Ah, humanos. Veo que vuelven por más, ¿eh? Bien, ¿quĂ© va a
ser esta vez? ¿Retrofuturismo o paleofuturos? ¿O quizá les interese alguno de
nuestros muchos punks: dungeonpunk, capepunk, mythpunk, sandalpunk,
teslapunk, scavengerpunk…
En la entrega anterior les platiqué la diferencia entre los paleofuturos,
representaciones del futuro que nos han legado obras del pasado, y retrofuturismo,
que es ciencia ficción inspirada en esas visiones pretéritas. Vimos también un
poco sobre el cyberpunk y cĂłmo tuvo un papel fundamental en el desarrollo de los
gĂ©neros retrofuturistas que nos invaden hoy en dĂa, en especial todos esos que,
por analogĂa, llevan el sufijo punk en su nombre, y a los que
colectivamente se les conoce con la horrorosa etiqueta de punkpunks.
Ya les he puesto como cuatro listas de punkpunks entre estas
dos partes y todavĂa no me he dignado a explicar ninguna de estas palabrejas.
Por cierto, no sé si fijaron, pero nunca puse dos veces el mismo. Si no me
creen, denle un repaso. Precisamente el meollo del asunto es que ya hay
demasiadas etiquetas, por lo que vengo a poner en duda la pertinencia con la
que se aplican muchas de ellas, e incluso la utilidad de su existencia…
III. RETRO ES EL NUEVO PUNK
IlustraciĂłn steampunk de Cris Ortega |
Empecemos por el principio, definiendo los auténticos
subgéneros retrofuturistas, los casos en los que, sin lugar a dudas,
estamos ante un tipo de creaciĂłn artĂstica que se inspira en cĂłmo el pasado
visualizĂł o podrĂa haber visualizado el futuro. Éstos son:
Steampunk: El más amplio, conocido y popular. Se inspira en la ciencia ficciĂłn del siglo XIX y en la RevoluciĂłn Industrial. Suele ambientarse en la Era Victoriana o en mundos inspirados en Ă©sta. Además de algunos antecedentes, se considera que las obras que le dieron forma al gĂ©nero son la novela The Diferencial Engine (1990) de William Gibson y Bruce Sterling, la novela gráfica The League of Extraordinary Gentlemen (2000) de Alan Moore y Kevin O’Beill y la pelĂcula animada Steamboy (2004) de Katsuhiro Otomo. Y sĂ: Gibson y Otomo tambiĂ©n tienen el crĂ©dito de haber dado forma al cyberpunk.
Steampunk: Steamboy (2004) |
Dieselpunk: Se inspira en la primera mitad del siglo
XX, la Ă©poca en la que la que los motores de combustiĂłn interna (de ahĂ el
nombre) terminaron por reemplazar a la tecnologĂa de vapor. Suele ambientarse
entre el inicio de una guerra mundial y el final de la otra, eventos histĂłricos
que suelen figurar prominentemente en el género; toma mucha influencia de la
literatura pulp, que era lo que estaba de moda en ese entonces. Los ejemplos
más notables incluyen el cómic The Rocketeer (desde 1982) de Dave
Stevens, la cinta francesa La Cité des enfants perdus (1995) de
Jean-Pierre Jeunet, la pelĂcula animada Atlantis: The Lost Empire (2001)
de Gary Trousdale y Kirk Wise, el anime Metropolis (2001) de Shigeyuki
Hayashi y la pelĂcula Sky Captain and the World of Tomorrow (2004)
de Kerry Conran.
Dieselpunk: Atlantis: The Lost Empire (2001) |
Atompunk: Inspirado en la ciencia ficciĂłn de la Era
Dorada, prĂłdiga en visiones futuristas expresadas tanto en la narrativa como en
las artes visuales. La delimitaciĂłn de este periodo es ya de por sĂ debatible,
pero podemos decir en términos generales que abarca las décadas centrales del
siglo XX. Sus motivos recurrentes incluyen robots, viajes al espacio en cohetes,
Marte y Venus habitados por razas autĂłctonas, computadoras gigantes que
funcionan con cintas magnĂ©ticas y energĂa atĂłmica usada tanto para el bien como
para el mal. Ejemplos incluirĂan las pelĂculas animadas The Iron Giant (1999)
y The Incredibles (2004), ambas de Brad Bird, y la serie de
videojuegos Fallout (desde 1997), creados por Tim Cain y
Leonard Boyarsky.
Atompunk: The Incredibles (2004) |
Los retrofuturismos pueden variar enormemente,
incluso dentro de cada subgĂ©nero. Su tono puede ser más sombrĂo o más
optimista; sus mundos pueden ser más fantásticos o más mundanos. Pueden enfocarse en hacer especulaciones más o menos serias, o simplemente en crear escenarios propicios para aventuras extravagantes. Los géneros y subgéneros fácilmente pueden cruzarse y
mezclarse entre sĂ, asĂ como con otros más amplios, como la fantasĂa, el
horror y la ficciĂłn superheroica.
Algo que gusta mucho a los fans es imaginar cĂłmo serĂan
desarrollos tecnolĂłgicos, reales o cienciaficcioneros, a la manera del
retrofuturismo. ¿CĂłmo habrĂa sido tener robots con mecanismos de relojerĂa?
¿CĂłmo serĂa una armadura de combate gigante que funcionara con vapor? ¿CĂłmo
serĂan armas superpoderosas basadas en la tecnologĂa de Nikola Tesla, o el
tráfico aéreo con los helicópteros de Da Vinci?
La ciudad dieselpunk de Rapture, en BioShock (2007) |
Por cierto, es usual que en estas obras aparezcan personajes
histĂłricos o ficticios propios de la Ă©poca en la que se inspiran. Lo mismo
con acontecimientos histĂłricos, especialmente guerras, que pueden estar ahora
potenciadas por tecnologĂa imposible. ImagĂnense las Cruzadas con
ballestas-ametralladoras, o las Guerras NapoleĂłnicas con buques voladores.
Las historias retrofuturistas pueden ambientarse en mundos prácticamente iguales a la Ă©poca histĂłrica en la que se inspiran, añadiendo sĂłlo unos pocos elementos de ciencia ficciĂłn. Como la pelĂcula The Prestige (2006) de Christopher Nolan, en la que el cientĂfico Nikola Tesla inventa una máquina capaz de duplicar cualquier cosa. O pueden tener lugar en mundos completamente distintos, en los que la tecnologĂa retrofuturista ha llegado a estar en todas partes. El cĂłmic Steampunk (2000-2002) de Joe Kelly y Chris Bachalo, nos transporta una Era Victoriana distĂłpica con todo y cyborgs de vapor.
O tambiĂ©n pueden ubicarse en lĂneas temporales alternas,
en las que la historia se desarrollĂł de otras maneras a la nuestra. La serie de
juegos de Fallout, por ejemplo, se ubica en un futuro
postapocalĂptico en el que la tecnologĂa y cultura avanzaron poco desde tiempos
de la Guerra FrĂa.
IV. DĂŤAS DEL FUTURO PASADO
Arte de Jim Burns para la novela Pasquale's Angel (1994) |
Hemos hablado de los principales tres géneros
retrofuturistas, con lo que cubrimos los siglos XIX y XX. Pero, ¿quĂ© hay de obras
inspiradas en tiempos periodos histĂłricos anteriores? Esto nos da nombres como:
Clockpunk: Como su nombre lo indica, se inspira sobre
todo en los mecanismos de relojerĂa, y otras tecnologĂas posteriores al
Renacimiento pero anteriores a la RevoluciĂłn Industrial, como los inventos de
Leonardo Da Vinci o las armas de fuego... ¿O no es asĂ? Lo veremos en un momento.
Middlepunk: La ñoñiza no se pone de acuerdo en si
adoptar este nombre o las alternativas candlepunk o castlepunk (este Ăşltimo me
gusta más a mĂ). Como podrán haber adivinado, son escenarios inspirados en la
Edad Media.
Sandalpunk: Inspirado en la AntigĂĽedad, especialmente
Grecia, Roma, Egipto y otras civilizaciones del Mediterráneo. A veces se le
llama tambiĂ©n bronzepunk, pero este nombre es engañoso porque implicarĂa sĂłlo
civilizaciones de la Edad del Bronce y no es el caso.
Middlepunk: IlustraciĂłn por Mark Hlavati (2021) |
¿Por quĂ© he puesto estos tres aparte? Bueno, pues porque quiero
hacer notar que hay diferencias importantes entre steampunk, dieselpunk y
atompunk por un lado, y estos otros. Los primeros tres subgéneros se inspiran
en etapas más o menos distinguibles de la historia de la ciencia ficción: el
siglo XIX, la era pulp y la Edad Dorada. Pero la ciencia ficciĂłn es escasa
antes de la Revolución Industrial y prácticamente inexistente antes de la
RevoluciĂłn CientĂfica. En Ă©pocas previas no encontraremos autĂ©nticos futurismos
porque los pueblos premodernos no tenĂan una concepciĂłn del futuro como
la que tenemos nosotros, acostumbrados a esperar que, para bien o para mal, el
mañana será distinto al ahora. Entonces, en estos casos no podemos hablar de
“el futuro como lo visualizaban en el pasado”, porque simplemente no se
visualizaba.
Los creadores que trabajan con middlepunk o sandalpunk tienen
de poca a ninguna ciencia ficciĂłn en la cual inspirarse. ¿QuĂ© les queda? Bueno,
están las tecnologĂas de tiempos antiguos: molinos de viento o agua, el
misterioso fuego griego, el motor de vapor de HerĂłn de AlejandrĂa o la computadora
mecánica de Antikitera. También están las leyendas mitológicas sobre máquinas imposibles, como los autómatas creados por Dédalo en el mito griego. No es mucho, pero con una buena imaginación se le puede sacar provecho. O claro, se puede simplemente proyectar conceptos
futuristas o retrofuturistas de otros tiempos a aquellas Ă©pocas. De hecho, lo
más usual es que en obras clasificadas como sandalpunk, middlepunk u otros se
introduzcan tecnologĂas tipo clockpunk o steampunk.
¿Silkpunk? IlustraciĂłn retrofuturista inspirada en la cultura china, por James NG |
Para mĂ, eso no les quita lo retrofuturistas, pero sĂ las
vuelven una especie de retrofuturismo de segundo orden, no inspirado en
el futurismo de esas Ă©pocas (porque no habĂa), sino extendiendo hacia la
AntigĂĽedad y la Edad Media los tĂłpicos que otros retrofuturismos ya habĂan
desarrollado. Lo mismo vale para sub-subgĂ©neros hiperespecĂficos que tienen otros escenarios histĂłricos: silkpunk (China y el lejano
Oriente), mesopunk (culturas mesoamericanas), punkistan (el Medio
Oriente y Persia)… AquĂ me pondrĂa a despotricar sobre la proliferaciĂłn de las etiquetas terminadas en punk, pero quiero dejar eso para el prĂłximo capĂtulo.
Y luego tenemos el clockpunk. SĂ se inspira en tecnologĂas del pasado, los mecanismos de relojerĂa que alcanzaron niveles asombrosos en la Edad Moderna, por lo que no tengo duda en llamarlo retrofuturista. Pero la forma en la que se usa la etiqueta me genera fuertes dudas. A ver, diferentes fuentes suelen afirmar que se inspira en el periodo que va desde el Renacimiento hasta antes de la RevoluciĂłn Industrial, la etapa en la que podemos encontrar las primeras obras de ciencia ficciĂłn autĂ©ntica, tales como La Nueva Altántida (1626) de Francis Bacon. Pero sucede que de hecho hay muy pocos ejemplos que correspondan a esa descripciĂłn.
¿Vincipunk? Assassin's Creed II (2009) |
Consideremos el videojuego Assassin’s Creed II (2009), en el que Leonardo Da Vinci fabrica artilugios para el protagonista. Es dudoso llamar a esto "clockpunk" cuando esa tecnologĂa no tiene nada que ver con los relojes. Lo mismo pasa con la novela Pasquale's Angel (1994) de Paul J. McAuley, en la que Da Vinci utiliza sus creaciones (que incluyen máquinas de vapor) para establecer una distopĂa autoritaria en la Italia renacentista. TambiĂ©n podemos contar aquĂ la serie Da Vinci's Demons (2013-2015) creada por David S. Goyer. Por casos asĂ es que algunos pronponen la etiqueta vincipunk, sobre la que estaba muy escĂ©ptico, hasta que vi que sĂ guarda notables diferencias con el clockpunk.
De lo que hay muchĂsimos ejemplos es de mecanismos tipo
clockpunk en todo tipo de trabajos de ciencia ficciĂłn y fantasĂa (Guillermo
del Toro ama esta clase de aparatos). De hecho, estas tecnologĂas son muy comunes
en el steampunk. Vamos, una de las obras que suele citarse como representativa
del clockpunk es la trilogĂa de novelas de Clockwork Earth
(2007-2010) de Jay Lake, que, aunque se centra en un mecanismo de relojerĂa
cĂłsmico, se ambienta en un mundo victoriano steampunkoso. Otra, la saga Clockwork Planet (2013-2018) de Yuu Kamija, que abarca novelas, manga y anime, se ambienta en un mundo completamente fantástico. Es difĂl pensar que esta obra y la mucho más mundana Assassin's Creed II o la más cienciaficcionera Pasquale's Angel forman parte del mismo gĂ©nero, de ahĂ que la propuesta del vincipunk vaya teniendo cada vez más sentido.
Clockpunk: Clockwork Planet (2017) |
Recordemos que el retrofuturismo no sĂłlo incluye
subgéneros de ficción narrativa, sino que puede expresarse en prácticamente
todas las artes, desde la ilustración hasta el diseño de productos, e incluso la música. Por
eso es que puede haber elementos retrofuturistas en trabajos que no se podrĂan
clasificar como ningĂşn punkpunk en especĂfico. Por ejemplo, se ha puesto de
moda colocar en escenarios de fantasĂa algo de tecnologĂa steampunk o
clockpunk; enanos y goblins, las razas fantásticas estándar más inclinadas
a la ingenierĂa, pueden ser capaces de crear esa clase de artilugios.
Lo digo porque veo que mucha bandita en Internet confunde el que una obra tenga algĂşn elemento retrofuturista con que pertenezca a algĂşn subgĂ©nero punkpunk. Por eso las listas están repletas de ejemplos muy disĂmbolos, que además se pueden encontrar tambiĂ©n bajo muchas otras etiquetas. Creo que la moraleja es: no caigan en estas confusiones.
Goblins con vibras steampunk. Arte de Adrian Smith |
Entonces, el nombre clockpunk indica menos un tipo de historia o siquiera un escenario, que un cierto estilo de tecnologĂa retrofuturista que puede aparecer en cualquier tipo de narraciĂłn. Si dicha tecnologĂa juega un papel central, se considera a la obra como clockpunk, independientemente del escenario en que se ambiente; si no, puede ser cualquier otra cosa con algĂşn elemento clockpunk. Por su parte, las etiquetas middlepunk y sandalpunk nos indican la Ă©poca y lugar en que tiene lugar la narraciĂłn, pero no la forma de retrofuturismo que encontraremos. El vincipunk es lo que más se acerca a tener una caracterizaciĂłn tan distintiva como el steampunk o el dieselpunk, porque sĂ se refiere tanto a su propio sabor de retrofuturismo como al escenario en el que se ambienta, y aĂşn asĂ lo podrĂamos considerar apenas un microgĂ©nero con poquĂsimos ejemplos.
Arte de Stephan Martiniere para la novela Mainspring (2017), que mezcla steampunk, clockpunk y fantasĂa. |
MenciĂłn aparte merece el stonepunk. ImagĂnense cĂłmo
serĂa la Edad de Piedra con equivalentes neolĂticos de alta tecnologĂa.
Aparatos análogos a los del presente, o incluso futuristas, pero hechos con
piedras, madera, bambĂş, sogas y hueso, muchas veces con ayuda de animales
prehistĂłricos. O sea, como en la serie animada Los Picapiedra (1960-1966)
de William Hanna y Joseph Barbera.
Obviamente no se basa en ninguna visiĂłn futurista que nos
haya llegado desde la prehistoria. Tampoco se basa en la Edad de Piedra como
sabemos que fue, o siquiera como anteriormente se pensaba que pudo haber sido,
sino en una ocurrencia simpática para hacer una sitcom animada. De hecho, es
un subgénero que se presta sobre todo a la comedia y se encuentra en el
extremo más fantástico del espectro, pues la tecnologĂa que presenta no es sĂłlo
imposible, sino de plano absurda.
Stonepunk: The Flintstones (1994) |
Sà ha habido algunos intentos de tomárselo en serio como un
escenario propicio para la acciĂłn y la aventura, como el videojuego Far
Cry Primal (2016), que en todo caso tiene lo stonepunk bastante
atenuado. Como fuere, independientemente del tono, los ejemplos de obras
de este subgĂ©nero son muy escasos. Uno reciente serĂa la franquicia de anime y
manga Dr. Stone (desde 2017), creada por Richiro Inagaki.
Si consideramos Los Picapiedra como la obra
fundacional y ejemplo primordial, esto harĂa al subgĂ©nero incluso más antiguo que
el cyberpunk o el steampunk, y sĂłlo se le etiquetĂł como parte de los punkpunks
por analogĂa y en retrospectiva. Entonces, ¿el stonepunk es retrofuturismo?
No estoy seguro, aunque me inclino a pensar que sĂ, pero en todo caso lo serĂa
más por asociación que otra cosa.
Todo lo anterior era nomás para llegar a ciertas aclaraciones
conceptuales, que necesitaremos para lo que viene después. Nos falta hablar de
todos los punkpunk que no son retrofuturistas, los que ni siquiera son
de ciencia ficción y los que ni siquiera son subgéneros reales. Como de
costumbre, esta serie me está tomando más de lo imaginé al principio, asà que
por ahora no me queda más que poner la vieja confiable:
Nota: En algunos lugares escriben los nombres de los punkpunks como dos palabras separadas: diesel punk, sandal punk, stone punk... Cyberpunk y steampunk se escriben siempre como una sola palabra, y siguiendo ese ejemplo he decidido ponerlas todas asĂ.
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