Desde que en 2016 empezó a hacerse evidente que movimientos
reaccionarios estaban ganando terreno en la política y la cultura, se ha
discutido mucho sobre cómo se relacionan con los fascismos históricos, qué en
ellos puede considerarse como estrictamente fascista, cómo es que consiguen
empoderarse con tanto éxito y qué se puede hacer para combatirlos.
A pesar de haber sufrido algunos reveses, estos movimientos
han seguido obteniendo cotos de poder, mientras sus ideas intolerantes y
discursos de odio se normalizan entre una población peligrosamente receptiva. Es por eso que me pareció necesario poner a disposición de mis camaradas esta Pequeña Biblioteca Antifascista. Normalmente hago
muchas recomendaciones de libros en este blog, pero hoy quiero ir más lejos y
dejarles enlaces para descargarlos; de preferencia en español y en formato de
epub, pero cuando no fue posible, en inglés y en pdf.
He clasificado esta colección en cuatro categorías: sobre
los fascismos históricos, sobre los movimientos reaccionarios contemporáneos,
obras de ficción y novelas gráficas. Mi meta es que este acervo ayude a
comprender mejor la historia y naturaleza del fascismo, que se genere una mayor
conciencia del peligro que representan las fuerzas reaccionarias, y que inspire
a la resistencia individual y colectiva contra ellas.
Me parecía importante que las perspectivas fueran diversas, por lo que aquí hay autores liberales, marxistas y anarquistas. Algunos, por supuesto,
contradicen o critican a los otros, y dependerá de cada quien razonar sus
propias conclusiones. Sucede que muchas veces las personas se casan con algún -ismo
político y se cierran a todas las ideas que pudieran venir de otras posturas.
Esto es contraproducente, pues muchas veces desde una teoría se pueden apreciar
los puntos ciegos que otra no toma en cuenta. Si algo caracteriza al
pensamiento reaccionario es su dogmatismo y rigidez, así que un antídoto
debería ser una cierta diversidad y flexibilidad de pensamiento.
No quiero simplemente poner todos los libros o textos que yo lea al respecto. Pretendo que esta bibliotequita contenga sólo lo mejor, lo más
relevante, lo que abarque más aspectos del problema, con un balance entre lo
que sirva como introducción y lo más especializado, evitando repeticiones y
cosas que nomás hagan bulto. De modo que me he puesto el límite máximo de sólo
10 obras por categoría; esto implica que podría sustituir algún título si
encuentro otro mejor para la lista.
Si aún no te decides a leer uno de los libros o quieres saber lo más importante de cada uno, sobre casi todos ellos he escrito reseñas, síntesis y análisis; dejo también enlaces a ellos bajo la etiqueta saber más. Los libros pueden influir más allá de las personas que los leen directamente, cuando las ideas que contienen empiezan a ser difundidas a través de la conversación, la creación artística, la divulgación o la enseñanza. De hecho, creo que eso es de lo más importante que se puede hacer: el antifascismo no puede quedarse en actividad académica, ni la acción puede esperar a que toda la bibliografía sea revisada. Las palabras de los libros, por más sabias que puedan ser, se quedan como letra muerta si no guían la acción.
Contra el fascismo de Umberto Eco (1995): Como introducción tenemos este texto clásico del eminente intelectual italiano. Es un ensayo breve, prácticamente la transcripción de una conferencia que Eco impartiera en 1995, tras los atentados terroristas de Oklahoma City, perpetrados por terroristas de extrema derecha. Más que dar una definición universal de “fascismo”, Eco presenta los elementos que lo caracterizan, y advierte que no todos los fascismos serán iguales, y no todos cumplirán con cada uno de los puntos. Si habla de un “fascismo eterno”, es precisamente porque esos elementos resurgen y vuelven a aparecer en formas distintas a lo largo del tiempo, encarnados en diferentes movimientos reaccionarios. El texto se ha convertido en una referencia omnipresente en estos años, y si bien otros autores le han hecho algunas críticas, sigue siendo un excelente punto de partida; es por ello que encabeza todas las listas.
DE LOS FASCISMOS HISTÓRICOS
En esta sección tenemos libros que explican y analizan la
historia de los movimientos fascistas históricos, principalmente el
nacionalsocialismo y el fascismo italiano. Comprender cómo esos movimientos
pudieron tomar el poder de naciones enteras y sumergirlas en baños de sangre es
importante para entender la crisis actual. La vieja máxima de conocer el pasado para comprender el presente y prepararnos para el futuro. Los enlisto en orden
recomendado de lectura.
Auge y caída del Tercer Reich de William L. Shirer (1960): Para conocer la historia completa de la Alemania nazi, éste es el libro ideal. Shirer fue un periodista que vivió en Berlín en los primeros años del ascenso del nazismo, y después de la guerra hizo una extensa investigación. Su libro narra la trayectoria de Hitler y la forma en la que el nazismo fue posicionándose en el gobierno de Alemania; expone las estratagemas y artimañas con las que manipularon a los sistemas políticos, la ceguera de los regímenes liberales que dejaron crecer al nazismo cuando tenían la facultad de detenerlo en varias ocasiones; detalla los horrores de las purgas y persecuciones, de la Segunda Guerra Mundial y del Holocausto. Es una historia muy completa sin ser académica, y por eso les recomendaría empezar por acá, ya que casi todos los demás libros son análisis del fascismo y asumen que el lector, conoce la historia, aunque sea a grandes rasgos. Por desgracia, sólo pude conseguir el e-book en inglés, pero la editorial Planeta lo maneja en una bonita (aunque costosa) edición en dos volúmenes.
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(inglés)
A sangre y fuego. De la guerra civil europea de Enzo Traverso (2007): En este breve volumen el historiador italiano hace un recorrido por las catástrofes que iniciaron en Europa en 1914 y que para 1945 habían arrastrado a todo el mundo a un baño de sangre. Para Traverso, las guerras mundiales no fueron dos hechos separados, sino conectados por una serie de revoluciones, guerras civiles, dictaduras sanguinarias y asesinatos masivos. Su propósito es explicar qué significaron estos años y cómo fue que la violencia iniciada en los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial terminaría por desembrocar en la inusitada brutalidad del régimen nazi y el Holocausto. Una alianza entre liberales, marxistas y anarquistas fue necesaria para vencer al fascismo, y es posible que necesitemos de ella otra vez. Traverso se especializa en la relación entre los hechos históricos y las corrientes de pensamiento, y subraya que la resistencia contra el fascismo requirió de una generación de intelectuales que escribieron libros, crearon arte y formaron parte también de una lucha que determinó el curso de la historia.
Anatomía del fascismo de Robert O. Paxton (2004): Es el libro que yo les recomendaría si sólo pueden leer uno de esta sección. Paxton hace un análisis muy completo y propone un enfoque novedoso, teniendo en cuenta los muchos trabajos anteriores. El autor opina que el fascismo nunca fue un ente estático que pudiera definirse de una vez, sino un fenómeno dinámico que fue evolucionando a lo largo del tiempo. Por ejemplo, no es igual como movimiento de masas ascendente que como régimen consolidado. Tampoco es suficiente con estudiar los orígenes intelectuales y filosóficos de la ideología fascista; es necesario estudiar sus acciones concretas. De igual forma, no es posible soslayar sus relaciones con otras fuerzas políticas, en especial sus tensas alianzas con las élites conservadoras tradicionales, y su violenta oposición a todos los movimientos de izquierda. Paxton escribe una década antes de que estallara la actual crisis, y predice cómo lucirían nuevos movimientos fascistas en los años venideros; sus especulaciones han resultado aterradoramente precisas.
Los orígenes del totalitarismo de Hannah Arendt (1951): Esta pensadora alemana de origen judío vivió en carne propia el ascenso del nazismo en Alemania y su libro es una de las obras más completas y profundas sobre el tema. Para Arendt, lo más importante es que el nazismo no surgió de la nada, sino que tiene sus raíces en la misma historia de Occidente. El antisemitismo, la persecución y la violencia contra los judíos habían sido parte de la vida europea desde hacía siglos, así como las teorías conspiratorias que culpaban a este pueblo de todos los males del mundo; los nazis sólo lo llevaron hasta sus últimas consecuencias. El imperialismo había enseñado que era posible conquistar por la conquista misma, e introdujo las primeras doctrinas racistas para justificar el dominio de los blancos sobre el resto del mundo; los primeros campos de concentración y experimentos de genocidio sistémico se dieron en los territorios conquistados y colonizados. Los nazis sólo llevaron estos métodos de vuelta a Europa. Sobre todo, advierte Arendt, los elementos del totalitarismo no murieron con los dictadores: siguen latentes en la sociedad y pueden resurgir cuando las condiciones sean necesarias.
El asalto a la razón de György Lukács (1952): Este pensador húngaro analiza las raíces filosóficas e intelectuales del nazismo, poniendo énfasis en uno de sus elementos principales: el rechazo a la razón y a la herencia de la Ilustración. Lukács explica que cien años de tradición intelectual alemana, de Schopenhauer a Nietzsche, que rechazaba la racionalidad, negaban la posibilidad del progreso social y exaltaba el instinto y la emotividad, crearon, aún sin quererlo, el ambiente cultural propicio para el florecimiento de la ideología nazi. A ello hay que sumar corrientes sociológicas afines al darwinismo social y la pseudociencia racista. Para Lukács, el nazismo y el fascismo no significan un simple regreso a la barbarie de antaño, sino una monstruosidad que sólo la modernidad podría haber creado. Los nazis contaron con la ayuda de las élites económicas alemanas y se comprometieron a defender el capitalismo de monopolios. Además, nos advierte que, si bien el nazismo original rechazaba abiertamente la razón, las nuevas corrientes reaccionarias se caracterizarán por un falso racionalismo al tiempo que clamarán espuriamente ser las herederas de la Ilustración. Este libro me parece especialmente importante, toda vez que hay ciertas corrientes en la izquierda contemporánea que también predican el antirracionalismo, sin darse cuenta de que con eso le están abriendo cancha a los reaccionarios.
La sociedad abierta y sus enemigos de Karl Popper (1945): Este filósofo austriaco viene a hacernos repensar muchas de nuestras concepciones sobre la política y la sociedad. Su tesis central está en la diferencia entre lo que llama sociedad cerrada y sociedad abierta. La primera es la regida por el pensamiento mágico y la superstición, en la que se cree que el orden social y las jerarquías son tan eternas y sagradas como los ciclos de la naturaleza. La sociedad abierta se caracteriza porque reconoce que las leyes y las costumbres son producto de la historia y de las personas, y que pueden ser analizadas y modificadas; es una sociedad que admite la posibilidad de reformarse sin necesidad de violencia. El paso de la sociedad cerrada a la sociedad abierta provoca desconcierto, en especial cuando suceden cambios sociales rápidos y las élites tradicionales ven en peligro su estatus. En esta situación puede nacer el deseo de volver hacia la sociedad cerrada, por la violencia si es necesario, y entonces surgen movimientos reaccionarios y los regímenes totalitarios. Este libro también es famoso por plantear las paradojas de la libertad y la tolerancia, y cuestionar el principio de liderazgo.
DE LOS FASCISMOS ACTUALES
Éstos son libros escritos en los últimos años, y tratan
sobre los movimientos reaccionarios de nuestros días: en qué consisten, por qué están
en auge y cómo enfrentarlos. Incluye discusiones sobre si es
legítimo llamarlos fascistas, o si se necesita una nueva
conceptualización para entenderlos. Los pongo en orden cronológico de
publicación.
Las nuevas caras de la derecha de Enzo Traverso (2017): El historiador italiano, que antes ya nos había dado aquel volumen sobre la “guerra civil europea”, ahora escribe directamente para abordar el tema de la nueva extrema derecha. Traverso nos recuerda que antes de Trump estuvo Silvio Berlusconi, el presidente italiano que se caracterizó por forjar una alianza entre el gran capital, los movimientos políticos reaccionarios, y los medios de comunicación, mientras cultivaba una imagen altanera e irreverente. De entre los mejores aportes de Traverso está el acuñar el concepto de postfascismo. Los fascismos clásicos serían el italiano y el alemán; el neofascismo serían las pandillas de neonazis y similares. El postfascismo, en cambio, es el nombre que corresponde a la nueva extrema derecha, que se ve obligada a repudiar los viejos símbolos y etiquetas, y a disimular su misoginia, racismo y lgbtfobia con eufemismos y ataques indirectos, que troca la fe en el estado por la religión del libre mercado y el desprecio a la democracia por una retórica a favor de una “verdadera democracia”, en la que el “pueblo auténtico” comparte sus posturas intolerantes y chauvinistas.
La mente reaccionaria de Corey Robin (2017): Este politólogo entiende el fenómeno de la nueva extrema derecha como parte de una misma tradición que se puede rastrear a diversos pensadores, desde Edmund Burke hasta Friedrich Nietzsche, y que llega hasta los movimientos que encumbraron a Donald Trump en la presidencia. Conservadurismo, reacción y fascismo difieren, para Robin, no en cualidad sino en intensidad, pues todos tienen en común estar actuando contra los movimientos de emancipación humana que han existido a lo largo de la historia. El movimiento obrero, el feminismo, el antirracismo… todos han sido luchas en contra de viejas jerarquías. Las ideologías de derechas han sido la teorización de la resistencia contra esos movimientos emancipatorios, y en defensa del orden jerárquico que quisiera restablecer en todos los espacios de la sociedad: desde la política hasta la empresa privada y el hogar familiar. De lo que se trata es de restaurar la subordinación de las minorías raciales a los blancos, de los pueblos indígenas a los colonizadores, de los trabajadores a los patrones, de las mujeres a los hombres, de los pobres a las élites, etcétera. El análisis de Robin ayuda a comprender el núcleo del pensamiento reaccionario moderno.
Antifa: El manual antifascista de Mark Bray (2017): Este libro nos cuenta la historia de la resistencia contra el fascismo en todas sus formas. El nombre Antifa nació en la Alemania de los años 30 para oponerse a la violencia nazi, pero la historia de los grupos antifascistas se remonta a la Italia de los años 20. Desde entonces siempre ha habido grupos Antifa en muchos países, empleando distintas estrategias de lucha, que van desde la confrontación física directa, hasta la creación de redes de solidaridad y apoyo a las comunidades vulnerables. El nuevo auge de movimientos de odio ha tenido como reacción un resurgir de Antifa; pero ahora se enfrentan no sólo a pandilleros neonazis, sino que tienen en su contra a medios de comunicación que los satanizan, a figuras públicas que aparentan respetabilidad mientras difunden narrativas extremistas y a jefes de estado que exhortan a sus seguidores a combatir en las calles. Mark Bray desmiente mitos, retoma críticas válidas, da muchos ejemplos inspiradores y plantea posibles caminos a seguir en la lucha contra la ultraderecha
Cómo funciona el fascismo de Jason Stanley (2018): Si sólo pueden leer un libro de esta sección, que sea éste. Este profesor de filosofía, experto en temas de propaganda, se dedica a explicar, de forma muy sencilla y accesible, cómo operan los movimientos reaccionarios para ganar poder e influir en la sociedad; cómo pasan de ser corrientes marginadas repudiadas por casi todo el mundo, a normalizar sus discursos y colocar a sus líderes en los puestos de poder. Una a una, Stanley expone sus estrategias: la apelación al pasado mítico, el antiintelectualismo y anticosmopolitismo, las teorías de la conspiración que erosionan los consensos de la realidad, la promesa de la ley y el orden que victimiza a los grupos indeseables, el victimismo, la ansiedad sexual y la reverencia hacia la corporación privada. Stanley toma ejemplos tanto de los fascismos clásicos y de otros fenómenos reaccionarios históricos, como de las nuevas derechas para mostrarnos los inquietantes paralelismos que se dan entre ellos.
La cultura del odio de Talia Lavin (2020): Esta periodista pasó más de un año infiltrándose en los espacios de la nueva extrema derecha en línea para escribir uno de los libros más relevantes sobre el tema. La forma virulenta en la que los hombres jóvenes han sido radicalizados para creer en ideologías supremacistas y teorías conspiratorias es alarmante. Y aunque este libro se concentra en las redes de habla inglesa, no es difícil encontrar exactamente los mismos procesos en español u otras lenguas. Lavin cubre los diferentes submundos de la ultraderecha digital: los neonazis clásicos, los neopaganos supremacistas, los fundamentalistas cristianos, los incels, los gamergaters, etcétera. La autora apunta a cómo versiones más moderadas y diluidas de los discursos de odio y las teorías conspiratorias sirven para atraer a personas comunes y corrientes hacia creencias cada vez más extremistas. Y el odio no se queda en línea, sino que inspira verdaderos atentados terroristas contra mujeres y minorías. Aún así hay esperanza, pues también han surgido diferentes colectivos que se dedican a la vigilancia, denuncia y combate a estas amenazas.
FICCIONES
Desde tiempos antiguos hemos sabido que la ficción nos permite acercarnos a la verdad. A través de escenarios imaginarios y experimentos mentales podemos analizar situaciones actuales e históricas desde nuevas perspectivas. Las analogías y las metáforas muchas veces nos permiten comprender mejor que las explicaciones teóricas. Las narraciones y relatos tienen la ventaja de invitarnos a sumergirnos en otras contextos y empatizar con personas que vivieron otras realidades. No es casualidad que uno de los campos de batalla más enconados de la actual “guerra cultural” sea el mundo de las narrativas mediáticas y la interpretación de las obras clásicas.
Swastika Night de Katharine Burdekin (1937): Es una de las primeras distopías; escribiendo un par de años antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, la autora imagina cómo sería un futuro en el que la Alemania nazi y el Imperio Japonés conquistaran el mundo. Burdekin tiene muy en claro que el objetivo del nazismo implica la erradicación del pueblo judío, cosa que todavía muchos minimizaban en aquellos años. Lo más interesante del libro es su perspectiva de género: Burdekin reconoce que la misoginia es uno de los elementos fundamentales del fascismo e imagina que las mujeres serían relegadas a la función procreadora. Para la autora, la misoginia de los nazis difiere sólo en intensidad al sexismo endémico de la cultura occidental.
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Mil novecientos ochenta y cuatro de George Orwell (1949): Esta obra tiene un legado un tanto complicado; la derecha ha hecho esfuerzos por apropiársela espuriamente, mientras que algunos sectores del marxismo la rechazan por el férreo antiestalinismo del autor. No hay que olvidar, empero, que Orwell era un socialista y que fue como voluntario a pelear contra los franquistas en la Guerra Civil Española, con la frase “Me voy a matar fascistas, porque alguien tiene que hacerlo”. Si bien su novela distópica más famosa hace una crítica bastante obvia al régimen de Stalin, también toma mucho del totalitarismo de derechas. Más importante es que, independientemente de todo esto, su novela hace un análisis brillante de cómo funciona el poder, cómo previene la rebelión y cómo aplasta la voluntad humana. Tópicos como la hipervigilancia, la difusión de noticias falsas, la falsificación del pasado o la manipulación del lenguaje son tan relevantes para el análisis de nuestra realidad política como cuando se escribió la novela. Por todo ello, éste es el libro que más les recomiendo de esta sección.
El rinoceronte de Eugene Ionesco (1959): Esta obra de teatro es uno de los referentes obligatorios en la dramaturgia del siglo XX, pero es también una lectura obligada para el antifascismo. El autor se basa en sus experiencias creciendo en la Rumania del periodo entre guerras, cuando vio cómo las ideas del fascismo poco a poco iban contagiando a más y más personas. La metáfora es obvia. Cuando un rinoceronte aparece en un pequeño pueblo, al principio es inverosímil; una bestia así no puede estar entre nosotros. Poco a poco se va normalizando la presencia de estos animales, mientras más y más personas se transforman en ellos; hasta los hombres de cultura terminan predicando la superioridad vital de los rinocerontes y de la ley de la selva. En una sociedad en la que los individuos están acostumbrados a seguir la corriente y no pensar por sí mismos, sólo nuestro protagonista se resiste a descender a la barbarie, y lucha en nombre de la humanidad.
La conjura contra América de Philip Roth (2004): Para no olvidar que el fascismo tomó mucha inspiración de la política estadounidense, y que fue sólo la fortuna histórica la que impidió que asumiera el poder en aquel país, el autor ha preparado esta ucronía o historia alternativa. Se inspira en el hecho histórico de que existió un movimiento pronazi muy fuerte en los Estados Unidos de los años 30 y que el héroe de la aviación Charles Lindbergh fue una de sus caras más visibles, para imaginar un escenario en el que este personaje habría podido llegar a ser presidente. Al principio parecería que tener a un simpatizante del nazismo como jefe del ejecutivo no haría mucha diferencia, pero poco a poco las condiciones se van volviendo cada vez más infernales, pues la sola presencia de un aliado en la Casa Blanca envalentona a miles de fanáticos por todo el país y la violencia se desata. Es una novela muy personal, pues Roth se basa en sus propias vivencias de la infancia.
NOVELAS GRÁFICAS
Con el mismo principio del poder de la ficción, también les
comparto algunas novelas gráficas. Éstas pueden servir para acercar el tema a
adolescentes y jóvenes. Algunos de estos archivos están en formato cbr, así que
es posible que necesiten un programa para leer cómics digitales.
Maus de Art Spiegelman (1981): Ésta es considerada una de las mejores novelas del siglo XX. Narra la historia de Vladek Spiegelman, un judío polaco que logró sobrevivir al Holocausto, y padre del autor. Dibujada en blanco y negro, con animales antropomorfos para representar grupos nacionales (los judíos son ratones, de ahí el título), no deja de ser una historia brutal y desgarradora. La narración intercala los recuerdos de Vladek en tiempos de la guerra con el presente de Art, a quien vemos lidiando con la difícil personalidad de su padre y el legado del trauma generacional. Quizá una de las más dolorosas lecciones de esta novela es que el sufrimiento no te hace mejor persona; sólo te hace sufrir. De esta sección, es la obra que más recomiendo. Aún no he escrito un ensayo totalmente dedicado a ella; espero poder hacerlo pronto.
V de Vendetta de Alan Moore y David Lloyd (1985): Esta clásica novela, que mezcla noir con distopía y cómic de superhéroes, ha recibido una mayor atención en la última década y media después de que la máscara de su protagonista V se convirtiera en símbolo de lucha antisistémica, en especial gracias al colectivo hacktivista Anonymous. Escrita a la sombra de régimen reaccionario de Margaret Thatcher, nos muestra a una Inglaterra totalmente dominada por el fascismo y en la que un desequilibrado antihéroe anarquista está decidido a derribar al régimen con toda la violencia que sea necesaria. La novela no sólo analiza el funcionamiento y la ideología de un régimen fascista, sino que sirve como introducción a la filosofía anarquista. La adaptación cinematográfica también vale mucho la pena, si bien es cierto que diluye y hace más ligero el contenido ideológico y filosófico. Si de algo vale, es mi libro favorito de esta sección.
Logicómix de Apostolos Doxiadis, Christos Papadimitriou y Alecos Papadatos (2008): Una novela interesantísima a muchos niveles, trata de la vida y obra del filósofo y matemático inglés Bertrand Rusell. Los capítulos más interesantes, y la razón por la que está en esta lista, son los que transcurren entre el inicio de la Primera Guerra Mundial y los primeros años de la Segunda. A través de los ojos de Russell vemos la locura del nacionalismo que contagia a tantas personas en la década de 1910, y el impacto que la destrucción de la guerra industrial deja en las mentes de toda una generación. Luego viene el periodo entreguerras y el lento avance del fascismo, con su ideología de odio y su desprecio a la razón. El filósofo ve incluso a las mentes más brillantes contagiarse de conspiranoias antisemitas y de la nueva religión teutónica. El discurso de Russell ante una audiencia es un llamado a resistir contra el fanatismo intolerante y a buscar la fuerza para hacerlo en una suma de la razón clara y una ética que valore la justicia, la responsabilidad y la bondad.
Superman contra el Klan de Gene Luen Yang y Gurihiru (2020): Éste es un cómic ideal para los lectores más jóvenes, aunque les aseguro que personas de todas las edades lo podrían disfrutar. Ambientado en la década de 1940, trata de cómo Superman ayuda a desenmascarar a una organización racista claramente inspirada en el Ku Klux Klan. Es un excelente análisis de cómo se reproduce el odio hacia los que son diferentes y cómo este tipo de organizaciones manipulan a individuos resentidos para único beneficio de sus líderes. No es menos genial la historia real que detrás de este cómic: está inspirado en un programa de radio de Superman de los 40, que a su vez se basó en las investigaciones reales de un reportero que se infiltró en el KKK, y que se alió con el productor del show para usarlo como vehículo para denunciar al Klan y exponer sus modus operandi al público en general. Increíble, pero cierto: esa transmisión sirvió para debilitar las filas de aquella generación de supremacistas blancos.
Como dije, espero poder ir añadiendo más títulos en el futuro. Mientras tanto, cuento con la ayuda de ustedes para difundir estos libros y sus ideas. La resistencia comienza en nuestras propias mentes.
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