Atlantis y la Edad Indecisa de la Animación (Parte II) - Ego Sum Qui Sum

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PROFESOR MAIK CIVEIRA & LA ALIANZA FRIKI ANTIFASCISTA

domingo, 11 de julio de 2021

Atlantis y la Edad Indecisa de la Animación (Parte II)



Lee la primera parte 


Entre los últimos años de los noventa y los primeros de los dosmiles, sucedió algo muy curioso. Se dio una racha de largometrajes animados que eran, por decirlo de alguna forma, diferentes. Eran diferentes a la tendencia que había sido dominante en una década, pero también a la que será la moda más notoria de la siguiente. Fueron películas que proponían cosas nuevas, tanto temática como estéticamente, que retaban las preconcepciones que se tenían en aquellos años sobre lo que podía o debía ser el cine animado. Fue una tendencia breve, pues resultó casi siempre en fracasos de taquilla, pero nos dejó las últimas grandes cintas animadas tradicionalmente. Ahora que celebramos el vigésimo aniversario de Atlantis: El imperio perdido, vamos a revisitar ésta a la que llamo la Edad Indecisa de la Animación.

 

Decíamos en la clase pasada que en los años entre el cambio de siglos se podían notar algunas tendencias en el cine de animación en Occidente. El estilo del Renacimiento Disney se daba por agotado y la casa del Ratón buscaba otros rumbos sin saber exactamente qué quería. Al mismo tiempo, Pixar y Dreamworks consolidaban la animación en 3D, que terminaría convirtiéndose en la norma a tal punto que la misma Disney la adaptaría a su propio estilo en la década de los dosmildieces.

 

Pero en estos mismos años el cine de animación en dos dimensiones estaba probando nuevos caminos y eso dio como resultado ocho grandes películas, empezando por…

 

EL PRÍNCIPE DE EGIPTO
(1998)
Dir: Brenda Chapman, Steve Hickner y Simon Wells


Aquí es donde empieza todo. El año anterior Fox había demostrado que se podía competir contra Disney con Anastasia, pero esa peli imita el estilo del Renacimiento a tal grado que hoy todavía mucha gente se confunde y piensa que es obra de los estudios de Mickey. En cambio, esta inmensa, descomunal, portentosa película de Dreamworks vino a abrir una grieta en el monopolio, no porque alguien más pudiera dominar la fórmula, sino mostrándonos que había grandeza fuera del molde establecido.

 

Primero está el tema de la cinta, nada menos que el relato bíblico del Éxodo. Los religiosos llevan décadas haciendo películas animadas bíblicas, pero todas son producciones evangelizadoras chafitas para video que nada más veían los desafortunados críos de los fundamentalistas. El Príncipe de Egipto miraba hacia el pasado épico y grandioso de Hollywood, cuando producciones como Los Diez Mandamientos o Ben-Hur no existían sólo en la trilogía del Canal 5 para Semana Santa.

 

Entonces tenemos una película monumental que inicia con un infanticidio masivo y alcanza su clímax con Elohim mismo matando a los primogénitos egipcios. No hay villano villanoso retorciéndose el bigote y regodeándose en su crapulencia. No hay patiños chistosos de ojos grandotes. Lo que hay es, en cambio, algunos de los personajes animados más poderosamente humanos que verás en tu vida.

 


Si ustedes conocen este blog, sabrán que soy de despotricar contra el opio del pueblo y así. Pero El Príncipe de Egipto no es principalmente una película religiosa. Es una cinta sobre la esclavitud y la opresión, sobre la injusticia de que un grupo de personas domine a otros, sobre la búsqueda de la propia identidad y la lucha entre los deseos personales y lo que se espera del lugar que ocupamos en el mundo. Sobre todo, es la trágica historia de dos hermanos, Moisés y Ramsés, que en verdad se amaron, pero que han sido colocados en lados opuestos del destino por fuerzas cósmicas ante las que no tienen ningún control.

 

Y sí, es un musical, porque todavía se creía que así debían ser las cintas animadas, pero es un musical más en el estilo de los dramones de Broadway que en sus comedias familiares. Además, con partituras compuestas por Hanz Fucking Zimmer. ¡Pero es que el montaje de las Plagas de Egipto es de escalofríos! Uno de los mejores momentos musicales animados de toda la década, quizá sólo rivalizado por Hellfire en El Jorobado de Notre Dame.

 

La película es absolutamente hermosa por donde se le mire. Vean las composiciones, aprecien la expresividad de los rostros, fíjense en el dinamismo de los movimientos, miren la textura del agua, de la arena, del barro. Todo es absolutamente exquisito. Una cinta que es, como Moisés abriendo las aguas del Mar Rojo, un absoluto milagro.

 

EL GIGANTE DE HIERRO
(1999)
Dir: Brad Bird


El veterano que unos años más tarde nos daría Los Increíbles ya demostraba su amor por la ciencia ficción de mediados del siglo pasado con esta hermosa película, una especie de cuento de hadas moderno acerca del miedo irracional a lo desconocido, la posibilidad de aceptar a quien es diferente y el elegir quién quieres ser a pesar de lo que te digan que se supone que debes ser.

 

Un poco como E.T., pero en vez de un duendecillo espacial es un gigante metálico extraterrestre quien se hace amigo de Hogarth, un niño nerdoso de un típico pueblito gringo. Y como la clásica de Spielberg, esta película nos habla de la necesidad de superar nuestros miedos a la otredad y en cambio tender puentes. Que a lo mejor esas personas, esos seres que nos han enseñado a temer en realidad son más parecidas a ti y a mí de lo que imaginas.

 

Este mensaje cobra más fuerza en cuanto a que la peli se ambiente en plena Guerra Fría y la paranoia contra “el enemigo”, “el extranjero”, permea por todas partes en la cultura gringa. La peli homenajea la ciencia ficción cincuentera, pero le da un giro, pues si en aquella época los monstruos gigantes e invasores extraterrestres azuzaban el miedo del público a lo desconocido, aquí el héroe es quien habría sido el villano indiscutible en aquéllas.

 


Y viceversa. No por nada el antagonista principal es el paranoico agente Mansley del gobierno gringo, obvio hijo del macartismo, seguro de poder hallar un arma enemiga en suelo americano. No por nada el clímax de la película tiene a nuestro titán enfrentándose al mismísimo ejército estadounidense. Todo en una cinta animada que no teme decir a los niños que hubo una época en la que las escuelas daban clases sobre qué hacer en caso de un bombardeo nuclear.

 

Una de las mejores películas antibélicas que se han hecho, nos plantea la cuestión: ¿Y si un arma no quisiera ser un arma? La tecnología que hemos creado para destruir podría dar energía limpia y barata a poblaciones enteras; los presupuestos que se destinan a mantener ejércitos en pie podrían alimentar a naciones hambrientas; y un ser creado para la destrucción puede querer convertirse en un héroe. Pero la decisión es nuestra. El Gigante de Hierro demostró tener más alma que muchos humanos.

 

TITÁN A.E.
(2000)
Dir: Don Bluth


Don Bluth había demostrado que, si quisiera, podría hacer una imitación de Disney lo suficientemente parecida como para engañar a las audiencias, y de paso le dio un éxito de taquilla a Fox con Anastasia. Pero no olviden ustedes que los ejecutivos de Hollywood son idiotas con traje, y en vez de recompensar a este Maestro de la animación con un proyecto propio y libre, decidieron arrojarle un guion que había estado en infierno de desarrollo por años. El resultado fue un fracaso en taquilla tan rotundo que acabó con la división de animación de Fox y de paso con la carrera y buen ánimo dl buen Don.

 

Lo peor es que Titán A.E. ni siquiera es una mala película. Digo, no es muy buena tampoco, pero está lejos de ser una porquería, y compensa sus múltiples deficiencias con otras tantas virtudes. Su peor defecto quizá sea su trama. No tiene mucho sentido, está muy enredada, y las motivaciones de sus personajes no siempre son claras. Además, su protagonista, Cale, es un pan Wonder como pocos (con la voz de Matt Damon, para más inri).

 

Por otro lado, esta película es un alucine visual. De manera experimental mezclaba gráficos por computadora con personajes animados tradicionalmente; el resultado se siente como algo verdaderamente fuera de este mundo. Además, el diseño de arte, con sus naves colosales y oxidadas, sus planetas exóticos y sus criaturas hechas de energía, lo hacían verse más como algo sacado de las viñetas de Heavy Metal que de una peli de animación como las que hacía cualquier otro estudio por esos años. Como plus, hoy en día se hacen muy pocas space operas, y éste es uno de los últimos buenos ejemplos.

 


Por último, tenemos a los personajes. Fuera del desabrido protagonista, todos son, por decir lo menos, memorables. Eso incluye un Jar Jar Binks feo y malo, pero también un montón de bichos raros. Es en la animación de estos seres que podemos ver la mano del maestro que nos dio El secreto de NIMH y La tierra antes del tiempo. Por último, está Akima, la primera morra asiática con flequillo pintado de morado que recuerdo haber visto. Por cierto, que la película se las arregla para desnudarla tanto a ella como a Cale. Bastante subidita de tono para la época.

 

Titán A.E. explora temas bien interesantes, en particular la necesidad de contar con otros, con una comunidad. Los humanos, desperdigados por el universo, son una minoría discriminada. El camino egoísta de “hacer todo para sobrevivir por uno mismo” no lleva más que a la soledad. La salvación de cada uno de nosotros está en la salvación de todos como especie y eso sólo se logrará dejando atrás el individualismo nihilista y abrazando la solidaridad y la cooperación.

 

CAMINO HACIA EL DORADO
(2000)
Dir: Bibo Bergeron y Don Paul


Ahora tenemos que hablar de otra peli de Dreamworks, y ello implica hablar de Chel… Oh, hermosa Chel, morena de fuego, dueña de mis sueños más… Perdón, trataré de controlarme. Pero es que esta película no sólo nos dio al trío poliamoroso bisexual más famoso de la animación, sino que se convirtió en un clásico y fuente inagotable de memes. Hoy estaría difícil pensar que fue de hecho una decepción en taquilla para los estudios.

 

Camino hacia El Dorado no será tan majestuosa y magnífica como El Príncipe de Egipto, pero es justo lo que pretende ser: una divertidísima aventura cómica y musical. Esto último es bastante raro, teniendo en cuenta que para entonces ya ni siquiera las de Disney tenían canciones. ¡Pero hey, éste es Elton John! Nuestros protagonistas, Tulio y Miguel, no son la clase de héroes que se veían en otras cintas animadas, sino dos pillos de poca monta que por pura chiripa caen en una civilización mayincateca paradisiaca.

 

La peli tiene algunos asuntos que hoy son considerados “problemáticos”, como eso de mezclar culturas precolombinas como si todas fueran la misma cosa. Aunque eso fue hecho a propósito, para que El Dorado fuera a la vez todas y ninguna. Tampoco está muy bien visto ese cliché de que cuando los nativos se encuentran con gente blanca o quieren sacrificarlos/comérselos o los adoran como dioses.

 


Claro, hoy en día ya no está tan bien visto tener personajes tan altamente sexualizados como Chel en películas animadas, sobre todo tratándose de mujeres racializadas, quienes más sufren de estos estereotipos. Y eso que tengo entendido que originalmente Chel iba a ser todavía más cachonda, lo cual no imagino cómo, si así como está es perfecta, oh hermosa venus, ahórcame con esos muslos… Perdón, creo que babeé sobre el teclado. Pero es que vamos, estoy seguro de que muchos, muchas y muches de ustedes descubrieron su sexualidad con Chel, no se hagan.

 

Por otro lado, la película en general es respetuosa con su retrato de los mesoamericanos, pone al colonialismo europeo como una fuerza indiscutiblemente maligna y a Cortés como supervillano, detallazo que se agradece porque hace chillar a los hispanazis. Todo con excelente comedia y un diseño de arte precioso y espectacular. ¡Qué paleta de colores! En la ciudad dorada, en la selva exuberante, en los callejones españoles, en Chel… Oh, ardiente mujer de canela, vean cómo mueve esas caderas… Uff… Bueno, vamos a lo que sigue.

 


Miren, analizar esta época del cine animado es como comer una naranja… “¡Habla ya de Atlantis, maldita sea!”. Ah, sí. Pero me temo que ya nos extendimos demasiado con esta entrada, así que los comentarios sobre las otras cuatro películas tendrán que esperar a la siguiente entrega.

 

Concluirá en la Parte III

3 comentarios:

sushi montblack dijo...

solo quiero mencionar que hay muy poca rule 34 de Chel. O sea, nunca sería mucha, pero para ser Chel, no es tanta como esperaría. Aunque en los últimos años ha ido aumentando.

Maik Civeira dijo...

Ah, pero hay unos fanarts extraordinarios...

https://images.app.goo.gl/WctNhTKJkaRnrwT89

Ognimod dijo...

Después de seguir ese enlace, soy el primero en reconocer que no me asombra que haya porno de Chel (¿cómo no iba a haberlo?); lo que me asombra es que haya porno de Chel dibujado por Miles-DF.

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