Puchi vida, qué cansado es esto de hacer videos, caray. Teniendo que trabajar en los minutos que tengo libres entre clases o en los recreos, grabando en mi celular chino a la media noche cuando los niños están dormidos. Haciendo mis imágenes con Paint y Power Point... Bueh, considerando todo eso, no voy tan mal...
Desde antes que Joker estuviera en carteleras, llevaba semanas siendo el centro de una polémica / tren del mame. Como fan de DC no podía dejar pasar esta oportunidad. Aquí viene mi reseña de la película, pero sobre todo un análisis de las respuestas que ha desatado. ¿De qué formas diferentes puede interpretarse Joker?
Aquí está ya el video. Un agradecimiento especial a mi amigo Daniel Cuevas, que me está ayudando muchísimo con este proyecto. Para quienes prefieren leer, les dejo el texto que sirvió como guion aquí abajito.
EL HOMBRE QUE RÍE
Parte I: Explicar el mal
¿Qué es el mal? ¿Cómo surge? ¿Qué es lo que lleva a
un ser humano a cometer actos atroces?
En el libro, Explaining Hitler, Ron
Rosenbaum aborda el dilema ético de si es correcto tratar de explicar a
Hitler. Es decir, si no será que, al hacer el intento de encontrar las
razones detrás de las atrocidades cometidas por una persona, ya sea en la
psicología, la biografía, la historia o el análisis sociocultural, no terminamos
quitándoles la responsabilidad personal sobre sus actos, o incluso
justificándolos.
Ante ese dilema, hay quien adopta la alternativa de
entender a Hitler como un ser de una maldad excepcional e inexplicable.
Simplemente era malvado. Pero Rosenbaum combate esa tentación, la cual
nos resultaría cómoda, porque nos libra de considerar una aterradora realidad:
que hasta la maldad más extrema forma parte de las posibilidades humanas, de un
continuo de capacidades destructivas. Entender esa realidad es necesario para
prevenir y combatir el mal.
Algo similar sucede con respecto a los terroristas,
los tiradores civiles o los asesinos en serie. Nunca faltará quien prefiera una
explicación sencilla, que reduzca los múltiples factores posibles a uno solo
que corresponda con lo que de antemano crea que es bueno o malo. Así, se puede
culpar a una religión violenta, una ideología malvada, o una cultura perversa.
Por ejemplo, con el ascenso de la extrema derecha en
Occidente, varios comentaristas han observado que el proceso de radicalización
de hombres jóvenes es muy similar, tanto para el extremismo islámico como para
el terrorismo neonazi. Pero en donde los analistas profesionales profundizan, los
opinadores en redes sociales simplifican. En el caso de los terroristas
musulmanes, la derecha culpa exclusivamente al Islam, mientras la izquierda alega
que se trata de una reacción contra el colonialismo occidental.
En el caso de los terroristas neofachos, la derecha
asume que son solitarios enfermos mentales, mientras que la izquierda culpa a
males inherentes a la cultura occidental, como el racismo y el sexismo. Cada
bando desdeña la complejidad de cada caso para permitirse tener una explicación
simple: los malos son malos por culpa de una religión malvada, de una cultura
malvada, porque son malos.
Parte II: La seducción del inocente
Dictadores genocidas, asesinos en serie,
terroristas políticos… Son lo más cercano que tenemos en el mundo real a los
supervillanos de cómic, y muy a menudo superan con su realidad a la ficción de
las viñetas.
En un principio, los villanos de cómics eran
simplemente “malos”. Sin matices, sin explicaciones. Pero hacia las últimas
décadas del siglo XX, la cosa empezó a cambiar, conforme nuevas generaciones de
creadores llegaban al medio, mientras los lectores pasaban de ser
predominantemente niños y púberes, a ser adolescentes y jóvenes adultos.
La simple dualidad de héroes impolutos y villanos
perversos no satisfacía ya. No hay tiempo para hacer una reseña histórica de
todo este proceso, pero el principal impulso vino de Marvel, con personajes
como Magneto o el Dr. Doom.
La tendencia no tardó en llegar a los cómics de
Batman. Al tiempo que se cuestionaba la legitimidad y hasta la cordura del
héroe enmascarado, se daba un matiz a sus enemigos. No eran solamente
criminales aterradores, sino figuras trágicas. Violencia intrafamiliar, acoso
escolar, pobreza y precariedad, desgracias personales… Leyendo las historias de
villanos clásicos como el Acertijo, el Espantapájaros o el Sr. Frío,
encontramos todos estos elementos (súmenle misoginia y relaciones de pareja
abusivas, y tenemos a Hiedra Venenosa).
El mensaje de todas estas historias era bien claro:
ninguno de estos monstruos nació como tal, sino que llegó a serlo gracias a una
multitud de factores distintos, mezclados en el crisol de una sociedad resquebrajada.
Más aún, esa misma sociedad es la que creó a Batman. El Hombre Murciélago pudo
haber sido uno más de los villanos a los que combate, de no haber tenido un
montón de privilegios materiales y el apoyo emocional en figuras como Alfred o
Leslie Thompkins. Cuando Batman combate con algún psicópata escapado de Arkham,
ve el reflejo de lo que él mismo pudo haber sido.
En ese sentido, la película Joker de Todd
Phillips es perfectamente fiel a los cómics que toma como base. Esta historia
de Arthur Fleck, un hombre con serios problemas de salud mental que, por una
serie de circunstancias desafortunadas, termina convirtiéndose en un asesino en
serie, se inserta fielmente en la tradición de las historias de los villanos de
Batman, y del Guasón en particular.
Ok, no les voy a decir que Joker es una
película profundísima y psicológicamente compleja, ni un estudio filosófico
bien denso sobre la naturaleza del mal. Tampoco lo son los cómics de los que
les hablo, ni siquiera los más ambiciosos. Su retrato del descenso a la locura
se inspira más en las representaciones que se han visto en la cultura popular
que en la psiquiatría o la psicología reales. (Un tip: las alucinaciones no
funcionan así). El “realismo” que pueda alcanzar la peli esta limitado por el
hecho de que se trata de la historia de un supervillano, un payaso asesino
salido de los cómics de Batman. Y, sin embargo, la cinta reconoce grosso
modo que el problema de la maldad es multifactorial.
No es sólo la enfermedad mental. Es el maltrato
infantil. Es la violencia física y emocional en la vida cotidiana. Es la
precarización y la desigualdad económica. Es el clima de inseguridad y
delincuencia. Es la falta de acceso a cuidados psiquiátricos. Es el fácil
acceso a armas de fuego. Es la serie de coincidencias desafortunadas. Es la
masculinidad tóxica.
Al mirar la película, el proceso por el que Arthur
Fleck se está deteriorando cada vez más, uno puede notar los diferentes
momentos en que las cosas pudieron haber seguido un camino diferente.
Como fan de los cómics, y en especial como fan de
Batman, eso me encantó. Con el increíble trabajo actoral de Joaquín Phoeniz
podemos acompañar a Arthur Fleck y verlo transformarse poco a poco hasta que,
de pronto te das cuenta que tienes frente a ti al Guasón, al que conoces del
cómic y los otros medios. Al de la risa perturbadora, al agente del caos que ha
decidido que la existencia es una broma absurda, que nada tiene sentido, que
ningún principio moral tiene validez, y que entonces, ¿por qué no reír?
Y eso es jodidamente aterrador.
Parte III: Why so serious?
En mis redes sociales, la mayoría de mis contactos
y seguidos son personas de izquierda, y más aún de la izquierda comprometida
con la justicia social. Somos puro social justice warrior, pues. Eso me
ha llevado a leer opiniones muy extrañas sobre la película.
Claro, hay mucha gente a la que honestamente no le
gustó. Puedo entender que opinen que es de mal gusto, aburrida, poco
interesante o pretenciosa, y que también piensen que los elogios han sido
exagerados o hasta ridículos. Pero eso no explica que entre tanto camarada haya
una abierta hostilidad contra este filme y contra aquellos a quienes les gustó.
Porque el juicio ha sido básicamente “ésta es una película malvada, para gente
malvada”.
Parece que el asunto empezó cuando la peli se
presentó en el circuito de festivales de cine y una parte de la crítica dijo
que la cinta “glorificaba la violencia” o que hasta era “para incels”.
Honestamente, creo que eso arruinó la película para muchos, porque la convirtió
en un campo de batalla en la guerra cultural: entre izquierda vs derecha,
progresistas vs reaccionarios, social justice warriors vs right-wing
edgelords.
Así, una forma de mostrar lealtad a la tribu, de
posicionarse como fiel izquierdista-progre-socialjustice era denostar la cinta.
Me da la impresión de que hubo banda que odió Joker desde un inicio y
que la fue a ver con prejuicios. No sólo la película era denostada, sino que
aquellos que la habían disfrutado no merecían otra cosa que el desdén y la
suspicacia de la gente con consciencia social.
Pero independientemente de que algunos de ellos
hayan sentido muy fuerte el instinto de manada, ¿acaso no hay algo de cierto en
la interpretación de la cinta como una apología de valores de ultraderecha?
Francamente, no veo muchos elementos en ella para sostener esa lectura.
La película no glorifica al Guasón. Arthur Fleck es
patético, pero nunca es simpático. Al principio uno pensaría de él “pobre tipo,
ojalá alguien le echara una mano”, pero no “me gustaría ser su amigo”. Ni
siquiera al inicio es un tipo completamente inocente. Una secuencia temprana lo
establece como un acechador bastante tétrico. También él toma malas decisiones.
Pasa de despertar lástima a inspirar terror, pero nunca admiración…
Cuando se le da a un villano una “razón” para ser
como es, no se trata de justificarlo, ni de glorificarlo. Se trata de darle
dimensión, de hacerlo más complejo e interesante, quizá hasta de comentar algo
sobre la situación que le dio origen.
Cuando Magneto dice que en Estados Unidos no hay
verdadera tolerancia y que los que ostentan el poder destruyen a los que son
diferentes, el punto no es que digas:
“Joder, tío, el Imanes tiene razón, hay que
extinguir a todos los putos Homo sapiens”
Ni tampoco que digas
“¿Lo viste, loco? Los que critican al sistema son
terroristas”
Se trata de retar, de poner a prueba las
convicciones éticas del héroe, y de los espectadores que queremos verlo
triunfar; de que el triunfo del héroe también implique superar el reto moral
que el villano le plantea. Porque requiere un poquito de esfuerzo entender cómo
el villano puede a lo mejor tener un punto, pero seguir siendo un villano.
Y sí, habrá idiotas que digan “Thanos tenía razón”
o “La Galaxia estaba mejor con el Imperio”. Pero eso es precisamente porque
tienen un sistema de valores hecho un desmadre, pues las películas claramente,
sin lugar a dudas, establecen que son malvados, incluso si pueden llegar
a tener un punto válido.
Entonces, no se me hace raro para nada que hayan
aparecido los típicos dudebros barbacuello a decir que el Guasón es un héroe y
que lo que hizo está bien y es maravilloso. Pero ni de lejos es ésa la actitud
que se necesita para apreciar y disfrutar la cinta. Es sólo un caso más de
gente que se identifica con personajes que la misma obra presenta como modelos
negativos. Wisecrack hizo un video muy bueno sobre este mismo fenómeno,
hablando de Psicópata americano.
Parte IV: We live in a society
Quien haya dicho que el Guasón es un incel, sólo ha
escuchado que existen los incels, pero no creo que haya leído mucho al
respecto, menos que haya entrado a sus foros o que haya hablado con ellos. Hace
unos meses fui blanco de ataques por parte de un grupúsculo de neofachos otakus
incels, recibí sus mensajes de odio y a su vez tuve el impulso masoquista de
meterme a sus perfiles a tratar de entender qué mergas pasa por sus cabezas.
Pero no me hagan caso a mí; mejor vean el video de Natalie Wynn al respecto.
El Guasón no es para nada un incel, una subcultura
propia de los tiempos de Internet. Su personaje se inspira, como ya se ha
dicho, en los antihéroes de películas de los 70 y 80. Lo único que Arthur Fleck
tiene en común con los incels es que se trata de un hombre heterosexual
solitario e inadaptado. No comparte con ellos ni el rango de edad ni la clase
social. Le falta la narrativa ideológica
de una ultraderecha violentamente misógina y racista. Fleck no está
simplemente ardido contra el feminismo porque no tiene con quién coger; es
alguien que auténticamente ha sufrido abusos y violencia.
Incels o no, muchas interpretaciones desde el lado
progre van por ahí: la película trata de decirnos que los hombres blancos se vuelven
violentos por culpa “de la sociedad”. Esa justificación, argumentan, niega los
factores de género y raza, y le da la razón a los hombres blancos resentidos en
todo el mundo.
¿Recuerdan lo que les decía en el primer apartado?
Queremos explicaciones simples para la maldad. Cuando se nos presenta una
aproximación algo más complicada que la que ya hemos aceptado, entonces se toma
con suspicacia. Y, como dije, la película no es precisamente un profundísimo
tratado de psicología, pero la caracterización de su protagonista tiene más
aristas de lo que le están dando crédito.
Por ejemplo, Joker reconoce sutilmente que,
entre tantos factores, también hay un asunto de género. La madre de Arthur está
tan desequilibrada, delirante y necesitada de afecto como él. Pero ella no se
vuelve violenta hacia afuera, contra la sociedad, sino que se vuelve violenta
hacia dentro del hogar, contra su propio hijo, al que brutaliza desde niño. Penny
Fleck es tanto una víctima de la sociedad como su hijo, pero es él quien sale a
matar gente.
Entonces Joker no dice que no haya un
problema de masculinidad o de privilegio racial. Pero sí señala que “es más que
sólo eso”, y ciertamente pone el énfasis en el conflicto entre clases sociales.
Ésa debe ser la razón por la cual la cinta ha tenido un mejor recibimiento con
la izquierda marxista que con la izquierda de la política identitaria. Algunas
personas en esta última, al sentir que la peli no encaja exactamente con su
propia narrativa sobre cuál es el origen de todo mal, como no enfatiza EL
factor que consideran el principal y casi único, reaccionan con suspicacia y
rechazo.
Algunas observaciones me parecen válidas. Hay
muchas películas que abordan el sufrimiento del hombre blanco; no hay
suficientes que visibilicen a los demás grupos. Muchas que tratan la demencia
criminal violenta, pero no suficientes que aborden las muchas otras formas
menos espectaculares (y menos estigmatizantes) de la enfermedad mental. Muchas
que hablan desde el punto de vista del criminal violento, y muy pocas que
empaticen con las víctimas de esa violencia, especialmente si no son hombres
blancos.
Pero ésas son críticas muy válidas hacia la
industria cultural, no hacia algo que esta película en particular haya hecho
mal. No podía esperarse que la historia de un supervillano de cómics fuera otra
cosa.
La frase “vivimos en una sociedad” ha caído en el
ridículo porque la imagen del Guasón de Ledger había sido tomada por criptofachos
diciendo tonterías pseudointelectuales. Y, sin embargo, nadie declaró a la
película de Nolan como un ícono fascista. Y eso que ésa es una peli mucho más
abiertamente derechosa. Hoy en día, muchos trolls derechairos han tomado cariño
a Joker y la defienden de las críticas izquierdistas con la misma rabia
irracional y argumentos estúpidos con los que dicen cualquier cosa. Pero tengo
una duda que me da vueltas…
Veamos, el filme ofrece puntos típicamente
izquierdosos para explicar el problema del mal, como la desigualdad económica o
la negligencia a las personas con enfermedades mentales. Si las primeras
críticas provenientes de los festivales de cine no se hubieran centrado tanto
en el aspecto de “hombre solitario” y más en el de “sociedad desigual”, y la
hubieran celebrado por ello, me pregunto si la reacción de la derecha no habría
sido condenarla como “panfleto neomarxista posmoderno que predica el odio
contra los ricos”. Entonces quizá el mame habría sido al revés.
No han faltado toda clase de interpretaciones extravagantes
y contradictorias, desde ambos lados del espectro ideológico. A este randiano le
parece mal que la película promueva la idea de que es la sociedad la que hace
malo al hombre, porque él, como buen anarcocapitalista, sabe que cada quien es
responsable de lo que le pasa. Esta morra entiende que el Guasón es presentado
como un modelo negativo, pero lo lee como un político izquierdista alborotando
a los resentidos sociales contra la gente de bien. Y esta persona no se decide
si los amotinados de Gotham son presentados bajo una luz simpática porque
representan a los seguidores de Trump, o son presentados bajo una luz negativa porque
representan activistas de izquierda. Pero debe ser algo malo, así que decide
que son las dos cosas.
Si la cinta fuera un panfleto profascista tan
claro, esas interpretaciones no habrían aparecido. En cambio, sí que cabe tomar
la cinta desde una óptica de izquierda. Les dejo las siguientes palabras deMichael Moore. Ya saben, Michael Moore, quien hizo un documental sobre los
tiradores masivos y que podrá ser muchas cosas, pero no un incel facho:
“Todo lo
que los americanos hemos escuchado sobre esta película es que debemos temerle y
mantenernos alejados de ella. Nos han dicho que es violenta y enfermiza y
moralmente corrupta. Nos han dicho que la policía estará en cada función de
este fin de semana en caso de ‘problemas’. Nuestro país está en una profunda
desesperación, nuestra constitución está desgarrada, un loco temerario tiene
acceso a los códigos nucleares… pero por alguna razón, es una película de la
que deberíamos tener miedo.
Yo
sugiero lo opuesto: el mayor peligro para nuestra sociedad estaría en que NO la
vieras. Porque la historia que cuenta y los asuntos que plantea son tan
profundos, tan necesarios, que, si desvías la mirada del genio de esta obra de
arte, te perderás el regalo del espejo que nos está ofreciendo. Sí, hay un
payaso perturbado en ese espejo, pero no está solo… Nosotros estamos ahí
parados junto a él. Joker no es una película de cómics. El filme se
sitúa en algún punto de los 70 en Gotham / Nueva York, la capital del mal: de
los ricos que nos rigen, de los bancos y corporaciones a los que servimos, de
los medios que nos alimentan con “noticias” que creen que debemos absorber.
Pero esta película no es sobre Trump. Es sobre la América que nos dio a Trump.
La América que no siente necesidad de ayudar a los marginados, a los
desposeídos. La América en la que los asquerosamente ricos sólo se hacen más
ricos y más asquerosos.”
Parte V: Valoración
Bueno, las palabras de Moore me parecen un tanto
hiperbólicas, pero comparto el sentimiento. Ésta me pareció una excelente
película. Sí, sé que es inferior que las obras clásicas a las homenajea. Estoy
consciente de que este filme no arriesga ni revoluciona, sino que se inspira en
otros, que en su tiempo fueron revolucionarios y arriesgados, pero que hoy son
canónicos. Entiendo que a algunas personas eso les parece chafa, una forma de
presentarse como muy artístico, pero sin ofrecer nada más que un pastiche sin
innovaciones.
En cambio, a mí me encantó, porque ésta es la
primera vez que se usan esos elementos del cine para contarnos la historia de
un supervillano. He ahí donde está la innovación. Es un collage, pero muy bien
armado, y en lo personal disfruté mucho las referencias que iba soltando. Me
parece que es como cuando los autores de la generación de Alan Moore, Frank
Miller o Grant Morrison, incorporaron inspiraciones y referencias de la “alta
cultura”, el cine de autor, la literatura y la filosofía para llevar los cómics
de superhéroes a un nuevo nivel.
La peli es fiel a la esencia caótica del Guasón, y
lo nebuloso de su origen. Algunas cosas que pasan son claramente fantasías o
delirios. De otras, no sabemos bien qué pensar. Incluso se sugiere que todo lo
que vimos podría ser otra de las historias de origen que el Guasón se inventa,
porque qué más da.
Esta peli retoma una de las escenas más
reproducidas en el cine y la TV de superhéroes, el asesinato de los Wayne, y le
da todo un nuevo significado. Uno político, además. Y matiza a Thomas Wayne,
que deja de ser el patriarca perfecto y honorable que habíamos conocido en
todas sus otras encarnaciones.
De hecho, aunque no duda en hacer retratos muy
sórdidos, sí que evita caer en romanticismos. La revuelta contra la élite en
Gotham no es presentada como una heroica revolución, sino como un motín de
violencia sin sentido, la consecuencia impostergable de años y años de abusos e
irresponsabilidad de la clase privilegiada.
No es perfecta; así como puede ser sutil y ambigua,
puede ser obvia y redundante hasta la condescendencia, como si por momentos no
confiara demasiado en la inteligencia de su público. Pero tiene momentos
hermosamente filmados y una estética alucinante, desde la fotografía hasta la
banda sonora. La actuación de Joaquín Phoenix es espectacular, y eso se ha
dicho mil veces. Pero el trabajo de Robert DeNiro también merece elogios. Y en
general todo el reparto.
No, no creo que Joker sea el Taxi Driver
de esta generación. Pero sí creo que bien puede ser el Dark Knight de
esta década. No sé si sea la mejor película de cómics, pero sí pienso que está
en la misma liga que Logan. Esta cinta des-romantiza al superhéroe, pero
al final sigues sabiendo que se trata de un héroe. Joker des-sataniza al
supervillano, pero queda clarísimo que al cabo sigue siendo un villano.
Batman y el Guasón son de los personajes ficticios
más fascinantes que haya dado la cultura pop del siglo XX. Su enemistad eterna,
la oposición entre el orden y el caos, entre la rabia dirigida y la demencia
desatada, tienen lo que se necesita para convertirse en un relato arquetípico.
No es de extrañarnos que por eso cada cierto tiempo aparece alguna obra
relacionada con estos personajes que impacta con fuerza en la cultura de masas.
Parece que, como dijo otro Guasón hace más de 10
años, “estamos destinados a hacer esto por siempre”.
- Yo soy la noche: ¿Quién es Batman realmente?
- Cosas de Batman que no tienen sentido
- Tengo un murciélago en mi sótano
- Batman es inútil: Reseña de The Batman
Más valoraciones positivas de Joker desde la izquierda:
- The Guardian: Joker isn't an ode to the far right
- The Jacobin: Joker and the long history of movie moral panics
- Comfy Spectre: Joker: A Marxist analysis
- Salon: Joker: a harsh indictment of Neoliberalism
- Left Voice: Joker: the despair of capitalism and the hope of riots
- Socialist Appeal: Joker - You get what you deserve
- Jack Saint: Joker wasn't the movie we deserved, but the one we needed
- Ashleigh: Is Joker an incel folk hero?
- Peter Coffin: Joker, the Culture War and Pure Ideology
14 comentarios:
Un contacto de Facebook especialmente activo y muy vocal sobre sus ideas políticas (al que yo considero un fascista) dijo que Joker era una película con un importante mensaje político así que la fui a ver con predisposición de ubicarla en un lado del espectro político. Después de verla me parece que no tiene sentido hacerlo. La película pinta a Wayne como un rico idiota indolente y con complejos de salvador y a los pobres los pinta como salvajes. Joker mismo lo dijo "yo no soy politico", y a esas alturas yo ya estaba esperando que lo dijera. Creo que la ambigueamb politica es para reforzar el sentido de que la película está contada desde el punto de vista del Joker (y él "no es político")
Mike, excelente entrada. Me pareció interesante el shifting conceptual propuesto entre la representación del protagonista como un "hombre solitario" a "una víctima de un sistem pútrido." Sin embargo, me quedé esperando a que hablaras sobre las teorías respecto a las alucinaciones del Arturo. Mencionas que las alucinaciones no pasan así en la vida real pero, dentro del mundillo del film, se me hace un elemento interesante que da lugar a muchísimo debate: ¿Qué fue real? ¿De verdad pasaron los acontecimientos donde Murray muere? ¿Qué tranza con la escena final? ¿Es Arthur el Joker que en el futuro atormentará al Hombre Murciégalo (sic) o este vato solo se debrayó ha estado encerrado en Arkham casi toda la película? Hubiese estado chingón que lo comentaras.
Creo que parte de su exito tambien radica en ser el antimarvel, incluso mas que las primeras entregas del DCEU.
Me parecio genial que se brincara la idea de "solo se necesita un mal dia" y hacer que la pelicula empezara con un arthur ya bastante dañado y ver como va degradandose poco a poco, el hecho de mostrarnos como este hombre esta desesperado por ser notado, por ser alguien y como cuando comete un crimen brutal por fin logra esa notoriedad, ala ves que se convierte sin querer en un icono entre la lucha de clases, al final prefiere ser ese payaso asesino notable y aclamado, que el insignificante arthur fleck.
"males inherentes a la cultura occidental, como el racismo y el sexismo"
Debe ser que en Asia y en África no existe el sexismo.
Inherente no significa exclusivo, licenciado. Y no puedo creer que todo ese texto, esa línea haya sido lo que le triggereó y no pudo dejar pasar sin hacer un comentario cliché
Exacto. Joker es producto de fuerzas sociales y políticos, pero él mismo es anti-político, porque es anti-civilizatorio. Un agente del caos que niega la posibilidad del funcionamiento social de la humanidad.
Gracias! Es un rollo bien interesante. Cuando acabó la peli lo que pensé fue: "¿y si éste no es el Joker sino otro loquito que se imaginó cómo habría sido su vida si en vez de ser un loquito insignificante hubiera sido el Joker?"
Es ambiguo a propósito y están padres las teorías, pero por la misma ambigüedad creo que nunca podremos resolver la duda.
Saludos!
Justo por ahí va el análisis de Wisecrack: sobre la necesidad de ser vistos, de sentir que existimos:
https://youtu.be/dyi0ZcEyBNE
Ego, me gustó tu reseña. Concuerdo que a veces parece que la gente está más interesada por ser identificada de tal o cual banda, que se deja llevar por el mame de su tribu que por otra cosa. Sobre los villanos chidos ¿Has visto o leído Naruto? Te lo recomiendo mucho. Si te fe flojera el animé, está el manga más accesible. Suerte con tus videos ¿Has podido ver los que hice de Historia Prehispánica de México, Peces de Babel? Saludos
¡Me encantó!!! Te extraño en el mundo virtual cotidiano, como no tienes idea. Ojalá podamos vernos pronto en el de carne y hueso. ¡Abrazo enorme!!!
Hola, muchas gracias! También extraño estar ahí... Oye, ¿pero quién eres? 👀
Hola! Uy, no. Perdona, pero lo he olvidado. ¿A qué te refieres? 👀
Ego, me encanto tu reseña. Coincido en muchos puntos, sobretodo en lo exageradas que han sido las críticas negativas hacia la cinta diciendo que hace apología a la violencia o que representa a los incels.
No romantiza al Joker ni tampoco lo hace el héroe, solo un hombre que es tanto victima como victimario de las circunstancias que le toca vivir. Y en eso todos podemos sentirnos identificados.
Gracias, Alfonso. Y gracias por comentar.
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