Introducción que te puedes brincar: Por qué no soy youtuber
Hola, mis estimados camaradas de los internetz. Si me siguen en alguna otra de mis redes quizá se han enterado ya que he hecho mi debut como video-bloguero, con mi canal Friki de Izquierda, y una pieza titulada "Los gays son los verdaderos intolerantes" y otras tonterías que dicen los homofóbicos. Es el primero, pero les aseguro que no será el último.
Hace ya muchos años que varias personas me han sugerido que haga un canal de YouTube. Honestamente, no lo había hecho por cuestiones de tiempo. Escribir una entrada para este blog puede tomarme una semana, sobre todo porque la voy armando en los tiempecitos que tengo libres, entre clases, en los recreos o tarde por la noche. Hacer un video puede tomarme mucho más. La experiencia fue agotadora, lo cual ustedes no se imaginarían al ver un video tan primitivamente producido.
No quiero dejar de escribir, no quiero dejar de contribuir a la conversación en lengua escrita, ni que dejen de aparecer entradas nuevas cada semana en este blog. Además, tengo la tentación de hacer un libro de ensayos. Pero entiendo que ya nadie lee, como dicen por ahí, y que se pueden hacer llegar las ideas a un público mucho más amplio si están en un formato audiovisual.
Así que aquí está: mi primer video sobre un tema en específico: esos argumentos tontos que usan los homofóbicos para sostener sus opiniones odiosas. Suscríbanse al canal, denle laik, comenten, rolénselo a su tío homofóbico y hagan lo que consideren necesario, plis. Si ustedes son como yo, y prefieren leer una transcripción que ver un video, les dejo el texto que escribí para grabarlo. Oh, y a más tardar la próxima semana estaré estrenando uno nuevo, sobre Joker.
De por qué los gays no son "los verdaderos intolerantes"
He notado, en las discusiones en redes
sociales, alrededor de temas relacionados con los derechos de la comunidad
LGBTQ+, una… llamémosle “movida”, muy usual, entre las personas que se oponen a
esos mismos derechos. Yo la llamo “retroceder a las abstracciones”. Consiste en
utilizar términos genéricos y abstractos, en vez de poner sobre la mesa contenidos
concretos.
Por ejemplo, quienes se oponen a
ciertos derechos de las personas LGBTQ+, tales como el matrimonio o la
adopción, o de plano no quieren reconocer como válida ninguna otra orientación
o identidad más que la heterosexualidad, tienden a decir cosas como “sólo tengo
una opinión diferente”, “quieren imponernos su forma de pensar” o “piden
tolerancia, pero ellos no son tolerantes con nosotros”.
Dicho así, hace ver al otro lado
(en este caso, las personas LGBTQ+) como los “verdaderos intolerantes”. Como
los que no quieren aceptar ninguna otra forma de pensar que no sea la suya.
El chiste, la maña, el truco,
está en no abordar en qué consiste esa “opinión diferente”, cuál es esa forma
de pensar “que les quieren imponer”. Y he ahí el meollo del asunto. Porque si
alguien intentara imponerte una creencia religiosa, por ejemplo, o te atacara
por opinar que un partido político es preferible a otro, estaríamos lidiando
con un verdadero intolerante.
Pero quitemos la nube de la
abstracción y vayamos directo a ver de qué se tratan, en concreto, estas
diferentes posturas. Por un lado, un grupo diciendo: “Hey, deberíamos tener
derecho pleno a ser como somos, ser respetados como tales, y acceder a todo
aquello que nos permitiría tener una vida plena y feliz” y del otro lado lo que
están diciendo es “no, no deberían tener esos derechos, porque lo que son
ustedes está mal y no debería existir, así que jódanse”. Y la forma de pensar
que les quieren imponer es “respétame, soy un ser humano con derechos, no me
los niegues, reconoce que no hay de nada de malo en lo que soy.”
Entonces podemos ver lo que estas
personas antiderechos pretenden hacer: plantear la homosexualidad y la
homofobia como dos posturas igualmente aceptables, como si la cosa fuera entre preferir
peras o manzanas. Pero ESO NO TIENE SENTIDO, porque la homofobia DE POR SÍ
implica que la homosexualidad no es aceptable. Es como decir que “ser negro” y
“ser racista” son simplemente dos opiniones distintas. Y como si los racistas
se quejaran de “nos quieren imponer la idea de que el racismo está mal”.
Las opiniones homofóbicas dañan a
grupos enteros de personas, porque trascienden más allá de la conversación
casual o del punto de vista personal, y toman forma en leyes, reglamentaciones,
y a menudo en acciones violentas, que afectan la vida, la libertad y la
seguridad de las personas LGBTQ+. Entonces, naturalmente, estos grupos y sus
aliados, atacamos esas posturas, con críticas, refutaciones, debates y sí, a
veces con insultos y descalificaciones, porque, carajo, también se nos acaba la
paciencia. Y, señoras y señores, eso es parte también de la libertad de
expresión.
Una vez que quitamos las
etiquetas abstractas y revelamos el contenido concreto que hay bajo ellas,
veremos que “opinión diferente” es homofobia, es decir, una forma verdadera de
intolerancia y discriminación. Porque SÍ, pensar que las personas LGBTQ+ no
deberían tener ciertos derechos es homofobia. Vemos que “respeta mi postura” es
“acepta que te discrimine y apoye tu opresión”. Vemos que la “persecución e
intolerancia” que denuncian los homofóbicos son reacciones defensivas contra la
intolerancia verdadera que ellos predican y practican. Y vemos que las “ideas
que nos quieren imponer” son simplemente la exigencia de que dejen de ser
intolerantes.
Y, por cierto, cuando dicen
“heterofobia”, a lo que se refieren es al rechazo contundente a la homofobia.
Pero le ponen un nombre siniestro para que suene como si estuvieran
persiguiendo a los heterosexuales por serlo, cosa que nunca ha ocurrido para
ninguna civilización en la historia.
Y cuando dicen “ideología de
género”, en realidad quieren decir “aceptar a las personas LGBTQ+”. Pero le
ponen un nombre siniestro para que suene a conspiración global de malévolos
fines… Y saben a dónde lleva eso.
Por eso es un sinsentido que el
homofóbico le pida a una persona no heterosexual que respete su homofobia. Es
absurdo porque si eres homofóbico, no estás respetando a las personas LGBT. No
puedes decirle a alguien “tú tienes que respetar mi opinión de que eres una
jodida abominación”.
Pero al tapar los contenidos de
esas posturas y presentarlas como un “desacuerdo”, los homofóbicos pueden
entonces plantear las críticas en su contra como “opresión”, “intolerancia”,
victimizarse, hacerse a los perseguidos. Es decir, lo que pretenden estos
conservadores es, como decimos en México, “voltearnos la tortilla”.
No sé si llamarla una
“estrategia”, porque realmente no creo que la mayoría de estas personas tenga
la inteligencia suficiente para hacerlo de forma consciente y deliberada; creo
que muchos de ellos honestamente piensan que están haciendo argumentos válidos.
Creo que de fondo se quedan en estas abstracciones porque no quieren enfrentar,
ante los demás, y quizá ni siquiera ante ellos mismos, que lo que les pasa es
que tienen un montón de prejuicios arcaicos, irracionales y sin sustento,
contra seres humanos que no les han hecho ningún daño. Es más difícil
argumentar desde allí que simplemente invocar un “derecho a pensar diferente”,
lo cual están haciendo, obviamente, nadie se puede meter a su cabeza y cambiar sus
ideas. Sólo queremos que esas ideas no lleven a la opresión y discriminación de
los demás.
FIN
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2 comentarios:
Esto me recordo a un video de renegade cut, no se si lo conoscas, tiene analisis muy interesantes, sobre como los cristianos evangelicos usan el complejo de martir en sus peliculas para dar la impresion de que toda la nacion esta en su contra.
https://www.youtube.com/watch?v=-5uu6bUzI2c
No conocía el canal. ¡Gracias por la recomendación! Está muy bueno.
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