Entre los últimos años de los noventa y
los primeros de los dosmiles, sucedió algo muy curioso. Se dio una racha de
largometrajes animados que eran, por decirlo de alguna forma, diferentes.
Eran diferentes a la tendencia que había sido dominante en una década, pero
también a la que será la moda más notoria de la siguiente. Fueron películas que
proponían cosas nuevas, tanto temática como estéticamente, que retaban las
preconcepciones que se tenían en aquellos años sobre lo que podía o debía ser
el cine animado. Fue una tendencia breve, pues resultó casi siempre en fracasos
de taquilla, pero nos dejó las últimas grandes cintas animadas
tradicionalmente. Ahora que celebramos el vigésimo aniversario de Atlantis:
El imperio perdido, vamos a revisitar ésta a la que llamo la Edad Indecisa
de la Animación.
Decíamos en
la clase pasada que en los años entre el cambio de siglos se podían notar
algunas tendencias en el cine de animación en Occidente. El estilo del
Renacimiento Disney se daba por agotado y la casa del Ratón buscaba otros
rumbos sin saber exactamente qué quería. Al mismo tiempo, Pixar y Dreamworks consolidaban
la animación en 3D, que terminaría convirtiéndose en la norma a tal punto que
la misma Disney la adaptaría a su propio estilo en la década de los
dosmildieces.
Pero en estos mismos años el cine de
animación en dos dimensiones estaba probando nuevos caminos y eso dio como
resultado ocho grandes películas, empezando por…
EL PRÍNCIPE DE EGIPTO
(1998)
Dir: Brenda Chapman,
Steve Hickner y Simon Wells
Aquí es donde empieza todo. El año
anterior Fox había demostrado que se podía competir contra Disney con Anastasia,
pero esa peli imita el estilo del Renacimiento a tal grado que hoy todavía
mucha gente se confunde y piensa que es obra de los estudios de Mickey. En
cambio, esta inmensa, descomunal, portentosa película de Dreamworks vino a
abrir una grieta en el monopolio, no porque alguien más pudiera dominar la
fórmula, sino mostrándonos que había grandeza fuera del molde establecido.
Primero está el tema de la cinta, nada
menos que el relato bíblico del Éxodo. Los religiosos llevan décadas haciendo
películas animadas bíblicas, pero todas son producciones evangelizadoras
chafitas para video que nada más veían los desafortunados críos de los
fundamentalistas. El Príncipe de Egipto miraba hacia el pasado épico y
grandioso de Hollywood, cuando producciones como Los Diez Mandamientos o
Ben-Hur no existían sólo en la trilogía del Canal 5 para Semana Santa.
Entonces tenemos una película monumental
que inicia con un infanticidio masivo y alcanza su clímax con Elohim mismo
matando a los primogénitos egipcios. No hay villano villanoso retorciéndose el
bigote y regodeándose en su crapulencia. No hay patiños chistosos de ojos
grandotes. Lo que hay es, en cambio, algunos de los personajes animados más poderosamente humanos que verás en tu vida.
Si ustedes conocen este blog, sabrán que soy de despotricar contra el opio del pueblo y así. Pero El Príncipe
de Egipto no es principalmente una película religiosa. Es una cinta sobre
la esclavitud y la opresión, sobre la injusticia de que un grupo de personas
domine a otros, sobre la búsqueda de la propia identidad y la lucha entre los
deseos personales y lo que se espera del lugar que ocupamos en el mundo. Sobre
todo, es la trágica historia de dos hermanos, Moisés y Ramsés, que en verdad se
amaron, pero que han sido colocados en lados opuestos del destino por fuerzas
cósmicas ante las que no tienen ningún control.
Y sí, es un musical, porque todavía se
creía que así debían ser las cintas animadas, pero es un musical más en el
estilo de los dramones de Broadway que en sus comedias familiares. Además, con
partituras compuestas por Hanz Fucking Zimmer. ¡Pero es que el montaje de las
Plagas de Egipto es de escalofríos! Uno de los mejores momentos musicales
animados de toda la década, quizá sólo rivalizado por Hellfire en El
Jorobado de Notre Dame.
La película es absolutamente hermosa por
donde se le mire. Vean las composiciones, aprecien la expresividad de los
rostros, fíjense en el dinamismo de los movimientos, miren la textura del agua,
de la arena, del barro. Todo es absolutamente exquisito. Una cinta que es, como
Moisés abriendo las aguas del Mar Rojo, un absoluto milagro.
EL GIGANTE DE HIERRO
(1999)
Dir: Brad Bird
El veterano que unos años más tarde nos
daría Los Increíbles ya demostraba su amor por la ciencia ficción de
mediados del siglo pasado con esta hermosa película, una especie de cuento de
hadas moderno acerca del miedo irracional a lo desconocido, la posibilidad de
aceptar a quien es diferente y el elegir quién quieres ser a pesar de lo que te
digan que se supone que debes ser.
Un poco como E.T., pero en vez de
un duendecillo espacial es un gigante metálico extraterrestre quien se hace
amigo de Hogarth, un niño nerdoso de un típico pueblito gringo. Y como la
clásica de Spielberg, esta película nos habla de la necesidad de superar
nuestros miedos a la otredad y en cambio tender puentes. Que a lo mejor esas
personas, esos seres que nos han enseñado a temer en realidad son más parecidas
a ti y a mí de lo que imaginas.
Este mensaje cobra más fuerza en cuanto
a que la peli se ambiente en plena Guerra Fría y la paranoia contra “el
enemigo”, “el extranjero”, permea por todas partes en la cultura gringa. La
peli homenajea la ciencia ficción cincuentera, pero le da un giro, pues si en
aquella época los monstruos gigantes e invasores extraterrestres azuzaban el
miedo del público a lo desconocido, aquí el héroe es quien habría sido el
villano indiscutible en aquéllas.
Y viceversa. No por nada el antagonista
principal es el paranoico agente Mansley del gobierno gringo, obvio hijo del
macartismo, seguro de poder hallar un arma enemiga en suelo americano. No por
nada el clímax de la película tiene a nuestro titán enfrentándose al mismísimo
ejército estadounidense. Todo en una cinta animada que no teme decir a los
niños que hubo una época en la que las escuelas daban clases sobre qué hacer en
caso de un bombardeo nuclear.
Una de las mejores películas antibélicas
que se han hecho, nos plantea la cuestión: ¿Y si un arma no quisiera ser un
arma? La tecnología que hemos creado para destruir podría dar energía limpia y
barata a poblaciones enteras; los presupuestos que se destinan a mantener
ejércitos en pie podrían alimentar a naciones hambrientas; y un ser creado para
la destrucción puede querer convertirse en un héroe. Pero la decisión es nuestra.
El Gigante de Hierro demostró tener más alma que muchos humanos.
TITÁN A.E.
(2000)
Dir: Don Bluth
Don Bluth había demostrado que, si
quisiera, podría hacer una imitación de Disney lo suficientemente parecida como
para engañar a las audiencias, y de paso le dio un éxito de taquilla a Fox con Anastasia.
Pero no olviden ustedes que los ejecutivos de Hollywood son idiotas con traje,
y en vez de recompensar a este Maestro de la animación con un proyecto propio y
libre, decidieron arrojarle un guion que había estado en infierno de desarrollo
por años. El resultado fue un fracaso en taquilla tan rotundo que acabó con la
división de animación de Fox y de paso con la carrera y buen ánimo dl buen Don.
Lo peor es que Titán A.E. ni
siquiera es una mala película. Digo, no es muy buena tampoco, pero está lejos
de ser una porquería, y compensa sus múltiples deficiencias con otras tantas
virtudes. Su peor defecto quizá sea su trama. No tiene mucho sentido, está muy
enredada, y las motivaciones de sus personajes no siempre son claras. Además,
su protagonista, Cale, es un pan Wonder como pocos (con la voz de Matt Damon,
para más inri).
Por otro lado, esta película es un
alucine visual. De manera experimental mezclaba gráficos por computadora con
personajes animados tradicionalmente; el resultado se siente como algo
verdaderamente fuera de este mundo. Además, el diseño de arte, con sus naves
colosales y oxidadas, sus planetas exóticos y sus criaturas hechas de energía,
lo hacían verse más como algo sacado de las viñetas de Heavy Metal que
de una peli de animación como las que hacía cualquier otro estudio por esos
años. Como plus, hoy en día se hacen muy pocas space operas, y éste es uno de los últimos buenos ejemplos.
Por último, tenemos a los personajes.
Fuera del desabrido protagonista, todos son, por decir lo menos, memorables.
Eso incluye un Jar Jar Binks feo y malo, pero también un montón de bichos
raros. Es en la animación de estos seres que podemos ver la mano del maestro
que nos dio El secreto de NIMH y La tierra antes del tiempo. Por
último, está Akima, la primera morra asiática con flequillo pintado de morado
que recuerdo haber visto. Por cierto, que la película se las arregla para
desnudarla tanto a ella como a Cale. Bastante subidita de tono para la época.
Titán A.E. explora temas bien interesantes, en particular la
necesidad de contar con otros, con una comunidad. Los humanos, desperdigados
por el universo, son una minoría discriminada. El camino egoísta de “hacer todo
para sobrevivir por uno mismo” no lleva más que a la soledad. La salvación de
cada uno de nosotros está en la salvación de todos como especie y eso sólo se
logrará dejando atrás el individualismo nihilista y abrazando la solidaridad y
la cooperación.
CAMINO HACIA EL DORADO
(2000)
Dir: Bibo Bergeron y Don
Paul
Ahora tenemos que hablar de otra peli de
Dreamworks, y ello implica hablar de Chel… Oh, hermosa Chel, morena de fuego,
dueña de mis sueños más… Perdón, trataré de controlarme. Pero es que esta
película no sólo nos dio al trío poliamoroso bisexual más famoso de la
animación, sino que se convirtió en un clásico y fuente inagotable de memes.
Hoy estaría difícil pensar que fue de hecho una decepción en taquilla para los
estudios.
Camino hacia El Dorado no será tan majestuosa y magnífica como El
Príncipe de Egipto, pero es justo lo que pretende ser: una divertidísima
aventura cómica y musical. Esto último es bastante raro, teniendo en cuenta que
para entonces ya ni siquiera las de Disney tenían canciones. ¡Pero hey, éste es Elton John! Nuestros protagonistas,
Tulio y Miguel, no son la clase de héroes que se veían en otras cintas
animadas, sino dos pillos de poca monta que por pura chiripa caen en una
civilización mayincateca paradisiaca.
La peli tiene algunos asuntos que hoy
son considerados “problemáticos”, como eso de mezclar culturas precolombinas
como si todas fueran la misma cosa. Aunque eso fue hecho a propósito, para que
El Dorado fuera a la vez todas y ninguna. Tampoco está muy bien visto ese
cliché de que cuando los nativos se encuentran con gente blanca o quieren sacrificarlos/comérselos
o los adoran como dioses.
Claro, hoy en día ya no está tan bien
visto tener personajes tan altamente sexualizados como Chel en películas
animadas, sobre todo tratándose de mujeres racializadas, quienes más sufren de
estos estereotipos. Y eso que tengo entendido que originalmente Chel iba a ser
todavía más cachonda, lo cual no imagino cómo, si así como está es perfecta, oh
hermosa venus, ahórcame con esos muslos… Perdón, creo que babeé sobre el
teclado. Pero es que vamos, estoy seguro de que muchos, muchas y muches de ustedes descubrieron su sexualidad con Chel, no se hagan.
Por otro lado, la película en general es
respetuosa con su retrato de los mesoamericanos, pone al colonialismo europeo
como una fuerza indiscutiblemente maligna y a Cortés como supervillano,
detallazo que se agradece porque hace chillar a los hispanazis. Todo con
excelente comedia y un diseño de arte precioso y espectacular. ¡Qué paleta de
colores! En la ciudad dorada, en la selva exuberante, en los callejones
españoles, en Chel… Oh, ardiente mujer de canela, vean cómo mueve esas caderas…
Uff… Bueno, vamos a lo que sigue.
Miren, analizar esta época del cine
animado es como comer una naranja… “¡Habla ya de Atlantis, maldita sea!”.
Ah, sí. Pero me temo que ya nos extendimos demasiado con esta entrada, así que los
comentarios sobre las otras cuatro películas tendrán que esperar a la siguiente
entrega.
3 comentarios:
solo quiero mencionar que hay muy poca rule 34 de Chel. O sea, nunca sería mucha, pero para ser Chel, no es tanta como esperaría. Aunque en los últimos años ha ido aumentando.
Ah, pero hay unos fanarts extraordinarios...
https://images.app.goo.gl/WctNhTKJkaRnrwT89
Después de seguir ese enlace, soy el primero en reconocer que no me asombra que haya porno de Chel (¿cómo no iba a haberlo?); lo que me asombra es que haya porno de Chel dibujado por Miles-DF.
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