
lejos: la victoria de Trump está provocando reacciones entre las fuerzas
progresistas y de izquierda alrededor del mundo, las cuales deberán desde ya
organizarse y formar alianzas para resistir a la ola facista que está arrasando.
SĂłlo en Estados Unidos, Bernie Sanders y Elizabeth Warren (la dupla que habrĂa
podido derrotar a Trump si el esablishment demĂłcrata no les hubiera bloqueado
el camino) están asumiendo el liderazgo que ofrecerá resistencia a este futuro
gobierno reaccionario. Habrá otras voces que den guĂa y aliento,
allĂ y en distintas partes del mundo. Ya hemos enfrentado antes a estos demonios y al final lo mejor de la humanidad triunfĂł.
Debemos seguir defendiendo los
valores de la democracia, el respeto a la diversidad, la tolerancia, los
derechos humanos, la ciencia al servicio de la humanidad, de la generosidad y
el bien común, de la racionalidad y el aprecio al conocimiento. Éste es el gran
desafĂa de nuestros tiempos. Vienen tiempos oscuros, pero si logramos derrotar
a esa oscuridad la humanidad saldrá más fortalecida.
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12 comentarios:
El triunfo de Trump es, ante todo, el fin de la generaciĂłn idiota. La generaciĂłn "millennial", por su propia estupidez y decadencia, esta destinada a la muerte. Otra nueva generaciĂłn, fuerte y decidida, la reemplazara y humillara. Es el fin de la inacciĂłn y la debilidad. Es el fin de la posmodernidad y el "pensamiento liquido", el triunfo de la Verdad y la Honestidad.
Es por la larga lista de cosas en riesgo que muchos incluso quieren creer en la improbable posibilidad que representa la ratificaciĂłn del colegio electoral el 19 de diciembre. Pero es como creer que uno se ganará la loterĂa.
Lo que creo pasará es: asumiendo Trump el poder el 20 de enero de 2017, su discurso y su agenda de labores tendrán una apariencia moderada. ReestructuraciĂłn. Pero dicha reestructuraciĂłn vendrá matizada por la indiferencia. Aquellos que desde que se anunciĂł su victoria han estado recibiendo agresiones por su color o paĂs de procedencia verán lo evidente que es dicha indiferencia de parte del gobierno, como nunca antes.
Al año de gobierno cumplido, sus cifras estarán maquilladas y su gabinete estará empleando sus planes de contingencia para hacer ver las cosas mejor que como en realidad están. Trump llevĂł a la quiebra sus propios proyectos de negocio, y peor será cuando estĂ© al frente de Estados Unidos. Y atrasará que eso se vuelva evidente lo más que pueda. Mientras, para ese entonces (el año cumplido de gobierno, o año y algunos meses) su polĂtica internacional sera tensionante, viĂ©ndose en puerta algo para poner los pelos de punta a todos. Y no hablo de Medio Oriente, sino de dos fuerzas notorias: Corea del Norte, y China. Incluso Rusia empezará a preguntarse si el haber apoyado a semejante sujeto para sus propios fines no fue un error que le procurĂł al mundo entero un mal mayor que debiĂł evitarse.
Para cuando estĂ© ya cumplido el 2do año en el poder, la presidencia de Trump ya no podrá maquillar cifras. Para poco despuĂ©s de 2 años y medio, incluso los Trump-believers empezarán a disgustarse y a sentirse decepcionados. Y para entonces, es posible cualquier desgracia, viniendo de un hombre y un partido (porque es el GOP entero manejando el paĂs esta vez) que ante la desesperaciĂłn de la carencia y que los cálculos no le salgan como quisieran, recurrirĂan a cualquier cosa. Incluyendo guerra contra quienes no deberĂan, o medidas para exprimir a la poblaciĂłn que no deberĂan, o un conjunto sistemático de malas decisiones y declaraciones poniendo bajo estrĂ©s y haciendo tambalear o romperse varios lazos del sector privado, en lo que a economĂa se refiere. No serĂa de extrañarse que capitales que constituyen inversiones de terceros de pronto se fueran volando como una parvada de aves al ver que viene un invierno crudo.
Dije hace poco, y lo reafirmo: de que vienen cosas malas con Trump en la oficina oval, no cabe duda. Solo espero que sean las medianamente malas, que no llegue a las extremas.
es realmente un caso preocupante, pero que se veĂa venir, si no en estas en las prĂłximas elecciones, pronto tenia que ganar la extrema derecha en EUA, el clima polĂtico mundial apuntaba claramente en esa direcciĂłn.
Hay que tenerlo claro: viene Cristo. Debemos arrepentirnos de todo antes de Su llegada.
Alex, gracias por su extenso comentario.
Cory,pues hay que ver cĂłmo le damos la vuelta a esa tendencia.
Anónimo, no sé si estás jodiendo o se te fue el tren que te llevaba de regreso a la Edad Media.
Yo me he metido a reddit y a foros de derecha gringos para espiar lo que la gente que votó por Trump está pensando, y debo de decir que aunque sà hay mucho racismo (sobre todo si buscas en los foros de los supremasistas blancos,lugares horribles en muchos sentidos); también es cierto que mucha otra gente que votó por él lo hizo por conservadora religiosa o por malestar con la organización económica actual.
Curiosamente, con frecuencia escriben sobre lo mal que la pasan no sintiĂ©ndose libres de exponer sus ideas racistas o conservadoras pĂşblicamente por el miedo a ser ridiculizados por los liberales (o como ellos nos dicen: libertards); y están muy contentos de volver a tener voz tras el trinufo de Trump. AsĂ que, sĂ, creo que la gente de izqueirda tenemos que repensar la manera en que estamos tratando con los grupos de derecha. Tal vez ridiculizarlos y callarlos nos está resultando contraproducente.
Te dejo un artĂculo interesantĂsimo sobre un hombre de piel negra que ha convencido a varios miembros del KKK de dejar la organizaciĂłn. Me sorprendiĂł mucho:
The Audacity of Talking About Race With the Ku Klux Klan http://www.theatlantic.com/politics/archive/2015/03/the-audacity-of-talking-about-race-with-the-klu-klux-klan/388733/
Hay tanto qué decir pero se me ahogan los dedos. Un gusto leerte, Ego.
We'll meet again https://www.youtube.com/watch?v=NFkryh6hC-k
Ah! siempre un gusto leerte Ego, y muchas gracias por los links. Y yo que venia aqui a buscar alguna esperanza, pero tu post es mas desalentador de lo que esperaba!
Una cosa que me sorprende es que no estes, como muchos, culpando a los "politicamente correctos". La verdad es que aunque estoy de acuerdo con la idea PC, creo que, despues de todo, es un intento de volar antes de caminar, una lucha contra los sesgos inconscientes, cuando en el mundo todavia hay muchos sesgos bastante conscientes. Lei en una de las entrevistas el dia de la votacion, una mujer que dijo que ella no iba a votar por Hillary Clinton porque era mujer "I am old school", y muchos votaron por Trump debido a ideas falsas, por ejemplo que Hillary le quitaria sus armas a todo el mundo (alguien a quien le daba miedo que Trump "push the button" pero aun asi iba a votar por el debido a las ideas sobre las armas). Me da curiosidad saber que piensas al respecto.
Hola, Rochy. Gracias por leer. SĂ, yo tambiĂ©n he leĂdo los despotriques contra la correcciĂłn polĂtica. Comparto la idea de que los niveles neurĂłticos que ha alcanzado la cultura PC ha generado problemas de comunicaciĂłn. Aliena a las personas al tachar de monstruos a quienes no están enterados de los Ăşltimos tabĂşes y protocolos impuestos de los campus de humanidades y ciencias sociales, y asĂ impide que esas personas quieran acercarse a conocer sobre los asuntos verdaderamente importantes en las causas del feminismo o el antirracismo. Pero creo que se se exagera cuánta más influencia pudo haber tenido en la victoria de Trump. No creo que haya muchos que se hayan vuelto racistas como reacciĂłn a la cultura PC. Más bien han sido los discriminadores de siempre los que más despotrican al respecto.
Trump da miedo es verdad, pero no hay que olvidar que pudo contra todo, medios (que en un principio lo auparon porque daba audiencia) las grandes empresas, los demĂłcratas, las minorias, etc. A veces las votaciones dan miedo, ya pasĂł en Inglaterra con el Brexit, pasĂł en Colombia con el "acuerdo de paz" y ahora en Estados Unidos, por un lado hay ciertos aspectos de su polĂtica econĂłmica y exterior con la que estoy de acuerdo pero todo lo demás da miedo, no hay que olvidar que Wall street sufriĂł una de sus peores caidas cuando fue elegido hizo caer más del 3 % la cotizacion mundial del petrĂłleo sin duda nos esta llevando a un futuro muy incierto.
EscuchĂ© gente que dijo haber votado por trump, latinos incluidos, porque representaba mejor los valores cristianos en vez de Hilary que era pro-matrimonio gay, y que no les preocupaba su polĂtica migratoria porque no creĂan fuera a cumplirla, asĂ están las cosas.
Es un ejemplo de "wishful thinking": Trump promete muchas cosas y me convenzo de que las que va a cumplir son las que me gustan y que las que no me gustan no las va a cumplir, y para eso me baso en lo que a mĂ me gustarĂa que fuera verdad. :/
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