¡Conocemos tan poco de la historia
y las culturas de África! Nuestra educación es rígidamente eurocentrista, pero
además hay pocas opciones para aprender en los medios de comunicación de masas,
ya sea en la cultura pop o esas publicaciones “de interés general”. La imagen
de África como una tierra salvaje poblada por gente semidesnuda que idolatra
y/o se quiere comer a los bravos aventureros blancos es difícil de arrancar de
nuestra cabeza. ¡Ya ni hablar del olvido en que tenemos a las raíces africanas
de la cultura latinoamericana!
Aprovechando la popularidad de Black Panther, quise ponerme a leer un
poco sobre el continente africano. Así he topado con algunas historias de
mujeres extraordinarias que les traigo a continuación. Voy a omitir las reinas
de Egipto, porque son tantas que da para un texto completo, además de que la
historia de esa civilización es en general más conocida. Si quieren saber más, tengo
un par de entradas sobre grandes
civilizaciones africanas.
Este texto no pretende ser más que
una embarradita para despertar la curiosidad sobre estos temas, tan amplios
como desconocidos. Y claro, recordar que en todas las épocas y lugares han
surgido MUJERES QUE PATEAN TRASEROS.
AMANIRENAS: LA REINA QUE DESAFIÓ A ROMA
Época: Siglo I de la Era Común
Civilización: Kush, en el actual Sudán
El Reino de Kush se encontraba al
sur de Egipto, que recientemente había sido anexado por el Imperio Romano. En
el año 27 AEC, los kushitas, temiendo que su reino fuera el próximo, atacaron
el Egipto romano por sorpresa, dirigidos por la kandake (reina) Amanirenas. Las
crónicas romanas la describen como una mujer valiente y de aspecto fiero, pues
no tenía un ojo.
Bajo el liderazgo de Amanirenas los
kushitas derrotaron a los romanos, tomaron dos de sus ciudades y regresaron a
casa victoriosos, con prisioneros de guerra y un cuantioso botín, el cual
incluía estatuas del emperador Octavio Augusto. Sin embargo, un contraataque
dirigido por Cayo Petronio, prefecto romano de Egipto, expulsó a los kushitas
del territorio conquistado.
Aminarenas demostró su valor y
ferocidad en los siguientes enfrentamientos, que finalmente obligaron a los
romanos a llegar a un acuerdo. Los kushitas ya no atacarían Egipto, y a cambio
mantendrían su independencia y no tendrían que pagar tributos a Roma.
Amanirenas hizo enterrar la cabeza de una de las estatuas de Augusto bajo el
suelo a la entrada de su palacio real, para que así pudiera caminar sobre la
cabeza de su enemigo al entrar y salir.
GUDIT: LA MUJER QUE DESTRUYÓ UN IMPERIO
Época: Siglo X de la Era Común
Civilización: Sidama
El Imperio de Aksum, en la actual
Etiopía, llegó a ser tan poderoso que sobrevivió a su rival Roma por varios
siglos. Sin embargo, para el siglo X había entrado en decadencia. Entonces
llegó una invasora que le puso un punto final. Su nombre era Gudit o Judith y
no se sabe de dónde vino, pero en pocos años asoló el otrora magno imperio,
ocupó el trono, quemó iglesias cristianas, destruyó monumentos y casi exterminó
a la clase gobernante de Aksum.
Hay pocos datos históricos de ella,
pues aparentemente su pueblo o no tenía escritura o simplemente decidió no dejar
registros escritos. Lo poco que se sabe está plasmado en fuentes de cronistas
árabes y bizantinos de la época; por ejemplo, sabemos que le mandó de regalo
una cebra al rey de Yemen, en señal de amistad. La tradición oral de Etiopía le
atribuye muchas otras acciones y se conservan algunas estelas que la
conmemoran.
Según la tradición, Gudit era judía
(de ahí su hostilidad al cristianismo), por lo que se ha especulado que
pertenecía a la etnia agaw, algunas de cuyas tribus adoptaron el judaísmo. Sin
embargo, lo más probable sea que perteneciera al pueblo sidama, que habitaba al
sur de Etiopía (y Gudit invadió desde el sur), que eran todavía paganos (por
eso el afán contra el cristianismo) y que tenía tradiciones de grandes
matriarcas.
AMINA: QUIEN DIRIGIÓ A 20 MIL HOMBRES EN COMBATE
Época: Siglo XVI
Civilización: Zazzau en la actual Nigeria
La vida y obra de Amina (también
llamada Aminatu), se confunde entre las leyendas. Los historiadores piensan que
se trata de una persona real, pero se desconoce la cronología exacta de su
reinado.
Se dice que de pequeña demostró
actitudes belicosas y que de joven no quiso casarse para no perder su
independencia. Ella era la nieta del emir de Zazzua, y al morir su abuelo y sus
padres, su hermano heredó el trono. Mientras él gobernaba, ella se dedicó al
arte de la guerra y llegó a convertirse en una capitana respetada por el
ejército.
Tras la muerte de su hermano, se
convirtió en la primera reina de Zazzau. A la cabeza de un ejército de 20 mil
hombres, a los que ella lideraba en batalla, convirtió al emirato en un estado
poderoso e importante en las rutas comerciales Se le atribuye haber hecho
construir murallas para proteger las ciudades de la región.
NZINGA: QUIEN MANTUVO LIBRE A SU PUEBLO
Época: Siglo XVII
Civilización: Ambundu
Nzinga fue la soberana de los
reinos de Ndongo y Matamba, en la actual Angola. A pesar de que pertenecía a
una familia plebeya, y de que su género la descalificaba para gobernar, su
extraordinaria habilidad política la llevó convertirse en reina.
Brillante estadista y estratega
militar (en ocasiones ella misma lideró a sus ejércitos en combate), pudo
mantener su reino a salvo de amenazas internas y externas, incluyendo otros
reinos africanos, y sobre todo, la expansión imperialista de los portugueses en
el continente. A estos últimos los supo mantener a raya mediante hábiles
negociaciones, con lo que preservó la independencia de su reino hasta su
muerte.
En una ocasión, el gobernador
portugués la invitó para entablar un diálogo, pero la quiso obligar a sentarse
en una alfombra en el suelo, como señal de la superioridad del europeo. Al ver
esta situación Nzinga hizo que sus sirvientes se colocaran sobre la alfombra y
luego ella se sentó sobre sus espaldas para quedar a la altura del portugués,
con lo que quería decir que sólo negociaría con los europeos en calidad de
iguales.
Existen leyendas acerca de un harem
de hombres a disposición de Nzinga. Supuestamente cada noche sus esclavos
combatían a muerte por el privilegio de yacer con ella, quien sólo los usaba en
una ocasión y luego los ejecutaba. Esta "leyenda negra", popularizada
por el Marqués de Sade, no tiene bases históricas más que la misoginia con la
que se suele tratar la figura de mujeres poderosas.
AQUALTUNE: DE PRINCESA A ESCLAVA Y A REINA
Época: Siglo XVII
Civilización: Kongo
Aqualtune era una princesa, hija
del soberano del Reino del Kongo. Dirigió personalmente a sus tropas en la
Batalla de Mbwila contra los portugueses que invadían el reino. Los portugueses
ganaron la batalla y masacraron a los congoleses, ejecutaron al rey y
capturaron a sus hijos, llevándolos como esclavos a las plantaciones en Brasil.
Ella misma fue capturada y convertida en esclava; como muchos de sus
compatriotas, sufrió la traumática travesía por el Atlántico.
Poco después de haber llegado a
Brasil, Aqualtune, embarazada, huyó con algunos de sus guerreros hacia la
selva, en donde fundó Angola Janga (hoy Palmares), un reino africano en medio
de la selva del Amazonas… ¡Muy adecuado nombre, por cierto! Desde Angola Janga,
los soldados de Aqualtune asaltaban los asentamientos europeos, recibían a los
esclavos escapados de las plantaciones portuguesas e impedían el avance
colonial hacia el interior del continente.
Su hijo Ganga Zumba reinó como un
gobernante poderoso, pero el apogeo de Angola Janga llegó a su fin en 1694
cuando tropas portuguesas destruyeron la comunidad y masacraron a su población.
LAS ÚLTIMAS REINAS DE MADAGASCAR
Época: Siglo XIX
Civilización: Madagascar
En sus últimos años como nación
independiente, Madagascar fue gobernado por cuatro célebres
reinas. La primera de ellas es Ranavalona I (1778-1861), quien se caracterizó por su férreo domino. Gobernó por más de 30 años, durante los cuales extendió su dominio por toda la isla (que hasta entonces comprendía varios reinos) y practicó una política aislacionista para proteger a Madagascar de los intereses europeos. También mandó a construir un palacio enteramente hecho con madera; hasta entonces, la estructura más grande de la isla. Es recordada un poco como heroína nacional, pero también como tirana, por la dureza con la que persiguió a sus opositores.
A su muerte la sucedió su hijo, el rey Radama II, quien murió pronto y sólo gobernó tres años. Entra en escena Rasoherina (1814-1868), esposa del difunto rey. La costumbre la obligaba a
contraer nupcias con el hombre que ocuparía el puesto de primer ministro. A partir
de entonces no volvería a haber reyes en Madagascar, sólo primeros ministros, y
las siguientes dos soberanas serían reinas.
Así, Rasoherina se casó con Rainivoninahitriniony,
aunque su matrimonio fue simplemente una alianza política. Cuando el primer
ministro resultó ser un borracho abusivo, la reina lo destituyó y nombró a otro
en su lugar, Rainilaiarivony, quien ocuparía el puesto bajo el mandato de las
tres últimas reinas.
El gobierno de Rasoherina se caracterizó
por su apertura hacia Occidente. A pesar de un complot para poner en el
trono a un príncipe, Rasoherina se encargó de que su sucesora fuera su prima
Ranavalona II. La reina, sabiéndose gravemente enferma y próxima a su muerte,
convocó a su pueblo y dijo “¡aquellos que aprueben mi reinado, caminen conmigo!”.
Una enorme multitud marchó junto con ella por las calles de la capital
Antananarivo.
Ranavalona II (1829-1883) es
recordada por haber cristianizado la corte de Madagascar. Se convirtió al
cristianismo por motivos políticos, esperando atraer la creciente facción
cristiana del país a su bando y así mantener la independencia. También se le
recuerdan las medidas que impuso para frenar la deforestación de la isla y
proteger los bosques.
Ranavalona III (1861-1917) sería la
última reina de Madagascar. Durante los 14 difíciles años de su reinado dedicó
sus esfuerzos a mantener a raya los intereses colonialistas de Francia mediante
acciones diplomáticas con Gran Bretaña y Estados Unidos. Sin embargo, todo esto
resultó fútil. Dos guerras con Francia terminaron con la conquista de
Madagascar en 1897. Ranavalona fue exiliada en Argel, donde pasó el resto de
sus días como prisionera en una lujosa villa.
MINO: LAS AMAZONAS DE DAHOMEY
Época: Siglo XIX
Civilización: Dahomey
El reino de Dahomey, en el actual
Benin, era una sociedad de orgullosa tradición guerrera, llamada por los
europeos "la Esparta Negra". Uno de sus mayores orgullos era el
cuerpo de mujeres guerreras, las Mino (o "amazonas", como las
llamaron los europeos). Eran mujeres entrenadas en combate desde su juventud,
preparadas para resistir al dolor y al cansancio y luchar sin dar cuartel al
enemigo. Las Mino eran muy temidas por las naciones rivales de Dahomey y rara
vez conocieron la derrota. Incluso los conquistadores franceses les temían.
Se cree que el origen del cuerpo se
remonta al siglo XVIII, y probablemente partiera de tradiciones ya existentes,
como la costumbre de los reyes de tener guardias personales compuestas por
mujeres, o las partidas de cazadoras de elefantes (llamadas Gbeto), que se
caracterizaban por su ferocidad.
Las guerreras ocupaban un lugar de
honor en la sociedad de Dahomey. Vivían en el palacio y se les asignaba una
dotación que incluía alcohol, tabaco y esclavos. Los hombres tenían prohibido
tocarlas sin su consentimiento, bajo pena de muerte para el infractor. Sé lo
que están pensando y sí: ellas son la principal inspiración para las Dora
Milaje, las mujeres guerreras de Black
Panther.
Tras la conquista francesa en la
década de 1890, el cuerpo de las Mino fue disuelto. Se dice que tras la derrota
algunas de ellas sedujeron a los soldados franceses en sus campamentos y luego
los asesinaron mientras dormían. En 1978, un historiador encontró a la última
Mino sobreviviente. Su nombre era Nawi y aún relataba sus combates contra los
franceses. Murió al año siguiente con más de un siglo de edad.
LA REVUELTA FEMENINA QUE DOBLEGÓ AL IMPERIO BRITÁNICO
Época: siglo XX
Civilización: Nigeria
En
la cultura nigeriana las mujeres gozaban de una equidad inusitada: podían
participar en el gobierno y en la economía, y a su vez se esperaba que los
hombres ayudaran en el hogar. Esto era visto por los conquistadores británicos
como un signo de barbarismo, una situación inaceptable que conducía al
desorden. Las leyes británicas privaron a las mujeres nigerianas de muchos de
sus derechos tradicionales y abolieron sus órganos de gobierno.
Aun
así las mujeres nigerianas mantuvieron una vigorosa tradición de organizarse
colectivamente para defender sus intereses ante el gobierno colonial. Varias
asociaciones de mujeres fueron creadas y hubo protestas públicas encabezadas
por ellas.
Con
la crisis mundial del capitalismo a partir 1929 llegaron nuevos impuestos para
las mujeres de la etnia igbo de Nigeria, que continuaban con las actividades
mercantiles y económicas que por tradición siempre habían dominado. Las
protestas fueron iniciadas en la población de Oloko por una viuda llamada Nwanyereuwa, que con los nuevos
impuestos no habría podido mantenerse. Pronto se unieron a ella otras mujeres,
que a su vez enviaron hojas de palma a otras poblaciones para invitar a las
mujeres a la revuelta, que rápidamente se extendió por toda la colonia a una
escala inaudita.
Un comité compuesto por tres mujeres, Ikonnia,
Mwannedia y Nwugo se encargó de coordinar el movimiento. Eran conocidas por su
inteligencia, habilidad política y compromiso total con la lucha. Sus
estrategias incluyeron marchas, plantones, ocupación de espacios públicos,
bloqueos de carreteras y rodeo de las casas de funcionarios coloniales como
“poniéndoles sitio”. En ocasiones grupos de mujeres entraron a las cortes
bailando y se quitaban la ropa para el horror de los policías y jueces.
A pesar de la represión colonial, que en
ocasiones fue violenta, la revuelta logró su cometido. La posición de las
mujeres en Nigeria mejoró considerablemente. Se les permitió ocupar cargos
políticos y lugares en cortes de justicia nativas que era la tradición. Además,
la lucha de las mujeres igbo ha sido una fuente de inspiración para movimientos
feministas en Nigeria desde entonces y hasta nuestros días.
Ésta es una versión corregida y aumentada de un texto que apareció originalmente en Antes de Eva.
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Fuentes consultadas:
- http://www.rejectedprincesses.com/princesses/amanirenas
- http://solarey.net/queen-gudit-ethiopia-africa/
- http://www.jstor.org/stable/180812?seq=1#page_scan_tab_contents
- http://blogueirasnegras.org/2013/05/28/negras-notaveis-aqualtune-2/
- https://www.smithsonianmag.com/history/dahomeys-women-warriors-88286072/
- https://nvdatabase.swarthmore.edu/content/igbo-women-campaign-rights-womens-war-nigeria-1929
- https://www.bbc.com/mundo/media-45008727?ocid=socialflow_facebook
- https://www.bbc.com/mundo/media-43980871
2 comentarios:
¡Qué buena entrada! es perfecta para romper estereotipos y prejuicios.
Sí, no sólo los varones asesinan y subyugan!
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