Seguimos con el recuento de diez
excelentes libros escritos por mujeres que leí en la década pasada. Como les
comentaba en la entrada anterior, dos de mis tópicos favoritos de la lectura
son la historia y la literatura especulativa. Así, se dio la coincidencia de
que, de los mejores libros escritos por mujeres que leí en la década de los
2010s, la mitad fuera de un grupo y la otra mitad del otro.
Estas reseñas ya las había publicado en
otros lugares, pero me pareció conveniente tenerlas todas juntas en una sola
lista, para que así quien se interese por esta conjunción (escritoras + géneros
especulativos) tenga a su disposición estas recomendaciones. Bueno, empecemos
ascendiendo hasta el mejor de estos libros:
5
Swastika Night
Katherine Burdekin
Novela ucrónica publicada en 1937,
dos años antes de que iniciara la Segunda Guerra Mundial. Estamos en el futuro
distante, a unos siete siglos tras la victoria del Eje. El mundo se encuentra
dividido en los dos imperios, Japón y Alemania, que coexisten en una tensa calma
interrumpida ocasionalmente por guerras fronterizas. El Imperio Alemán está
organizado en un sistema semifeudal, dirigido por los Caballeros Teutónicos, de
entre quienes es elegido un Fuehrer. El culto a Hitler se ha convertido en una
religión con ecos nórdicos, mientras que el cristianismo sigue siendo
practicado por parias intocables que viven al margen de la sociedad.
Los nazis, tras exterminar a los judíos (¡esta
novela se escribió antes del Holocausto!) y relegar a las otras nacionalidades
a ciudadanos de segunda, dirigen su desprecio contra el género femenino (el
sistema necesita a otro a quien oprimir), y terminan convirtiendo a las mujeres
en poco más que animales destinados a la reproducción y la satisfacción de los
más bajos instintos masculinos.
Para Burdekin la opresión de las
mujeres era parte integral de la ideología fascista. De hecho, su tesis
principal es que la misoginia propia del nazismo no es diferente en cualidad,
sino en intensidad, a la que existe de por sí en la cultura occidental, como se
expresa por ejemplo en las religiones cristianas.
Una de las ideas más interesantes
planteadas en la novela es que el concepto de masculinidad promovida por el
fascismo, basada en la violencia y la brutalidad (lo que hoy llamaríamos
“masculinidad tóxica”), en realidad no produce hombres de verdad, sino eternos
adolescentes. Un aspecto que me pareció muy bien logrado fue la psicología de
los personajes; Burdekin de verdad se esfuerza por recrear la mentalidad de
alguien que ha crecido en una distopía misógina, una de la que ni siquiera “los
buenos” logran deshacerse.
En la novela en sí no sucede gran cosa. Es
literatura de las ideas en su forma más pura; más un experimento filosófico que
una pieza narrativa en el sentido tradicional. Los protagonistas son un
trabajador alemán llamado Herman, un inglés de nombre Alfred y el Caballero
Friedrich von Hess. La mayor parte de la novela (que no pasa de las 200
páginas) consiste en diálogos sobre cómo funciona esa distopía, cómo llegó a
ser lo que es, y cómo era el mundo antes de la guerra que lo forjó.
Antecediendo a clásicos como Mil
Novecientos Ochenta y Cuatro y El cuento de la criada, en la obra
están presentes elementos que llegarían a ser característicos del género
distópico: la importancia de preservar el conocimiento que el sistema ha
querido borrar, y el valor del pensamiento autónomo para erosionar poco a poco a
la tiranía.
Pueden checar también estas otras recomendaciones de lecturas antifascistas.
4
Sisters
of Tomorrow
Varias autoras
Este volumen reúne obras de las
primeras mujeres de la ciencia ficción anglosajona. En esta colección se pueden
encontrar textos narrativos, poemas, ensayos e ilustraciones publicados en las
décadas de los 20, 30 y 40, en algunas de las revistas más icónicas del medio,
como Amazing Stories y Weird Tales.
El prólogo y distintas
introducciones ofrecen información sobre los orígenes y desarrollo de la
ciencia ficción. Cada obra viene precedida de una semblanza de la autora, y así
se puede saber que muchas de ellas fueron personajes realmente extraordinarios.
Por ejemplo, Lilith Lorraine, que era toda una mujer del Renacimiento; Margaret
Brundage, que hizo escuela con su estilo artístico de portadas pulp; o Edith
Eyde, quien fundó la primera revista de temas lésbicos.
El grueso del libro está integrado
por relatos. Algunos de los que personalmente me llamaron más la atención fueron
los escritos por Leslie F. Stone, C.L. Moore y Leslie Perrie. Entre otras piezas
destacables se encuentran los poemas fantásticos de Leah Bodine Drake, y las
ilustraciones de Dolly Donnell.
Es súper recomendable el ensayo
final de la escritora Kathleen Ann Goonan, para entender por qué estas mujeres
fueron borradas de la historia de la ciencia ficción. En fin, no me extiendo
más porque éste es un libro del que hace poco les platiqué con mucho detalle.
3
Orlando: Una biografía
Virigina Wolf
¿Qué es este libro? Una rareza propia de
una época que reinventaba la literatura. A grandes rasgos, cuenta la historia
de Orlando, un transgénero inmortal, de noble cuna, que atraviesa los siglos
desde la época Isabelina hasta el siglo XX. Nacido varón, Orlando vive la
primera parte de su vida como tal, para alrededor de los 30 años, y sin que
medie explicación alguna, convertirse en mujer.
El libro es muchas cosas a la vez. De
base es una carta de amor de Woolf a su amiga y amante Vita Sackville-West, una
mujer extraordinaria, de quien Woolf se enamoró intensamente y a quien le
agradece “haberle inculcado amor por la vida”. En efecto, mucho de lo que le
sucede a Orlando refleja datos de la biografía de Vita o de los miembros su
notable familia aristocrática.
Es también un relato fantástico, a la
usanza de Jonathan Swift (uno de los ídolos de Woolf), en el que lo
extraordinario, y a veces absurdo, sirve como vehículo para la sátira social o
la reflexión filosófica. Pero tampoco se trata de una farsa chusca, como las
hacía Swift, sino que está llena de momentos conmovedores y de hermosa
imaginería, que hoy consideraríamos como “realismo mágico”.
Uno de mis pasajes favoritos habla de
una helada que entra de golpe en Inglaterra en el siglo XVI y congela todo tal
como se encontraba, incluyendo a las personas a mitad de sus actividades. El
Támesis queda congelado también, duro como el acero, pero transparente como el
cristal, y en sus aguas se pueden ver, como suspendidos en el tiempo, peces, marsopas
y hasta naufragios.
En otro pasaje, igualmente maravilloso,
se describe el cambio abrupto del siglo XVIII al XIX, como si el frío y la
humedad bajaran de golpe, matando la promiscuidad y el libertinaje del Siglo de
las Luces, y dando inicio a la austera Época Victoriana. A Orlando no le queda
más que casarse en una era en la que la virtud familiar era lo más importante,
pero para su fortuna encuentra el romanticismo con la intensidad de
sentimientos (a veces francamente ridícula) que lo caracteriza.
Mas el libro es también una
deconstrucción del género mismo de la biografía. El padre de Woolf había sido
un notorio historiador, y ella parodia y desmenuza ciertas teorías históricas y
biográficas en boga en aquellos días. El biógrafo de Orlando es explícitamente
un hombre, y el libro satiriza constantemente la ineptitud de los escritores
varones cuando se trata de capturar la voz femenina.
En un capítulo, Orlando se sienta a
escribir y el narrador dice que “no está haciendo nada”, pues las mujeres “sólo
cuando aman hacen algo”. Es decir, aunque Woolf lo escribe de tal forma que
deja adivinar la intensa vida interior que está experimentando la protagonista,
el narrador es incapaz de comprenderla y por páginas enteras se pone a decir
disparates “en lo que esperamos a que Orlando termine de escribir...”
Confieso que me compré esta novela
porque Orlando es uno de los personajes principales del Volumen III de The League of Extraordinary Gentlemen, el famoso cómic de Alan Moore en el que aparecen
diversos personajes de la literatura.
2
Los mundos de Ursula
K. Le Guin
Ursula K. Le Guin
Famosa sobre todo por su saga fantástica
de Terramar, Le Guin también escribió mucha ciencia ficción en la que
explora los temas que más le apasionan: anarquismo, feminismo y ecología. Como
autora de sci-fi, se preocupa más por las consecuencias sociales de las
premisas que imagina, y la tecnología tiene un papel menos protagónico; sus
especulaciones no son del tipo científico (como, digamos, Asimov), sino
político, social y cultural.
Esta preciosa edición de Minotauro
incluye tres novelas: Los desposeídos, El nombre del mundo es bosque
y La mano izquierda de la oscuridad.
Las tres obras, todas ganadoras del premio Hugo, se insertan en el Ciclo
del Ekumen; en este universo, la humanidad proviene de un mundo llamado Hain
que en algún momento se extendió por la galaxia y colonizó decenas de planetas.
Sin embargo, con el tiempo la civilización hainiana se derrumbó y la Tierra y
otros mundos olvidaron de dónde venían. En un futuro distante, poco a poco los
mundos han comenzado a contactarse unos con otros y a formar una confederación
de mundos, el Ekumen, con ayuda de una nueva tecnología, el ansible, que
permite la comunicación interestelar instantánea.
Los desposeídos trata del mundo de Anarres, colonizado por rebeldes
anarquistas que huyeron de su planeta de origen para fundar una utopía según
las enseñanzas de la profetiza Odo. En Anarres existe una sociedad sin
gobierno, sin jerarquías, sin propiedad, sin dinero, sin roles de género
preestablecidos y sin matrimonio. En este escenario aparece Shevek, un
científico de Anarres cuyas teorías podrían dar lugar a tecnologías que
cambiarían para siempre las relaciones entre los mundos.
El nombre del mundo es bosque se ubica en un mundo llamado Athshe lleva unos años
siendo explotado por colonos provenientes de la Tierra. Sus bosques están
siendo talados y su población nativa reducida a la esclavitud. En este contexto
surge un líder, Selver, que encabeza una rebelión contra los terrestres. la autora se
inspiró en gran parte en la Guerra de Vietnam y a su vez encontramos ecos de
esta obra en Avatar de James Cameron o la nueva saga de El Planeta de
los Simios.
La mano
izquierda de la oscuridad es la novela más aclamada de Le Guin, y se considera uno de
los textos básicos de la ciencia ficción. Una de sus premisas más interesantes,
y que la hacen famosa incluso entre quienes no la han leído, es que imagina un
mundo, Gueden, con una civilización humana en la que cada individuo es
hermafrodita y no existen los géneros. La imaginación de Le Guin es admirable,
por la forma en la que construye todo un mundo, con su naturaleza y su cultura.
Pero además de un experimento filosófico, la novela es un drama humano, una
historia de amistades improbables y hasta con un poco de aventura e intriga
política.
Cada novela se encuentra en un punto
distinto del desarrollo del Ekumen, pero fuera de eso no están conectadas entre
sí. En un ensayo anterior, hablé de esta imperdible trilogía con lujo de detalle.
1
Frankenstein
Mary Shellety
Uno mis libros favoritos de toda la
vida, lo he leído ya tres veces; una en mi adolescencia, otra en mis veintes y,
hace un par de años, en mis actuales treintas. Estoy seguro de que volveré a
este libro una y otra vez.
Mucho más que un relato de espantos, Frankenstein
es una novela en la que chocan las visiones del mundo de la Ilustración y el
Romanticismo. Es una ventana al mundo de los debates científicos y tecnológicos
de principios de la Revolución Industrial. Es el testimonio de una joven casi
adolescente (y ya dos veces madre) que había sufrido demasiado a muy corta
edad. Es el lamento de una humanidad abandonada a su suerte por un Creador
distante e indiferente. Es una obra fundacional para los géneros de la ciencia
ficción y el horror. Es todo eso y mucho más.
Frankenstein se ha convertido en una metáfora acerca del poder de
la ciencia y los peligros que encarna. La visión escéptica de la ciencia que
plantea Mary Shelley está íntimamente relacionada con su crítica a una forma de
masculinidad que se basa en la necesidad de dominio. Ella atestiguó cómo los
hombres abandonaban o descuidaban a sus familias en la persecución de la
gloria, la fama y el poder, lo cual en última instancia siempre lleva al
sufrimiento. La forma masculina de aproximarse a la ciencia es análoga. El
hombre-científico busca someter la naturaleza a su dominio y no le importan las
consecuencias de sus actos.
Mary Shelley sabía muy bien lo que era ser un marginado
cuando concibió Frankenstein y lo supo toda su vida. Pero el monstruo no
sólo representa a todos los abandonados y desgraciados del mundo (y el miedo de
la sociedad a que éstos adquieran el poder para vengarse). Representa la
condición misma de la humanidad, un grito de reclamo hacia un dios ausente que
ha abandonado a su creación, la humanidad, en un mundo cruel para sufrir
incesantemente miseria tras miseria.
Nunca se lee un mismo libro más de una
vez. Como lectores nos vamos llenado de experiencias que transforman nuestras
miradas. En esta ocasión, la primera en la que lo leí en su idioma original,
pude ver en Frankenstein mucho más de lo que había captado cuando era
más joven. Por ello, dediqué toda una serie de ensayos a una de mis obras favoritas; les invito a leerlos.
Ahora terminamos con esta serie de
recomendaciones. ¿Han leído alguno de estos libros? ¿Qué opinan al respecto? Me
gustaría ver sus comentarios. En el futuro próximo quiero ampliar más mis
horizontes de lecturas con otros temas y enfoques, y voces que provengan de más
allá de Europa y Norteamérica. ¿Tienen ustedes propósitos similares? Me
gustaría conocerlos. Espero sus comentarios.
FIN
Más sobre libros, historia, y cosas interesantes:
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