Como ya la había dicho en ocasiones anteriores, Mérida puede ser muy extensa y muy poblada, pero está muy lejos de ser una gran ciudad, no digamos ya una metrópolis o una cosmópolis. No lo es precisamente porque sigue teniendo un cultura provinciana. No importa cuántos centros comerciales se abran ni cuántos conciertos se realicen en esta ciudad, en muchísimos aspectos, los meridanos siguen siendo pueblerinos. Eso significa que los ricos meridanos siguen siendo ricos de pueblo. Y eso no se aplica sólo a los ricos ricos, sino a la clase media-alta que se cree rica.
En el marco empresarial, nuestros burguesitos meridanos carecen de iniciativa y facultad de innovación. El crecimiento de la ciudad se ha debido más a la llegada de empresas fuereñas que al surgimiento de nuevas iniciativas locales. Veamos un ejemplo: un señor de clase media-alta tiene un dinerillo extra, ¿qué hará con él? ¿Iniciará un nuevo negocio, una pequeña empresa que ofrecerá un servicio que nadie más ofrece aquí? ¡No! Construirá una placita y pondrá locales en renta para negocios comerciales, o adquirirá algna franquicia que no haya por acá. Que alguien más piense en la innovación: el burguesito meridano quiere vivir de las rentas. Las mismas empresas yucatecas grandes (como Chapur) han crecido muy poco y han dejado que otras empresas fuereñas (Liverpool, Sears) se adueñen de un mercado que hace un par de décadas ellos tenían en la palma de la mano.
Curioso que nos gobierna una oligarquía cuyos miembros pueden darse el lujo de pasear por el mundo, pero que no trae ninguna novedad de esos viajes. Véase una revista de sociales local y se verá cómo los hijos de los burguesitos meridanos hacen constantes viajes a Europa y otros lugares del mundo. ¿Y qué traen de allí? Ciertamente no nuevas ideas. Sólo traen ropa.
Veamos un ejemplo sencillo. Una persona medianamente perspicaz que tuviera la fortuna de viajar al Viejo Continente, habrá notado que las ciudades con más turismo en el mundo, que son las de Italia y Francia, lo son por sus atractivos culturales, en especial porque están llenas de museos y conservan su patrimonio arquitectónico. Y uno pensaría que si llegara más turismo a Mérida habría más dinero y por lo tanto la clase empresarial se vería beneficiada. Pero ellos no parecen hacer la suma, y cuando ocupan los puestos políticos (sobre todo en los gobiernos panistas, que están compuestos por mirreyes...) parece como si no se hubieran enterado de nada, y nuestro Centro Histórico sigue igual de deteriorado, sucio y con una vialidad de la chingada.
Y siempre ha sido así. Ya desde la época "gloriosa" de las haciendas nuestros riquillos viajaban a Francia y España y no traían de allí ni un pinche libro. Sólo ropa. ¿Cómo no estar igual si es la misma oligarquía henequenera la que gobierna esta ciudad? Y en fin, así seguimos gobernados por un montón de pueblerinos con dinero y sin ideas, los cuales para colmo se creen la gran cosa.
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6 comentarios:
JAJAJA!! excelente artículo de la casta divina de una ciudad que aún se cree todo lo que publica el didy y lo que dice el arzobispo.
me parecen bastante acertadas las observaciones, considero que los riquillos son una de las flores más delicadas de nuestra sociedad machita y agringada.
No importa el cómo, sino el qué, y como
el dinero y el estatus (competencia) rigen sus estúpidas vidas, pues no hay lugar para las nuevas ideas, vamos, ni siquiera el arte o la cultura
lo peor de todo es que gozan de una vergonzosa impunidad.
Y no sólo se aplica en Mérida, también sucede aquí en Valladolid, en donde los burguesitos se la pasan charlando y charlando sobre las fiestas a las que fueron y las cosas que hicieron en las dos discos de la ciudad. Y muchos de ellos se regocijan alrededor de un tipejo -con un pasado sexual muy escandaloso- que prácticamente es el guía de la pobre juventud de Zací.
And off course, aplicable también a esos nuevos ricos: La Clase política...
Muy bien, Mike.
Muy bueno.
Que bueno que ya ves la realidad de memerida krnl; lamentablemente seguirá así hasta que el último yucaterco, no maya, yucaterco se extinga y todo quede en manos de "fuereños" con visión. ¿Podrán reaccionar alguna vez? Quizá si se sacuden esas telarañas de bibir de las rentas, es una pequeña posibilidad.
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