A veces estoy cavilando sobre la vida y recuerdo momentos del pasado. En ocasiones me acuerdo de cosas que hacía, decía, pensaba o en las que creía, y no puedo dejar de sentir un escalofrío de vergüenza y decirme "¡Qué pendejo era!"
Claro que después de sentir esta pena a posteriori, me consuela el hecho de que ahora soy lo suficientemente no-pendejo para darme cuenta de que alguna vez fui más pendejo. Peor debe ser la situación de las personas que nacen, crecen, se reproducen y mueren haciendo, diciendo, pensando y creyendo en las mismas pendejadas.
A veces tengo discusiones con algunos miembros de mi familia sobre diversos temas. El argumento esencial de mis familiares para probar que me equivoco suele ser: "¡Ay, si tú solías pensar así! ¡Si a ti te encantaba tal cosa! ¡Si cuando eras chico creías en eso!" "Así," "tal cosa" y "eso", por lo regular son las posiciones que ellos defienden y que yo ahora ataco. Y sí, yo solía pensar de cierta forma, pero he cambiado, he aprendido, y ahora pienso de otra.
Para mí es vital crecer, aprender, cambiar. No podemos ser perfectos, pero somos perfectibles. No podemos quedarnos con una postura sólo porque esa postura es nuestra. Hay que evolucionar y para ello, debemos tener en cuenta que todo lo que creemos saber podría estar equivocado.
No digo que vivamos como escépticos de escuela antigua, de los que creían que era imposible conocer cualquier cosa. Sólo digo que estemos abiertos a la posibilidad de estar en un error. De lo contrario vivimos predicando nuestros errores sin jamás tener consciencia de ello, y esa posibilidad francamente me asusta.
Quizá dentro de diez años lea este blog y piense "¡Ay, qué pendejo era!"
Más reflexiones breves y una larga:
1 comentario:
No mames, creí que era el único al que le pasaba... mis novias buena onda dicen que no era pendejo, pero yo se que si lo era, es pura condescendencia pensar que no... o es que para ellas eso que pensaba no es pendejo?... mmm es que soy muy mamón? es que cultivo actitudes destructivas?... no lo se ...
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