Los héroes antes de los superhéroes. Parte III - Ego Sum Qui Sum

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PROFESOR MAIK CIVEIRA & LA ALIANZA FRIKI ANTIFASCISTA

domingo, 9 de octubre de 2022

Los héroes antes de los superhéroes. Parte III




DOMINGO POR LA MAÑANA

Hola, les doy la bienvenida de vuelta a esta serie, en la que estamos explorando el origen de la ficción superheroica. En las primeras dos entregas hablamos de sus antecedentes en la literatura popular, en particular las revistas pulp. Asimismo, ya habíamos mencionado que, si bien en las décadas de 1910 y 1920 aparecieron algunos de los personajes y títulos más importantes, la verdadera edad de oro para las revistas pulp fueron los años 30.

 

Aquélla fue también la década en que el que los personajes del pulp, y en general el estilo de historias que protagonizaban, saltaron al cine, la radio y, por supuesto, el medio que casi se volvería sinónimo con el género superheroico: los cómics. De modo que habremos de iniciar este capítulo con una breve introducción a la historia del noveno arte (el octavo fue la maravilla voz del Tata Arvizu).

 

Hoy en día estamos acostumbrados a leer cómics en sus propias revistas mensuales, o en compilaciones de las mismas. Pero durante muchos años la forma más usual de leer era en los periódicos. Para contar la historia del cómic, tendríamos que la evolución del arte de narrar usando imágenes secuenciales. Si quisiéramos vernos muy mamalones, hasta podríamos partir de ciertas ilustraciones medievales o hasta de los jeroglíficos egipcios.

 

Sin embargo, el verdadero origen de los cómics como arte y medio son las caricaturas, en especial las que satirizaban asuntos políticos y sociales, y que ya eran comunes en periódicos y revistas europeas y americanas en la primera mitad del siglo XIX. Desde hace ya bastante teníamos imágenes graciosas acompañadas de texto, e incluso rudimentarios globos de diálogo, que fueron evolucionando y volviéndose más sofisticados a lo largo del siglo. Poner dos o tres imágenes en secuencia para contar un chiste era algo que ya se hacía para la década de 1820, y el pionero de la técnica parece haber sido el suizo Rodolphe Töpffer y su tira Los Amores del Señor Vieux Bois, publicada por primera vez en 1837.


Para finales del siglo XIX las tiras cómicas ya eran inmensamente populares y un elemento importante para atraer lectores a los periódicos. Eso llevó a la invención de páginas exclusivamente dedicadas a las historietas; a tiras dominicales a todo color y, con el tiempo, a las de una página completa. Las más populares podían ser sindicadas, es decir, impresas por diferentes periódicos a lo largo del país, y más tarde, del mundo. The Yellow Kid, creada en 1895 por Richard F. Outcault, es una pionera en desarrollar muchos de los aspectos de la narrativa secuencial.

 

El nombre “cómics” viene de que originalmente todas esas historietas eran chistosas. Sin embargo, algunas de ellas ya empezaban a mostrar elementos de aventura, ciencia ficción y fantasía, con narraciones complejas más allá de los chistes de unas pocas viñetas. Un ejemplo es la excelente Little Nemo, creada en 1905 por Winsor McCay como una tira de página completa a todo color para los suplementos dominicales. McCay es famoso por experimentar con un arte surrealista y con el uso de las viñetas como parte del dramatismo de la narración.

 


Así es como llegamos al importante año de 1929, en el que se estrenó la tira cómica de Tarzán. Justamente ese mismo enero debutó otro personaje, Buck Rogers. Ambos provenían del mundo del pulp, pero si Tarzán ya gozaba de una gran popularidad que para entonces lo había llevado a protagonizar 12 novelas, una película y una obra de Broadway, Rogers era un personaje prácticamente desconocido. Estos dos iniciaron una edad dorada de las tiras cómicas de acción y aventura con proto-superhéroes como protagonistas, y que corresponde con la edad dorada del pulp.

 

No tardamos mucho para tener, en 1932, los Big Little Books, adaptaciones a prosa ilustrada de las tiras más populares de los periódicos. Al año siguiente, en 1933, aparecerían las primeras revistas de historietas, publicaciones exclusivamente dedicadas a las viñetas. Al principio eran antologías de las tiras de los diarios, pero pronto aparecieron personajes e historias originales. En 1938, como todo mundo sabe, debutó Superman en el número 1 de la revista Action Comics, y el resto es historia.

 

Con esos antecedentes ya explorados, continuemos con nuestra guía de los personajes que antecedieron a los superhéroes, tanto en el pulp como en las tiras cómicas de los periódicos. Hoy cubriremos la primera mitad de la década, empezando con…

 

BUCK ROGERS
(1928)


Rogers apareció por primera vez en 1928 en una novelita pulp titulada Armageddon 2419 A.D., de Philip Francis Nowlan, pero el personaje y su mundo se harían famosos con la tira cómica Buck Rogers en el siglo XXV, que es la que de hecho le dio su nombre (en la novela se llamaba Anthony). Justo como otro capitán Rogers que yo conozco (y que tiene un amigo llamado Buck), el protagonista es un “hombre fuera de su tiempo”, un héroe de guerra del siglo XX que, por un extraño accidente, quedó en un estado de animación suspendida y despertó 500 años en el futuro, donde se convierte en todo un campeón

 

Si los primeros villanos eran chinos que querían conquistar al mundo y habían invadido Estados Unidos (recuerden eso del “peligro amarillo”), Rogers luego se enfrentaría a extraterrestres, piratas espaciales y, por supuesto, un montón de estereotipos raciales súper ofensivos. Sus herramientas características son el aparato antigravedad que le permite volar, el traje espacial con casco parecido a una pecera y su pistola de rashos láser. Todo en su aspecto y aventuras se convertirían en íconos de la ciencia ficción más suave, en especial el subgénero de la space opera.

 

Rogers estelarizaría su propio programa de radio, serial cinematográfico, una serie de TV cincuentera, una película que funcionaría como piloto de otra serie (entre 1979 y 1981), y numerosos cómics a lo largo de las décadas. Por supuesto, él sería la inspiración para el más famoso Flash Gordon (1934) de King Features y el Adam Strange (1958) de DC. Y claro, a él debemos la parodia Duck Dodgers, con el Pato Lucas, en un corto animado de 1951, y muchas otras iteraciones de las que soy muy fan.

 

LA SOMBRA
(1930)


¿Quién sabe qué maldad se esconde en el corazón de los hombres? La Sombra sabe. Éste es uno de los personajes más importantes del pulp, y también uno de los más interesantes. Una primera versión del personaje apareció simplemente como un narrador misterioso en el programa de radio Detective Story Hour en 1930. Esta voz se volvió muy popular y al año siguiente apareció la primera historia protagonizada por la Sombra, de la pluma de Walter B. Gibson. El éxito acompañó a la Sombra desde el principio y pronto obtuvo su propia revista, por lo que la editorial Street & Smith tuvo que contratar a otros escritores para suplir las demandas de un público ávido de historias.

 

Kent Allard era un piloto y un héroe de la Primera Guerra Mundial, que viajó por el mundo y aprendió distintas habilidades cuasi místicas. Al regresar a su natal Nueva York, decidió dedicarse por completo a combatir el crimen. Para ello creó a la Sombra, un vigilante nocturno que aterroriza a los criminales. Cuenta con otros múltiples alter-egos, de los cuales el más importante es Lamont Cranston, un joven millonario desquehacerado, la fachada perfecta para sus actividades nocturnas. Hmm… Me suena… Me suena…

 


Además, cuenta con una pequeña red de agentes y colaboradores dispersos por toda la ciudad, que aportan información e inteligencia desde sus distintas ocupaciones y puestos. La más famosa es la señorita Margo Lane, una joven de alta sociedad. Interesante apellido, por cierto… Claro que sí, la Sombra tiene a su propio archinémesis, Shiwan Khan, otro hijo perdido de Fu Manchú.

 


La Sombra se volvió todavía más popular cuando obtuvo su propio programa de radio. Éste introdujo algunos cambios y simplificaciones; por ejemplo, aquí Lamont Cranston es su verdadera identidad, y fue aquí donde debutó Margo Lane como personaje. Además, dio a la Sombra poderes hipnóticos que le permitían obnubilar la mente de sus enemigos y volverse invisible a ellos. El programa es BUENÍSIMO, y no menos porque la voz del protagonista era nada más y nada menos que un jovensísimo Orson Welles, que le dio su distintiva y escalofriante carcajada. Les recomiendo mucho darle una escuchada:


 

La Sombra es un personaje muy interesante porque, mientras otros héroes hasta entonces eran totalmente rectos y luminosos, éste tiene un lado oscuro. La obsesión de la Sombra de acabar con el crimen lo convierte en una figura siniestra, a veces inhumana, desprovista de toda misericordia o empatía, que hasta parece usar a sus colaboradores como piezas de ajedrez. Su genio es indiscutible, pero su estabilidad mental se pone en duda.

 


Además de las novelas pulp y el programa de radio, la Sombra estelarizó su propia tira diaria, varias revistas de historietas, numerosas películas, de entre las cuales quizá recuerden la producción de 1994 con Alec Baldwin.

 

Sobra decir que el personaje ha sido influyentísimo. Bill Finger, creador de Batman, siempre lo mencionó como una de sus principales fuentes de inspiración, hasta el punto que la primera aventura del Encapotado es un fusil de un cuento de la Sombra. En tiempos más recientes, tenemos al protagonista de V de Venganza de Alan Moore, a Darkman de Sam Raimi y hasta al Pato Darkwing de Disney.

 

LOS HIJOS DE LA SOMBRA


Tras la Sombra vinieron decenas de vigilantes nocturnos que trataban de replicar la popularidad. Iba a escribir sendos apartados para cada uno de ellos, pero son todos tan iguales entre sí, que no valía la pena. Todos son playboys millonarios durante el día y secretamente luchan contra el crimen como vigilantes enmascarados durante las noches. Todos son astutos detectives, maestros del disfraz y expertos en combate cuerpo a cuerpo, que protagonizan historias violentas y sórdidas. Casi todos ellos tienen algún gadget peculiar, una guarida secreta o algún compinche pintoresco, y suelen dejar alguna prenda a manera de firma. En fin, lo que no retomaron de la Sombra, se lo fusilaron al anterior Sello Gris. Entre estos personajes destacan tres:

 


Phantom Detective, creado por D.L. Champion en 1933; poseía un estuche lleno de herramientas muy útiles, y su aliado, el dueño de un periódico, tenía una luz en su azotea para llamarlo cuando hiciera falta; también tuvo a un compinche preadolescente. Aunque el título de la revista era The Phantom Detective, al personaje en sí casi siempre lo llamaban ‘The Phantom’, como cierto fantasma que camina…

 


The Spider, del mismo año, creado por Harry Steeger. Sus historias eran particularmente violentas, y el héroe mataba a los criminales sin remordimiento. Marcaba a los ajusticiados con una araña roja en la frente, algo similar a lo que luego haría el Fantasma de Lee Falk. También contaba con una útil soga, ligera como la seda más fina, pero fuerte como cables de acero… Su “tela de araña”. Sus villanos solían tener apariencias y nombres pintorescos; uno de ellos se llamaba ‘Bat Man’. Tuvo varios disfraces a lo largo de sus primeros años, pero es sobre todo conocido por una máscara con un patrón de tela de araña que cubre toda su cabeza. ¿Suena familiar?

 


The Clock, creado por George Brenner y aparecido en 1936. Es otro joven ricachón de día, justiciero enmascarado de noche. Su atributo más característico es su bastón lleno de trucos, y que deja una nota con la leyenda “el Reloj ha golpeado”. Lo más importante del personaje es que fue el primer héroe enmascarado en aparecer en una revista de historietas, concretamente en Funny Pages #6. Ya estamos muy cerca de la época de los superhéroes de cómic hechos y derechos.

 

DICK TRACY
(1931)


¡Llamando a Dick Tracy, llamando a Dick Tracy! Los 30 fue también la era de oro de la mafia, con la violencia desatada por la brillante idea de prohibir el licor, y por la crisis económica desatada por la brillante idea de dejarle todo al libre mercado. En este contexto, el caricaturista Chester Gould se propuso a crear a un agente de policía que fuera incorruptible, astuto y tan rudo como se requería para enfrentarse al crimen organizado. Con su fuerte quijada y su gabardina amarilla, Dick Tracy tiene un aspecto inconfundible.

 

Dick Tracy debutó en las tiras cómicas de los periódicos y su popularidad fue tal que pronto tuvo su propio programa de radio, revista de historietas y serial cinematográfico. De hecho, Dick Tracy fue la primera tira cómica en ser adaptada a los Big Little Books. Y en lo personal, a mí de chavito me fascinó la película de 1990 dirigida por Warren Beatty y estelarizada por él mismo, Al Pacino y Madonna. Esta película fue producida por Disney… Hmm, demonios, el Ratón otra vez adueñándose de todo.

 


La tira se caracterizó por una extraña mezcla de dibujos recargados y colores primarios brillantes con historias bastante violentas y dramáticas. Uno de los aspectos más emblemáticos de Dick Tracy serían sus villanos. Los mafiosos de la época tenían muchas veces apodos coloridos, y Gould explotó este detalle creando personajes con facciones exageradas hasta la deformidad para que correspondieran con motes como Flattop (“cabeza plana”). Esto sería una gran influencia en la apariencia, nombres y estilo de las galerías de villanos de otros héroes, especialmente Batman.

 


Otra aportación importante fue la figura de un ayudante infantil para Tracy, un talentoso jovencito de 10 años que había crecido en las calles cometiendo delitos menores, y a quien el detective termina adoptando como hijo. Claramente, es un antecedente de Robin y de otros asistentes pubertos.

 

CONAN EL BÁRBARO
(1932)


No podíamos hablar de pulp sin mencionar al guerrero cimerio creado por Robert E. Howard. Realmente tiene poco que ver con el género superheroico, y más bien a sus historias debemos el desarrollo de la fantasía moderna, en concreto el subgénero de sword and sorcery, y a la imagen arquetípica del héroe bárbaro.

 

Conan, proveniente del salvaje pueblo de los cimerios, es un guerrero insuperable que tiene muchísimas y muy variadas aventuras por las extrañas tierras de la prehistórica Edad Hyboria, hasta que llega a convertirse en rey de Aquilonia, el imperio más poderoso de la época. Hechiceros malignos, monstruos espeluznantes y dioses oscuros serán sus adversarios.



Curiosamente, y a pesar de su popularidad, Conan tardó un poco en pasar a otros medios, hasta la década de los 70, en que Marvel empezó a publicar las series Conan the Barbarian (a todo color y apto para adolescentes) y The Savage Sword of Conan (en blanco y negro y dirigida a un público adulto). Son un par de series clásicas que ningún fan de la fantasía y el noveno arte debería perderse. Hoy en día, Conan está de vuelta en Marvel y comparte viñetas con superhéroes de la Casa de las Ideas… La cual a su vez es propiedad de Disney… Maldita sea.

 

EL LLANERO SOLITARIO
(1933)


Volvemos a uno de los géneros que más ha influido en el desarrollo de los superhéroes: el western. Dan Reid era un capitán de los Texas Rangers, y junto con su equipo estaba tras la pista de unos peligrosos bandoleros. Los criminales tendieron una emboscada a los agentes de la ley, y los mataron a todos, dejando sólo a John Reid, hermano menor del capitán, muy malherido. El joven fue hallado por un guerrero del pueblo potawatomi, conocido con apodo de ‘Tonto’. Esta palabra en su lengua significa ‘Salvaje’, pero en español significa, pues, ‘tonto’ y por eso en América Latina lo conocemos como Toro.

 

En fin, Toro rescató a Reid y lo cuidó hasta sanarlo, pues reconoció en él a un amigo de la infancia. Ya que todo el mundo creía que los Reid habían muerto, John se crea una nueva identidad, como el misterioso Llanero Solitario, para ejercer venganza y justicia contra los criminales. A su lado, su fiel amigo Toro, quien afectuosamente lo llamaba ‘Kimo Sabi’, frase de orígenes inciertos, pero que según el programa significa ‘mi fiel amigo’. La expresión se volvió parte del caló popular no sólo en inglés, sino en español. Y claro, recordamos a su caballo Silver, en especial por el grito del héroe Hi-yo Silver!, que también se convirtió en expresión popular.


El Llanero Solitario fue creado por Fran Striker y apareció por primera vez en un programa de radio, con todo y su característica pieza musical, Guillermo Tell que quedaría relacionada para siempre con el personaje y con los vaqueros en general. Su éxito fue inmediato, y siguió el camino acostumbrado: tiras en los diarios, revistas de cómics, seriales cinematográficos, novelas pulp y hasta uno de los primeros programas de televisión (que arrancó en 1949). No olvidemos que él era el héroe favorito de Filipe, el de Mafalda.


Hubo una época en la que Marvel también publicaba cómics de vaqueros, y allí debutó Two-Gun Kid, claramente inspirado en el Llanero. Y no nos detengamos a hablar del malhadado filme con Johnny Depp y Armi Hammer, producida por… wait for it… Disney ¬¬

 

DOC SAVAGE
(1933)


Este personaje es a la Sombra lo que Superman es a Batman. Si uno es el vigilante tenebroso y medio desequilibrado que acecha en la oscuridad de la noche, el otro es un superhombre, un héroe luminoso reconocido y admirado por todo el mundo. Creado por Lester Dent, fue otro éxito inmediato en el mundo de las revistas pulp, y tuvo una rápida transición hacia los medios usuales.

 


Clark Savage Jr. (interesante nombre de pila…) fue criado por su padre para alcanzar la máxima perfección humana posible. El señor Savage reclutó a un súper equipo de científicos y mentores para entrenar al joven Clark desde muy temprana edad. Se convierte en un hombre de habilidades físicas e intelectuales que bordan lo superhumano: es un científico, médico, inventor, detective, explorador y aventurero, un maestro de las artes marciales que domina todas las ciencias, posee memoria fotográfica, habla multitud de lenguas vivas y muertas, etcétera. Es básicamente un hombre perfecto, pero además está avocado por completo al bien y a la justicia, como reza en su juramento:

 

“Que me esfuerce en cada momento de mi vida por ser cada vez mejor y mejor, en la medida de mis posibilidades, para que todos se beneficien de ello. Que piense en lo que es correcto y preste toda mi ayuda a los que la necesitan, sin más miramientos que la justicia. Que acepte lo que venga con una sonrisa, sin perder el coraje. Que sea considerado con mi país, con mis conciudadanos y con mis socios en todo lo que diga y haga. Que haga el bien a todos, y no haga el mal a nadie.”

 


Cuando no está salvando vidas o combatiendo villanos o preparando la siguiente aventura en su penthouse del Empire State, Doc se retira a su refugio en el Ártico, apodada la, I shit you not, Fortaleza de la Soledad, donde realiza importantes descubrimientos científicos y desarrollos tecnológicos que deberán ayudar a toda la humanidad. Además, posee montón de aparatos cienciaficcioneros que le sirven en su lucha contra el mal.

 


Doc es acompañado por cinco coloridos asistentes, que sospecho fueron añadidos no porque el héroe los necesitara sino porque es tan jodidamente perfecto que, si no fuera por estos personajes, las historias serían medio aburridas. Sí, la verdad es que el Doc no es de mis personajes favoritos, pero no puedo negar su importancia.



Por su piel tostada de sol, Doc se ha ganado el apodo de “Hombre de Bronce”. Cuando debutó, el artista Walter M. Baumhofer le dio un aspecto bastante aguerrido; sin embargo, fue la versión del artista James Bama en los 60 (basado en el modelo Steve Holland) la que se ha vuelto más icónica. Doc tuvo también una película en 1975 y desde hace años se haya querido producir una película con Dwane Johnson en el papel principal, y no es extraño: ¡parece hecho para él!

 

FLASH GORDON
(1934)


King Features es una compañía propiedad del magnate de las comunicaciones William Randolph Hearst, lanzada en 1915, y dedicada a producir contenido para ser sindicado en periódicos de los Estados Unidos. Entre los contenidos que producía estaban, cómo no, muchas tiras cómicas y caricaturas, y en 1934 entraron a los cómics de acción por todo lo alto con uno de los héroes de ciencia ficción más famoso de todos los tiempos: Flash Gordon, creado por Alex Raymond.

 

Originalmente pensado para competir con el ya muy popular Buck Rogers (y se puede ver que su nombre está construido con el mismo modelo: apodo + patronímico), Flash Gordon terminaría por superar a su predecesor en popularidad. Flash es un típico héroe juvenil americano, un rubio menemista de personalidad osada y un excelente atleta que domina casi todos los deportes. Por ello, él y su novia, la audaz periodista Dale Arden (interesante profesión) son reclutados por el brillante científico Hans Zarkov para una misión: salvar a la Tierra.

 


Resulta que un planeta llamado Mongo se encuentra en curso de chocar con nuestro mundo. Zarkov inventa una nave espacial y se lleva a sus dos jóvenes héroes a dicho planeta, donde enfrentarán la tiranía de Ming el Desalmado, emperador supremo y genio diabólico. Ok, Mongo, Ming… Sí, esto es más racismo antiasiático, ¿qué querés que te diga?

 

Las primeras y más clásicas aventuras tienen a Flash y sus amigos ayudando a los diferentes reinos de Mongo a rebelarse y resistir contra Ming, mientras que subsecuentes historias lo llevarían a otros mundos. Los cómics creados por Raymond chorreaban imaginación y originalidad. Cuando se trataba de concebir mundos distantes, pueblos con costumbres extrañas o criaturas de naturaleza insólita, Raymond dejó imágenes como nunca se habían visto y que fueron una gran influencia para el desarrollo de la ciencia ficción. 


Su influencia en el género de superhéroes también es patente. El traje ajustado con el emblema en el pecho antecede al aspecto de otros personajes. Antes del Hombre Halcón, Flash Gordon conoció a un pueblo de hombres halcón. Antes de Aquaman, Flash visitó el planeta acuático de Coralia, donde los habitantes montan hipocampos gigantes. Antes de Flash, bueno, Gordon ya se llamaba Flash. Y hasta parece ser que Bob Kane se fusiló la icónica portada del Detective Comics #27 de una viñeta de Alex Raymond.

 


Después de Raymond, las tiras y cómics de Flash Gordon estuvieron a cargo de algunos de los mejores artistas del medio. Por eso no puedo dejar de mencionar que, en los 60, el héroe fue dibujado por uno de los más grandes artistas de todos los tiempos: Al Williamson, que de niño había sido fan de la tira. Sólo miren la belleza de su trabajo:


Por supuesto, Flash Gordon protagonizó su propio programa de radio, películas y series de televisión. Es casi innecesario recordar que fueron los seriales cinematográficos de Flash Gordon los que inspiraron a George Lucas a crear Star Wars. De hecho, Lucas intentó conseguir los derechos del personaje, pero no pudo, y por eso tuvo que crear una historia original. De todos modos retomó varios aspectos de Flash Gordon, incluyendo la ciudad en las nubes y el icónico texto de apertura Irónicamente, el éxito de Star Wars revivió el subgénero de la space opera en el cine, lo que a su vez llevó a que se produjeran sendas películas de Buck Rogers y Flash Gordon. Esta última la recordamos por el tema musical que le compuso Queen.

 

MANDRAKE EL MAGO
(1934)


Ese mismo año fue muy productivo para King Features, pues también debutaron las aventuras de Mandrake el Mago, creado por Lee Falk. Mientras la mayoría de los héroes de acción de aquel entonces recurrían a la violencia, y su principal habilidad consistía en ejercerla, Mandrake usaba la astucia. Mientras los otros eran sórdidos vigilantes nocturnos o musculosos aventureros, Mandrake aparecía como un caballero elegante de finos modales y cuerpo delgado. Aunque Mandrake es capaz de usar magia verdadera, prefiere la hipnosis y el ilusionismo la mayor parte del tiempo.

 

Mandrake es el predecesor de todos los superhéroes que usan la magia, incluyendo al Doctor Destino y Zatanna de DC, y al Doctor Strange de Marvel. Por ejemplo, Mandrake es hijo y alumno de Theron, el milenario hechicero que dirige el Colegio de Magia, ubicado secretamente en los Himalayas. ¿No les recuerda algo? Por otro lado, peor enemigo del mago es Cobra, un hechicero oscuro y líder de un culto… Como tantos otros villanos posteriores.

 


Como muchísimos héroes de aquel tiempo, Mandrake viene acompañado de un compinche no-blanco: el africano Lothar (o Lotario, como lo conocimos en Latinoamérica), el fortachón en un equipo del que Mandrake era el cerebro, porque bueno, todos eran bien racistas en esa época. Sin embargo, Lotario se convirtió en el primer justiciero negro de las historietas y, dependiendo de si consideran que estos personajes ya cuentan como superhéroes, el primer afroamericano en tener ese título. Posteriores iteraciones del personaje lo han dignificado, y ha pasado de ser un guardaespaldas forzudo de Mandrake, a un héroe por derecho propio.

 

Estamos a mitad de la edad dorada del pulp; personajes sobre los que podríamos argumentar que ya son superhéroes aparecen en las portadas de revistas, en las tiras cómicas, en la radio e incluso en el cine. Nos falta muy poco para llegar al debut del Hombre de Acero, así que les dejaré como solían hacerlo los escritores de aquellos años: ¡Con un final de suspenso! ¡Sigan leyendo en el próximo capítulo!


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2 comentarios:

deróvilus murdock dijo...

ese Doc Savage me recuerda mucho a Kalimán...

Maik Civeira dijo...

Y no es casualidad. Kalimán tiene mucho en común con los héroes del pulp clásico, más que con los superhéroes al estilo de Marvel o DC.

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